Hola lectores. Os voy a contar una de mis historias pasadas con mujeres maduras. No estoy orgulloso de lo que hice para follármela pero así fue. Además la recompensa mereció la pena, pues por fin follé con mi musa, sin duda es la mujer a la más pajas he dedicado con diferencia. Ella lo sabía porque yo siempre la miraba y remiraba. Era para mí más deseada vecina madura. Vivía con su hijo en el bloque enfrente al piso de mi madre, con su hijo tres años más pequeño que yo. Estaba divorciada pero no le faltaban hombres a su alrededor.
Si tomaba el sol en su balcón, cómo era un 2° y nosotros vivíamos en un 5°, la veía entera, siempre haciendo topless. Ella también me tenía que ver perfectamente, pensaba yo, y alguna vez de la calentura me pajeaba viéndola y ella lo sabía porque aunque parecía que tenía los ojos cerrados se solía acariciar los muslos, las tetas… buf!
Cada día me cortaba menos, si iba al rio a tomar el sol y darse un baño, casualidad aparecía yo por allí, aunque a veces me quedaba escondido mirándola. Si nos veíamos por la calle, nos saludábamos y yo la miraba y remiraba de arriba abajo. Así pasaron años entre miradas y muchas pajas que me hice, yo creo que casi todos los días me pajeaba pensando en ella.
Se llama Marijo y entonces tenía 51 años y yo 30. 1,62 cm, muy morena de piel, como os he dicho le encanta tomar el sol, pelo negro liso con media melena, no muy guapa de cara pero si cara morbosa, unas tetas redondas, de buen tamaño, cintura perfecta, unas piernas largas y preciosas y un culo espectacular, redondo y duro. Perfecto diría yo.
Cuando yo tenía unos 25 años más o menos, los tres años que le sacaba a su hijo se dejaron de notar y nos empezamos a llevar bien. Entonces vi la oportunidad de empezar a quedar mucho con él y nos hicimos muy amigos.
Empezamos a quedar y a veces iba a su casa y veíamos una peli con algo de cenar y demás.
El primer día que fui estaba con Juan, mi amigo en la sala, y cuando oí la puerta de la calle y oí entrar a su madre me puse nerviosísimo, ella abrió la puerta de la sala para saludar a su hijo y al verme puso cara sorprendida y alegre.
Enseguida le saludé:
-Hola Marijo. Qué tal?
-Muy bien cariño. -Me respondió mientras se acercaba y yo me levantaba para darle dos besos.
La miré de arriba abajo como siempre, mientras ella sonreía. Agarré su cintura le di dos besos y ella se siguió acercando hasta rozar con esas tetas en mi pecho suavemente.
-Os dejo tranquilos. -Dijo mientras se alejaba moviendo ese culito, como solo ella sabe, giró su cabeza, miró el bulto de mi entrepierna y guiñándome un ojo y sonriendo se fue para su habitación.
Juan no se había enterado porque ni se levantó del sofá y la única luz que había era la de la tv.
Buuaah!! Yo estaba flipando con lo que me había pasado y no sabía ni como sentarme porque mi polla estaba durísima y no conseguía relajarme pensando en esa mujer, sólo pensar lo zorra que había sido y que estaba en la habitación de al lado…
Empecé a quedar a menudo con Juan para ver películas en su casa y para cenar, con Marijo entre calenturas y roces fui cogiendo confianza y ella algunos días se apuntaba a nuestro plan de cena y peli. Me zorreaba, me sobaba, y yo me ponía burrísimo.
En cuanto tenía ocasión le apoyaba la polla dura en su culo y ella se rozaba riéndose. Pasamos así bastante tiempo, ella se divertía conmigo pensaba yo y yo me hacía unas pajas brutales deseando a esa mujer.
En fiestas del barrio la vi y fui a bailar con ella, nos rozamos y yo con un par de copas le dije:
-Cuando vamos a follar Marijo?
Riéndose me alejó de ella y me dijo:
-Ahora no cariño mío, en un sitio más discreto. Jijiji! Miré a mi alrededor y claro medio barrio mirándonos… uuhh!!
-Invítame a una copa anda Ser.
Fuimos a la barra a pedir y entre toda la gente encontramos un hueco de barra vacío ella me llevó de la mano, se puso delante de mí mientras yo apoyaba el codo en la barra soltó mi mano y metió su mano en mi entrepierna y la fue subiendo acariciando desde mis huevos, hasta la punta de mi polla. Bajando mi cremallera la sacó del pantalón y empezó a hacerme un pajón allí mismo sin que nadie nos viera, aunque mi cara tenía que estar desencajada del gusto. La pajeó hasta qué me corrí contra la barra. Ella subió la mano y se chupó los dedos con cara de putón dijo:
-Uummm! Que rica tu leche mi niño. Todo llegará, cada cosa a su tiempo. -Me dijo mientras se fue otra vez al baile meneando ese cuerpo..
Al día siguiente recibí dos mensajes suyos diciendo que no podía ser, que si su hijo o alguien se enterara, etc.
Yo seguí yendo a su casa con su hijo y al principio nos cortamos los dos pero enseguida empezamos con el roce y el magreo otra vez.
Más adelante Juan y yo nos echamos novietas y deje de ir a su casa porque él se lo había tomado muy en serio y se fue a vivir de alquiler con ella a los tres meses, a mí me dejo rápido porque soy más golfo y se enteró de algún lío que tuve con alguna mujer bastante mayor que yo, las que me gustan le dije, ricas mujeres maduras.
Una noche andaba de copas con un amigo, fuimos una discoteca del centro y al bajar las escaleras veo a Marijo bailando. No lo podía creer… Allí fui decidido a saludar primero a dos amigas y luego a ella que agarré de la cintura y le comí la boca y entrelazamos las lenguas y empezamos el magreo que tan calientes nos pone. Una de sus amigas Mamen, 10 años más joven, que también esta tremenda nos miró sorprendida y celosa, pues siempre era ella la que atraía y se llevaba a los hombres que rondaban a Marijo.
Enseguida le propuse marcharnos y ella aceptó gustosa. Me dijo que ahora iba al baño un momento y luego nos íbamos. En cuanto Marijo se alejó dos metros, ya tenía encima a Mamen, apoyando sus enormes tetas en mi y sobando mi paquete me dijo:
-Yo pensaba que te gustaba yo, no Marijo, siempre me miras con cara de follarme viva. Hoy pensaba dejarte hacer conmigo lo que quisieras.
-Ah si? Enseguida vuelvo a por ti, dejo a Marijo en casa con cualquier excusa y vengo a por ti. Ahora hablamos apunta mi número. Le di mi número antes de que Marijo saldría, para follármela otro día.
Salimos Marijo y yo montamos en mi coche y me dijo de ir a su casa, fuimos para allí y al llegar vimos la luz encendida, al mirar el teléfono tanto ella como yo teníamos un mensaje de su hijo diciendo que había discutido con la novia y que estaba en casa. A mi me preguntaba que si andaba por ahí y que si quería podía pasar a hacerle una visita.
-MIERDA! Grité.
-Es tu amigo, es mi hijo, subirás a estar con él no?
-Si claro Marijo, pero…
-Otro día corazón, te lo prometo mi niño. -Aparqué el coche y antes de salir me tocó el paquete y me dijo:- Espera, no salgas. No irás a subir así? Que va pensar mi hijo si además de venir con su madre, vienes empalmado.
-Como siempre que estamos los tres Marijo. Sube tu primera y luego en un rato subo yo, que como me arrime a ti, hoy sí que no respondo de mí.
-Ser, mi niño. Si supieras tú como me tienes. Tengo unas ganas locas de follarme esa polla tan dura.
A lo que yo respondí:
-Si claro, como las mías, que llevo años deseándolo. Creo que a ti solo te gusta calentarme y dejarme con la polla dura. Pero tranquila que el putón de tu amiga Mamen ya se ha ofrecido antes, cuando fuiste al baño.
-Será zorra, la muyy!!
Entonces sonó su teléfono, era Juan, diciéndole que nos había visto llegar en mi coche, ella rápidamente le contestó que sí, que la había traído.
-Que estabais juntos?
-Aquí tu amiguito que estaba siendo acosado por la zorra de mi amiga Mamen.
Cogí el teléfono de Marijo para hablar con él y explicarle que no había contestado porque venía conduciendo y que ahora subíamos los dos.
Quería avisaros para que no vinierais porque he hablado con esta tía que me ha llamado pidiendo perdón llorando y me vuelvo con ella a casa.
-Os he cortado todo el rollo, ya lo siento. Además es súper pronto, todavía podéis volver de fiesta.
-Tranquilo. No pasa nada. Ya no, ya me quedo aquí.
-Sube que te pongo una copa. Tomaros aquí una al menos.
Le conté a Marijo lo que me había dicho y se alegró tanto como yo.
-Hoy te vas a enterar Ser.
-Tú también. Vamos para arriba.
Subimos comiéndonos el uno al otro casi hasta arriba, antes de parar el ascensor Marijo se arregló el pintalabios y entramos. Juan estaba feliz porque volvía con su chica y yo más feliz porque me quedaba con su madre. No conseguía que mi erección bajara así que Marijo me sacó la camisa por fuera del pantalón para disimularla al entrar. Saludé a Juan y me senté mientras Marijo me preguntó lo que quería beber.
-Un whisky por favor.
Juan fue a su habitación a por sus cosas para irse mientras ella me zorreaba al sacar las copas, subiéndose el vestido contoneándose de camino al mueble bar enseñándome ese culo solo tapado por una diminuta tita de su tanga.
Volvió con las dos copas y se sentó a mi lado mientras oíamos a Juan arriba ella abrió mi bragueta, sacó mi polla y se la metió en la boca empezando a mamarla. Metiéndose todo lo que del pantalón salía en la boca.
-Serás zorra!! Espera un poco a que se vaya no?
-Sin hacerme caso siguió a lo suyo.
Enseguida noté venir mi corrida que venía cargada de leche muy espesa, le puse las manos en la nuca y apreté su cabeza contra mi entrepierna fuerte y la mantuve abajo fuerte con mi polla grande y dura en su boca descargando una corrida brutal entre sus arcadas e intentos se subir la cabeza sin éxito hasta que se lo tragó todo.
Cuando le solté la cabeza se sacó la polla y me miró con cara de puta mientras acababa de tragar lo que le quedaba aún en la boca.
-Ves? Así se queda relajada de momento que se te notaba mucho el bulto.
A los 5 minutos bajó Juan, mientras nosotros parecíamos charlar amigablemente en el sofá con nuestra copa de whisky.
Se sentó a fumarse un cigarro con nosotros para despedirse.
-Mira que bien están los dos? Tu qué? No vas a quedar con Mamen? Vete y fóllatela hombre… jejeje! Mejor a esa que nada no? Esta para darle todavía, un poco mayor, pero todavía tiene un polvo… jeje!!
-Mayor? Ya sabes, como me gustan a mí, maduritas. Jajaja!
Pero no pasó, me quedo aquí con tu madre un ratito y luego me voy a mi casa tranquilo.
-Ten cuidado con mi vieja que se toma dos cacharros y te viola eh! Jeje!!
-Calla bobo no digas chorradas y lárgate ya! -Le dijo su madre.
-Eso pírate y déjanos tranquilos tomarnos esta copa.
-Venga si, que ya que os he jodido la noche.
Se despidió, fuimos hasta la puerta con él, echamos el cerrojo y vimos alejarse el coche. Ella ya me había ido soltando los botones de la camisa y el pantalón. Tiré mi camisa al suelo y ella me empujó al sofá donde me sacó el pantalón mientras miraba con vicio mi cuerpo bastante definido y moreno y sin pelo.
Mi polla estaba volviendo a crecer delante de su cara y la empezó a lamer con la lengua mirándome. Al poco le dije:
Yo también necesito comer ese coñito…
-Luego te vas a hartar de comértelo pero ahora deja que te folle mi niño.
-Soy todo tuyo Marijo…
Dejó caer su vestidito negro al suelo con arte, desabrochó y quitó sensualmente su sujetador dejando esas dos tetas redondas de pezones erectos y pequeños delante de mí.
En ese momento pensé que estaba soñando como otras veces con ella, se acercó y le quite el tanguita. Se giró y dándome la espalda mientras yo seguía sentado en el sofá me puso el culo y el coño en la cara. Lamí los dos agujeros mientras de vez en cuando le daba algún azotito, cosa que parecía gustarle. Seguía de pie, de espaldas a mí y empezó a bajar ese culo hasta tocar con su coñazo húmedo en la punta de mi polla, empezó a sentarse despacito mientras se la iba metiendo poco a poco y hasta dentro entre gemidos y gritos de placer alabando la medida, el grosor y sobretodo la dureza de mi rabo.
Acabó sentada encima de mí con toda dentro y permaneció así un poco moviendo solo un poco su cintura. Sus gemidos y alaridos de placer aumentaban hasta que note como su primer orgasmo empapaba toda mi polla ahí dentro.
-Uuff! Qué bueno!! -Dijo mirándome a la cara mientras ahora empezaba a subir y bajar el culo empezando a follarse mi empapado rabo. Empezó despacio y fue subiendo ritmo e intensidad mientras yo gozaba sintiéndola subir y bajar.
Se reclinó hacia atrás sobre mi pecho mientras seguía cabalgando mi polla cada vez más rápido acompañando yo también sus movimientos perfectamente acompasados gozando de la mi musa, la madre de Juan, mi sueño.
Así seguimos hasta corrernos, ella más de una vez, acabé dejando ese coño lleno de lechaza calentita mezclada con los fluidos de sus orgasmos.
Nos abrazamos extasiados mientras nos besábamos y acariciábamos sin parar.
Picamos algo, nos aseamos y después sacando otra copa, me dijo Marijo:
-Vamos mi niño, vamos a la cama que todavía no he acabado contigo…
Subía las escaleras delante de mí moviendo ese perfecto culo que yo no dejaba de mirar, giró la cabeza y se rio preguntándome:
-Que Ser? Quee?? Mi culito te tiene loquito no?
-Uuf! Sii. No sabes tú cuánto?
-También va a ser tuyo, si me dejas hacer a mí, toda esa polla tuya se follará este culito esta noche.
Esas palabras hicieron que ya mi polla se volviera a empalmar deseando estar en ese aún diminuto agujero…
Seguimos toda la noche entre copas y folladas, lo que no sabíamos que Mamen al día siguiente despechada le dijo a Juan como andábamos enrollados y que íbamos a casa de Marijo a follar la noche anterior. El enseguida se puso a atar cabos. Han llegado enseguida, juntos y encima les he animado a quedarse ellos solos. A mi amigo le ponen maduras y mi madre enseguida se pone toda perra y con él más.
Salió disparado y entró en casa de su madre, subió a la habitación y abrió la puerta de golpe encontrándose a su amigo con la cabeza entre las piernas de su madre con la polla de su amigo a la vez en la boca. Vamos que nos pilló en medio de un 69.
Pegó dos voces, nos insultó y se largó de un portazo. Nos quedamos blancos del susto y yo me vestí y me fui a mi casa y por supuesto perdí un amigo. Menos mal que con el tiempo se le pasó el cabreo con su madre.
Sigo pensando que esa traición en cuestión, que era mi sueño, mereció la pena. Yo al fin y al cabo cuando empezó el acercamiento de amistad con Juan, siempre mi idea era para follarme a su madre. Lo único que con el tiempo éramos verdaderos amigos y se sintió traicionado pero yo por cumplir tu sueño con la musa de tu vida, volvería a hacerlo sin dudar.
Al tiempo me follé también a nuestra amiga, se puso toda zorra, yo me hice el tonto. Le habían contado lo bien que follaba me decía…
En cuanto la tuve donde yo quería, me la llevé a una pensión cutre y barata (como ella). Le di duro, muy duro. Le rompí el culo, la boca, todo con rabia mientras le recordaba lo puta que fue conmigo y con Marijo.
Si os gustaría que describiera con detalle lo duro que le di, me lo pedís y lo escribo en otro relato de sexo no consentido con Mamen la zorra madura. De Mamen tengo fotos para intercambiar con quien quiera por otras de mujeres maduras.