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Me visto como puta para mi novia (2): Esta vez con su amiga
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Luego de aquella primera vez, Sofi se volvió cada vez más salvaje, yo apenas podía seguirle el paso, el sexo era mejor que nunca y ella parecía estar dispuesta a todo, era como si una ninfómana se hubiese apropiado de su cuerpo, ella solo quería más.

Era el día de su cumpleaños, aquella fecha en la que finalmente podríamos hacerlo, me lo había prometido.

–El día de mi cumpleaños, anal para todos –dijo la vez que se lo pregunté.

Yo estaba ansioso por poder finalmente entrar a aquel deseado agujero de una vez por todas, pero ella parecía tener otros planes.

Luego de que las celebraciones acabaron, los invitados empezaron a irse de a poco de su casa, hasta que quedamos solo Sofi, yo y Marti.

Martina era una de las mejores amigas de Sofi, se conocían desde que eran muy niñas. Marti era castaña, en ese momento llevaba el pelo apenas arriba de los hombros, tenía ojos café claros y la tez muy clara. Era más alta que Sofi, y también más alta que yo. Su cuerpo no era nada increíble, tanto las tetas como el culo eran menores a los de Sofi, pero su cara era muy bonita, y sobre todo sus labios, los cuales ese día llevaba pintados con un labial rojo.

Sofi me pidió que lavara los platos, yo no quería arruinar lo que estaba por suceder así que me puse a lavar mientras Sofi llevaba a Marti a su habitación, para mostrarle un vestido o algo así.

Aproximadamente 5 minutos después, cuando estaba casi por terminar escuché que Sofi me llamó.

–Amor, ¿puedes venir un segundo?

–Ya casi termino -dije, sin imaginar sus intenciones.

–Solo ven, después yo termino.

Sin chistar más me sequé las manos y me dirigí a su habitación. Cuando entré me quedé impactado por lo que veía, ambas Sofi y Marti estaban desnudas totalmente, de rodillas en la cama, cuando me vieron entrar rieron y, sin previo aviso, se empezaron a besar.

Yo había notado que a Sofi le gustaban las chicas, ella no lo ocultaba, aunque nunca lo había dicho directamente, pero nunca había pensado que ella querría hacer un trío, probablemente lo tenía planeado desde hace tiempo, en ese momento solo podía preguntarme hace cuanto estas dos llevaban una relación. Al mismo tiempo que pensaba esto, ellas estaban casi atragantándose con la lengua de la otra.

Yo intenté acercarme, pero ambas me lo negaron, dejaron de besarse y Sofi bajo de la cama. Saco de su cajón una tanga, y me la tiró a los pies.

–Póntela.

Sin discutir me la puse, esta me apretaba mucho el pene, y por atrás apenas se veía.

–Ahora de rodillas -en ese momento supe que le estaba mostrando a Marti como funcionamos nosotros, por lo que me arrodillé.

Marti tomó la iniciativa y se sentó al pie de la cama, se abrió de piernas dejando a la vista su peludita vagina. Y procedió a decir sin duda alguna:

–Lame.

Yo mire a Sofi, quien pareció entender que yo solo la obedecía a ella, y dijo:

–Escúchame putita, lo que ella te ordene, lo haces -y tomándome del pelo me forzó a pegar mi cara contra la vagina de Marti.

Empecé a lamer, y noté como Marti gemía, y me pidió que lo hiciera más suave. Ella no sabía cómo era nuestra forma de follar.

Sofi se sentó arriba de Marti, bloqueando mi acceso, la empujó hasta quedar acostadas una arriba de la otra y le empezó a meter los dedos mientras le tapaba la boca para que no hable, yo aproveché, me paré, corrí la tanga y saque mi pene, ya a full para insertarlo en Sofi, pero esta me señaló la boca de Marti y dijo:

–Aquí.

Yo me acerqué y le metí mi verga de a poco, Marti estaba al borde del llanto, pero no paraba de chuparlo, claramente le encantaba porque no podía parar de gemir fuera de control. Sofi me dijo que se la meta hasta que se atragante, así que lentamente empecé a ir más profundo en la boca de Marti, hasta que mis pocos vellos púbicos chocaban con su pequeña nariz. Sorprendentemente había sido capaz de comérsela toda, incluso empezó a lamerme los huevos.

–La puta tiene la garganta profunda -dijo Sofi excitada.

Sofi me ordenó sacarla de su boca y la empezó a chupar ella misma, yo me desmayaba de placer, las distintas temperaturas de sus bocas me volvían loco, mi verga estaba totalmente ensalivada. Sofi la metía y la sacaba de su boca mientras que Marti contenía mis huevos dentro de la suya.

Sofi me guio para que me acostaste y agarró a Marti por el cuello, obligándola a que se ponga en cuatro, y me empiece a chupar la verga nuevamente, mientras tanto, sacó de un cajón un arnés con un dildo venoso, se lo ató a la cintura, y, sin preguntar, empezó a follarse a Marti, que no entendía quien la estaba penetrando. Sofi cacheteaba el culo de Marti, la cual gemía mientras enterraba sin cesar mi verga en su boca, al punto en el que, a veces, sentía su campanita.

Cuando Sofi se aburrió de cogerla, se quitó el arnés y volteó a Marti, le dijo que se meta mi verga y esta obedeció, la vagina de Marti se sentía maravillosa, mas apretada que la de Sofi.

Sofi ató el arnés a la cintura de Marti, sin siquiera preguntarle y sin que esta dejara de saltar en mi cintura.

–Abrazala -dijo Sofi.

Yo procedí a abrazar a Marti, nuestros dos cuerpos sudorosos se fusionaron y por primera vez desde que conocí a Sofi, sentí amor por alguien más. A Marti la conocía desde que empecé a salir con Sofi, y siempre me había caído muy bien, también apreciaba su belleza y su figura, y ahora la tenía, abrazada a mi mientras la follaba.

Sofi se subió arriba de Marti, se metió el dildo y empezó a saltar arriba suyo, Marti gritaba de placer, y me besó, nos besamos en un largo beso, que curiosamente, era lo primero que hacíamos que no había sido orden de Sofi. En ese beso miles de sentimientos recorrieron mi cabeza, al tiempo que nuestras lenguas se estimulaban.

Sofi, al notar como nos estábamos divirtiendo sin ella, bajó de arriba y nos ordenó, a Marti que se acueste, y a mi que la empiece a follar, antes de eso, le sacó el arnés y se lo colocó a ella misma. Yo no sospechaba lo que ella quería hacer. Cuando empecé a follar a Marti nos besamos apasionadamente, sin embargo, Sofi tenía algo más en mente.

Sentí que algo rozaba mi ano, la lengua de Sofi, que placer me daba que me lo lamiese así, no podía más, estaba exhausto y súper excitado, luego de lamerlo, metió 2 dedos dentro, esto me sorprendió, ya lo habíamos hecho antes, pero ahora ella tenía un dildo en la cintura, y si, efectivamente después de los dos dedos vino el dildo, Sofi me agarró por los pelos y me penetró, fuertemente.

Me dolía, pero no podía negar que me daba placer. Empecé a gemir mientras que Sofi aumentaba la velocidad, mi placer era indescriptible. Miré a los ojos a Marti y noté que ambos los teníamos llorosos por el cansancio, fue entonces que ambos nos besamos como nunca, y extrañamente, acabamos en el mismo instante, mi cuerpo quedó rendido, pero Sofi seguía penetrando, lo cacheteaba, yo era su muñeco.

Luego de darse cuenta de que habíamos acabado, se desató el arnés, dejándolo enterrado totalmente en mi culo, se sentó abierta de piernas y dijo:

–ahora putas, háganme acabar.

Y acto seguido Marti empezó a lamerle el clítoris mientras que yo le mordía los pezones, Sofi gemía y perdió control de ella misma. Por primera vez nos dijo que paremos, empezó a gritar basta, pero Marti y yo queríamos venganza, así que seguimos, yo la puse en cuatro y empecé a lamerle el culo, pero Marti me quitó el arnés del culo y se lo ató a su cintura, me dijo que le lamiera la vagina, Sofi lloraba, la besé para consolarla y empecé a chupársela, noté por sus gritos de placer que Marti estaba penetrándola analmente con el arnés, Sofi finalmente se rindió ante nosotros y acabó en mi cara, como nunca.

Cayó desmayada en la cama, Marti me abrazó y me penetró, yo abracé a Sofi y así los tres nos dormimos, exhaustos, sudorosos, y calientes.

Fin.

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