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¿Me vas a dar tu leche en la boca, papá?
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Eva, una muchacha, de estatura mediana, delgada, pelirroja, de ojos claros…, una joven muy bonita y sensual, sentada en el tresillo de la sala de estar, con las piernas cruzadas, vestida con un pijama de terciopelo negro de chaqueta y pantalón, le dijo a su padrastro, al que trataba de padre:

-¿Puedo hacerte una pregunta de tema sexual, papá?

Adán, un profesor universitario, en la cuarentena, sentado en otro sofá en bata de casa roja, dejó de ojear el as, miró a Eva, a la que trataba de hija, y le respondió:

-Los temas sexuales debes tratarlos con tu madre.

La madre estaba cuidando a la abuela de Eva que estaba enferma y esa noche dormía fuera. Eva jugando con su coleta, le dijo:

-A ver, papá. ¿Cómo le podría hacer a mamá una pregunta de tema sexual si es una mea pilas?

Rosalía, la madre de Eva se merecía que su hija le llamara eso, ya que no salía de la iglesia, pero Adán tenía que reprender a su hija.

-¡No le pongas ese calificativo a tu madre!

-¿Tú que calificativo le pondrías?

-Religiosa.

-Si quieres verlo así… No me respondiste. ¿Puedo hacerte esa pregunta?

-Hazla.

-¿La masturbación es pecado?

Estaban a solas. En el plato de la cadena de música giraba un vinilo de Rod stewart. Se oía la canción •"Maggy". Adán supo en aquel momento que la noche iba a ser movida, le respondió:

-Depende de las creencias de las personas.

-Estoy hablando de los católicos.

-Para los religiosos, sí.

Eva le dijo con sorna:

-Me acabas de quitar de un apuro.

-A ver, Eva, la masturbación es algo inevitable. Un estudio dice que durante un día nos cruzamos con unas diez personas por las que podemos sentir una atracción sexual. Un simple intercambio de miradas en un pasillo, un roce o una conversación sin importancia pueden enviar al hipotálamo la orden de hacer estallar una tormenta de hormonas del deseo. Caminamos por el mundo cargados de dopamina, serotonina y oxitocina. De ahí surge la tensión sexual y para resolverla se acude a la masturbación.

-Tú das clases a chicas hermosas, hay miradas, hay roces, hay conversaciones. ¿Acudes a la masturbación para resolver las tensiones sexuales que te causan?

-Más de media humanidad se masturba a diario.

-Eso es un sí, de ello deduzco que para ti no es pecado.

-Si fuera pecado la mitad de la humanidad sería pecadora.

-Ahora viene la pregunta del millón. ¿Me enseñas cómo masturbar a un hombre?

Adán fingió querer escaquearse.

-¿Tú crees que es ético que un padre enseñe eso a su hija?

-Sí, mejor un padre que uno de la calle.

-Tú no sabes lo que dices, pero. ¿Por qué quieres aprender a masturbar a un hombre?

Adán se fue al mueble bar a echar whisky.

-Porque mi novio me la come y quería corresponder.

-¿Qué te come?

Eva iba a lo que iba.

-El coño.

Echando un whisky doble, le dijo:

-No hacía falta que fueras tan vulgar.

-No estamos en una reunión para tener que guardar las formas.

-O sea, que lo de la masturbación era para que después te enseñase a chupar un pene.

-Esa era la idea, y di polla suena mejor.

Adán regresando al sofá le habló pausadamente.

-¿Te das cuenta de lo que me pides? Quieres que te enseñe a hacer una felación para después hacérsela a tu novio.

-Eso quiero, sí.

Se sentó en el sofá, echó un trago, y le dijo:

-¡¿Pero tú quién te piensas que soy?!

-Mi padre, a otro hombre no le pediría algo tan íntimo. Por fa, enséñame.

Adán comenzó a dejarse ir.

-Supongo que te enseñe o no vas a hacerle esa felación

-Supones bien. Quiero conocer el sabor de una polla

-Acabo de tener una idea. Vete a la cocina y trae un plátano.

-No sería lo mismo.

Eva se arrodilló delante de su padre.

-¿Qué haces?

Le abrió la bata de casa y se encontró con la polla empalmada, polla que saliera del calzoncillo y le llegaba al ombligo.

-¡Te puse cachondo!

-Que la vamos a joder, Eva, que la vamos a joder.

-¿Por qué?

-Porque me late que tú ya sabes chupar una polla y buscas un polvo.

La educación y buenas maneras del profesor de universidad habían desaparecido y el padre también desapareció cuando le tiró de los bóxers y dejó polla y huevos al aire.

-Me has pillado. Te voy a hacer lo último que vi en You Porn.

-¿También miras porno?

-Lo miro yo, lo miras tú y lo mira…

Adán se puso en plan excelente.

-¡Yo no miro porno!

-No me hagas hablar. Se mirar los historiales de los ordenadores.

Adán se quedó mudo. Supo porque su hija estaba en la posición en que estaba. El historial de su ordenador estaba plagado de busca de sexo de incestos. La temática era toda entre padre e hija y el video de una pelirroja muy parecida a ella haciéndolo con su padre se repetía varias veces.

Eva cogió la polla, la descapulló, lamió el glande, lo chupó, masturbó la polla, le lamió, le chupó los huevos…

A rato Eva tenía la cara colorada y el coño mojado. Entre lamida y chupada de glande, le preguntó:

-¿Qué tal lo hago?

-Eres buena, muy buena.

-¿Me vas a dar tu leche en la boca, papá?

-¿Te la vas a tragar?

-Todita. ¿Quieres que te haga algo especial?

-Sí, aprieta la polla, mueve la mano de abajo a arriba y de arriba a abajo, chupa solo el glande y abofetéame.

A Adán le cayeron seis hostias con la mano abierta que le pusieron la cara arder.

-¡Zas, zas, zas!

Con la sexta le llenó la boca de leche. Eva, tal y como le había dicho, la tragó todita y después le dijo:

-¿Te gusta que te peguen?

-Y azotar el culo de las mujeres.

Eva estaba cachonda, muy cachonda, pero le pudo la curiosidad.

-¿Pagas a putas para azotarlas, papá?

-No.

-¿Follas y azotas a tu alumnas?

-No, me follo y azoto a las amigas de tu madre.

-¿Y te dejan?

-Les gusta.

-¿Cómo puede gustarle a una mujer que le peguen?

-Azotar no es pegar.

-¡No, qué va! ¿Te sientes más hombre pegando a una mujer?

-Yo me siento hombre al hacer a una mujer sentirse mujer.

-No te entiendo.

-No me extraña, la feminista que llevas dentro te induce a pensar que los azotes son malos tratos.

-A ver, olvidemos los azotes. ¿Cómo haces sentir mujer a una mujer?

-Al hacer que se corra.

-Ahora lo pillé… Así te sientes hombre… Quiero que te sientas hombre conmigo.

Eva se quitó la chaqueta del pijama. No llevaba sujetador. Adán vio sus tetas medianas y redondas con areolas rosadas y con pequeños y erectos pezones. Luego se quitó el pantalón y al no llevar bragas vio su coño con una pequeña mata de vello pelirrojo. Adán le dijo:

-¡Qué tremendo polvo tienes!

Eva se acercó a su padre, le cogió la cabeza y le llevó la boca a su coño empapado.

-Come.

La lengua de Adán lamió de abajo a arriba y le limpió el coño de jugos, los tragó y le dijo:

-¡Qué rica estás, hija!

-¿Cuánto tiempo llevas sin comer un coño, papá?

-Un par de meses.

-Apostaría mi Jaguar a que no era el coño de mamá.

Le enterró la lengua en el coño, le lamió los labios vaginales, y después le dijo:

-Podrías apostarlo que no lo perderías. Tu madre se echaría a llorar si se lo comiese, a llorar o a rezar.

Estuvo un ratito lamiendo el coño y enterrando su lengua en él, luego le metió el dedo pulgar en el coño, y acto seguido con el dedo pringado de jugos acarició su ojete al tiempo que lamía el clítoris. Eva comenzó a gemir… Unos diez minutos después ya era ella la que movía la pelvis para frotar el clítoris y parte del coño contra la lengua. Estaba tan cachonda que sus jugos le mojaban los muslos… Adán viendo que Eva ya estaba a punto, le metió el dedo dentro del culo, y le preguntó:

-¿Te vas a correr para mí?

Eva cogiendo su cabeza y llevando la boca a su coño, le respondió con otra pregunta:

-¿Te la vas a tragar?

Adán separó la cabeza del coño para responder:

-Todita, me la voy a tragar todita.

Volvió a llevar su cabeza al coño y moviendo la pelvis a toda pastilla descargó en a boca de su padre mientras sus piernas temblaban una cosa mala. Adán tal y como le había dicho la tragó todita.

Adán tenía un empalme brutal. Eva al verlo le dio las tetas a mamar, unas tetas duras cómo piedras, Adán les dio un repaso de película, luego Eva se dio la vuelta, cogió la polla, la puso en la entrada del coño, empujó con el culo, la metió hasta el fondo y después comenzó a follar a su padre. Adán magreando las tetas de su hija se dejó follar. Tanto se dejó follar que Eva llegó al momento de no retorno.

-¡Me voy a correr, papá!

-Córrete, cariño, córrete!

-¡¡Me corro!!

Eva le baño la polla a su padre con una tremenda corrida.

Al acabar la separó de él y le lamió el culo.

-Joder que degenerado eres.

-¡¿A quién llamas degenerado?!

La puso en sus rodillas. Eva oliendo lo que venía se reveló.

-Ni se te ocurra pegarme!

Le dio suave en las nalgas con la palma de la mano derecha.

-Eres un enfermo.

-Y tú una viciosa y yo a las viciosas las azoto.

-Me vas a azotar porque eres un enfermo.

-¡Plas, plas, pla!

Le pasó un dedo por el coño, lo chupó, la puso en pie, le lamió y le folló el ojete con la punta de su lengua, la volvió a poner en sus rodillas y le volvió a dar con la palma de la mano ahuecada.

-¡Plas! -Abusón.- ¡Plas! -Enfermo.- ¡Plas! -Me está empezando a gustar.

-Te gustó desde un principio, palomita.

La volvió a poner en pie y esta vez le comió el coño mojado. Eva gemía mientras se lo comía. Luego lo empujó hacia atrás, se echó encima de sus rodillas, y le dijo:

-Disfruta, machista.

Le llamara machista para que le diera y le dio, está vez con más fuerza.

-¡¡Plas, plas!

-¿A quién llamas tú machista?

-A ti.

Eva se puso en pie, se sentó sobre la polla de su padre, le echó los brazos alrededor del cuello, lo besó y comenzó a follarlo a toda hostia. Su culo voló de atrás hacia delante y de delante hacia atrás. En nada vio cómo a su padre gemía en bajito y cómo se le iban cerrando los ojos. Le dijo:

-Lléname, papá, lléname.

Adán se corrió cómo un lobo, y cómo un lobo le comió la boca a su hija. Eva sintió la leche caliente de su padre dentro del coño, lo miró a los ojos mientras se corría y esa visión hizo que se corriera de nuevo.

-¡Me corro otra vez!

Al acabar de correrse posó la cabeza su hombro izquierdo, le lamió la oreja, y le preguntó:

-¿Te gusto cómo mujer?

Adán buscó su boca, la besó, y le respondió:

-Me encantas, eres un cielo de mujer,

Eva ya estaba para otro polvo, le dio un pico y poniendo cara de picarona le preguntó:

-¿Por el culo es pecado, papá?

Le devolvió el pico y le respondió:

-Depende de la cultura.

-Supongamos que la chica es muy culta, cómo yo.

-No es pecado, pero una chica como tú puede acabar con el culo roto.

-Eso es metafísicamente imposible.

-¿Por?

-Porque ya me lo rompió mi novio, aunque tengo que reconocer que tu polla es más gorda y más larga.

Eva sacó la polla del coño. Salieron de él jugos y leche que fueron parar al sofá. La polla estaba morcillona después de correrse. La cogió y la frotó en el ojete. Le volvió a dar las tetas a mamar y lo besó con lengua. Poco a poco la polla se fue poniendo dura. Al tenerla dura bajó un poquito el culo, pero la polla no entraba. Adán le dijo:

-Date la vuelta.

Eva se puso en pie y se dio la vuelta. Adán dejó que acercara el culo a su boca, le echó las manos a la cintura y lamió entre la raja. Eva abrió las nalgas con las dos manos y le mostró el ojete a su padre. Lo lamió y lo folló. Minutos después, con el coño encharcado de jugos, volvió a coger la polla y la frotó en el coño. Luego de llenar el glande de jugos lo frotó en el ojete, se sentó sobre la polla de su padre y metió el glande dentro del culo.

-¡Coñooo! Es demasiado gorda -la quitó- No me gusta.

Eva la volvió a meter en el coño. Adán quedara con la miel en los labios, por eso la picó.

-El sexo anal es para mujeres de verdad.

Follándolo, le dijo:

-¡¿A quién le dices tú que no es una mujer de verdad?! ¡Te voy a romper la polla!

La quitó del coño, la acercó al ojete, empujó con el culo, y poco a poco, la fue metiendo. Respiró aliviada cuando llegó al fondo. Adán, que le estaba magreando las tetas y besando el cuello, le dijo:

-¿No me ibas a romper la polla?

Con la voz tomada, le dijo:

-¡Calla, calla que ahora no sé cómo sacarla!

-Prueba a subir el culo poco a poco.

Eva levantó un poco el culo. La polla salió unos centímetros y Adán se la volvió a meter.

-No metas, papá, no metas que quiero quitarla.

Estuvieron un tiempo sacando ella y metiendo él. Al principio le molestaba, luego le fue cogiendo el gusto a la cosa, y cuando ya se lo cogió del todo, le dijo:

-¡Te dije que te iba a romper la polla y te la voy a romper!

Le dio al culo con ansia hasta que le rompió la polla, se la rompió de aquella manera, haciendo que echara lo que tenía dentro, o sea, hizo que le llenara el culo de leche.

Al acabar de correrse y antes de que se le pusiera morcillona, Adán la sacó, se la metió en el coño, Y apretando y tirando de los pezones la folló al estilo conejo hasta que Eva le dijo:

-¡Me corro en tu polla, papá!

Después de esto Eva quiso seguir, pero su padre ya no daba más de sí. Quien daba más de sí era Rod Stewart, que por segunda vez cantaba: "I Don´t Want To Talk About It".

Quique.

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