Con mi grupo de amigos acostumbramos vernos muy seguido, nos juntamos a cenar, a la tarde para compartir unos mates, o a tomar unos tragos en nuestras casas. Hace unos meses, realicé una fiesta en casa, éramos 8 o 10 amigos, no recuerdo bien. En un momento de la noche comenzamos a jugar al “yo nunca”. Juego en el que alguien confiesa que nunca ha hecho algo y se castiga a quien en verdad no lo hizo con un fondo blanco de su trago.
Yo confieso.-yo nunca espié a nadie teniendo sexo… Todos hacemos fondo blanco menos Marcelo. Marcelo, llegó a Argentina hace tres años, dejó Venezuela en busca de mejores aventuras, llegó a Argentina y ¡Vaya!! que las encontró. Marce trabaja en una empresa que realiza mantenimientos de parques y plazas.
Mis amigos al observar que Marce no había tomado su trago, entre risas y gritos le pedían que cuente su historia ¡que la cuente! ¡Que la cuente! Y comienza… Yo… durante el día me encargo del mantenimiento de parques, y durante la noche, como sabrán, soy guardia de seguridad de uno de ellos. En ese parque de noche la gente llega con sus autos, estaciona, pero no se baja. Se quedan todos a oscuras, dentro de sus coches. Mis compañeros de trabajo me dijeron que no me acercara a los autos, que solo mirara que esté todo tranquilo. Nos contaba.
Una de esas noches llega una pareja en auto. Estaciona muy cerca de donde está mi oficina, nos cuenta, y logro ver que las personas que ocupaban ese vehículo era un hombre y una mujer, rubia ella, hermosa. Y sigue relatando, -no logre verlos bien y me acerque aún más al auto, y observo que ella está sobre él, los vidrios empañados, y el auto comenzó a balancearse suavemente. Me acerqué un poco más, confesó, mientras, nosotros escuchábamos atentos la historia. Y, continúa, preocupado porque no entendía qué pasaba, me acerco al auto y veo a una rubia hermosa galopando a su pareja, uff! no podía creerlo!! de pronto la muchacha me descubre y cruzamos miradas, durante un instante.
No quería que se asustarán, que creyeran que yo era un malandro o ladrón, como le dicen acá. Yo empecé a tocarme, decía avergonzado, y note que la mujer le comenzó a hablar al oído a su acompañante. Yo, al ser descubierto eyacule, quizá fue el morbo, no sé y me retiré hasta mi oficina, pero minutos después veo a la rubia bajar del carro. Me propuso ir hasta su departamento junto a su pareja. Así lo hice, pues, deje mi lugar de trabajo y me fui a compartir una noche de sexo con la rubia y su novio. Nuestras miradas estaban atentas a la historia que Marce estaba relatando. Fuimos hasta su casa, continuo, y su pareja me invita a estar solos. Ella y yo! La rubia y yo! Solos!!! Obviamente que acepte. Ella estaba muy excitada por todo lo que estaban haciendo dentro del carro. Yo por ver lo que habían hecho.
Ya estando solos fuimos a su habitación, nos practicamos sexo oral, y tuvimos sexo, dice sonrojándose.. .Todos aplaudimos a Marce y continuamos con el juego. No faltaron los comentarios como “ pobre chica! con ese tamaño!!! Es cierto lo que dicen?!?! la tenés grande??? pero Marcelo solo se reía y asentía con la cabeza. Yo empecé a calentarme, mi temperatura corporal comenzó a aumentar imaginando el gran paquete que mi nuevo amigo Marcelo escondía entre sus piernas.
Al correr la noche mis amigos empezaron a retirarse cada cual a su casa, pero Marce, se quedaba, seguía tomando, seguía riendo, contando otras anécdotas de aquí y de su país, de vez en cuando se le volvía a preguntar sobre el tamaño de su pene y él devolvía por respuesta una sonriente cara de duda… Le confieso a mi amiga Tamy, que estaba súper excitada con la historia de Marce y me comenta riendo .-sáquense las ganas mutuas!!! El también esta re caliente!! Me voy, suerte.- y me dio un beso en la mejilla.
Y se fue acompañada de dos amigos. Cuando estuvimos solos, y más tranquilos, le pregunté nuevamente por esa noche del parque y la pareja. Sabía que lo que había dicho anteriormente era un resumen. ¡Contame bien que pasó esa noche Marce!! Me muero por hacer algo así de loco!!!. Comenzó a contarme y me perdí en su acento caribeño, en su cuerpo moreno y alto, sus manos grandes, sus labios carnosos. Nunca lo había observado así, tan sensual, tan sexi, tan actor porno. Y me lance. Él estaba parado frente a mi, con un vaso en su mano, apoyado sobre un mueble, y una erección que era imposible disimular. El tamaño era realmente grande.
El seguía hablando y calle su boca con un beso. Que beso!! su lengua húmeda, sus labios carnosos, su sangre caribeña exhalábamos pasión, inhalamos calentura. Comienzo a desabrochar sus pantalones y en un ataque salvaje de pasión nos encontramos desnudos, sedientos de sexo, súper excitados en mi cama. Sentía como mi cuerpo pequeño era penetrado por ese pene gigante, y mi vagina se mojaba. Sentía como su lengua tocaba mis labios, mi clítoris, como lamia mi excitación. Jadeantes de pasión recorríamos nuestros cuerpos, los saboreábamos.
Introduje su gran pene en mi boca y tome cada gota que de él salía. Mientras saboreaba el semen, sentí como dilataba mi culo, preparándose para recibir al pene más grande que había visto. Estaba muy dilatada y muy excitada, tome entre mis manos al gigante erecto y lo introduje en mi culo muy lubricado. Frente al espejo, con mis manos apoyadas en la pared, mis piernas abiertas y mi culo a su entera disposición comienzo a sentir como su enorme cabeza entraba y salía de mi, cerré mis ojos, inspire profundo y como dos salvajes estallamos de placer en un orgasmo a la venezolana, intenso… muuuy intenso.