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Mi amigo Mario y yo
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Mi nombre es Karen, tengo 32 años y vivo en Medellín, llevo 10 años casada con Juan, ha sido prácticamente el único hombre en mi vida.

Nuestra vida social no es muy activa, pero si tenemos una pareja de amigos (Catalina – Mario) con los que la pasamos muy bien, salimos a comer, a tomar algo, vamos de paseo, ellos van a nuestra casa, nosotros vamos a la de ellos, compartimos mucho; algún día que estábamos tomando vino en casa de ellos, los tragos ya se estaban subiendo a la cabeza y las charlas se estaban poniendo un poco más calientes.

Catalina (nuestra amiga, es un poco más reservada y esquiva a estos temas) se empezó a quedar un poco dormida, mientras tanto los tres seguimos hablando y tomando vino, la música se estaba controlando desde mi celular y yo se lo entregue a Mario (él es una persona aparentemente tímida, pero que si le das confianza te puede tener a carcajadas toda la noche) para que el fuera el encargado de continuar programando la música, en eso Juan y yo estábamos conversando, cuando recordé que días antes, mientras Juan había estado de visita a donde su mamá por unos días, en nuestras conversaciones yo le había enviado unas fotos “calientes” mías, totalmente desnuda y tocándome; de inmediato reacciones y le pedí Mario, afanadamente que me regresara mi teléfono, el sorprendido, me respondió –que pasa Karen, tienes algo que no deba ver?- en ese momento sentí que él ya había visto algo de lo que yo inútilmente intentaba evitar que el viera, y creo que lo vio, porque instintivamente yo mire hacia su entrepierna y se notaba que tenía un abultado paquete; esa noche continuo y las miradas entre Mario y yo ya no eran igual, yo estaba segura que él había visto algo y su gran paquete me quedo rondando en mis pensamientos, entre los comentarios que hacíamos en la noche ya un poco calientes, yo le dije que le había quitado el celular porque tenía fotos que él no debía ver y todos reímos, ya que Juan, sabia de las fotos que yo tenía guardadas.

En un momento de la noche que Catalina ya estaba dormida y Juan fue al baño, Mario aprovecho para pedirme que le dejara ver las fotos que tenía guardadas, a lo que yo le respondí, -si quieres verlas debes darme algo a cambio-, sonreí picaronamente cambiando de tema rápidamente, ya que Juan ya estaba regresando, en fin la noche fue pasando y decidimos ir a dormir, pero yo seguía muy inquieta con ese tema; sabía que Mario sería el último en acostase ya que el acostumbraba a levantar el desorden que quedaba después de tomar algo en su casa, yo sabiendo eso le dije que dejaría mi celular cargando en la sala, con la intención que él lo tomara y viera las fotos; el pensar en que el me viera desnuda y tal vez masturbándose me excitaba muchísimo; el plan que había creado en mi mente aparentemente funciono ya que durante un tiempo todo estaba en silencio pero el continuaba en la sala, sabía que estaba revisando mis fotos y tal vez masturbándose, eso me tenía demasiado excitada, pensar en que yo podía provocar esa erección tan grande en Mario, pues nunca había tenido ni un mal pensamiento con el después de tanto tiempo de conocernos

Al día siguiente despertamos y Catalina ya se había levantado, ya que fue la primera en dormirse la noche anterior, mientras yo terminaba de despertar y a su vez hacia un repaso de lo que había pasado la noche anterior, recordé de cómo había dejado todo para que Mario viera mis fotos, eso me puso a mil el corazón y me sentía mojada, me toque un poco debajo de las cobijas, mientras Juan a mi lado aún seguía dormido, solo pensaba en la verga de Mario, así que me levante, con ganas de saber cómo me miraría después de lo que vio, efectivamente nos cruzamos y el sin pensarlo me dijo –creo que te debo algo por lo que me dejaste ver- y sonrió, a lo que yo respondí, -espero algo parecido, por lo menos.

Mario dijo –toma tu teléfono y recibe la recompensa, veras como me tienes desde anoche-, sonreímos y en ese momento fui por mi teléfono y en el camino salude a Catalina, empezamos a conversar; Mario había entrado al baño; mientras hablaba con catalina, mi teléfono vibro anunciándome un mensaje entrante de Mario, era una foto y un mensaje que decía, -mira como me dejo el ver tus fotos-, sentí un escalofrió pasar por mi cuerpo cuando leí el mensaje, pero aun no podía abrir la foto, ya que Catalina estaba conmigo, estaba tan ansiosa de verla, así que me aleje de ella y abrí la foto, que sorpresa tan maravillosa fue ver esa enorme y venosa verga, se notaba que estaba muy excitado, porque se veían sus líquidos seminales en la punta, quede de una pieza era delicioso y sabía que nunca lo volvería a ver a Mario con los mismos ojos, también sabía que yo no iba aquedar satisfecha hasta tener esa hermosa verga dentro de mi vagina, muchas cosas pasaron por mi mente en ese momento, pero no respondí el mensaje, quise darle un poco de tiempo para que bajara nuestra excitación, pues nuestras parejas aún estaban con nosotros.

La mañana empezó a correr y nos estamos los 4 a desayunar, en lo que planeamos el día, ya que lo íbamos a pasar juntos nuevamente, las miradas entre Mario y yo eran de complicidad y excitación, Juan y Catalina no sospechaban nada; en ese momento que planeábamos que hacer con el día, Catalina recibe una llamada en donde sus padres le pedían un favor y ella tendría que ir hasta donde ellos, en eso tardaría aproximadamente una hora, ella le pidió a Mario que la acompañara, él se negó diciendo que se sentía un poco mal por lo que había bebido, a lo que Juan, amablemente se ofreció a acompañarla, mi corazón se puso a mil sabiendo que iba a estar mínimo una hora a solas con Mario, y entendí que Mario quería lo mismo al negarse a acompañar a su esposa.

En el momento que Catalina y Juan salieron de la casa, por una ventana vimos que el carro se alejaba, al estar seguros que estaban un poco alejados, Mario me dice –te molesto la foto que te envié? pues no respondiste nada, discúlpame si te molesto- a lo que yo inmediatamente le respondí, – no es que me molestara, es que no puedo estar segura que seas tú, tal vez sea otra persona y me estés engañando- juntos reímos, el me pregunta si quiero verificar que es el, a lo que yo le respondo que sí; para ese momento yo estaba congelada de los nervios, sabía que él me iba a tomar y hacer conmigo lo que él quisiera, y yo sabía que me iba a dejar, lo deseaba mucho.

Él se acerca a mi estamos frente a frente y pone sus manos en mi cintura y me da un giro de 180 grados, quedando mi espalda en su pecho, en eso siento como esa verga se acerca a mis nalgas, y él pone sus manos en mi cintura, hacía que cada vez pegara más mis nalgas hacia él, sentía como si verga fuera más grande de lo que había visto en las fotos, aunque de por medio estaba mi tanga, mi pantalón de dormir y él tenía su ropa interior y un pantalón deportivo, se alcanzaba a sentir el calor y el tamaño de su verga en mis nalgas, mientras lo acerca me pregunta, – ahora si me crees- yo empiezo a mover mi cola y le digo – y yo te puse a si solo con una foto, el no responde nada, pero su mano empieza a subir por debajo de mi blusa mientras yo sigo moviendo mi culo sobre su verga, cada vez la sentía más dura, sus manos llegaron hasta mis tetas, aprovechando que yo no tenía puesto más que una blusa, las comenzó a apretar y yo ya sentía que estaba muy mojada, gire mi cabeza buscando su cara, quería ya sentir algo de el en mí, él lo entendió y mientras él seguía acariciando mis tetas y sintiendo en mis nalgas su verga, nos dimos un beso, de esos que sabes que lo que viene son orgasmos, mientras nos besábamos en esa incómoda posición, mande mi mano a su pantalón la metí dentro, para palmar con mis propias manos ese enorme verga que había visto en la foto, comprobé que los dos estábamos muy calientes cuando sentí la punta demasiado húmeda, sabía que la tenía meterla ya en mi boca, quería sentirme atorada con esa verga en mi garganta y el sabor de sus luidos en mi boca, así que no lo pensé más, y me gire nuevamente me arrodille frente a él, baje su pantalón y ropa interior al mismo tiempo.

Sabía que teníamos poco tiempo, que en cualquier momento podían llegar Juan y Catalina, así que no perdí más tiempo, y cuando tuve su erecta grande y húmeda verga frente a mi cara, empecé a pasar mi legua por la punta, el reaccionaba con suaves gemidos que no podía disimular, mientras con mi mano la sostenía, empecé a pasar mi legua desde abajo hasta la punta desde la raíz, el trataba de meterla en mi boca y yo también quería hacerlo pero me gustaba sentir su ansiedad y ganas, pero no resistí mucho, por fin la metí en mi boca, la sentía llena sin haberla metido por completo, mi corazón palpitaba a mil, mientras el con sus manos intentaban empujar mi cabeza hacia él, yo no hacía mucha resistencia, se la mamaba tan delicioso, que la incomodidad de sentirla en mi garganta me generaba más placer y excitación, así estuve, metiéndola y sacándola de mi boca por unos minutos, hasta que el no resistió más, me levanto me beso nuevamente, un beso muy profundo, quito mi blusa y yo acto seguido baje mi pantalón y mi tanga, en eso él se abalanzo con su boca a mis tetas, haciendo círculos con su lengua en mi pezón, que estaba demasiado duro, y bajo su mano a mi entrepierna, mi vagina estaba demasiado mojada, con sus boca en mis tetas y sus manos en mi vagina, no pude hacer más que gemir, duro y profundo, aprovechando la humedad de mi vagina fue metiendo unos, después dos y termino con tres dedos dentro de mi acariciando mi clítoris, mi excitación subía y subía cada vez más y sabía que él lo notaba, me llevo a la cama y yo quede acostada boca arriba mientas el metía su cabeza entre mis piernas para darle el sexo oral más increíble que me han dado en toda mi vida, metía su legua dentro de mi vagina mientras yo levanta las piernas y posaba mis pies en su espalda, me hacía estremecer con los movimientos de su lengua dentro de mí, gemía mucho, ya quería sentirlo dentro de mí, yo apretaba su cabeza hacia mi cuerpo, mientras me ocurría algo que no me había pasado antes, tuve un orgasmo mientras me hacían sexo oral, fue delicioso y sabía que iba a ser el primero de muchos en ese momento.

Él se levantó poniéndose de rodillas frente a mi mientras mis piernas estaban abiertas invitándolo a entrar en mí, mientras mi vagina húmeda lo confirmaba, estando en esa posición, veo esa verga erecta demasiado grande y más ganas me dieron de sentirlo dentro, él no lo pensó mucho, con su mano la apuntó hacia mi vagina, moviéndola por el rededor de ella sintiendo mi humedad y yo la suya, lo sentía delicioso, hasta que por fin, lo puso en la entrada y de un empujón me penetro, uffff, ese gemido salió de los más profundo de mi placer, se sentía delicioso, empezó a bombearme, yo con mis piernas alrededor de su cuerpo lo apretaba y nos besábamos, así muy pegados, sentía delicioso el tenerlo dentro de mí, pero a su vez sabía que esto debía terminar pronto, pues Catalina y Juan llegarían en cualquier momento, lo saco y yo instintivamente me gire y me puse en 4 patas, frente a él dejando expuestas mis nalgas a sus voluntad, él se acomodó me tomo por la cintura y nuevamente sentía su deliciosa verga bombeándome la vagina y yo gimiendo de placer, pero esta vez sentí algo nuevo, mientras el me bombeaba, sentí como su saliva caía en mi culo y el con sus dedos la frotaba en mi ano, y poco a poco fue metiendo su dedo dentro de mi culo, me gusta y me gustaba mucho, sentirme penetrada por mi vagina y mi culo a la vez, mi extinción era tal en ese momento, que sabiendo lo que el insinuaba, le dije – dame por atrás.

Él no lo dudo, saco su verga de mi vagina, me empujo la espalda hacia abajo, haciendo que mi culo quedara más empinado y abierto para recibir esa verga, el nuevamente lubrico mi ano para hacer más fácil la penetración, pero esta vez con mis mismos jugos vaginales, puso su verga en mi ano y empezó a empujarlo de a poco, temía que me fuera a doler mucho debido a su tamaño, pero gracias a mi excitación y que ya había sido un poco dilatado por sus dedos, el dolor no fue muy grande pero el placer si, me empezó a dar muy suave inicialmente pero las revoluciones fueron subiendo hasta darme muy rápido, en ese momento sentí que él iba a llegar a su orgasmo, lo supe, por sus movimientos, sus gemidos y con la fuerza que sus manos apretaban mi cintura haciendo que su verga entrara más profundo en mí, y así fue que sentí ese líquido dentro mío, el bajo el impulso y el ímpetu con el que me había estado dando durante ese rato de placer, y finalmente saco su verga, se iba poniendo flácida mientras yo sentía ese semen saliendo de mi culo y bajando por mis piernas, era mucho, como si lo hubiera venido acumulando por mucho tiempo solo para dárselo a mi culo, los orgasmos que me hizo tener ese día no los conté, fueron muchos, nos recompusimos y sin decirnos nada nos levantamos abrimos todas las ventanas para ventilar la casa y nos empezamos arreglar, esperando que nuestras parejas regresaran.

Desde ese momento han pasado más cosas entre Mario y yo, cosas que les vendré contando en otros relatos.

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