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Me invitó a su casa y se lo agradecí con creces
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Hola de nuevo.

Esto ocurrió el verano pasado, cuándo una tarde de julio, al salir del gimnasio, me encontré con Marina, una antigua amiga del instituto. Marina tenía el pelo castaño y la piel bastante clara. Sus ojos eran de color gris (esos malditos ojos…), tirando a bajita y con un culo bastante interesante. Se sentaba 2 mesas delante de mí en la secundaria y de aquella llamaba ya mi atención, ya que se veía bastante mona, y creo que yo a ella tampoco le disgustaba.

Fue una alegría verla, ya que desde que empezamos la universidad nos habíamos visto poco, ya que ella se había marchado a estudiar Medicina fuera de nuestra ciudad. La invité a tomar un café y charlar un rato, lo cual aceptó. Nos pusimos al día, y hablamos de cómo estaba yendo nuestro verano.

-Marina: Pues yo la verdad es que llevo unos días bastante aburridos en casa.

-Marcos: Vaya, ¿no tienes nadie con quién salir?

-Marina: Que va, casi todas mis amigas están de vacaciones o no han vuelto todavía de la universidad. Y en cuanto a la gente de mi barrio, podríamos decir que mi única amiga es mi hermana jaja.

-Marcos: Vaya por Dios JAJAJ.

-Marina: Oye, si te apetece venir mañana a nuestra casa a la piscina…

-Marcos: Ah, sí me invitas, yo encantado

-Marina: Perfecto.

Llegué al día siguiente a su casa, toqué el timbre y ella no tardó mucho en abrirme. Llevaba una falda verde a topos y un top negro. Nos saludamos y me mandó salir al jardín mientras ella se cambiaba. Tras tantear la temperatura del agua, me senté en uno de los peldaños de la piscina a esperarla. Al rato, salió de la casa con un bañador de una pieza a rayas blancas y azules, ensalzando su figura. -Vaya, veo que ya te has puesto cómodo-me dijo Marina, tras lo cual se lanzó de cabeza al agua y buceó hasta donde yo estaba sentado, emergiendo a la par que se pasaba las manos por el pelo y se mordía levemente el labio. Se sentó a mi lado en el mismo escalón y comenzamos a charlar.

-Marcos: Marina, te agradezco muchísimo que me hayas invitado, que además con este calor…

-Marina: No hay de que, así al menos estoy acompañada.

-Marcos: JAJA, mira qué suerte. Efectivamente, me había fijado yo, ¿no está tu hermana?

-Marina: No, al final se marchó a dar un paseo en bici y vendrá más tarde.

-Marcos: Ah, vale, vale.

-Marina: Si. Bueno, venga, que no te has mojado nada, ¿no tenías tanto calor?

En esto que se levantó y comenzó a salpicarme a la par que se alejaba de la escalera. Yo fui hacia ella con el objetivo de sumergirla, y comenzamos a forcejear hasta que finalmente la logré agarrar de las piernas y la sumergí conmigo. A los pocos segundos salimos agarrados del agua, con mis manos en sus piernas, que rodeaban mi abdomen, y sus manos alrededor de mi cuello. Se mordió el labio inferior de forma lasciva, nos miramos a los ojos durante unos instantes y comenzamos a comernos la boca.

Mis manos agarraron su culo y la llevé cargada sobre mí hacia la orilla, donde continuamos magreándonos. Bajé los tirantes de su bañador liberando sus pechos y llevando mis manos y mi boca a ellos. Ella comenzó a gemir bajito mientras metía su mano en mi bañador para acariciar mi pene.

-Marcos: Marina, que duro me estás poniendo.

-Marina: Ufff, ya te lo noto. Vamos, fóllame, por favor.

La llevé hasta la orilla y la recosté. Me miraba mientras me bajaba el bañador y lo dejaba en el fondo de la piscina, a la par que sonreía y me hacía un gesto con el dedo para que fuera hacia ella. Me rodeo el cuello con sus brazos mientras con mis manos apartaba la tela de su bañador y hacía círculos con la punta de mi pene alrededor de su vagina. -Métemela ya, por favor ohhh- fue lo último que alcanzó a decir antes de que mi pene se introdujera en ella lentamente.
El choque de nuestros cuerpos, aún mojados, sonaba como una palmada tras cada embate. Estaba con los ojos cerrados y mordiéndose el labio inferior a la par que gemía levemente, mientras sus pequeños pechos se movían con cada embestida.

-Marcos: Marina, estoy a punto de correrme. Ven, que te lo doy.

Se levantó y se puso de rodillas a la altura de mi pene – ¿Dónde la quieres? – le pregunté.
-Échamela en las tetas- dijo ella pasándose las manos por ellas y apretándolas.
Continué masturbándome, apuntando hacia ella hasta que descargué mi semen sobre sus pechos, soltando un fuerte suspiro al final. Ella se levantó y tras darme un beso mientras tocaba mi mejilla izquierda, se metió dentro de la piscina.

Ella hizo un largo en lo que yo iba entrando y cuando volvió, nos volvimos a besar. Pasé de su boca a su cuello, besando lentamente diversas partes de él. Cuando mi boca llegó a la altura de su clavícula, comencé a tirar de su bañador hacia abajo, y ayudado por ella separándose de mí y levantando las piernas, se lo retiré completamente y lo arrojé al fondo cerca del mío. Nos acercamos de nuevo y llevé mi mano derecha a su coño e introduje mis dedos brevemente. La volví a cargar sobre mí, y seguí masajeando su coño. Ella notó mi polla, que ya estaba dura de nuevo.

-Marina: Mmm, veo que ya estás preparado para el segundo asalto.

-Marcos: Y para los que sean.

La llevé cargada hasta la orilla de la piscina donde lo habíamos hecho antes. Me eché en el suelo, dejándola a ella sentada en mi abdomen y haciéndole indicaciones de que acercara su coño a mi boca. Comencé a jugar con mi lengua en él, pasando de manera intermitente entre meter mi lengua en su coño y succionar su clítoris. Gemía suave al principio y cuando ya estaba llegando a su clímax comenzó a aumentar el volumen, a lo que reaccioné aumentando la velocidad hasta que se vino. Momentos después, ella se puso de pie y yo me deslicé hasta sentarme en el borde de la piscina. Vino hacia mí, se acuclilló a la par que agarraba mi pene y lo colocaba brevemente en la entrada de su vagina, para posteriormente introducírselo por completo lentamente con un gemido.

Me rodeó con sus piernas y colocó sus brazos alrededor de mi cuello.
Comenzó a dar botes sobre mis muslos, los cuales acompañaba con mis manos en su culo. Al rato, se separó de mí extendiendo sus brazos y agarrando mi cuello por detrás con sus manos. Me miraba a los ojos sin dejar de moverse, primero mordiéndose el labio inferior y posteriormente gimiendo fuertemente para que la viera. – Dios, como me gusta tu polla-dijo ella con voz fatigada. Volvió a pegar su cuerpo al mío. -Creo que me voy a volver a correr-susurró ella sensualmente a mi oído derecho. El ritmo de sus botes comenzó a tomar un ritmo vertiginoso, el cuál yo continué acompañando agarrado a su culo.

-Marina: Ayyy Marcos, me vengo, me vengo ahhhh.

-Marcos: ¡Ahhh, ahhh!

Marina se vino, estallando sobre mis piernas, y segundos después, a causa de los últimos botes que dio después de venirse ella, hicieron que me corriera en ella. -¡¡¡Jodeeer!!!-dije yo tras haberle soltado todo, acompañado de una cachetada en su culo. Nos quedamos unos momentos en esa posición.

-Marina: Dios, esto sí que ha sido una buena follada jeje

-Marcos: Puff, y que lo digas, pero igual nos hemos arriesgado un poco por, bueno, ya sabes

Apunté con la mirada a nuestras entrepiernas, las cuales seguían unidas y con alguna gotita saliendo.

-Marina: Claro, porque venir a casa de una chica y pasarse la tarde follando sin preservativo no te parecía arriesgado, ¿verdad? Anda que…

Se desensartó de mi falo soltando un pequeño gemido, se puso de pie y fue hacia una ducha de estas de jardín para mojarse antes de entrar a la piscina.

-Marina: No te preocupes de “esto”, que ya había tomado yo las precauciones pertinentes por si esto se daba, eso sí, espero que no tengas nada raro que me puedas pegar.

-Marcos: Ah, ¿Qué contemplabas que acabáramos de esta manera?

-Marina: Si, lo que pasa que no sabía si ibas a dar la talla, pero madre mía jaja.

En esto encendió la ducha y comenzó a darse un agua, pasando sus manos por su pelo colocándoselo todo hacia atrás y posteriormente por todo su cuerpo. Me dio la espalda, y el caer del agua por ella para fluir por su culo en dirección a sus piernas, fue el desencadenante para levantarme de la orilla e ir hacia ella. Me acerqué a ella empezando a comerle el cuello y pegando mi polla a su trasero, el cual empezó a restregar contra ella. Ese roce junto con el agua fría cayendo a través de mí hizo que en cuestión de segundos estuviera preparado de nuevo.

-Marina: Madre mía este chico, que vigorosidad.

-Marcos: Este chico quiere más de tu culo.

Coloqué mis manos alrededor de sus caderas atrayéndola hacia mí, lo cual ella entendió perfectamente. Se agachó sacando el culo hacia afuera y se agarró a la ducha con las 2 manos. Retiré mi mano derecha para apuntar a la entrada de su vagina con mi pene, introduciendo la cabeza y posteriormente empujando suavemente ya con ambas manos en sus caderas. Sus gemidos estaban perfectamente acompasados con cada una de las embestidas de mi cadera contra sus glúteos. Me eché un poco sobre ella para besarla llevando mis manos hacia sus pechos. Al volverme a erguir, comencé a aumentar el ritmo de las embestidas. Ella comenzó a masajear su coño y a gemir más rápido también.

-Marina: Uffff, vas a acabar por hacer que me venga de nuevo.

-Marcos: Pues tu ya lo vas a conseguir conmigo. ¿Dónde la quieres?

-Marina: Para que preguntas, si ya lo sabes.

Segundos después, paré las embestidas por un momento y me descargué entero en ella, para posteriormente continuar.

-Marina: Ahhh, ¡qué bueno! no pares por nada del mundo, por favor.

Continuamos las embestidas hasta que ella soltó un fuerte y prolongado gemido, señal de que había acabado. Le di un azote y me acerqué a su cara para darle un beso antes de salirme de ella.

Me tumbé en el césped agotado, y al minuto, Marina vino, se arrodilló a mi lado y comenzó a masturbarme y a chupármela para quitar los restos de semen.

-Marina: Te voy a tener que invitar más a menudo, porque madre mía jaja.

-Marcos: Jajaj. ¿Valoración del 1 al 10?

-Marina: Uhmmm, un 7 yo creo.

-Marcos: ¿¿¿¿SOLO UN 7????

-Marina: JAJAJ, es bromi.

Se levantó y se echó encima de mí, dándome un beso y posteriormente apoyando su cabeza de lado en mi pecho.

-Marina: A ver, te he puesto un 7 porque he hecho una media: por un lado, me gusta mucho tu polla, ahí te he puesto un 9, que la perfección no existe. Sin embargo, me has aguantado pocos asaltos, ahí te voy a aprobar por los pelos jajaj.

-Marcos: Jiji, te vas a enterar tu con las bromitas.

Agarré mi polla con la mano derecha y me deslicé ligeramente hacia arriba, colocándola justo en la entrada de su vagina. Con la mano izquierda, hice que Marina se sentará encima de ella, introduciéndosela ella solita, pegando un pequeño gemido cuándo entró.

-Marina: ¿Otra vez preparado? Ostia, vaya amante que me he buscado.

-Marcos: Te voy a pegar la última follada, para que no te quejes tanto.

No hubo piedad: pegué su cuerpo hacia mí, agarré su culo y comencé a taladrarla todo lo fuerte que pude. Sus gemidos fueron los más fuertes de todos los encuentros de esa tarde, solamente acallados durante algún beso que nos dimos, para continuar segundos después gritando. -Ayyy, jodeeer- dije cuándo volví a estallar dentro de ella, acompañado de un azote en su nalga izquierda. Hice un pequeño parón, pero enseguida Marina puso sus manos en mi pecho y comenzó a botar sobre mi polla.

-Marina: Muy buena la última follada, pero aún no has hecho que me corra. ¿Crees que podrás hacer que me corra?

-Marcos: Creo que ya lo he hecho varias veces hoy…

Mis manos fueron acompañando su culo en cada bote, hasta que finalmente soltó un sonoro “Uhhhhhh”, viniéndose sobre mi polla y cayendo encima de mí, quedando frente a frente, jadeantes con nuestras caras escasos centímetros. -Que nota me pones ahora? -le dije mientras le separaba el pelo de la cara.
-Matrícula de honor- dijo antes de que nos fundiéramos en un beso.

Fuimos a buscar los bañadores al fondo de la piscina, nos los pusimos y estuvimos charlando un rato en la piscina. A los 5 minutos de vestirnos, volvió su hermana del paseo en bici. Salió a saludarnos y volvió a entrar a casa. – Anda, que llega a venir 10 minutos antes tu hermana… – le dije yo entre risas. – Calla, por Dios, que nos hubiera pillado ahí a mitad de faena – me dijo dándome un beso. – Bueno, pues me marcho, que se me hace tarde, ¿cuándo repetimos lo de hoy? – le pregunté. – Puff, si me aguantas como hoy, por mí mañana repetíamos, pero no sé si a mi hermana le hará mucha gracia estar en la piscina mientras nosotros follamos – me contestó. -El próximo día que me deje solita te llamo, que me “llena” mucho estar contigo- me dijo tocándome el miembro por encima del bañador.

Salimos de la piscina, me puse la camiseta, me despedí de su hermana y Marina me acompañó hasta la puerta a despedirme. -Adiós, guapo- me dijo tras darme el último beso de la tarde.

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