Por cuestiones de remodelación tuvimos que mudarnos de nuestra casa a la de mis suegros.
Después de agarrar el ritmo empezamos a llevar una mejor relación y administramos mejor los horarios.
Mi cuñada siempre me ha parecido atractiva, pero no le daba mayor importancia, no es precisamente una hermosura pero tiene lo suyo.
Tiene 23 años, 1.50, pechos chicos, piel canela y un culo de infarto.
Una mañana mi esposa y sus papás iban a ir por el desayuno, me dijo que me quedara a descansar que tardarían un par de horas ya que también tenían que hacer algunas compras, me pareció perfecto y me quedé en la recámara.
Al poco tiempo de que se fueron tocaron a mi puerta, era mi cuñada… La saludé y le dije que pensé que estaba sólo, ella me dijo: fui a correr y acabo de llegar, me dijo que si quería café y que me esperaba en la cocina.
Me vestí y fui a la cocina, ella estaba parada de puntitas buscando el café y el azúcar.
Llevaba una blusa negra con una apertura muy amplia en los costados por lo que al estirarse de esa forma podía ver sus pechos por los costados, una licra color vino que dejaba ver su ropa interior perfectamente marcada por esa delgada tela y se puso unas sandalias.
Nunca había puesto atención pero al verla parada así pude ver las hermosas plantas de sus pies, se podía apreciar perfectamente el rojo rosado de sus plantas y el tono blanco en sus dedos ya que todo su peso estaba en ellos para alcanzar la alacena…
Cuando se dio vuelta se asustó ya que no había notado mi presencia, los dos reímos y nos sentamos a tomar café.
Después de un rato me dijo que se iba a bañar, que me tocaba lavar las tazas y limpiar la mesa.
El baño tiene una ventana que da al pasillo de la planta alta y ésta permite ver la regadera desde afuera, cundo subí a mi habitación note que la ventana estaba abierta y salía vapor de ella.
En ese momento tuve dudas, no sabía si acercarme a intentar ver por la ventana sin que se diera cuenta o si ignorarlo e ir a mi cuarto.
No pude más y me acerque a la ventana con cuidado, al acercarme con cuidado pude verla de espaldas preciosa enjabonando su cuerpo, el agua escurriendo por su espalda hasta sus preciosos pies.
Mi sorpresa fue mayor cuando me di cuenta que se estaba tocando… Yo estaba muy excitado no podía creer los que estaba viendo.
De repente ella se dio vuelta y me fui a mi cuarto lo más rápido posible, me recosté y me quedé pensando… me habrá visto? le dirá a mi esposa?
En eso estaba cuando ella entro sin tocar, me vio y me dijo…
-¿Qué estabas haciendo?
-Nada aquí en mi cuarto. -Le dije lo más tranquilo que pude.
-No soy tonta ¿sabes lo que puede pasar si mi hermana se entera?
En ese momento sentí mucha presión, sentí un nudo en la garganta. Pero antes de que pudiera pedirle que no dijera nada ella habló:
-Pero eso no nos convendría ¿verdad?
Dicho esto dejo caer su toalla… Se acercó a mí, tomó mi mano y la puso entre sus piernas, pude sentir sus jugos empapando mi mano y me plantó un beso en la boca.
En ese momento escuchamos la puerta de la entrada y ella corrió a su cuarto…