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Mi enfermera y doctora de cabecera
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Tiempo de lectura: 3 minutos

-Pase por aquí por favor -me dijo la enfermera.

-gracias, señorita

-Tome asiento, en seguida vendrá la doctora, mientras vaya quitándose el pantalón y póngase esta bata-me dijo entregándome una bata blanca de manicomio.

Mi problema era que tenía una pequeña inflamación en la ingle, quizás una roncha infectada, es molesta y me dolía. Quizás nada de cuidado.

Me quedo embobado con la visión de la enfermera, una mujer hermosa, morena y de baja estatura con un culazo alucinante, un cabello lacio muy largo y unos senos muy suculentos. Trato de concentrarme en vestirme y desviar la atención de mis pensamientos lujuriosos, esta divina pero que se le puede hacer, tengo novia y supongo que ella tiene novio, con ese cuerpo que tiene no pasa desapercibida en ningún lado.

-Descúbrase por favor para poder rasurarlo -me dijo. Tan solo escucharla decir eso me puso muy nervioso.

Me puse se pie y ella se agacho frente a mí. Mi mente volaba y la veía, ella me miraba desde abajo y sonreía, lo hacía despacio y mi cuerpo empezó a responder. Entonces comenzó a tocar mi pierna con sus dedos, trataba de ver hacia adelante, pero ¿desperdiciar el momento?, no, para nada. Tome una posición dominante y la observaba, ella coqueteaba abriendo su boca para sonreír. Me abrí la bata y mi verga se notaba por el bóxer ya erecta, seguía viéndome hacia arriba y viendo mi paquete, sonreía.

-Abi, ¿ya está listo el paciente? -grito la doctora desde la habitación de al lado.

-No doctora, aun me falta sacar bastante, se ve que tiene mucho que sacar -me veía hacia arriba y reía.

-Avísame si necesitas ayuda, ya quiero atenderlo.

-¡Claro doctora! -decía en un tono muy sensual.

Se acercó casi hasta oler mi paquete, comenzó a bajarme el bóxer. -¿Qué hace?

-Tranquilo -bajo mi ropa interior haciendo saltar mi polla hacia su cara, sonrió y saco la lengua, observándome toco la punta de mi verga dejando un hilo de saliva colgando, volvió a tocar con su lengua y recogió ese hilo con la boca, la observaba como si fuera un helado el cual no sabía por dónde empezar a lamer. Saco un almohadón de un cajón cercano y se hinco para estar más cómoda. Abrió la boca lo más que pudo y metió toda mi verga hasta el fondo de su garganta simulando que se ahogaba, ¡agg! ¡agaaga! La saco y la escupió, volvió a meterla toda hasta la garganta.

-¡Abiii! ¿ya está listo el paciente? -grito la doctora

Dejo de succionar rápidamente y grito. -¡El paciente sigue muy tenso, deme un minuto doctora, en seguida termino!

-Avísame si necesitas ayuda, date prisa.

Comenzó a chupármela, la metía hasta adentro, succionaba mis jugos y se notaba a través de su mejilla, jugueteaba con mi falo, la restregaba por toda su boca, mamaba y succionaba con fuerza y a veces suave haciendo un sonido de ¡mmm!, ¡agg!, ¡agg! quiero tu leche –balbuceaba- dámela toda-. Yo estaba tan abstraído por el momento que no escuche el sonido de la puerta.

-¡Hoo!, Abi, ¿qué haces? -pregunto la doctora, sonriendo de manera picara.

-Tiene mucho que liberar y es mejor que este relajado para el procedimiento -Dijo Abi a la doctora.

-Abigail, suéltalo por favor y pásalo a mi consultorio, ahí daremos por terminado el procedimiento. -dijo haciendo un signo de atracción con el dedo.

La enfermera me condujo hacia adentro jalándome de la verga, me condujo hacia adentro y me dijo -Recuéstate en esa camilla por favor-. De soslayo vi que la doctora se quitó la bata, tenía una blusa negra de tirantes, en el escote se le veían unas tetas exorbitantes. No lo podía creer, estaba viviendo la fantasía de cualquiera. Me recosté en la camilla y la enfermera me quito el bóxer, tomo mi verga y siguió chupándola, yo estaba embelesado en la escena, la doctora ni se inmutaba, seguía sentada en su escritorio sin quitar la vista de su laptop.

-Doctora ya está a punto de liberar -dijo Abigail

-Enseguida voy, haz que tolere un poco más -dijo la doctora.

Abigail como si le ordenaran lo opuesto siguió mamándome la verga, la tomaba con fuerza con las dos manos, aghg, agh, ¡mmm!, me quería dejar seco. – ¡aahhh! Me voy a correr -gemí.

La doctora se levantó y se inclinó frente a mí, libero sus suculentos pechos y dijo, -échamelos aquí- señalando sus enormes tetas. Abigail le chupo los pezones mientras me hacia la paja final, alternaba chupándome y chupando sus enormes pechos.

-¡Aaahhh! ¡mmm! Expulse cuatro borbotones de leche en la cara de Abigail y en los pechos de la doctora. Sentí un orgasmo tras otro mientras expulsaba la leche que caía en la piel de la doctora y en la lengua de Abigail. La enfermera exprimía mi verga y la succionaba, no podía parar de venirme, no se detuvo hasta que no vio ni una gota, después comenzó a chupar los brutales pechos de la doctora, recogiendo la leche que quedo regada en su piel.

Mi correo es [email protected]. Espero contar con su opinión y puntos de vista o lo que sea que me quieras contarme, también si queréis platicar y contarme sus fantasías, deseos o encuentros, no importa género o preferencia sexual. Saludos.

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