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Me sacrifiqué por mi hija
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Hola, me llamo Aurora, tengo 62 años, vivo en Madrid con mi hija Carmen de 27 años, pero soy de Ecuador. Soy casada, pero a mi esposo y mi hijo mayor los dejé atrás porque vine a buscar un futuro mejor y más adelante traerlos. Trabajo hace 4 años con mi hija Carmen Como empleadas en un chalet con una familia muy amable. Todo iba perfecto hasta hace un año que Efraín el esposo de la señora Cecilia se quedó sin trabajo. Efraín tiene 42 años y su esposa Cecilia 40 años.

Todo comenzó un día cuando mi hija y yo tuvimos una conversación, ese día Efraín y su esposa habían salido de compras. Carmen me conto que Efraín le había dicho que si sea costaba con el nuestra vida mejoraría mucho por supuesto no le creí pensé que era su imaginación.

Un fin de semana cuando Cecilia había viajado para visitar a su madre. En la tarde fui a ver si estaba todo en orden en la segunda planta cuando escuche unos ruidos en una de las habitaciones y estaba entreabierta cuando escuche decirle a Efraín a mi hija Carmen que se dejara llevar así que decidí entrar y le dije a mi hija que saliera y cerrara la puerta que iba a hablar con Efraín. Ya solos le dije a Efraín que dejara en paz a mi hija que si quería nuevos placeres yo se los podía dar así que Efraín no lo dudo un momento y me hizo desnudar, luego me hizo chupar su pene yo le dije que no se lo había hecho ni a mi esposo así que puso un video en la computadora y me lo hizo ver, luego de adelantarlo en ciertas partes baje y comencé a chuparlo suavemente de vez en cuando lo sacaba de mi boca y la acariciaba y besaba el tronco de su pene hasta que me lo metió hasta la garganta y me hizo hacer unas arcadas, luego lo saque y seguí chupando su pene hasta que no aguanto más y eyaculo en mis senos.

Luego me puso en cuatro y al entrar su pene que era más grande que la de mi marido hacía mucho que no lo hacía pegue un grito de dolor, pero disfrutaba luego comenzó a moverse rápido mientras apretaba mis senos y me nalgueaba una y otra vez, se agarraba de mis caderas y aumentaba la velocidad de sus penetraciones me estuvo perforando por un largo tiempo, hasta que le dije que ya no podía, que estaba agotada, que ya terminara y él, agarrándome de las caderas una vez más, empezó a bombearme con fuerza, diciéndome que ya se iba a venir. Después me vestí y salí de la habitación para darme un baño. No fue la única vez que me toco complacerlo ese fin de semana.

Antes de la cena Efraín entro en la cocina y me dijo que tenía que hablar conmigo y le dio 300 euros a mi hija para que no hablara nada si llamaba Cecilia y le dije a mi hija que organizara las cosas para la cena mientras Efraín me llevo a mi habitación donde dormía con mi hi hija y cerró la puerta, seguidamente me dijo “Túmbate en la cama y ábrete bien de piernas, me tienes a cien y quiero follarte, quiero follarte como ayer y no me digas que me ponga preservativo porque no me lo voy a poner” así que me abrí todo lo que pude de piernas y se tumbó encima de mí y de un solo golpe me la clavó. Ahogué un grito de placer, y me dejé follar por él. El se agarró mis dos senos y como si fueran un soporte me los agarro con fuerza cada uno con cada una de sus manos y tirando de ellos comenzó un frenético mete y saca de su pene en mi coño, que aun doliéndome muchísimo mis pechos por los tirones que daba de ellos, me hizo subir al infinito de placer. Luego bajó su cabeza a mis pechos, pero sin soltarlos de sus manos y continuando apretándomelos y comenzó a chupar y mordisquear con gula. Así estuvo un rato hasta que sacando la cabeza de entre mis tetas y mirándome fijamente al tiempo que me sonreía busco con su boca la mía y nos fundimos en un apasionado beso, dando con ello el comienzo de una pasión desmedida. Él seguía empujando su pene dentro de mi coño con pasión a la vez que me preguntaba:

“Te gusta Aurora, te gusta, estas disfrutando, dímelo, dímelo, quiero que me lo digas pedazo de puta”.

Él entonces aumentó la fuerza de sus embestidas y comenzó a arquear su espalda hacia atrás y los músculos de sus nalgas se tensaron. Y explotó dentro de mí, comenzando a depositar toda su leche hirviendo en mi coño. Sus chorros eran intensos, calientes e interminables e hicieron que yo comenzara a correrme una vez más totalmente descontrolada por el placer.

Al día siguiente cuando salió mi hija a hacer las compras de la semana mientras yo estaba preparando las cosas para el almuerzo Efraín entro a la cocina me abrazo y me dijo que todavía teníamos tiempo mientras mi hija llegaba así que me dijo que me desnudara y me volteara frente al lavaplatos luego Efraín puso su pene en la entrada de mi culo y la fue metiendo poco a poco, como sentía que su pene ocupaba todo el espacio, como sentí como sus huevos daban en mi culo al tenerla todo dentro. Pero eso fue el inicio luego la sacó y metió más fuerte y luego más y más, en verdad pensaba que me partiría y dos, a la vez me daba azotes en el culo, tiraba de mi pelo con fuerza hacía él, me penetro de una manera salvaje y termino al rato.

Ese fue el comienzo de las varias cogidas que me ha dado Efraín cuando Cecilia se va a trabajar.

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