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Mi amigo, mi esposa y yo
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Llevamos un muy buen tiempo de casados y la relación es muy rica en todos los sentidos como pareja, disfrutamos de las cosas que hacemos juntos y sigo deseándola como la primera vez, mi esposa es un poco recatada especialmente cuando la conocí más sin embargo se ha dejado llevar de mis pequeñas locuras las cuales dice que fueron las que la enamoraron de mí.

Habíamos salido de divertirnos de bailar en una discoteca, hace rato que no lo hacíamos, estaba mi esposa muy contenta, ella es una mujer de muy buen ánimo, ella tiene 45 de edad ,es de estatura media y tez blanca y tiene un cuerpo bien trozudo con unas piernas que inspiran el deseo de querer acariciar.

A mí me fascina verla cuando se coloca unos vestidos cortos donde luce sus bellas piernas y hace que cualquier hombre voltee a mirarla con admiración y deseo.

Estábamos un poco tomados y llegamos a la casa a eso de las dos de la madrugada y mi esposa se empezó a quitar el vestido rojo que le quedaba ajustado y se le veía su bella silueta la cual por cierto cuando estábamos bailando yo veía que varios hombres no podían evitar la tentación de mirarla.

Ella se postro en la cama quedando en unas lindas tangas rojas y sin brasier ,ante semejante belleza solo pude recorrerla con mis ojos de arriba hacia abajo lentamente, cuando mi mirada pasaba por sus diminutas tangas se veía como le quedaban de pequeñas en su bella zona púbica, la cual hacía que yo sintiera como mi polla se ponía dura y lubricada.

Empecé a besarla lentamente en sus frondosos labios mientras mis manos tocaban suavemente las puntas de sus senos, seguía besándola y no aguante las ganas de mandar mi mano a cogerle esa flor carnívora que estaba caliente y húmeda.

Le halaba la tanga la cual se metía entre sus labios inferiores y seguía halando más y más, mi chica estaba tan húmeda que mis dedos se deslizaban libremente.

Y entraban y salían de ese túnel que no tenía fin, ella no aguanto más y me dijo con tanta pasión.

-Penétrame, méteme tu rica polla que la necesito sentir toda adentro papi.

Ella estaba boca arriba con sus bellas piernas totalmente abiertas y tome mi verga con la mano y la encamine para que se perdiera en ese profundo pozo que me hace gozar por lo caliente y húmedo.

Ella empezó a sentir cada centímetro de mi envergadura que la penetraba lentamente y veía como se movía de emoción hasta tenerla toda adentro, empecé a penetrarla lentamente hasta volverme una bestia penetrándola rápido y duro, mi falo estaba tan erecto que la hacía gozar de placer.

Aproveché ese momento de emoción que ella tenía y le dije en el oído suavemente con voz placentera.

-Te gustaría hacer el trio con un amigo y ella me dijo…

-¡Queee, no papi, solo lo quiero a usted! (ya les había dicho que ella es un poco reservada).

Pero le dije, “que estás pensando, yo estoy hablando del regalo que te di en navidad y que no has usado”. Se trataba de un vibrador, un señor vibrador, el cual era muy grande y ella me dijo, “ah bueno ese si intentémoslo”.

Le coloqué en la mano de ella un poco de aceite lubricante para que cogiera la gran verga a la que le decíamos que era la de un amigo y la frotara de arriba abajo.

Que quedara totalmente lubricada y se veía tan excitante ver sus ojos al acariciar a nuestro amigo de esa forma, ella lo veía tan real que le gustaba sentirlo en sus manos.

La seguí besando suavemente, sus labios estaban bien humedecidos, ya que eran unos besos profundos, le chupaba totalmente su lengua y nos sumergimos el uno en el otro, mientras la besaba cogí al amigo y empecé a ponerle el glande en su lindo agujero, se lo frotaba lentamente, hasta llegar a meterle solo la punta y ella al sentirlo hace un gesto estremecedor, sintió como se abrió su concha más de lo normal, seguí suavemente introduciéndole semejante miembro y ella empezó a besarme más intensamente sentía que estaba viva, seguía vibrando semejante polla dentro de ella que la emociono tanto que me mordió los labios cosa que nunca había pasado en nuestra relación.

Saqué al amigo de su linda concha y le introduje mi polla y sentí lo super húmeda que estaba y lo libre que entraba, era muy delicioso sentirlo dentro de ella, volvía y le metía a mi amigo y la hacía retorcer, volvía y le metía mi verga y disfrutaba hasta hacerla venir a chorro, quedando exhausta en la cama, le pregunte que si le gusto y me dijo que mucho.

Haber accedido al amigo imaginario y disfrutarlo es el comienzo a un posible amigo real.

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