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Mi esposa fue la niña más odiada por mí
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A mi esposa, durante mi niñez, la detestaba y odiaba de igual manera que ella lo hacía conmigo, en el kínder apareció una pecosa rubia de ojos azules que a los segundos de verme me saco la lengua y me dijo cara de tonto, yo inmediatamente respondí dándole una sonora cachetada, a lo cual ella no lloro como lo hacía mi hermana sino que respondió al golpe con un puntapié en mi espinilla de la pierna haciéndome llorar del dolor, y así la vi a esa pichón de amazonas con la nariz sangrante de pie parada a mi lado observándome como me revolcaba del dolor enfurecida y de pie, no había día en que no terminábamos peleando, ninguno se daba espacio o cuartel, ella era muy rápida para los puntapiés y yo trataba de agarrar su largo pelo y tirárselo como las crines de un caballo, era la menor de 4 hermanos varones así que estaba acostumbrada a los tratos rudos, también era muy buena jugando al futbol trepando árboles y era la única en ese kínder que sabía andar en patines y en bicicleta, en realidad era toda una amazona, más bien la hija de la reina de la amazonas.

Era tanta la violencia que se había despertado entre nosotros que las maestras hablaron a nuestros padres y estos con nosotros, pero era despertarse para pensar que maldad le haría ese día a Alejandra, nos sentaron en diagonal a nuestras mesas, bien separados, pero nos arrojábamos con lo que teníamos a mano, así pasamos el kínder y gran parte de la primaria, compitiendo en todo y peleándonos a golpes cada vez que podíamos, si yo venía corriendo ella me hacía una zancadilla y si ella estaba parada era blanco de algún objeto que siempre deba en su cabeza y ella sin llorar ni quejarse iniciaba la guerra, de puntapiés, insultos y palabrotas, la cosa se calmó un poco recién en el sexto grado, donde dejamos de golpearnos para pasar a decir las cosas más hirientes que se nos ocurrían, como cuando uno de nosotros llegábamos, el otro decía, que mal olor que vino de golpe, o, zas cayo granizo sin llover, o hablando de sacar la basura ¿Quién metió de nuevo la bolsa pestilente?, o ¿no sienten que la atmosfera se puso pesada de golpe?, pero, como siempre hay un pero, cuando nos enfermábamos, y faltamos a clase yo extrañaba su ausencia y ella le pasaba lo mismo y eso lo noto una vieja maestra que luego que llegamos con nuestras narices sangrando nos sentó, nos miró fijamente y nos dijo, recuerden esto niños, tanto se odian y tanto se pelean que ustedes dos terminaran casándose, la mire con cara de asco y dije antes de eso me muero de un susto, yo tengo buen gusto, y ella dijo, yo no como carne de cerdo inmunda, la maestra solo se rio y dijo ya verán, del odio al amor solo existe un paso.

Así siguió nuestra adolescencia, siempre en el mismo salón y siempre insoportable, hasta que una tarde cuando ya teníamos 18 años y cursábamos el último año de secundaria, nos llevaron a un campamento de invierno con un profesor nuevo que desconocía nuestro rechazo y al asignar las tareas de esa jornada me toco hacerla con Alejandra, ambos protestamos y el grupo se rio a carcajadas, el profesor no cambio de opinión y tuvimos que aceptar su decisión, yo tome mi campera mi mochila y cantimplora y me dirijo a donde le profe nos había señalado, era una colina detrás de un bosquecillo, el día estaba hermoso, pero como siempre bien precavido lleve mi equipo completo, ella solo llevo su pequeña y abultada mochila y dejo su campera en la base, caminamos sin decir una sola palabra maldiciendo por dentro, atravesamos el bosquecillo y al salir hacia la ladera comenzó nuestro acercamiento, en esas montañas el clima suele cambiar rápidamente y cuando estábamos saliendo de la colina, se nublo de pronto y descendió una gruesa capa de nubes, todo fue muy rápido, yo estaba con mi gruesa campera y dije, solo los idiotas salen sin la suya, al verla temblar de frio, ella contesto si fueras un caballero le darías el abrigo a una dama, ¿dónde está la dama yo solo veo a una idiota? Me miro furiosa, a punto de estallar de bronca y solo dijo, mejor regreso al campamento y salió hacia donde supuestamente estaba el bosquecillo, yo mire la brújula y me di cuenta que caminaba en dirección contraria al campamento y le dije:

-Idiota estas caminando en dirección paralela al campamento, la brújula marca que debemos ir hacia el norte y estas caminando hacia el noreste.

Pero ella se escogió de hombros y siguió caprichosa su camino, no se veía nada por la espesa neblina, caminamos un buen trecho y yo le dije

-Alejandra estamos caminando mal creo que no es por aquí, y ella responde irónicamente

-“mira hablo tarzán el rey de los monos, yo sé dónde queda el camino”, pero yo sabía que nos habíamos perdido y la temperatura bajaba rápidamente, le repetí diciéndole amablemente

-“oye idiota estamos perdidos ya deberíamos haber llegado al bosquecillo sin embargo no vero árboles, caminaste mal nos estamos alejando del campamento la brújula no mente”

-no soy una chica de ciudad me contesto sé dónde voy, además tu estúpida brújula funciona mal, o tu eres tan estúpido que no sabes usarla ¿acaso no aprendiste nada en tantos campamentos y excursiones que hiciste con tus amigos y tu padre? Sé dónde voy, yo no acampe nunca pero sé dónde estoy.

– vamos mal, le reitere creo que es por allí donde debemos seguir.

– No es por aquí me dijo y siguió caminando, la temperatura bajaba más rápidamente de lo esperado y la veía temblar.

-oye, detengámonos estamos perdidos le insistí, a lo que ella respondió

-Tu estarás perdido yo no y siguió caminando, la seguí porque sabía que estaba en peligro, mis enseñanzas me decían que no podía dejarla sola, pero que nos estábamos metiendo en un gran lio, caminamos más de una hora cuando ella dijo me muero de frio y se sentó en una piedra, me dio lastima verla así y me pare a su lado diciéndole

-Estamos perdidos, debemos quedarnos quietos y esperar a que nos encuentren.

-Si claro respondió y ser la burla de toda la escuela no gracias, se paró y camino nuevamente.

-Espera le dije, tengo una manta térmica al menos te abrigara algo

Ella a regañadientes lo acepto se envolvió en ella y apuro sus pasos quien sabe a dónde, yo comencé a recoger algo de leña sabía que la necesitaríamos y sabía que estábamos haciendo las cosas muy mal, después de dos o tres horas de caminar le dije

-mira ya intentamos con tu método, la niebla está cada vez más espesa debemos buscar un refugio y esperar allí, creo que pronto lloverá y eso es muy malo.

-Está bien dijo preocupada, hagamos eso, y ¿para que llevas esa leña?

-Para hacerte un palacio idiota le dije irónicamente, para hacer fuego y te recomiendo que tú también la levantes y recojas.

Buscamos refugio, ya la temperatura era muy baja y solo encontramos dos grandes rocas con una pequeña cueva que apenas cabíamos los dos pero que nos protegían un poco de la brisa que llegaba cargada de humedad

-Mira es ideal le dije podemos hacer un buen refugio antes que oscurezca, seguramente ya nos están buscando, y me puse en la tarea de cortar arbustos de hojas grandes para improvisar un débil techo y aislarnos del suelo helado y recoger más leña, que era abundante, cuando creí que tenía suficiente hice fuego y acomode como pude los arbustos, haciendo un mullido lecho de ramas y hojas secas, luego me puse en la tarea de revisar mi mochila, gracias a mi madre que siempre es una gran pero gran exagerada encontré 6 mantas térmicas una de ellas era una bolsa de dormir de emergencia de dos plazas donde cabíamos los dos, yo creía que tenía solo una manta, pero al ver las bolsitas agradecí lo exagerada que era mi madre, Alejandra no permitió que le viera su mochila diciéndome que tenía cosas de mujeres y que no debía tocarla.

Yo la mire y me encogí de hombros, ya no me preocupaba el frio, sino la lluvia, con una manta improvise un pequeño toldo a la salida de la pequeña cueva a la que asegure con piedras y le puse encima hojas y ramas y quedo bastante confortable, claro apenas cabíamos los dos muy pegados, pero la hoguera, más las otras 5 mantas nos harían pasar al menos una noche sin frio, comencé a recordar las enseñanzas de supervivencia de mi padre e hice un rápido conteo de las cosas que teníamos para sobrevivir, poseíamos dos cantimploras con dos litros y medio de agua cada una, eso me tranquilizaba bastante, mi madre había puesto en mi mochila, 4 raciones de comida de supervivencia militar que nos alcanzaría para tres o cuatro días. Una linterna y un pequeño silbato, la red caza mariposas y su extensión de aluminio y una pequeña taza de aluminio una olla, varias barras de chocolate de las cuales soy fanático, 8 sobres de té y 8 sobres de café, 8 sobres de leche en polvo y varios sobrecitos de azúcar y caramelos, solo debíamos pasar la noche, busque toda la leña que pude, y me di cuenta que Alejandra estaba con principio de hipotermia porque sus labios comenzaron a ponerse azules, avive el fuego la cubrí con tres mantas y prepare café en esa taza, como pude saque el jarro del fuego y se lo di, ella comenzó a entrar en calor, pero temblaba mucho de frio, así que le di mi campera a lo que ella agradeció, sentí el frio intenso sin mi campera, yo me envolví en las mantas, de pronto comenzó a llover abundantemente, yo había puesto la leña bajo el toldo y me asegure que hubiera fuego en ella, también había calentado piedras las que nos servían como improvisadas estufas radiantes pero al poco rato el fuego se nos apagó casi por completo, nos refugiamos en esa improvisado cueva y me prepare para pasar la noche más fría de mi vida, Alejandra comenzó a llorar y trate de calmarla, le dije

-mira idiota saldremos de esta juntos la abrace y le dije debemos pegar nuestros cuerpos y unir nuestras mantas y así lo hicimos, le di la mano y en medio de una oscuridad enorme encendí la linterna y vi ese rostro que de pronto me pareció que era de un ángel, porque a decir verdad Alejandra es bellísima, es muy bonita mi amada esposa, la lluvia golpeaba con fuerza y ella comenzó nuevamente a temblar de frio, sus labios se pusieron azules de nuevo y me di cuenta que estaba helada, estaba entrando de nuevo en hipotermia, le dije oye debo darte calor, la puse entre mis piernas y le subí la remera, dejando su abdomen y pecho desnudo cuando toque su piel desnuda con mi piel estaba helada ella no se resistió a que le sacara el sostén y dejara sus senos despojados que tocaron mi pecho, mis manos la rodearon y me dijo es agradable esta calentito, así me quede un largo rato sin decir nada solo escuchando nuestra respiración, la lluvia y sin dejar de refregar mis manos en su espalda para darle calor, cuando sentí que había igualado su temperatura la puse de espada entre mis piernas, puse mi campera en su pecho, y la abrace como a un niño, su cuello quedo al alcance de mi boca y su aroma a hembra me cautivo y sin decir nada bese su cuello, ella solo emitió un leve gemido y me tomo la mano apretándome más a su cuerpo, la magia estaba naciendo, volví a besar ese cuello de cisne y ella giro la cabeza y nuestros labios se encontraron en el beso más dulce que di en mi vida, la magia había aparecido en todo su esplendor.

Le tome sus grandes tetas con mis manos y le toque sus pezones, eran grandes como dos bolillos, estaban erectos por el frio y la excitación, la lluvia caía sin parar, mire hacia la hoguera y vi unas brasas que habían sobrevivido a la lluvia y pensé si hago un pozo cerca podre hacer una hoguera india, cave rápidamente el pozo puse esas brasas y la cubrí con pesados troncos, en pocos minutos el fuego ardía nuevamente y el calor inundo nuestro refugio, mire a Alejandra que me miraba de una manera tierna, diferente, me acerque y nos comenzamos a besar con furia, como queriéndonos lastimar, como haciéndonos daño, ella me detuvo y me dijo, así no quiero, si debe pasar algo entre nosotros debe ser hermoso, cuando cavabas el pozo pensé tal vez sea nuestra última noche con vida, así que hagamos que sea feliz y tierna, y comenzó a llorar, esa amazona era una mujer que lloraba, le dije que si, y por primera vez nos besamos con dulzura y afecto con cariño, sintiendo algo nuevo, mis manos recorrían su cuerpo, y descubrí con ellas que Alejandra tenía una figura especial, sus tetas eran grandes, y su cadera tenía la forma de una pera, el frio era intenso, pero en ese refugio de pronto hacía calor.

Nos metimos semi desnudos en la bolsa de dormir y nos tapamos con las mantas, cuando nuestros cuerpos desnudos se tocaron fue increíble, en un determinado instante toque su conchita y ella pego un pequeño salto, me dijo cuidado soy virgen, a lo que yo le dije te diré un secreto yo también lo soy, tu serás mi primera mujer, y tu mi primer hombre contesto ella, abrazándome y metiéndome su leguita en mi boca, le acaricie las tetas y mi pija quiso meterse en ese refugio de carne, le puse la cabecita en la entrada de su cuevita y sentí sus labios agárreme la pija, ella cerro los ojos, y lentamente me fui introduciendo en su conejito, hasta que sentí, esa telita, que separaba su vagina y ponía una barrera a mi placer, esa vagina que nunca había sido penetrada por nadie, le dije ¿ estas segura de esto mi amor? Ella respondió ¿cómo me dijiste? Mi amor le respondí, y ella solo me abrazo y elevo su cadera de un solo golpe, yo sentí como esa telita se incrustaba en mi glande y se estiraba, haciéndome sentir una punzada y luego se rompía como un hilo elástico lo hace, ella dio un grito que se escuchó en todo el valle y me clavo las uñas en mi espalda, yo comencé a bombearla, en un mete y saca único, los gritos de ella se trasformaron en gemidos de placer, estábamos solos en medio de la nada y yo clavaba mi estaca en su conchita, de la chica que había odiado desde mi niñez, me la estaba desvirgando y ella hacia lo mismo conmigo, sentí su clítoris que salía de su capucha, es un clítoris grande como una cascara de maní o cacahuate grande, rozar mi chota, sus gemidos se escuchaban a kilómetros, y mis bolas chocaban con sus vagina, en un determinado momento la escuche decir, que pedazo de pija tenes mi amor, rómpeme toda mi cielo, soy desde ahora tu perra, clávame y hazme tuya, regame por dentro, quiero ser tuya siempre, y sin decir nada acabo, con un orgasmo increíble, se tensó y se puso rígida y comenzó a temblar, sus tetas te supieron duras y sus pezones se pararon más, la concha le comenzó a latir, como abrazándome, y le llego el orgasmo más esperado por una mujer, su primer orgasmo con la pija adentro de un hombre, y pidió más verga, yo sentía con mi pija como ella acababa, y le dije, me estoy por venir, ella me dijo acábame adentro, por favor échame tu leche adentro, quiero sentir la leche de mi hombre adentro por primera vez, no me importa nada más, dale mi vida, que tal vez sea nuestra última noche con vida, y sin decir nada le descargue toda la leche de mis juveniles bolas, fue increíble, jamás volvía a sentir esa eyaculación como esa noche, no terminaba nunca, era una catarata, debo haber lanzado 15 o más chorros de esperma, su vagina latía y me succionaba, era estrechita y sentía sus paredes elásticas alargarse y apretarme, ella decía, se siente como una lava tu leche, me quemas por dentro, me estas preñando, me estas embarazando mi vida, siento como tu leche llega a mi útero, amor, te amo, cuando dejamos de temblar por nuestros orgasmo ella me dijo mirándome a los ojos, ¿sabes una cosa te diré un secreto? Pero por favor no saques tu pija de mi concha, si le dije, cuéntame, ¿recuerdas el día que la profesora Liliana nos dijo que nosotros terminaríamos amándonos y casándonos? Si le respondí, – bueno desde ese día te comencé a ver diferente, te vi hermoso, te vi único y decidí que serias tu quien me quitara mi virginidad, porque desde ese día estoy profundamente enamorada de ti, y hoy cuando el profesor nos dijo que debíamos ser pareja pensé en decírtelo, jamás me perdí, sabía que caminaba en paralelo al campamento, y tu hiciste algo que me demostró tu amor, no me dejaste sola, a pesar que sabias que estábamos caminando mal, te podías haber marchado y regresado al campamento base, pero te quedaste conmigo todo el tiempo y eso demuestra que sientes algo por mí y no es precisamente odio ni rencor, y cuando dijo eso su vagina me apretó la chota y elevo su cadera enterrándose la pija hasta tocar su útero, yo tengo un palo de 16 centímetros y ella se lo trago todo, ella dijo en mi mochila esta mi campera y una bolsa de dormir con una pequeña colchoneta inflable.

Salí de ella rápidamente y me vestí busque su mochila que siendo pequeña guardaba bien apretada una bolsa de dormir de dos plazas, esas bolsas que se las puede apretar usando una aspiradora para hacerle vacío y que ocupan muy poco espacio, había allí también una colchoneta que si inflan con un inflador pequeño, su camperon en una bolsa apretada al vacío y varias mantas térmicas de supervivencia, comencé a inflar la colchoneta y ella casi desnuda envuelta en esas finas mantas de aluminio sacaba de la bolsa al vacío su bolsa de dormir y también su camperon rojo, había una pequeña toalla blanca y así entre la penumbras del fuego y la lluvia le vi casi desnuda, sus tetas al aire y sentada con las piernas cruzadas, vi como de su lampiña vagina le salían mezclado con su sangre virginal mi semen, abundante espeso, me acerque para ver mejor y ella se sorprendió diciéndome, siento como me baja tu semen desde mis entrañas.

Y quiero más, pero tenemos toda la noche y ahora ya sin frio, cuando termine de inflar la colchoneta la puse debajo de la pesada bolsa de dormir, acomode las mantas térmicas y dije podría poner una de estas afuera para que no entre agua ni viento, así que Salí y en medio de la lluvia puse la manta más grande asegurándola con piedras y ramas, ya el pequeño refugio estaba casi hermético, puse tres o cuatro troncos más al fuego, metí la bolsa de emergencia dentro de la bolsa de dormir y le dije a mi odiada y amada novia esta noche te llenare de semen, me desnude y me metí a su lado esta vez hicimos el amor en forma salvaje, la penetre con furia, sentía como mi chota tocaba su útero, y ella también me ponía sus filosas uñas en mi espalda, otra vez éramos esas dos fieras salvajes agrediéndose constantemente, éramos verdaderos demonios de Tanzania haciendo el amor, ella me dijo en un momento dame más hijo de puta dame méteme esa pija, dale métemela más adentro, gritaba como loca, sus gritos se habrían escuchado a mucha distancia, y siguió diciéndome, dame cógeme, que sepan que Enrique V me está cogiéndome a mí, a Alejandra S, dale lléname de leche, a lo que le conteste ¿ te gusta la pija putita? Si me contesto, pero me gusta tu pija, no quiero otra que tu pija, dame cógeme, y termino esta vez su orgasmo vino con un profundo squirt que nos mojó a ambos, yo sin saber le dije, te estas meando, no dijo ella estoy acabando y soy una fuente, dame tu leche y así lo hice, nos levantamos y secamos sus jugos, ella de pronto se paró desnuda en medio de la lluvia y grito, me acaba de culear Enrique V, me cogió toda, y me rompió la concha, les digo a todas las perras de ahí afuera que no se atrevan a acercarse a mi hombre porque las mato, es mío y yo la miraba entre la negrura de la noche vi cómo le goteaba mi semen de su vagina, y me entro unas ganas de gritar a sí que también lo hice y dije yo acabo de cogerme a Alejandra S y les digo a todos que nadie se le acerque, porque ella es mía desde este día, y prometo cogerla y culearla siempre, nos abrazamos y besamos desnudos los dos, yo con la pija parada y ella con sus tetazas erguidas apuntándome, nos secamos con esa toallita pequeña y decidimos comer algo, prepare una ración de comida y la devoramos hambrientos de tanto caminar y coger, luego nos desvestimos y nos volvimos a meter en la bolsa de dormir, y allí abrazados le dije, mi amor, ¿ sabes que podrías quedar embarazada esta noche? Ella me dijo, no porque hace meses que mi ginecóloga me receto y estoy tomando anticonceptivos para corregir mi regla y mis hormonas así que es imposible quedar embarazada por eso te quiero adentro mío y que termines siempre.

-oye me dijo ¿sabes que se corre un chisme entre mis amigas? Una de ellas los espió en los baños del gimnasio y comento que tenías la pija más grande de todas, y hay varias de ellas detrás de ti esperándote cazarte, pero yo gane, llegue primera y es verdad que pedazo de pija tienes mi amor. Ahhh ni te atrevas a tocar a ninguna de esas zorritas

Cuando me dijo eso ella comenzó a masajearme la pija y la puso dura de inmediato, a lo que yo respondí tocándole la conchita. Ven me dijo quiero yo montarte y se puso de cuclillas y comenzó a montarme lentamente, hasta que a la mitad de su recorrido sentí como mi cabeza tocaba su cérvix ella tomo aire y se sentó de golpe, mi pija abrió esa cavidad y sentí como penetraba esa zona ella dio un grito y comenzó a cabalgarme, y así le llego aquella seguidilla de 5 orgasmos, sin pausa, uno detrás de otro, uno más intenso y así deposite mi esperma en su matriz, vi el reloj y este marcaba recién las 11 de la noche y le dije . Hasta el amanecer tenemos mucho tiempo, y le toque el culito, ella dijo, ese lo entregare la noche de bodas, deberás hacer méritos para que te lo entregue mi cielo.

Está de más decir que esa noche descubrí que ella tenía una figura espectacular, su fragancia era única, su suavidad la de un bebe y sus manos sabían acariciar, sus senos eran grandes y turgentes, dos copas de miel y su boca un cántaro de dulce néctar, nos metimos en la bolsa térmica de emergencia y dejamos que el amor hiciera su magia, de pronto ya no sentimos frio le dije te amo Alejandra, y ella respondió y yo a ti siempre te amé, nos encontraron al amanecer del día siguiente, dormidos, pero bien juntos en la bolsa de dormir 4 años después Alejandra se convertía en mi esposa, esa noche Alejandra cumplió su promesa y me entrego su culito virgen, el grito que pego lo escucho todo el hotel pero esa es otra historia.

Ya han pasado 30 años de aquella noche, hoy tenemos 5 hijos y la más pequeña y única hija es igual a Alejandra un verdadero retrato, una calcomanía de esa niña, peleadora y aguerrida, se crio con la dureza de sus 4 hermanos varones y tiene un pequeño amiguito a quien no quiere y pelea todos los días, con Alejandra nos acordamos de aquella maestra que no se equivocó, y pensamos que Dios quiera la pequeña encuentre el amor de su vida en ese niño que tanto desprecia, porque Alejandra es mi esposa fiel, amante compañera, dedicada, única, y tal como la maestra predijo nos casamos y cada vez que la veo sé que es la mujer más linda del mundo, es mi primera novia, mi primera mujer, esposa, amante, amiga, compañera, y cómplice, mi guerrea, mi primera defensora, mi alma gemela y mi hada madrina, la que me hacía sangrar la nariz en kínder, porque del odio al amor solo nos separa… una noche fría.

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