Esa noche como de costumbre me acosté a dormir primero que mi novio, no sé cuánto tiempo pasó, pero sentí cuando empezó a tocarme, debo admitir que apenas sentir su presencia me calenté, siempre que lo tenía cerca mi vagina se calentaba y sentía un cosquilleo.
Comenzó olfateándome, parecía un animal, que delicia, yo estaba acostada boca abajo, pero poco a poco me fui acomodando solo para darle el paso libre a mi vagina, quería que me tocara con sus hermosos dedos, sin embargo él empezó por mis senos, mis pequeños senos, con su mano podía abarcar por completo uno de ellos y yo me excitaba cada vez más.
Seguí en mi papel de niña durmiendo, quería saber hasta dónde llegaría, estaba desesperada quería sentirlo dentro de mí, él fue bajando su mano y yo escuchaba su respiración era como un búfalo y sus gemidos "hmmm" me encantaba, me sentía como una presa acorralada por su depredador, su mano bajaba cada vez más y yo sentía mi vagina cada vez más caliente y ansiosa por sentir sus dedos introduciéndose en ella, cuando por fin llegó no aguanté las ganas y se me escapó un pequeño gemido, aún no había siquiera palpado la entrada a mi vagina, pero en serio que estaba muy caliente. Él escuchó el gemido y me dijo al oído con esa voz de hombre atrevido…
-Sé que te estás haciendo la dormida. Eres una niña muy sucia.
Estaba que me estallaba de placer, me encanta que me diga cosas sucias al oído es como mi segunda vagina, él se acercó a mi vagina con sus dedos rozaba mi clítoris y movía mis labios para encontrar aquel orificio que ya todos sabemos, una vez lo encontró me dijo…
-Estás muy mojada, que delicia hmmm, eres una niña muy sucia.
Seguía haciéndome la dormida, en serio este juego me gustaba, el introdujo su dedo corazón en mi húmeda vagina y sentí demasiado placer me empecé a estremecer y a excitar cada vez más, luego metió su dedo anular para hacerle compañía al otro, me decía cosas muy ricas.
-Te gusta cierto?
Movía sus dedos de una manera tan majestuosa que no aguante más y al cabo de 5 minutos me corrí, gemí con suavidad (escribir esto me pone muy cachonda) él supo que terminé y me dio un beso en la cabeza, de forma muy pervertida podía sentir como su hombría se elevaba y eso me hacía sentir más extasiada así que finalmente decidí dormir de verdad.