Ese día que llegue a Monterrey solo tenía una noche para estar ahí, ese viaje a la oficina regia que tuve que hacer me dejo impregnado de un hombre como no me habría imaginado ese día mientras trabajaba, efectivamente todo el día que estuve trabajando solo esperaba la hora de terminar mis juntas y actividades con el equipo de trabajo de Monterrey y conectarme a la App que me diera la oportunidad de encontrar a un hermoso macho que no me tuviera piedad al tratarme como una puta. La verdad es que siempre es un albur, encuentras hombres magníficos y hombres poco agradables y hombres que les guste que yo sea un hombre discreto y me quiera transformar en una verdadera ramera. El caso es que yo no veía para cuándo terminará la reunión y mi cuerpo me pedía con ansiedad que me conectara para comenzar mi búsqueda.
Recuerdo que me dijo que estaba muy cerca de donde me encontraba, que, ¿qué es lo que yo estaba buscando? Le explique claramente que necesitaba un hombre discreto y varonil activo que le gustará tratarme como a una hembra en verdad deseosa pero escondida en un hombre varonil y discreto, solo se rio y me dijo que claro que si, que pasaba por mi a una farmacia cercana, que curioso la Guadalajara, y que llegaba en una camioneta roja, como siempre el ritual de esperar y si tardo un poco, recuerdo que comenzó a llover ligeramente. Yo me había bajado del avión y directo en Uber me fui a la junta de ese día, ahí comí y cuando salí llevaba mi maleta y mi portafolio, ni siquiera había podido ir al hotel a hacer mi check-in, así que con maleta y portafolio lo espere y llego 10 minutos después, esos minutos donde no sabes si seguir caliente o si se ha acabado la calentura y te dejarán plantado y no será esa noche donde disfrutes de lo que tanto deseas y sea en el siguiente viaje, si, ese miedo se apodera de uno y aparece una extraña tristeza cuando se va desvaneciendo la calentura, pero siempre puede ser posible, así que espero y en eso aparece tu camioneta roja, oh mi Dios! Que guapo!
Con el nervio a flor de piel, subí rápidamente mi maleta atrás y me subí contigo a saludarte con cierto nerviosismo, mientras me ponía el cinturón tu recargando tu palma de mi pierna explorándome solo te acercaste a mi para decirme – Mucho gusto soy Roberto – wow, todavía resuena tu nombre dentro de mi mente. Mientras te incorporabas yo todavía no terminaba de agradecer a la vida que hubieras llegado tú, en verdad me quede fascinada de tu personalidad.
Rápidamente nos encaminamos a tu casa, me dijiste que vivías solo, divorciado y que te había encantado que dentro de mi hubiera una putita deseando ser atendida. Fue divina la plática, puras calenturas y otras cosas sin relevancia, los deseos sexuales era lo importante, te había gustado y eso también era importante, yo solo esperaba llegar a la casa mas cercana en la que me dejaras vestirme, ponerme la repita que traía preparada para ese di y muy, muy cachonda para ti. Por fin llegamos, abriste el portón y metiste la camioneta, una vez estacionada, volteaste y con ese hermoso timbre de voz un tanto autoritario me dijiste – Listo mi amor, ahora siéntete libre de ser la hembra que tanto deseas – ¿En verdad me habías dicho eso? No sabía cómo sentirme, morí de deseo y al mismo tiempo de amor, dejar el temor a un lado de lo que pudiera pasar o de cómo me sentiría por ti al final de la noche, de momento estaba encantado.
Salí corriendo y tome mi maleta donde tenía mi ropa, una más pequeña que llevaba dentro de la maleta normal, subimos a la segunda planta y me indicaste de una recamara donde podría cambiarme, me tarde, me puse esa braguita de encaje blanca que tan linda deja ver mis cortos velluditos delicadamente cortados en forma de línea an centro, arriba de mi gran clítoris, que después elogiaste, gracias al destino que me doto bien, siempre es atractivo para algunos y para algunas, en fin; ansioso solo tocabas a la puerta preguntando si ya estaba lista, no, me solté el cabello que agarro con mi chongo y me puse esa blusita color crema que es como tejida y que dejaba ver mi bralette blanco que hacia conjunto con mi braguita, nunca olvidaré la cara que pusiste cuando abrí la puerta y salí del cuarto para caminar por la estancia donde te habías acomodado en un sillón a beber no sé qué. -Que rica te ves, me encanta como estas – Mientras indicabas la bragueta de tu pantalón que no tarde en desabrochar mientras me ponía en cuclillas frente a ti.
Que hermosa tu verga, todavía tengo grabado en mi su color rosado y su simio olor, cuando la vi tan bonita no supe que hacer la tome entre los dedos mis manos y comencé a acariciarla con una devoción digna de cualquier fiel a su más grande santo, así la tome y me acaricie la cara con la cabecita tan suavecita de tu verga, que a cada momento se erigía más, volteando hacia arriba, imponente, deliciosa, o así me parecía. Me sacaste en seco de mi estupor y con energía y determinación condujiste mi cara para que me llevará tu verga a la boca, comencé a mamarla tan rico que a los pocos minutos ya salían hilos de baba cada que la sacabas para dejarme descansar y tomar aire por algunos segundos, yo no paraba de mi deseo y sin tocarme estaba mi clítoris totalmente erecto, solo sentía tus manos en mi cabeza y como sin piedad me forzabas a hacer horcajadas llenando de tu verga y diciéndome todo tipo de ofensas, esas que solo calientan mas a la puta que tengo dentro.
Así me tuviste mamando un rato hasta que ya la calentura no podía más, tanto yo como tú queríamos seguir adelante, me pusiste de pie, caminando de la mano me llevaste a la orilla de tu cama, te pregunte por los condones, me dijiste que esperará, jure que habría mas cachondeo, pero yo ya necesita sentirte dentro, me pusiste boca arriba, tomaste mi clítoris todo erecto y me dijiste – Tienes buena verga cabrón – pero te diste cuenta que yo solo quería sentirte y subiste mis piernas a los hombros, me soltaste y con la punta de tu hermosa verga me frotaste el culo que solo deseaba ser penetrado, instintivamente me lleve algunos dedos a la boca para llenarlos de saliva y con eso frote tu verga, me viste a los ojos y sin pedirme permiso comenzaste abriste camino en mi culo con tu deliciosa verga, dios! – el condón – alcancé a decir entre diente, con tu dedo al colocarlo en mis labios me pediste guardar silencio con el tema – Te voy a preñar – fue lo último que alcance a escuchar mientras me la dejaste ir completa, riquísimo, me llevaste la cielo, no sabía que pensar solo pensaba que necesitabas usar condón pero me copias tan hermoso, eres tan guapo y alias tan limpio que nada me importó, aparte cuando me dijiste e insististe en que querías preñarme tocaste algo en mi, en mi mente que no podía pensar, lo único que deseaba era se preñada por ti. Estuviste dándome riquísimo, acomodaste mis piernas para poder echar todo tu cuerpo en mi, creo que nunca había soportado tanta verga porque siempre pienso que me lastima, pero tu manera de hacérmelo solo me producía placer, no me lastimabas a pesar de lo gorda y larga de tu verga. Me tenías en éxtasis, por un lado quería cambiar de posición pero no quería perder ni un segundo del éxtasis que me estabas haciendo sentir, creo que por tu mente paso lo mismo porque en un instante solo me dijiste, ahora si, prepárate para preñarte y comencé a sentir caliente, algo estabas dejando en mi, sentí tu verga palpitando y la descarga de leche que no quería que parará – mi amor, aghhhh, mi cielo hermoso, mi vida, lléname de meco, lléname de tu semen para preñarme, no me dejes ir nunca – Te me quedaste viendo en mi aluciné y sonreíste, mientras salías de mi y te acomodaste a descansar.
Todavía me recuerdo caminando al baño para limpiarme y todos los menos escurriendo entre mis piernas, no podía caminar, pero estaba feliz, habías sido esa noche lo que ni en sueños había deseado; platicamos más, me llevaste a mi hotel, me platicaste de tus amigos y de las cosas que podríamos hacer, de como vestirme de que quería maquillarme para mamarte con labios pintados de rojo, prometimos divertirnos más, con mas hombres o con mas travestis, como yo, te confesé que prefería ser la única, la atendida, y así fuimos construyendo nuestra próxima fantasía.
Ahora solo espero que pase la cuarentena para irme a Mty a buscarte, mientras tanto estoy en Zapopan, en casa solo deseando que seas muy feliz y agradeciendo a la vida el haberte disfrutado.
Espero les guste esta anécdota y espero encontrar hombres afines a mi, discreto, limpios y fetichistas para que juntos podamos dar rienda suelta a nuestros íntimos deseos.
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Me gusta ser Vanessa.