Hace ya algún tiempo formalicé mi relación con una chica varios años más joven que yo. Ella siempre ha sido muy reservada en lo referente al sexo y no me malentiendan, no quiere decir que no sepa coger sino que incluso ver escenas de desnudos en la tele le genera incomodidad, pero de que disfruta de un buen cogidon eso es un hecho.
Cuando lo hicimos por primera vez, ella me había confesado que su mayor ilusión era hacerlo súper romántico, tierno, lento. Que no le gustaba nada de eso donde las nalgueaban o las abofeteaban o más cosas que, en pláticas con sus amigas se había enterado que sucedía. Francamente yo me sentí feliz porque también deseaba hacerlo de esa manera. Ya me habían tocado locas, muy locas y por primera vez se conjugaba sexo y amor así que no tuve problema.
Lo curioso fue el primer oral. No imaginan lo delicioso que fue, la manera en cómo se entregó y lo hizo lento, suave. Estábamos de pie, besándonos lento, acariciándonos y de manera muy lenta y suave rosó con la punta de sus dedos por sobre mi pantalón ya el abultado miembro. Ni siquiera lo tomó con la mano completa como muchas lo hacen. no. ella solo pasó sus dedos rosándolo a lo largo y ancho hasta que sentía que reventaría el pantalón de tremenda erección que me había generado. Sin detener sus labios en mi boca desabrochó el cinturón, lentamente bajó el cierre del pantalón, desabrochó el botón y se puso de rodillas, le dio unos besitos a mi verga que aún estaba dentro del bóxer y muy lentamente fue bajando con los dientes mi ropa interior hasta que quedó completamente expuesto con la cabeza llena de brillo por todo ese líquido seminal que ya escurría literalmente…
Puso su mano en mis testículos y los empezó a sobar muy suavecito mientras con la punta de su lengua alcanzaba una gota que escurría, la tomo y la regresó a lo largo del cuerpo de mi verga hasta la punta y la dejo donde estaba todo lo demás. Jamás apartó su mirada de mí. Yo estaba hipnotizado y ella no tenía piedad, seguía recorriendo todo mi pene solo con la punta de su lengua sin llegar a meterlo a su boca. Yo sentía que en cualquier momento iba a explotar. De repente junto sus labios en la cabeza de mi pene y le dio un beso largo mientras sorbía todo el líquido que ya chorreaba y lo metió a su boca, cuando vi que mi miembro entro por completo y sentí el calor de su boca hasta la base de mis huevos casi me desmayo.
Después de un rato de la mamada más maravillosa de mi vida me senté y ella se sentó sobre mí. Comenzamos a movernos lento, rítmico sin necesidad de nada frenético y la sensación fue más que poderosa. Con una mano la sujeta de una de sus nalgas mientras que con la otra saqué solo una de sus hermosas y deliciosas tetas (34 b) y si consideras que es muy delgada, se le ven divinas. sin detener el vaivén comencé a besarla por los bordes, cerca de la aureola, solo rosando con la punta de mi lengua sin llegar a tocar el pezón, solo recorría esa teta tan deliciosa mientras la penetraba lentamente. Escuchaba como gemía, como respiraba cada vez más agitada pero no subíamos el ritmo. Descubrí ambas tetas y las toqué con mis manos. De manera gentil pero firme, lograba sentir la dureza de sus pezones en mis palmas y la suavidad de todo ese manjar. Las metí a mi boca y me deje llevar.
Mis manos estaban en sus nalgas pero de manera suave y rítmica acerqué mi mano hacia su culito y con la punta de mi dedo comencé a estimular los bordes de su ano mientras sentía como mi verga no dejaba de entrar y salir, ella escurría demasiado. Mi entrepierna ya estaba llena de sus fluidos pero… el ritmo lento y suave no paraba. Rosaba cada parte de ese culito con mis dedos hasta que acerque la punta de mi dedo medio y sentía como palpitaba, lo metí unos centímetros y escuche un gemido ahogado de ella. Comenzó a mover su cadera en círculos para que mi verga y mi dedo quedaran muy acoplados.
Ella se vino como 3 veces con lo que estábamos haciendo pero cuando yo estaba a punto de terminar y sin previo aviso ella se salió, se bajó y metió mi verga dura, palpitante y completamente mojada de ella a su boca y siguió chupando hasta que mi semen se escurrió de entre sus labios, pero eso no la detuvo. No señores, ella siguió mamando hasta que yo ya no podía mas.
Después de ese primer encuentro, las cosas fueron subiendo de intensidad. Cada vez ella tenía más curiosidad por experimentar cosas nuevas. A ella nunca le habían hecho sexo oral y por ende le costaba trabajo dejarme hacerlo pero una vez que so hice me dijo que fue de las coas mas deliciosas que había sentido. Después de eso vino el sexo anal que fue súper mega delicioso. Escuchar como gritaba pero pedía más y más me excitaba demasiado.
Lo más curioso es que siempre que yo la estimulaba por diversos lados podía ver como cerraba sus ojos y observaba sus movimientos, sus gestos y ella llegaba una y otra vez. Por ejemplo. Si ella estaba montándome yo subía una mano a sus pechos y la otra sobre su garganta y cuando pasaba uno de mis dedos por sus labios, ella lo empezaba a chupar pero como si fuera otra verga, no el dedo de mi mano. Incluso, tomaba mi muñeca como s fuera la base del miembro y lo mamaba delicioso mientras movía su cadera sobre mi verga hasta que se venía varias veces y después de ahí me pedía que se los echara en la boca.
En otra ocasión la tenia de perrito, y empezó a mover su cadera en círculos a lo que me dispuse a mojar mi dedo gordo con mi boca y lo lleve hacia su culito mientras con la otra mano le separaba las nalgas. De manera dócil se agachó mas y empecé a estimular pero ya veía como palpitaba su colita gritándome que lo metiera y así fue, cuando sintió mi dedo gordo dentro del culo hasta adentro y mi verga hasta el fondo de su vagina empezó a jadear mas fuerte hasta que se vino. Sentía como me apretaba el dedo con el culo y la verga con su rajita. Me pidió que le terminara en el ano. Deposite mi esperma justo en la entrada de su anito y vi como escurría hacia su clítoris. De inmediato con sus dedos empezó a jugar con mi leche y se embarraba entre su vagina y su ano.
Así que un día, mientras lo hacíamos, ella sobre mi y mamando uno de mis dedos me atreví a preguntarle que se imaginaba, o que le gustaría pero ella se detuvo un poco y me dijo que no preguntara nada, que solo disfrutara pero yo quería saber así que le dije… te imaginas, así como estas que en lugar de mi dedo fuera otra verga?… entonces se detuvo en seco y se molestó. Me dijo que quien creía que era ella como para que dijera esas pendejadas.
Yo le dije que era la mujer más perfecta del mundo pero que veía con que anhelo mamaba mis dedos o como disfrutaba de cuando le metía un dedo por el culo mientras la penetraba y pues quería saber, que yo jamás pensaría mal de ella, al contrario. Es una fantasía y por eso no se peca o no se es infiel. Entonces ella se puso de pie y se disponía a ir al baño pero no la dejé. Me pare de inmediato, la recargue contra la pared le pedí que parara ese culito y se lo metí sin pedirle permiso, ella gimió de placer y empezó a moverse.
Lleve mi dedo a su ano que ya estaba palpitante lo empecé a estimular y le decía en voz baja… solo imagínalo amor, que fuera otra verga mientras yo te lo estoy metiendo. Yo estaría boca arriba y el otro estaría metiéndolo en tu culito pero podría estarme comiendo esas deliciosas tetas que tienes y que te encanta que te muerda. Podría darte besos y de repente el podría estar por terminar y salir de tu culito y avanzar hacia tu boca y así tu podrías mamársela hasta hacerlo venir en tu boca mientras yo sigo metiéndotela y disfrutando de esas nalgas tan ricas que tienes, solo piénsalo. Todo esto le decía mientras la tenía pegada en la pared pero ahora si le estaba dando más duro, mas fuerte, la tome por el cuello, luego del pelo hasta que dijo primero en voz baja… si, si quiero. Quiero sentir dos vergas bien paradas en mí, quiero que me llenes de leche.
Después de eso… lo dejo para la segunda parte del relato.
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