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Mi concuño me hace suya
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Hola, quiero agradecer a todos los que me han escrito a mi correo y quienes ya me han conocido y también a quienes me han ayudado. Esta ocasión quiero compartirles como me hizo suya mi concuño.

Como les comenté en la cena de Navidad lo que viví con mi concuño y cuando se despidió de mi cuando me abrazó y me dijo al oído “antes de que termine este año te voy a coger”, apretando mis nalgas.

Me quedé más excitada de lo que estaba por su atrevimiento como les comenté. Esa noche fue la primera vez que tuve su leche en los labios vaginales de mi panochita y mi culo.

Sentía cada vez que caminaba como mi tanga se metía más en mi panochita, en mi culo el suave frío de la leche de mi concuño en mi tanga me excitada más, sentir el contacto de su leche con mis labios vaginales de mi panochita y mi culo.

Tener que hacerme la desentendida con mi esposo de lo que sentía en esos momentos su leche de mi concuño provocaba que me mojara más y sintiera como mis jugos se mezclaban con su leche.

Nos despedimos de mis familiares para ir a mi casa, mis hijos ya estaban cansados y con ganas de dormir. Mis suegros nos dijeron que nos esperaban para la cena de fin de año que no faltáramos.

No podía evitar el excitarme, cerrar mis piernas mientras mi esposo conducía a casa tenía que llegar a casa para limpiar mis jugos.

Cuando llegamos a casa y acostamos a nuestros hijos besé a mi esposo, deseaba que me acariciara, me besara con deseo, pasión, deseaba me cogiera, me hiciera suya, pero estaba un poco mareado y cansado y quería dormir.

Nos fuimos a nuestra recámara. Me iba a desvestir toda, pero no quise, solo me quité mi vestido, me dejé mis medias, mis ligueros, mi tanga con la leche de mi concuño.

En mi cama puse mis manos en mi tanga y empecé a frotarme suavemente mordiendo mis labios para que no me escuchara mi esposo y meter mi tanga en mi panochita, en mi culo, que los restos de leche de mi concuño entrara en mi teniendo dos orgasmos que me dejaron más caliente aun.

Cuando desperté estaba toda mojada tuve que ducharme para que me quitara lo inflamado de mis labios vaginales, pero no fue posible estaba muy excitada.

Cuando daba de desayunar, mi esposo me preguntó que si me había divertido en la cena, le dije que sí, que me había gustado mucho cuando estaban quebrando la piñata, recordando a mi concuño.

Claro que no le dije lo que había pasado.

Esos días estuve muy excitada, más que de costumbre pensando en mi concuño y que si llegara a ser suya, pero sabía que no podrían darse las cosas.

Pensé que me buscaría, me llamaría a la casa, pero no fue así.

Los días pasaron y el día 31 para la cena de fin de año llegó. Esa tarde me puse un vestido que un amigo de la red de nombre Mario, en días pasados me había pedido mi número de cuenta para hacerme un depósito para que me comprara un vestido, un par de medias, mi tanga, mis ligueros y sinceramente no creí que me hiciera el depósito.

Cuál fue mi sorpresa que me llegó el aviso que se me había hecho el depósito a mi cuenta y compré el vestido para modelárselo, eso es una de las gratas sorpresas que me ha hecho vivir Mario, muchas gracias por esos detalles y momentos.

Terminando de ducharme me puse ese vestido, elegí unas medias negras de red, ligueros de encajes y tanga de abertura en medio, mis zapatillas de aguja. Cuando mi esposo me vio, le gustó como me veía, le gustó ese vestido que Mario me había comprado.

No sé porque, pero estaba inquieta, excitada, tenía la esperanza que mi concuño fuera a la cena de fin de año.

Cuando llegamos a la casa de mi suegros lo busqué disimuladamente con mi mirada, pero no estaba ni él ni mi cuñada, claro que tenía mucho deseos de saber si es que irían, pero no quería ocasionar un problema. Ayudé con los preparativos de la cena.

Estaba sola en la cocina sacando el guisado del horno cuando estuve a punto de dar un grito cuando sentí una mano levantar mi vestido y acariciar mis nalgas y decirme “que rica te ves con ese vestido y esas medias, esta noche te voy a coger”. Era mi concuño, solo me dejé acariciar que pasara su mano en medio de mis nalgas a su antojo, sus deseos.

No lo dije nada solo dejé que me manoseara, sintió como estaba de mojada, me embarró mis jugos en mis nalgas, mi culo y salió de la cocina.

Tuve que recargarme en la mesa, mis piernas me temblaban, en esos momentos entró mi suegra y me dijo si me sentía bien, le dije que me sentía un poco mareada, me dijo que me fuera a recostar en el cuarto de visitas que ella y mis cuñadas terminarían con los preparativos de la cena.

Cuando salí de la cocina mi concuño platicaba con mi esposo y le dije que me iba a recostar un poco en el cuarto de visitas que me sentía un poco mareada, me dijo mi esposo si necesitaba algo un medicamento, le dije que no, que no se preocupara, que regresaba en un momento y miré disimuladamente a mi concuño. Cuando me iba moví más mis caderas para que me viera mi concuño.

Estaba muy excitada de las caricias que me habían hecho mi concuño y su seguridad de que hoy sería suya.

No le puse pasar a la chapa del cuarto por si necesitaban algo y me recosté boca abajo en la cama. Habrán pasado como cinco minutos cuando escuché que abrían la puerta, no hice caso pensé que era mi suegra que había entrado por algo.

Sentí que alguien se recostaba en la cama creí que era mi esposo que me había ido a ver

Y una mano subía mi vestido dejando descubierto mis piernas donde terminan mis medias y empiezan los broques de los ligueros.

Levanté mi cadera para que subiera más mi vestido a mi cintura, puso su mano en medio de mis nalgas y abrí más mis piernas, dije en susurros creyendo que era mi esposo “no mi amor alguien puede venir”, giré mi cabeza para ver si era mi esposo y era mi concuño.

Se puso encima de mí y me dijo “ahora si vas hacer mía”, le abrí mis labios para que me besara como muestra de mis deseos de ser suya, de lo caliente que me tenía.

Le dije “cógeme, no puedo más, te necesito, hazme tuya por favor” y separé más mis piernas, sabíamos que no contábamos con mucho tiempo y que podría alguien vernos.

Me puse en cuatro, se bajó su pantalón y levanté mis nalgas, hice a un lado mi tanga ofreciéndole mi panochita toda mojada húmeda y mi culo para él.

Sacó su verga y por fin la sentía en medio de mis nalgas como los líquidos de la boca de la cabeza de su verga me las embarraba en medio de mis nalgas en la entrada de mi culo apretadito y como la ponía en la entrada de mi panochita, me desesperaba porque no me la metía.

Me miré por mi hombro y le dije “cógeme ya por favor no puedo más te necesito”. Hacia mi cadera para atrás tratando de meterme su verga, pero no me la metía me tenía desesperada y más caliente trataba de agarrar su verga y metérmela.

Por fin sentí como ponía su verga en mi culito me dijo “te voy a culear me gusta como mueves el culo al caminar como te vestiste hoy te ves muy…” y se calló, le dije “dime como me veo” y le dije que me había vestido para él.

Paré más mis nalgas, le abrí mi culo con mis manos para dárselo, sentí como la cabeza de su verga abría mi culo a pesar de los líquidos mordí la sabana para no gritar. Me dijo “que rico y apretado tienes tu culo”. Que su esposa no se deja que la coja por el culo le dije que a mí me encanta.

Entraba poco a poco su verga hasta que me la metió toda, suspiré y le dije “ya soy tuya por fin tuya tuya” y me empecé a mover quería hacerlo gozar apretarlo fuerte que se viniera dentro de mi me diera su leche.

Me dijo “que rico te mueves no cabe duda que así como mueves tu culo en la calle en la cama es más rico”.

Gemía yo quería gritar pero no podía me agarraba de mis caderas puse una de mis manos en sus huevos para acariciárselos con mis uñas y sentir como estaban llenos de leche.

Le dije “no te salgas, vente dentro de mi por favor quiero tu leche”. Se empezó a mover más rápido y se puso rígido muy rico los disparos de leche como se venía dentro de mi.

“Que rico aprietas y como te mueves mejor que una puta”. Eso me hizo sentirme más que insultada sentirme orgullosa que le gustara como me movía como lo apreté.

Mientras se venía le abrí mis labios para que me besara y como se vaciaba toda dentro de mi.

Se salió de mi estaba toda mojada sudada no sé cuánto tiempo pasó me quitó mi tanga y me dijo que la quería de recuerdo de la primera culeada que me dio “vas hacer mía muchas veces” lo miré y le dije “ya soy tuya”. Lo deseaba tanto. Y lo volví a besar, se salió del cuarto y me quedé recostada un rato para descansar.

Me levanté, de mi culo escurría su leche, la embarré en mis nalgas, mis medias, mis ligueros.

Llegué a la sala para empezar a servir, mi suegra y mi esposo me preguntaron si me sentía mejor, estaba mi concuño a un lado y les dije que sí que me sentía mejor “muy contenta se te ve” me dijo mi suegra “hasta sonrojada estás”.

Así me quedé toda la noche sin tanga con la leche de mi concuño en mi culo, cada vez que me levantaba para servir algo, movía más mi culo para mi concuño que solo él y yo sabía que ya era suya.

Cuando se despidió de mi me dijo al oído “la próxima vez me voy a venir en tu panochita”.

Como lo he dicho una nunca sabe lo que pueda pasar cuando y donde y con quien.

Gracias a los quienes ya me han escrito a mi correo:

[email protected] y quienes ya me conocen.

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