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Me prostituyo por primera vez
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Este es la primera historia que hago espero y les guste.

Soy Paola y soy huérfana y ayer cumplí 18 años. Eso significa que ante la ley ya soy adulta, entonces en el orfanato ya no se harán cargo de mí, a partir de ahora estoy por mi cuenta. Como parte del orfanato me dan un poco de dinero, del cual conseguí un pequeño cuarto rentado por un mes. Siempre he sido buena alumna de excelentes calificaciones y con reconocimiento. Soy parte del equipo de voleibol y natación, gracias a esos deportes se me ha formado un buen cuerpo, un gran culo, y cuerpo muy sabroso y tengo tetas grandes, soy de estatura baja 1.60 y me gusta vestir ropa ajustada, tanto Jeans, shorts o camisas, me encantan las faldas cortas y usar tanga (Por comodidad). Por todas esas características los hombres siempre se me quedan viendo en la calle y me excita saberlo.

Ahora que todo depende de mí, he estado buscando trabajo para sobrevivir sola y no he podido, ya que exigen muchas cosas. Este es mi último año de preparatoria y quisiera ingresar a la universidad, pero no tengo dinero, ni para pagar el siguiente mes de mi pequeño cuarto. Así que he tomado la decisión de prostituirme, tal vez no ingrese a la universidad luego, pero si me prostituyo un año, voy a tener el dinero suficiente para la universidad. Así que estoy decidida. Mañana será mi primer día como puta.

Al día siguiente me levante fui a la escuela e hice todas mis actividades normales. Regrese a mi pequeño cuarto y algo nerviosa, me vestí lo más puta que pude. Tacones, una falta pegada y corta, con una tanga rosa, una ombliguera y un poco de maquillaje. Lo bueno es que donde estaba mi cuarto, no había quien me conociera y quedaba cerca de una gran avenida, si algo salía mal podía venir corriendo a mi cuarto. Agarré mi bolso algo grande, con ropa extra por si le pasaba algo a la que traía, y salí. Me coloque en la esquina de la avenida y espere. Me sentía nerviosa y excitada, nunca había hecho algo así. Todos me veían y chiflaban, no tardo en pararse el primer auto, me acerque nerviosa y me pregunto cuanto cobraba. Le dije que $3,000 pesos pero que incluía todo, estaba dispuesta a todo y realmente era masoquista, así que no tenía problema con lo que me hicieran. El tipo rechazo y se fue y así fue con 5 carros más. Eran las 8:00 de la noche Ya habían pasado 2 horas ya me había cansado de estar parada y estaba aburrida. Cuando de repente se paró un auto. Eran 3 chicos algo fornidos, me gritaron

-Ven puta -Nadie me había gritado así, eso me prendió y me acerque

-Cuanto cobras perra

Respondí

-$3,000 pesos.

-Estas cara puta, pero con ese cuerpo que tienes te lo mereces. Te vamos a dar $10,000 si aceptas que te cojamos los 3 y hagamos lo que sea contigo.

Tenía miedo nunca había hecho algo así, aparte por su lenguaje, se veía que me iban a tratar muy brutal. Solo había tenido sexo casual con novios. Pero eran $10,000 y valía todo el tiempo perdido, con eso podría sobrevivir un mes. Así que acepte. Aunque me pagaron $5,000 y al final de todo me darían la otra mitad. Me pareció bien, algo desconfiada.

Me subí a carro y mientras conducían a un hotel no dijeron nada. Está asustada no sabía que iban hacer, pensé en bajarme, pero aguante. Llegamos a la habitación del hotel. Y me arrogaron a la cama.

-Ahora si hija de puta vas ser cogida como nunca-

Se sacaron las vergas y las 3 eran enormes. Por lo menos 20 cm cada una. Al momento que las vi, no pensé que iba aguantar me pare rápido de la cama y trate de huir, pero fue inútil me sujetaron

-A dónde vas puta, si quieres irte vas a tener que hacernos venir a los 3-

En ese momento uno de los sujetos me escupió en la cara. Mientras los otros me rompían mi ropa, yo gritaba. Quede desnuda y con mi ropa destruida.

-Vamos empieza a chupar nuestras vergas.

Me agache y empecé a chupar. Empecé lento, no sabía cómo tratar a tan enorme verga. A lo cual el sujeto al que se lo estaba haciendo se enojó y me dio una cachetada muy fuerte

-Hija que perra, no sabes chupar, voy a tener que enseñarte.

Me agarro de mi cabeza y me empujo, comiéndomela toda, me estaba ahogando, era demasiado fuerte como para apartarme. Él tenía el control, hacía que subiera y bajara, comiéndomela toda. Se acercaron los otros 2 sujetos y pusieron mis dos manos en sus vergas y empecé a masturbarlos. Me empezaron a compartir para que les chupara las vergas a cada uno, y cada uno haciendo lo mismo. El único momento en él podía tomar un poco de aire era cuando cambiaba de verga o cuando chupaba sus huevos.

Sucia de mi propia saliva escurriendo de mi boca, mis ojos llorosos, mi cabello desarreglado, sus vergas mojadas de mí saliva. Estaba destrozada y agotada y eso que solo las chupe, pero me gusto como me trataron. En eso siento como me jalan del cabello.

-Ahora te la vamos a meter como maldita puta que eres.

Les pedí de favor que usaran condón, que yo traía.

-Cállate, eres nuestra eres una maldita y estúpida perra y a las perras como tú se les coge sin condón.

-Por favor no, no quiero quedar preñada.

En eso me pusieron en cuatro. Dejando mi vagina y mi ano a su vista

-Miren esa vagina y ese culo hechos para destrozarlos.

Me empezaron a lamer mi vagina y mi ano, cada uno turnándose. Uno al terminar quiso que le chupara la verga.

Realmente me estaba gustando mucho.

De repente ciento como alguien trata de meter su verga en mi vagina, era grande no sabía si la iba aguantar.

-Ahora si pinche pendeja-

Y me la metió de un jalón, grite como nunca.

-No, sácala por favor me duele.

-Cállate pinche zorra -Y me metieron una verga en mi boca.

Poco a poco el dolor se iba el dolor. Fue cuando se turnaron para coger a mi vagina. Me envestían como nunca, me cogían como si me odiaran y estaba gritando como perra en celo. Ya era una puta definitivamente, lo estaba disfrutando.

-Vamos grita puta, dinos cosas sucias (Mientras me nalgueaba)

-Soy una pendeja, soy una puta, soy una perra, me gustan las vergas, por favor destrocen mi vagina.

Terminando de decir eso, me la sacaron.

Un sujeto se acostó y me dijo que lo montara. A ese punto ya era una sumisa. Así que lo monte. Al mismo tiempo me colocaron una verga en mi boca y por ultimo una en mi ano. Me dolido como nunca. Pero como estaba tan excitada me fui acostumbrando.

Estaba llena de vergas, una en mi boca, una en mi vagina y una en mi ano. Eso hizo que quedará estúpida ya no pensaba, me había convertido en solo un pedazo de carne para follar. Después de eso solo me deje llevar y usar.

Me destrozaron, me usaron, me humillaron. Me follaron en todas las formas posibles, me la metían frente a la ventana, en el suelo, en la silla, en todas partes de la habitación. Recuerdo que pusieron mi rostro en el escusado y estando así me la metieron. Ya no sabía quién me la estaba metiendo. Solo gritaba y decía que era puta. Lo más humillante que recuerdo que me ordenaron hacer fue orinar en un vaso frente a ellos. Al final uno termino en mi vagina, me empujaron contra la pared, cayendo sentada. Me tiraron el vaso con mi orina en mi cabeza, de igual forma ellos me orinaron y los dos que no se habían corrido aún se vinieron en mi cara.

Destrozada, cansada, con semen escurriendo en mi vagina y cara, oliendo a orina y semen y con la mirada perdida. Vi la hora y eran las 3:00 de la mañana. Solo vi cómo se iban y me arrogaban los otros $5000.

-Ahí está el resto del dinero, perra. Descuida puedes quedarte todavía la habitación está pagada para un día.

Solo pensé

-Teniendo 18 años apenas cumplidos, y mírenme como acabe. Como toda una puta.

Dicho eso me quedé dormida, ahí en el suelo.

Desperté eran la 1 de la tarde y era sábado. Se me había ido lo idiota, apestaba horrible por toda la mezcla que me echaron encima. Me dolía el cuerpo, no podía pararme. Ya no estaban los sujetos y todavía me estaban humillando. Tuve que ir a gatas a la regadera, porque enserio mis piernas no aguantaban. Me las arregle para bañarme. Y para vestirme. Qué bueno que traía ropa extra, la que traía estaba destrozada. Hasta recuerdo que alguien mi puso mi falda como mordaza y mi tanga me la metieron en mi vagina. Recogí todo y me fui. Todo el camino sosteniéndome de algo para no caerme. Al salir pareciera como si me hubiera lastimado las piernas. Tome el bus para llegar a mi cuarto y descansar. Con las piernas temblando, baje del camión y me caí mis piernas no aguantaban más mi peso. Compré una pastilla del día siguiente. Llegue a mi cuarto. Me acosté y asimilando todo me dije:

-Por lo menos tengo $10,000 no sé si este lista para hacerlo de nuevo.

CONTINUARÁ.

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