Hola, soy Patricia, Patty como me dicen mis amigos y voy relatarles algo que me dejo un tanto perturbada al grado de angustiarme bastante. Mi descripción física esta en relatos anteriores para quien desee saberlo.
Era una reunión de amigos de la escuela, una de tantas, tan común como nos era posible, solo que era muy extraño, había personas que normalmente no asistían a ellas, como mi novio, que no pertenecía a la comunidad, extrañamente no estaba pendiente de mí como perro faldero que a veces parece, conversaba con otros chicos.
Como siempre, yo era el centro de atracción de la mayoría de los chicos y podía notar como mis amigas me veían con cierta envidia, cosa que nunca me ha importado y por el contrario me enaltece de sobremanera el ego, sé que a cualquiera de ellas puedo bajarle el chico que quiera solo por divertirme, ya lo había hecho algunas veces, eso me gano enemigas acérrimas, pero que importa cuando los chicos te tratan como princesa.
Todo trascurría como entre penumbras, demasiado extraño y después entendí el porqué, pero no en ese momento.
Apareció de pronto Ricardo, un amigo que siempre ha querido ser mi novio pero que siempre he despreciado por decir la verdad, a pesar de eso, he mantenido relaciones sexuales frecuentemente con él, pero esa es otra historia.
¿Qué hacía ahí Ricardo? ¿Quién lo había invitado? Él ya había salido de la escuela y nunca formo parte de este grupo de amigos ya que somos una generación mucho más joven, pero ahí estaba, inmediatamente me abordo inclinándose para darme un beso en la mejilla al tiempo que me decía, “Hola Princesa” como siempre me llama.
Algunos chicos tomaron cierta distancia ya que Ricardo no tiene muy buena fama, es un auténtico energúmeno, muy poco cortés, con un lenguaje muy soez, como de 1:80 de estatura, muy feo, con una nariz muy prominente, pelo chino, cuerpo muy robusto y una forma muy invasiva de ser, de esos individuos agresivos que intimidan a muchos con su actitud, además de dárselas de ser alguien que sabía todo y que era muy importante, lo cual yo sé que no lo es.
Normalmente no lo soporto mucho y cuando llegábamos a coincidir en un grupo, prefería darle cortones y dejarlo solo, pero esta vez permití que se quedara a mi lado.
Charlábamos amenamente y de pronto empezó discretamente a rozar uno de mis senos con la mano que sostenía su bebida, yo busqué nerviosamente con la mirada a mi novio, esperando que no fuera a darse cuenta, pero extrañamente no lo veía por ningún lado, ¿dónde se podía haber metido?, el departamento era pequeño y éramos pocos los asistentes. Ricardo lo conocía, lo había visto cuando a veces iba por mí a la escuela y siempre me decía que como era posible que anduviera yo con ese baboso, mi novio por su parte no tenía ni idea de la existencia de Ricardo.
El roce se hacía más descarado, incluso apretó mi pezón cuando pego su mano de la bebida a mi pecho entreabriendo los dedos que sostenían el vaso y cerrándolos cuando lo sintió, yo no sé qué me pasaba que no me quitaba de ahí, o no le ponía un alto, simplemente me llenaba de preocupación de que mi novio se diera cuenta, además que los demás chicos con quienes conversábamos ya deberían haberlo notado.
Aquí hubo una laguna en mi mente, ya que lo siguiente que recuerdo es que estaba yo con Ricardo, en otra pieza, solos los dos, me tenía arrinconada en una esquina, mi blusa que era una especie de top estaba levantada y Ricardo con su cabeza enterrada entre mis pechos mordisqueando mis pezones alternativamente y su mano apretando mis senos también de forma alterna, su otra mano sobando mi trasero, a veces rozándolo solamente, o recorriéndolo de extremo a extremo siguiendo el contorno de mis nalgas para finalmente meter toda su mano y sobarme mi entrepierna con el descaro que siempre le caracteriza, repetía esta acción, una y otra vez, a veces su mano la metía desde atrás hasta llegar a acariciar mi pubis con sus dedos por enfrente.
Yo estaba excitadísima pero no podía dejar de pensar en mi novio y la preocupación de que pudiera mirarnos.
A pesar de la gruesa mezclilla de mi pantalón, podía sentir sus dedos empujando en el centro de mi vagina, tratando de meterlos, ufff siempre que hace eso me vuelve loca, pero no esta vez, mi novio nos puede ver le decía bajito. Ricardo saco su cara de mis senos y me beso la boca, me la devoró literalmente, sentí su lengua entrar y por primera vez su sabor, jamás había permitido que me besara en la boca, era algo reservado para personas especiales, pero esta vez lo hizo.
Mientras nos besábamos apretaba uno de mis senos y su otra mano me sobaba con descaro en medio de las piernas, con uno de sus dedos recorrió con lujuria toda mi rayita, desde el frente hasta atrás, sin ninguna oposición de mi parte. Mi vagina estaba tan húmeda que creo que debió empapar el pantalón ya que Ricardo se llevó el dedo a la nariz.
…………….
Su glande llegaba al fondo de mi garganta en cada embestida que daba, seguíamos en el mismo rincón, el de pie, yo en cuclillas tratando de no asfixiarme, siempre ha sido un salvaje, es que acaso piensa que puede follar mi boca y por eso es tan brusco en sus movimientos al meter su pene por mi boca.
No era como siempre, yo trataba de separarme de su verga mientras mis ojos estaban atentos buscando cualquier señal de que alguien fuera a entrar a la habitación, no deben vernos y menos mi novio, pensaba yo. No podía separarme o no quería, sus grandes manos sobre mi cabeza marcaban el ritmo de la felación que le daba e impedían que pudiera separarme. Ahí estaba, a su merced. Me sentía aún más nerviosa que cuando nos íbamos a buscar los salones más alejados de la escuela, aprovechando el cambio de turno, Ricardo me hacía chupársela en algún salón vacío. Algo que hicimos casi diario los últimos meses, antes de que él se graduara
Su enorme verga la sentía deslizarse por entre mis labios era tan grande que tocaba el fondo de mi garganta y como de costumbre, cuando la tenía tan dura, podía yo notar con mis labios y mi lengua, las venas hinchadas que iban por todo el tronco de su verga. Era una experiencia muy morbosa y empezaba a distinguir su liquido preseminal que ya empezaba a fluir, pero no podía controlar los nervios
……………
Un sabor amargo invadía mi boca, con la sensación de viscosidad o algo pastoso en mi paladar, ¿se vino en mi boca? no lo sabía, ¿cómo era posible?, produce tanto semen que era imposible que no me hubiera dado cuenta o lo pasara por alto, solo sentía en la boca esa sensación que queda después de la eyaculación.
Mi mente se esforzaba por tratar concentrarse y recordar que había pasado y como es que ahora estábamos de pie , pero no podía porque mi cuerpo reaccionaba a las duras embestidas que me daban desde atrás, era Ricardo, que ahora estaba en el rincón, me estaba penetrando de pie, miré y vi que mi pantalón me lo había bajado hasta las rodillas junto con mi panty, cada una de sus manazas se aferraba a cada uno de mis senos y me apretaba los pezones con sus dedos índice y pulgar al grado que me dolían, mis senos casi desaparecían dentro de sus enormes manos mis senos eran apretados , sobados, masajeados, estirados, sin dejar de apachurrar mis rozados pezones.
Sentía como su gruesa verga se abría camino dentro de mí y me invadían sensaciones de placer y dolor, pero yo seguía pensando donde estaba mi novio y que de ninguna manera podía darse cuenta de lo que estaba pasando.
Mordía mis labios para evitar gemir, pero casi no podía mantenerme en silencio, La verga de Ricardo es grande y muy gruesa, yo siempre he sido estrecha así que era muy difícil contenerme cuando empieza el clásico movimiento de meter y sacar.
Como era su costumbre, la trataba de meter toda y hacia movimientos rotatorios, arriba abajo, izquierda/derecha que siempre me hacen enloquecer y esta vez no era la excepción, se movía con maestría rozando fuertemente mi entrada e interiores con su enorme pene.
Su verborrea sucia no podía faltar, aunque ahora creo que consiente de que podíamos ser descubiertos me la decía al oído, frases como “que panocha tan apretada tienes putita” “gimes como perra en brama princesa” o cosas así por mencionar solo algunas ya que su sucio repertorio no tiene fin.
Trato de levantarme una pierna, lo cual consiguió escasamente, mi pantalón en las rodillas se lo impedían, así que hábilmente con su pie empujo mi ropa hacia abajo, cuando finalmente logro llevarla a los tobillos, soltó uno de mis senos y me saco el pantalón y la panty, entonces levanto mi pierna al grado de casi hacerme caer, tuve que sostenerme con ambas manos de donde pude para evitarlo, era una de sus poses favoritas que le gusta practicar frente a un espejo para observar como desaparece la totalidad de su pene en mi vagina.
Salía frecuentemente para evitar venirse y eso me daba un respiro, en una de esas salidas y siguiendo su costumbre me murmuro al oído, “Voy a metértela por tu culito” normalmente le digo que no, aunque nunca he sido muy convincente y siempre termina haciéndolo, pero esta vez de verdad no quería, le rogué que no lo hiciera, que nos iban a ver, trate de zafarme, pero me tenía bien sujeta, además mis manos me ayudaban a guardar el equilibrio y no podía usarlas.
Sin soltar mi pierna, guio su enorme verga a mi entrada posterior, casi siempre me prepara con sus dedos para dilatar mi orto, pero esta vez no lo hizo, huyy que dolor tan fuerte el sentir su enorme cabeza entrando, me rodaron las lágrimas de verdad, fue deslizándola suavemente hasta llegar al tope,
No sé realmente cuanto sea, pero calculo que a unos 14 o 15 cm de profundidad es mi límite natural, no sé si es porque el intestino gira en ese punto o se cierra, pero se siente claramente que una verga choca contra una pared interna como a esa distancia, ¿cómo creo que es esa distancia? Porque quien tiene un pene más o menos de ese tamaño, apenas roza esa pared, no era el caso de Ricardo que la tiene mucho más larga, el siempre empuja más y más hasta hacer ceder ese tope y siento claramente cómo se mueve algo en mi interior junto con un dolor agudo por dentro, esto a la altura del vientre para dar cabida a la totalidad de su cosa.
No fue la excepción, empujo y empujo hasta que solo sus bolas quedaron fuera, además del dolor, mi angustia de que mi novio debería estar cerca me mortificaba.
Ricardo empezó con el mete y saca suavemente lo que me hizo gemir cada vez más alto, no podía controlarlo, en cada embestida un dolor agudo me atormentaba porque su gruesa punta pasaba por mi límite, haciéndolo ceder, cuando entraba y cuando salía.
Al igual que en mi vagina, el salía frecuentemente en su totalidad para evitar venirse, muy doloroso, normalmente usábamos mucho lubricante, pero ahora había sido de improviso y aquí no hay lubricante natural como en la vagina.
“Me estas estrangulando la verga con el culo mamita” me decía, “estas más apretada por aquí que por la panocha”
La metió totalmente eh inicio sus movimientos rotatorios, arriba/abajo, izquierda/derecha, recordé cuando en los hoteles hacíamos esa pose y podía yo observar en los espejos que solo sus grandes testículos estaban afuera rozando los labios de mi vagina mientras su verga se movía muy profundamente en mi interior recorriendo y tocando mis rincones más íntimos.
Era demasiado, no podía dejar de gemir, mi mente estaba en blanco y había olvidado lo importante de guardar silencio, todos los amigos entraron en tropel por la puerta esbozando sonrisas, algunas eran de burla (mis “amigas sobre todo”), mi novio también entro y me miro fríamente, trate de zafarme y como no podía, quise cubrirme mis partes, pero perdía el equilibrio si dejaba de sostenerme porque mi pierna seguía alzada por Ricardo, esto tenía como consecuencia que mis partes más íntimas estuvieran a la vista de todos, recordé como se podía mirar en los espejos cuando hacíamos esta pose, la totalidad de mi vagina era visible y las negras bolas contrastando con mi blanca piel, además del nacimiento de su verga engullida por mi ano, esta visión me dejo claro lo que todos mis amigos estaban observando.
Ricardo no me soltó, seguía moviéndose sin sacar un centímetro de su verga, le grite, suéltame, nos están viendo, él solo dijo, ya déjame terminar Princesa, además ya te vieron todo.
Los celulares no tardaron en aparecer, no sé si sacando fotos o filmando, y lo único que pude hacer fue cerrar los ojos para tratar de evadirme, pero no podía dejar de gemir
Ese movimiento de sus caderas siempre me hace enloquecer ya que su gran verga, cuando está totalmente dentro, llega muy profundo y remueve todo mi interior a su capricho. Su mano libre la alternaba entre masajear mis senos, jalar mis pezones, apachurrarlos retorcerlos, después iba a mi entrepierna para recorrer el contorno de mis labios vaginales, luego de palparlos por completo los abría con sus dedos para dejar ver sus pliegues y su interior, introducía sus dedotes. Uno hasta el fondo haciendo gancho acariciaba mi interior, luego dos, a veces tres y de ahí pasaba a mi clítoris, se tomaba su tiempo, con dos dedos abría mis labios dejándolo expuesto a la vista de todos y le daba pequeños golpecitos con su yema haciéndome sentir descargas, luego lo sobaba. Lo apachurraba, lo estiraba y yo le decía con voz apenas audible para que nadie más que el oyera "me duele" no le importaba, seguía jugando con mi clítoris a su entera gana, yo entreabría los ojos solo para ver que los que nos observaban, no perdían detalle haciendo comentarios. Algunos de los comentarios que me quedaron grabados fueron "se ve que ya se la ha cogido mucho" o "la tiene bien Rosita" "está escurriéndose"
Mis pensamientos me recriminaban, quizá si no estuviera depilada, el vello hubiera podido ocultar un poco mis partes de las miradas. Solo mi blusa me cubría esporádicamente los senos, cuando Ricardo se engolosinaba con mi panocha, esta se deslizaba hacia abajo cubriéndolos.
Trate de evitarlo, sabía que un orgasmo brutal estaba por llegar, aún con los ojos cerrados percibía los destellos de algunos flashes de los celulares de mis "amigos" que no perdían detalle, los comentarios de lo puta que era seguían taladrando mis oídos llegando a mi cerebro.
No quería venirme enfrente de ellos. Siempre pierdo el control (si es que podía perderlo aún más), experimentar un orgasmo con tu pareja es algo muy íntimo, pero el tenerlo frente a un grupo de babosos no era para nada atractivo y menos siendo anal.
Ricardo sin dejar de rotar sus caderas empezó con un brutal bombeo, su glande casi salía por completo de mi ano solo para entrar de golpe nuevamente hasta el fondo. Esto fue demasiado, mi cuerpo reaccionó estallando en un orgasmo salvaje, si no es porque estaba apoyando ambas manos y Ricardo me sostuvo fuertemente, hubiera caído, mi cuerpo se sacudió fuertemente, mis piernas temblaron por el esfuerzo. Como ocurre frecuentemente, no pude evitar que mi esfínter permaneciera cerrado, entreabrí mis ojos y vi un líquido amarillento escurriendo por la pierna que tenía apoyada a pesar de tratar con todas mis fuerzas de que esto no ocurriera.
Oí como él gemía en mi oído, se estaba viniendo dentro, fue un breve momento para él y al terminar dijo con voz audible para todos” Me la exprimiste bien cabrón". Su verga se deslizo fuera y hubo una exclamación general y comentarios como:
¨Que vergota tiene y se la clavo toda”, “se la trago completita por el culo”, “parece burro”. Los comentarios eran hirientes y en su mayoría venían por parte de las chicas, “quien la viera tan seriecita que se veía” “mosquita muerta” “ramera”” vaya que se ve que le encanta que le den por el culo, solo escuchen como gime”
Con la cabeza baja entreabrí los ojos buscando a mi novio, tenía una mirada de odio y una sonrisa forzada, no sólo había sido cogida delante de él, se daba cuenta que probablemente le había fingido los orgasmos las pocas veces que habíamos tenido sexo, era muy cierto, los había fingido y en el remoto caso que él pensara que yo no hubiera fingido, se daba cuenta la abismal diferencia, su pequeño pene no era rival para la enorme verga de Ricardo, ni en lo largo, ni en lo grueso ni en el aguante. Definitivamente pudo ver cómo Ricardo me había tocado, con un morbo que a él ni en sueños le había permitido y que ni siquiera había intentado. Por si fuera poco, el jamás había tocado mi entrada trasera. Mucho menos me había penetrado por el culo.
Tontamente me consolé, pensando que afortunadamente no me vio mamándole la verga a Ricardo, a él nunca se la había chupado, el par de veces que me pidió que por lo menos se la besara me negué.
Esos pensamientos se mezclaban con los que angustiosamente me decía que mi vida estaba destruida. Mi reputación estaría por los suelos, obviamente mi novio me repudiaría y que pasaba si comentaba el motivo por el cual se daba el rompimiento con mis padres. Yo podía negarlo, pero debería haber infinidad de fotos y videos como prueba. Mi madre seguramente me iba a matar y el gran disgusto y decepción que se llevaría mi querido padre. Además, quedaría marcada seguramente en toda la escuela y quizá esas fotos y videos llegaran a amigos y familia de otros lugares, eso me mortificaba terriblemente.
¿Cómo había sido tan pendeja para ponerme en esta situación? respiraba profundamente tratando de recuperarme.
Hubo una especie de bruma en mi mente, que no supe que pasó, ya no estaba de pie, estaba sobre el suelo tratando de vestirme y una chica jalaba mi pantalón para impedirlo al tiempo que decía, hey chicos, quien se la quiere coger, aprovechen putas como esta no hay. Varios me rodearon y empezaron a querer tocarme
¡Yo decía y gritaba que no cuando me pareció oír que decían Patty, Patty, reconocí la voz, era la voz de mi madre!, oí como se abrió una puerta y quise que me tragara la tierra, ahora si me aterroricé, su voz dijo ¿estás bien?, ¿estás bien?, una sacudida me hizo abrir los ojos.
Era mi Mama que me sacudía tratando de despertarme, Patty despierta, ¿tienes una pesadilla? Por un momento me llené de terror cuando vi su cara frente a mí y volteé buscando a Ricardo, a mi novio y los demás, pero no, estaba yo en mi habitación y solo había sido un sueño. Un sueño muy real
Mi madre me consoló tiernamente abrazándome y preguntando que había soñado, solo atiné a decirle que soñé que unos chicos me estaban pegando. Creo que nunca me sentí tan mal, ahí estaba mi madre consolándome, por algo que ni en sueños creería que es capaz de hacer su hijita querida.
Había mucha humedad en mi entrepierna, después, cuando se fue mi madre y pude examinar mi pijama, deduje que me había venido dormida.
Este sueño fue terriblemente realista y fue después de que tuve que abstenerme de tener sexo casi 2 semanas, mi cuerpo me reclamo abiertamente.
P.D. Algo que le agradezco a Ricardo, es que a pesar de ser un barbaján y que siempre me anda manoseando, cuando hemos estado con amigos o conocidos, siempre ha sido muy discreto y se comporta, me ha llegado a tomar fotos, pero en las que no se puede saber quién es la modelo.