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Medicamentos milagrosos
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Mi nombre es Alejandro, tengo actualmente 22 años y tengo una hermana de 19 Danna. Vivimos con mi madre llamada Ivette, la cual se ha encargado de nosotros desde que ella y mi padre se divorciaron. Mi padre hizo vida con otra mujer y vive en otra ciudad. Mi madre siempre ha tenido puestos altos en el servicio público. Todos los días ella se levantaba temprano para arreglarse e ir impecable al trabajo. Ella es bajita, piel no tan morenita, un busto normal, pero donde ella daba cátedra era de la cintura hacia abajo. Tenía un trasero que para mi desgracia todo el mundo volteaba a ver.

Al ser una persona muy curiosa, navegando por la red empecé a encontrar relatos de amor filial y de ahí fue donde mi locura empezó a nacer. Desde ese momento aprovechaba cualquier momento para quedarme solo en la casa y empezar a buscar en los cajones de ella, en el cesto de la ropa. Sus pantys, sus medias y sobre todo el oler todos sus tacones y calzado. Lo mismo hacía con mi hermana, pero no me llamaba tanto la atención como mi madre. Lamentablemente era algo que nunca podría pasar.

Llegaron las vacaciones largas y me fui a trabajar al pueblo de donde son los padres de mi papá. Él es dueño de la veterinaria más grande de la región y por ende de la farmacia. Todos los ganaderos de la región van y buscan sus productos. Era todo un mes el que iba a estar ahí.

Empezaron mis primeras dos semanas sin novedad. Un día llegó un ganadero y me pidió unas pastillas las cuales son para calentar al animal hembra. En ese momento me pasó por la mente y me puse a investigar en un libro que tiene mi abuelo y encontré otro medicamento el cual tenía el mismo efecto, pero era para animales más pequeños. Me fui al inventario y vi que había tres frascos existentes. Me gasté casi lo que había ganado con mi trabajo. No sé el porqué los compré los tres y sin un fin específico más que el morbo y la calentura.

Seguí investigando y me encontré un medicamento el cual era un sedante. Chequé en el internet y ese mismo medicamento se utilizaba para que una persona pueda dormir (somnolienta). Fui a checar el inventario y que compro los frascos que tenía. Eran dos frascos con 60 cápsulas cada uno en presentación de 2 mg. Como quien dice adiós mi sueldo de ese mes. Hasta este momento no sabía que iba hacer con ellos, pero si sabía que era la puerta para que algo pudiera suceder, como quien dice compré las armas por si iba a la guerra.

Regresé a mi casa y al llegar todos los medicamentos los escondí en un saco viejo que tenía y me olvidé de él. Como dije, si tenía la oportunidad y el valor algún día lo utilizaría. Pasó el tiempo y me olvidé de ese tesoro que tenía ahí.

En el mes de diciembre cumplió mi hermana años. El día es específico fue muy ocupado desde temprano. Desde las 5 de la mañana se levantaron mi mamá y mi hermana. Tomamos un café y empezaron todas nuestras actividades. Para mediodía ya había acabado todas mis actividades que mi madre ya me había asignado. Por lo que fui a casa de mi tía y le pedí de favor que si podría descansar un rato ya que si llegaba a mi casa me asignarían más tareas. Dormí cerca de 4 horas y me despertó el celular. Cuando contesté mi madre estaba molesta y me preguntó qué donde estaba. Le dije que estaba por llegar. Cuando llegué me vestí y estaba justo a tiempo para llevarlas a la sesión de fotos.

Con las carreras no me había percatado de mi mamá ni de mi hermana. Ya en la sesión fue cuando las empecé a ver detalladamente sobre todo a mi madre. En ese momento me perdí, no dejaba de verla. De ver cómo se le veía el vestido y esté reflejaba su cuerpo espectacular. Saqué mi celular y empecé a sacarle fotos, me imagino que ella pensó que estaba fotografiando a la cumpleañera, pero la verdad era que el centro de atención era ella.

Se terminó la sesión y nos fuimos en el carro y volteaba de reojo a verla desde los pues hasta su escote. Era toda una muñequita. Llegamos a la iglesia. Aprovechando que ahí nadie me veía me fui a la casa por el frasco de las gotas estaba decidido que este día iba a probar ese medicamento. Cuando estaba el saco, saqué el frasco y vi también el de las pastillas. Lo abrí y saqué 5 pastillas.

Me fui a la iglesia y de ahí nos pasamos a la fiesta, en el camino, la primera levantada de verga me la dio mi hermana con un simple comentario. “Mamá vamos acabar muertas estamos desde las 5 despiertos”.

Ya en la fiesta los brindis y las fotos no se hicieron esperar, como a las dos horas me percaté que mi mamá andaba un poco alegre en la cuestión del alcohol y desde ese momento no le perdí la vista. Cuando era pasada de medianoche fui por una copa de champagne y le puse tres gotas y se la lleve a mi mamá. Ahí fue mi segunda levantada de verga, cuando se la di y le dije salud se la tomó de un solo golpe, acto seguido me tomó de la mano y nos fuimos a la pista. El evento se terminaba a las 2 de la mañana. Tengo lujo de detalle porque a partir de las 11 yo tenía sentido en todo referente a mi madre y mi hermana.

A la 1 pasada, pusieron música regional y todos agarraron sus parejas y yo ni tarde ni perezoso (no sé si por la calentura que traía o por la reacción de mi madre) la jalé de la mano hacia mí, la agarré de la cintura y ella entre gemido y quejido por la fuerza hizo un sonido. Y lo que salió de mi boca fue un “Shhhh… no te quejes y disfruta”, ella solo atinó a sacar un pequeño y diminuto gemido (cómo asintiendo). En voz autoritaria le dije “No te escuché, que dijiste…” y ella devuelta en voz baja dijo “Está bien”. Seguimos bailando y veía como mi madre sudaba y cuando se hizo una pausa, fuimos a la mesa y ahí se tomó un vaso de wisky (me imagino que era el calor). Empezó la música y sin pregúntarle volvimos a bailar, cuando la música terminó y se dio por finalizado el evento, mi madre me dijo que quería ir al baño. Le dije que mejor fuera a la casa que ya mero nos íbamos, no me quería despegar de ella en ningún momento y lo mejor de todo que ella no se oponía a nada.

Juntamos las cosas y mi madre casi no ayudaba en mucho y se veía muy incómoda. La llevé al carro y le dije que se subiera y la subí un poco brusco (en ese momento la veía como mi muñequita) y ella no decía nada eso me tenía muy excitado. Le dije “no te vayas a dormir” y ella nada más asintió. Le pregunté que si tenía sed y me dijo que sí. Le dije que le iba atraer algo de tomar.

Fui a la cajuela y saqué tres termos. En uno preparé una bebida energética para mí, el segundo prepare un wisky con Red Bull y le puse dos pastillas molidas y tres gotitas y por último otro muy cargado de wisky y dos gotitas más. Me subo al carro y ya casi todos se habían ido ya mi hermana estaba despidiendo a las últimas de sus amigas. Le entregué su termo a mi madre y le digo que se lo tome y ella sin decir ni pío se lo tomó de un trago (insisto traía un calor interno que no podía con el).

Cuando mi hermana se subió al carro le di el termo y se empezó a reír. Me dijo “tiene alcohol” y le dije que sí y terminé con un feliz cumpleaños. “Y mi mamá no me va a decir nada, no claro que no, ella ya está dormida” (claro que no estaba dormida) ella tenía los ojos abiertos y la boca también. Ahí mi madre hizo que se me parara la verga al verla como su baba le escurría.

Mi hermana le dio el primer trago y me dijo “que amargo sabe”. “Así es hermanita así es el primer trago ya después le agarras el sabor”. Me imagino que era por el medicamento. Seguimos el camino y cuando llegamos a la casa mi hermana ya se había terminado su vaso. Metí el carro al garaje y le empecé a sacar plática que como se la había pasado. Que si le había gustado su cumpleaños, etc. Ella contestaba incoherentemente y un poco perdida yo aprovechaba para tocarle las piernas a mi madre, que con cada toque de piernas se estremecía. Me bajé y ayudé a mi hermana a bajar la cual también la empecé a tratar como una muñeca. La llevé a su cuarto y la tiré a su cama como trapo, ella nada más se quejó y le dije “cállate y duérmete”. Ella no dijo nada, el cuarto se quedó en silencio.

Pues llegó la hora de la verdad, fui al carro por mi madre y le hablé por su nombre. “Ivette bájate ya llegamos” y ella no hacía nada. Con mi dedo índice lo llevé a su mejilla la cual estaba complemente babeada y empecé a meter el dedo en su boca. Ella no oponía resistencia al contrario abría más la boca. Le meto otro dedo a la boca y jugaba con su lengua. Estuve jugando un poco con su boca y la ayudé a bajar. Ella estaba fuera de sí. La llevé a mi cuarto y la acosté boca abajo. La contemplé un momento y por fin esa mujer a la que tanto había visto y fantaseado con ella iba hacer mía.

Lo siguiente me dejó loco, cuando le quité los zapatos de tacón traía los pies mojados. “Mira nada más como sudaste ehhh…” le subí el vestido y las piernas igual y el olor era un olor embriagante.

Cuando llegué a la parte de la panty que era de color beige, estaba completamente empapada. Se lo empecé a bajar y por lo empapada y lo pegajoso no quería ceder. Estaba excitada y fuera de sí. Me metí entre sus nalgas y empecé a lamer todo lo que podía, mi madre empezó a gemir y de repente se contorsionaba.

Le empecé a lamer de arriba abajo y estaba como loco. Ya no pude más con mi palo y me puse en posición para penetrarla. No batallé en lo absoluto. El sonido que hacía mi pene entrando con toda esa humedad yo creo que cualquiera que estuviera cerca sabría lo que estaba pasando en ese cuarto.

Así estuve muy buen tiempo, la volteé y le bajé el escote y le empecé a chupar esos senos, esos pezones los succionaba de una manera brutal, ella no paraba de gemir y yo ya con todo lo que estaba viviendo no iba aguantar mucho más. Puse mi pene cerca de si boca y le dije “chúpamelo”, me valía si estaba dormida o despierta.

Lo que si es que su boca se abrió y le daba duro el mete y saca, escuchaba como hacía pecarás pero eso no me importaba, como dije no aguanté mucho y me vine dentro de su boca. Me aseguré de que todo quedara dentro de ella.

Cuando estaba completamente vacío, saqué mi pene y le cerré la boca, se la tapé y le dije “trágate todo”, ella no dijo nada. Yo pensé que no había escuchado, cuando escucho ese sonido de cuando estás tomada de un solo trago un refresco. No me lo podía creer se lo había tragado todo.

Me quedé acostado a lado de ella un momento y seguí jugando con su coño. La desnudé completamente y me llevé toda la ropa que le quité a su cuarto. Le saqué un panty similar del mismo color y su piyama y la limpié completamente bien. La sequé completamente y la vestí.

Me la llevé a su cuarto no sin antes quedarme con el regalo de su panty para el día siguiente. La dejé en su cama no sin antes darle una nalgada fuerte a mi nueva muñeca.

Lógico que ese día todavía no terminaba.

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