Shey nunca había ido a un hotel así que después de ruegos e insinuaciones creo que lo estaba consiguiendo, así que mientras mi amiga seria insistía que no, al notar la emoción en mi pantalón su semblante iría cambiando y empezaría a sonreír, sin más complicaciones se acercaría, a mí y se relajaría, mientras mi cabeza daba vueltas para encontrar la manera de cómo seguir y es que permitirme describir a mi amiga, no es muy alta, es morenita, cabello lacio negro, no es tan delgada y es que en verdad tiene un cuerpo tan suculento, sus caderas, sus firmes senos y sus grandes nalgas, todo tan incitante al pecado, solo quería poderla comer y hacerle ver que valdría la pena. (La invitaría a su primera vez en un hotel y después de ruegos aceptaría y no se arrepentiría).
Todo empezaba a ponerse levemente más caliente, una vez teniéndola cerca era momento de ir de una y si, la besé, teniendo miedo al rechazo pero lo hice y wow, respondió del mismo modo, vaya, sus labios eran tan suaves, su grosor era tan sensual y disfrutaba la forma en que besaba y claro, imaginaba como se sentiría tener esa sexy boca besando mi verga, era alucinante, de pronto sentí su lengua, ella empezaba a chocar con la mía y el beso era más apasionado, parecía que no habría un mañana pero joder, era el comienzo apenas.
Yo empezaría a utilizar mis manos y tocar, recorrería si espalda, cintura y directo hacia su suculento y gran culo, era gratificante poder por fin tener en mis manos las nalgotas de mi amiga Shey, hace tiempo que la deseo y obvio no desaprovecharía la oportunidad.
Ella haría lo mismo, empezaría a frotar mi miembro y este duro palpitaba aceleradamente, de igual forma que sus labios vaginales, una vez que metí mi mano en su pantalón podía sentir lo húmeda que estaba, lo excitada que se sentía y lo deseosa que esperaba ser introducida, así que seguimos, toqueteo tras toqueteo, hasta que decidí quitarle la blusa, desabrochar su brasier y disfrutas de sus firmes y bellos senos, ella gemía levemente mientras tenía mi boca besando sus pezones y mi mano derecha dedeándole para tenerla más mojadita, se dejaba llevar y disfrutaba, siguió con su mano a desaprovechar mi pantalón y empezaría a masturbarme, su mano estaba en mi pene erecto y era tan excitante, pero lo fue aún más una vez que decidió bajar, hincarse y empezar a besar mis bolas mientras sus angelicales manos jalaban hacia arriba y hacia abajo, lento y rápido, sin pedírselo coloco sus labios en la punta de mi verga y la besaba, comenzó a entrar más y ahora sí comenzó a chupar, la sacaba, la escupía y empezaba de nuevo, toda una puta maestra, recorría con su lengua desde la raíz hasta la punta, era una experta mamándola, así que empecé a cogerle su profunda garganta, le tomé del pelo, le hice una coleta de caballo y empecé, ella lo gozaba, le gustaba que fuera violento y delicado a la vez.
Después de unos 6-7 minutos de chupármela le pedí que se levantara y se recostara boca abajo en la cama, ella obediente siguió mi orden y una vez más su gran culote me volvía loco, así que haría que valdría la pena, me subí sobre ella y acerque lo suficiente mi pene entre sus nalgas para que lo sintiera y le empecé a dar un masaje en su espalda, en su cuello y cadera, le besaba todo y empezaba a frotar mi verga en ella, su cara mostraba extrema excitación y sabía que iba bien, entonces le bajé por completo pantalón y tanga, y mi lengua fue recorriendo sus piernas hasta poder llegar a ese majestuoso atributo que posee, le empezaría a besar, a chupar y a pesar de resistirse un par de segundos, se dio cuenta que le gustaba y valdría la pena, me dejó seguir y le alcé con mis manos para que quedara en 4 y todo, TODO estaba en mi cara, me lo empecé a comer y ella a chorros agradecía.
Quería seguir probando sus jugos y le dije que hiciéramos un 69, para mí sorpresa ella extrañada aceptó (supongo que era lo caliente del momento) y lo hicimos, se la chupe toda, mi lengua y dedos hacían un buen trabajo y claro, ella con su rica boca también hacia lo mismo, no se quedaba atrás., Un ratito pasado me levanté y le hable cerca del tocador la besé, la volteé, la empine y ahora sí entraría, ella gustosa se dejaba domar y empecé a darle despacio, los movimientos eran lentos, sin embargo una vez que pidió entre gemidos más, las entradas y salidas eran más duras y veloces, le obedecería y haría que pidiera piedad la perra, entonces le tomé del pelo de nuevo y mientras sus manos recargaban en el espejo yo chocaba mis muslos contra su glorioso culo.
La levanté y la empine ahora contra la cama, le daba y le daba, ella lo disfrutaba ya que su posición favorita era estar en 4 o bien de perrito y como no? Si ese majestuoso culo merecía comer bien y yo le daría algo que recordar y disfrutar, así que seguía hasta que la voltee de frente, la cargue sobre mi u empezó a brincar sobre mi verga, era un poder difícil pero valía la pena y ella gritaba más duro, estaba estimulando bien y seguía hasta cansarme y ahora ponerla en contra del tocador una vez más, solo que de frente esta vez y la tomaría del cuello dándole más duro y ella pidiendo piedad como buena perra, pero pedía al mismo que tiempo que no parara
– Dale Rodri, dale (gimiendo gritaba)
– Te gusta perra? (Le preguntaba extasiado)
– Si papi no pares (entre dientes me respondía mientras duro le daba)
La lleve a la cama y abrí sus piernas, las lleve a mi hombro le empecé a dar, duro y despacio, sus gritos eran más fuertes pero aún pedía que no me detuviera y yo sería obediente, seguí y seguía, sus chorros era gloriosos y decidí detenerme un poco darle un respiro y le tocaría lucirse, devorar mi verga con su mojadita vagina y empezó con montarme, bajó despacio y una vez dentro tomo velocidad y entraba y salía con más velocidad, meneaba sus caderas hacia atrás y hacia delante mientras la nalgueaba y aumentaba el ritmo, sentía que me venía, la detuve y la lleve contra la pared dándola fuerte y ella colocaba ambas en mi nuca, podía sentir que sufría pero le gustaba, la baje me senté, le di la vuelta y le dije:
– Mátate a sentones amiguita.
– Si papi (Respondió agitada)
Se sentó sobre mi verga y empezaría a darme de sentones más rápidos cada vez, yo le daba de nalgadas y gritaba.
– Dale perra, Dale
Ella más duro azotaba su culote contra mi verga, joder, se la estaba devorando y estaba a punto de correrme a chorros, le detuve le dije híncate y ella obedeció.
– Dame lechita papi, vamos
Colocó su mano derecho y me ayudó, hasta que abrió la boca y chorros de leche caerían en toda su cara, carajo, que rica corrida.
– Que rica lechita amigo. (Sonriendo me dijo)
– Deberías sacarla más seguido (agitado contesté)
Después de esa rica cogida nos vestimos, salimos y el ambiente era especial, ambos satisfechos y contentos, mi amiga Shey obvio querría repetir.