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Mi amiga Katia
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Los 14 de febrero me recuerdan a mi amiga Katia, una chica morenita, chaparrita, flaquita y muy guapa, pero lo que la caracteriza principalmente es su alto grado de curiosidad sobre cualquier cosa.

Su cumpleaños es cada 14 de febrero y siempre salíamos como grandes amigas que somos a dar un paseo, platicar, ir al cine y divertirnos.

Un día salimos a caminar y nos sentamos en una banca a platicar, escuchábamos música en los audífonos y cantábamos aunque nuestras voces no eran nada agradables. De repente, su celular vibró y se asomó la notificación de un mensaje de Messenger, alcancé a ver el nombre del chico que le escribió, se llamaba Demetrio.

La reacción de Katia me llamó la atención, pues de inmediato quitó la notificación de mi vista y así sucedió varias veces, pues el sujeto insistía.

L: Ya dile a ese wey que deje de estar chingando.

K: Ay, sí ¿verdad?

L: ¿Quiere contigo o qué?

K: Ni idea.

Katia desconectó sus datos móviles justo cuando ya le estaba prestando atención a las notificaciones. Noté que me estaba escondiendo algo.

Se acercó el 14 de febrero y le llamé por teléfono para salir aquel día de su cumpleaños, pero me respondió que no podría por un asunto personal que después me contaría, pero que podíamos vemos al siguiente día y estuve de acuerdo.

Llegó el día siguiente al 14 de febrero y vi a Katia más contenta de lo normal. Después de ir a comer y platicar me confesó que el día anterior salió con un chico llamado Demetrio, ya que él lo invitó a salir. Bueno, aquí tienen más o menos exactamente lo que me comentó. Intenten no reírse.

K: Demetrio me hablaba y trataba muy lindo y me pidió ser su novia, pero lo rechacé porque no estoy interesada en una relación. Entonces, él me dijo que le concediera una oportunidad de comportarse como mi novio por un día con el fin de convencerme, yo le dije que sería difícil pero que estaba de acuerdo y ese día fue ayer.

Después de contarme toda la parte cursi llegó al punto que me interesaba. El tipo se la llevó de la ciudad de México a Querétaro y esto pasó.

K: Y le pregunté "Oye, Demetrio. ¿Para qué alquilas una habitación de hotel sí no vamos a pasar la noche aquí?" Yo no sabía qué onda. Entonces, él me decía que le gustaron mucho las fotos que le mandé por mensaje y que me veía muy atractiva y demás. En eso, me di cuenta que su amiguito estaba paradito y me le quedé viendo. Me dijo "¿quieres verlo?" Yo nunca había visto uno en vivo y a todo color y le dije que sí. Entonces él se bajó el pantalón y el calzón, yo me puse muy nerviosa de verlo y luego él me dijo que lo tocara con toda confianza. Lo toqué y él sintió bien, pero después me pidió que lo besara y chupara. Pensé que era algo asqueroso y así fue como se dio cuenta de lo inocente que soy. Pero él tan lindo me llevó paso a paso a la cama y a hacer el amor, así era como quería tener mi primera vez, con alguien que me enseñara y me tuviera paciencia. Al final me repitió sí quería ser su novia y le dije que lo pensaré muy bien y que prometía no tardar en darle una respuesta.

A esa edad de 20 años yo ya era experta en sexo y aunque Katia era todo lo contrario a mí somos muy buenas amigas. Y digo que era todo lo contrario porque después se volvió una traviesa igual que yo, pero ella fue volviéndose así poco a poco.

Katia y Demetrio duraron poco más de medio año de novios, ella terminó muy mal y al año siguiente, otro tipo, llamado Juan Carlos la invitó a salir también en 14 de febrero y también él le pidió ser novios. La estrategia de este chico para tener sexo con ella fue otra, pues se la llevó en su coche a una zona sola de noche y la convenció de coger en el automóvil. Al día siguiente me platicó a detalle su aventura con mucha emoción. Sin embargo, le aconsejé no ser novios, sino que fueran recurrentes en salir a tener sexo, así sin compromiso alguno, pues era lo que ambos querían en realidad. Ella tomó mi recomendación y me lo agradeció siempre que se acordaba.

Lo sorprendente para mí fue que los siguientes tres años ella tenía una nueva pareja sexual con la que iniciaba cada 14 de febrero. Y es que es tan guapa, ¿cómo no va a tener tantos pretendientes? Cuando cumplió los 23 me dijo así.

K: Este año nuevo que cumplo quiero pasar el 14 de Febrero con David. Se ve que está bien dotado, aunque me costó elegir entre él y Roberto, pero a Roberto le toca el próximo año.

Sinvergüenza mi amiga y quién diría que ese tal David luego sería mi esposo. Pero eso es una historia aparte.

Mi amiga aprendió que los 14 de febrero una mujer soltera recibe múltiples mensajes y llamadas de los chicos que conoció desde primaria hasta los actuales y que su intención en casi todos los casos es coger. También dejo a un lado su inocencia y ahora es más pervertida que yo.

Para terminar este breve relato, les contaré lo que sucedió un 14 de febrero, en el cumpleaños 25 de Katia.

Sin quererlo, nos encontramos afuera de un hotel ella y yo, cada quien con nuestras respectivas parejas. Eso no era la sorpresa, sino que su pareja ¡era un señor de 43 años!

K: Te presento a Luis, compañero de trabajo de mi papá.

De pronto, mi acompañante, llamado Ulises llamó la atención y propuso que los cuatro alquiláramos la misma habitación. Katia lo dudó por lo que llegara a pensar Luis, pero ella no veía con malos ojos esa sugerencia. Finalmente, así se hizo.

En el interior de la habitación se notó un ambiente de desconfianza entre ambas parejas por empezar, por lo que decidí hablar y decirle cordialmente a Katia y a Luis que ocuparan cualquier cama y que Ulises y yo comenzaríamos en el baño.

Luego de encerrarme en el baño con Ulises, no soporté la curiosidad de escuchar a mi amiga y en momentos le pedía a Ulises que se detuviera para oír. No podía creer que ella usara frases más guarras que yo.

K: Mmmm papi es que la tienes enorme. ¡Me vas a partir en dos! Sigue así, duro duro. ¡Ay! Qué rico.

Cuando oí que pausaron, salí yo sola y vi a mi amiga súper relajada sobre la cama.

De repente, el señor quiso acercarse a mí y me dijo "sigues tú". Yo pegué una carcajada pero me vi seducida, me acerqué y le agarré la verga. Luis comenzó a besarme y a manosear mi trasero. En eso, sentí los pasos de alguien atrás de mí y volteé a ver a Katia. Ulises se le acercó y así tal cual le puso su pene en la boca, mi amiga bien sonriente no despreció el intento y comenzó a mamársela. Así fue como me sentí en seguridad de empujar a Luis en la cama e hincarme para chuparle su gran verga y después subirme en ella para darle unos deliciosos sentones.

L: ¡Ah! ¡Ah! ¡Uy qué rico papi! Me encanta sentirla hasta adentro mmmm.

Katia no desaprovechó la oportunidad con Ulises y se puso en cuatro para ser penetrada, de frente a nosotros para ver cómo cogíamos yo y Luis. Katia de vez en cuando le mandaba un piropo a Luis.

K: Mira no más que sabrosa se te ve la verga en acción papi.

Sentía pena por Ulises y la gran diferencia entre vergas y entre saber coger excelente. Pero eso no era todo. Luego de un largo rato terminé exhausta y bañada de los pechos con la leche de Luis. Así que me metí a darme una ducha.

De pronto, los gritos de Katia se dejaron escuchar fuerte y, después de un rato, salí a asomarme. Ulises hasta abajo boca arriba, encima de él tenía a Katia penetrándola por la concha y encima de ella estaba Luis cogiéndosela por el culo. Una doble penetración que se veía apetecible y que, luego de un rato de complacer a Katia, me la concedieron los caballeros. Penosamente para mí, esto paso al final.

L: ¡Ay! ¡Mi culo! Luis, por favor. Basta.

Luis se disculpó conmigo y le devolví las disculpas, pues me estaba encantado, pero salí lastimada del ano y mejor reanudé con mi ducha. Ulises se metió conmigo a ducharse mientras Katia y Luis continuaron encendidos y follando.

L: ¡Uf! Me voy a venir cariño.

K: Córrete dentro de mí amor. ¡Sí, sí, sí! ¡Ay quiero sentir tu semen en mi vagina!

L: ¡Ahhh!

Fue lo último que escuché desde la regadera y me resultó muy excitante a pesar de lo adolorida que estaba.

Han pasado cinco años de aquella vez. Yo me encuentro casada desde hace tres años y medio y ella sigue dándole rienda suelta a su lujuria. Me imagino que hoy, 14 de febrero a sus 30 años tendrá a su o sus ligues para coger y mañana me enteraré del chisme.

Siendo sincera, extraño esos días.

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