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Mi compañera de prácticas
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Tiempo de lectura: 2 minutos

En mi etapa universitaria fui asignado a una institución, a realizar prácticas profesionales, ahí conocí a otros chicos y chicas de mi carrera, entre estos había una chava que desde el primer día llamo mi atención ya que visualmente me resultaba muy atractiva, una diminuta cintura y muy nalgona.

Luego de presentarnos y saber nuestros nombres, la busque por Facebook y la encontré, le envié solicitud de amistad y para mí sorpresa me aceptó, debido a su personalidad nunca hablábamos, la sentía un poco fría, ni me pelaba, le hable por Messenger y le dije lo linda que pensaba que era y si me daría la oportunidad de conocerla, que si podríamos salir y me contestó a secas, me desanime.

Termino ese periodo de prácticas y nunca tuve un acercamiento significativo con ella, luego de unos meses de nuevo me dio por hablarle y esta vez acepto a salir conmigo, la cité en un parque en el centro de la ciudad y de ahí caminamos a un cine que estaba cerca pero había una fila enorme, así que mejor optamos por ir a un bar, llegamos y pedimos una cubeta con 10 cervezas, hablamos de cosas cotidianas con las caras muy de cerca, en eso sentí que me miraba como con ojos de amor y empezamos a besarnos.

Se terminaron las cervezas y le dije que fuéramos a mi casa y me contestó en un tono coqueto y mirándome:

-¿A qué?

No recuerdo que conteste pero se deslindó de ese primer encuentro, no me quería aflojar tan fácil, tuvimos una segunda salida y solamente puros besos, hasta la tercera salida la lleve a mi casa, esa vez la pude desnudar de la cintura para arriba y vaya sorpresa! sus senos eran más grandes de lo que me imaginaba, su piel era muy suave, le mame las tetas y alternaba con besos en su boca, en eso metí mi mano debajo de su jeans y toque su vagina, se sentía súper suave, se notaba que se había rasurado antes de llegar a mi casa, hundí uno de mis dedos en ella, ya estaba bien mojada, le saque la mano y trate de desabotonarle el pantalón pero no me dejó.

Hasta el cuarto encuentro, de nuevo estuvimos en mi cuarto, mismo procedimiento que en el anterior, solo que está vez en lugar de tocar su parte íntima, intenté desabotonarle directamente el pantalón y me dijo:

-Es que yo quiero que sea especial

Y le contesté:

-Y ahorita por qué no es especial?

Con ese verbo, la desnude por completo, le abrí la piernas con las manos y le empecé a hacer sexo oral, (que rica le sabia y que bonita era por cierto) cuando me dirigía a penetrarla me preguntó que si no me pondría condón, rápido tome uno que tenía, me enfunde y empecé a cogerla de misionero, luego de una rato así, termino ella, entrelazando con sus piernas mi cintura con muchísima fuerza, se vino.

Yo seguía bien caliente con la verga bien parada pero me acosté un rato con ella recostada en mi pecho, besándola y acariciándola, hasta que de nuevo reanudamos, de nuevo me enfunde, esta vez ella quedo arriba de mi y que movimiento de cadera tan espectacular, con mis manos tocaba sus nalgotas y sentía como de mis dedos escurrían sus fluidos por encima del condón, cambiamos de posición y de nuevo la puse de misionero y de nuevo se vino.

De ahí nos empezamos a ver 2 o 3 veces por semana, ya se quedaba a dormir conmigo, lo hacíamos desde que entrabamos a mi cuarto, en la noche, la madrugada y la mañana, al principio era muy gratificante y satisfactorio saber que podía hacer llegar a mi chica al orgasmo tan fácilmente, pero luego se volvió castroso que solo terminará ella y yo no, razón por la cual no pudo funcionar esa relación.

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