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Me encanta ser puta
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Soy Mónica, una chica delgada, de estatura media que ante las personas soy una buena hija y estudiosa. Pero también tengo otro lado que solo guardo para unas cuantas personas y es mi gusto por ser una puta en el sexo.

La historia comienza cuando conocí a Carlos, un chico alto, musculoso, piel morena. Él llegó a la universidad en la que yo estudio a realizar un proyecto de titulación y si bien no era estudiante, parecía uno pues lo veía a diario en la facultad.

Pasado el tiempo yo hice buena amistad con él y siempre que lo veía en mi mente estaba el deseo de mostrar mi otro lado a él, y la oportunidad vendría pronto.

El día donde todo cambió fue cuando nos llevaron a un viaje de estudios y él regresó, era por la noche, así que varios tendríamos que irnos a un hotel o conseguir lugar para quedarse, y ahí fue donde yo no tardé en solucionarlo pues Carlos rentaba a unas cuadras de la facultad, así que le escribí para decirle si me dejaba quedarme esa noche con él, a lo cual accedió muy amable. Todo el viaje me la pasé pensando en ese momento.

Cuando llegamos del viaje él fue por mi a la entrada de la universidad, de ahí fuimos a cenar mientras hablábamos de tonterías y nos reíamos mucho, después de un rato decidimos irnos a dónde rentaba. Estando ahí me dijo que habían 2 camas porque vivía con otro amigo, pero él no estaría por una semana así que el dormiría en la cama de su amigo y me dejaba la de él a mí. Eso me desilusionó un poco pero tenía algo ya preparado.

Le pedí que se volteara para poder ponerme ropa cómoda para dormir (un mallón negro y un top, sin nada de ropa interior) él solo soltó una sonrisa y se volteó. Después de eso nos acostamos y a los pocos minutos le pedí que pusiera algo de música porque no tenía ganas de dormir, lo hizo y no tardé mucho después en decirle que tenía frío, que si podíamos dormir en la misma cama, nuevamente él sonrió y se acostó conmigo.

Después le dije que si podía cambiar la canción, pero para eso tenía que pasar sobre él y lo que hice fue quedar abierta de piernas sobre él mientras usaba su celular para cambiar la música. En eso comencé a sentir su erección pues la ropa era demasiado delgada. Yo no quería quitarme de ahí pues sentía riquísimo. Después de eso me acosté dándole la espalda, pero pegada a él y sentía como se estaba poniendo nervioso, entonces fue cuando decidí que era suficiente de juegos.

Yo: Carlos por favor necesito que me ayudes con algo.

Carlos: claro dime en qué puedo ayudarte.

Yo: Quiero ser tu puta en este momento, tengo muchas ganas de coger contigo desde hace tiempo.

Carlos: Wooow eso no me lo esperaba, donde directo, aunque debo confesarte que yo pensaba lo mismo.

Una vez dicho eso no hubo necesidad de más y él se sacó su enorme pene del short y me abalancé sobre él a chupársela con tantas ganas, él solo me decía “Ohh siii puta que buena eres…”. Eso me calentaba aún más y a pesar de que apenas podía meterla a mi boca y solo cubría la punta de su pene la sacaba para lamer desde los huevos y de regreso le daba unas chupadas.

Después de un rato chupándoselo le dije “ya no aguanto, lo quiero dentro de mí”. Él me preguntó si traía condones, yo le contesté diciéndole que no y que era mejor así, que me encantaría sentirlo al natural.

Él comenzó a rozar mi vagina con su pene y yo solo me retorcía de placer casi tuve un orgasmo sin que me penetrara, le pedí varias veces que me lo metiera ya, pero el solo se reía y me decía “espera zorrita la tendrás toda dentro, pero quiero verte así, como mi puta pidiéndome verga”.

Y en un momento donde no lo esperaba fue metiendo su rico pene en mi vagina causándome una sensación de placer que nunca la he vuelto a sentir con otra persona. Él comenzó a meter y sacar primero despacio, pero poco a poco fue aumentando así junto a mis gemidos que se transformaron en gritos de placer.

Esa noche no paró de cogerme en diferentes posiciones, se vino dos veces dentro de mi vagina y siempre calentándome al tratarme como puta hasta que finalmente le pedí que se viniera en mi boca, así que se lo volví a chupar hasta que salieron ya solo unas cuantas gotas de semen en mi cara, pero yo sé lo volví a chupar para no desperdiciar absolutamente nada.

Cuando terminamos solo nos acostamos y nos quedamos dormidos.

Después de eso solo buscábamos una oportunidad para estar cogiendo incluso dentro de la universidad, lo cual si les gusta este relato y me dejan sus comentarios se los podré contar en otra ocasión.

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