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Me enamoré de una cuarentona
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Yo estaba estudiando medicina, tenía 23 años y mientras hacía el servicio en un hospital de Baja California, tenía una amiga que trabajaba en la oficina del seguro popular, ella me presentó a su compañera de nombre Any, era una mujer de 43 años, blanca y cabello castaño, de cuerpo delgado, con un trasero no muy carnudo pero sexi, pero su cintura y sus pechos eran divinos, lo que hacía a esta mujer más atractiva era su carácter siempre alegre y atenta. Con Any empecé a entablar amistad gradualmente, pasamos de los saludos y comentarios triviales a tener platicas cada vez más amenas, unas 2 o 3 veces a la semana platicábamos, ella tenía un hijo adolescente, no sabía yo si era casada o soltera o si tenía alguna relación amorosa.

Pasaban las semanas y meses y yo poco a poco empecé a sentir una atracción tremenda hacia esa señora, su trato y sus miradas (No era coquetería) me derretían, se convirtió poco a poco en una fantasía, Any era casada y un lunes llegando a l hospital me di cuenta que no había ido a trabajar, no me quise ver muy obvio y no pregunté por ella, pero tampoco fue martes ni toda la semana, al siguiente lunes llegó y todo siguió con normalidad, se llegó la época decembrina y con ello las posadas, un día me dijo mi amiga que harían una pequeña posada con un grupo de los del hospital, no pasábamos de una docena de personas y por supuesto que me interesó, la reunión sería en la casa de Any.

Para esto ya platicando con más confianza, unas 2 semanas antes de la posada, me había dicho que se había separado de su esposo y a lo que yo entendí, tenían mucho tiempo separados viviendo en su propia casa, él tipo se había encontrado una más joven.

Se llegó el día de la posada, la cita era a las 7 de la tarde, Any se miraba espectacular con un vestido sencillo, pegado y con mallas negras y un abrigo, se miraba hermosa, la reunión estuvo de lo más agradable, yo llevé 2 botellas de vino y estuve tomando tranquilamente, por ahí de medianoche empezaron a despedirse algunos compañeros, mi amiga y su novio, otras 2 parejas y quedamos Any, la anfitriona, 2 señoras más y yo, a la 1 de la mañana las señora que venían juntas, dijeron que ya era hora de marcharse, yo les dije que también, en lo que nos despedíamos y todo eso, me llegó un mensaje y al revisarlo vi que era Any -¿tienes sueño? Me preguntaba. Le contesté que no.

Me dijo que me despidiera y saliera en mi carro y regresará unos 5 minutos después de que se hubieran marchado las compañeras. Mi corazón latió con fuerza, no podía creer que me estuviera siquiera invitando a quedarme más tiempo y a solas. Nos despedimos los 3 juntos, las compañeras se subieron al mismo carro y salieron delante de mí, yo me detuve en un Oxxo a unas 2 cuadras, me baje, compre, chicles, preservativos y otra botella de vino.

Cuando estaba pagando me llegó un mensaje de Any preguntándome si me había ido, le contesté rapidísimo que ya regresaba, que estaba en el Oxxo que, si se le ofrecía algo, sólo que me apurara.

Cuando llegué de vuelta, vi que se había quitado las mallas y seguía con su vestido, la noche era un poco fría, pero agradable. Nos servimos una copa y empezamos a platicar, me dijo que no tenía sueño, charlamos de algunas cosas triviales, de la reunión que acabábamos de tener etc. Salió una canción y me preguntó Any si quería bailar, era una canción romántica, y le dije que sí, nos paramos y empezamos a bailar, lentamente, era la primera vez que la tocaba, que la abrazaba, así que rodeé su cintura y empezamos a bailar

-Me gusta mucho esa canción, me gusta bailarla…Yo la apreté un poco y ella movió su cabeza y quedamos de frente y empezamos a besarnos, un beso tierno que cada vez se hacía más apasionado, momentos después la canción se acabó y sólo escuchamos nuestra respiración agitada mientras seguíamos besándonos. Le tomé la cara con mis manos y le dije:

– No tienes idea de cuantas veces imagine este momento

– ¿En serio? ¿Me deseabas?

– Como no tienes una idea, desde hace meses que me encantas

– Ay, tu también me fascinas, pero no me atrevía ni siquiera a insinuártelo

Seguimos besándonos, y nos sentamos en el sillón, se subió arriba de mí, así con ropa y empezamos a besarnos con más pasión y a tocarnos, me empezó a desabotonar la camisa y cuando me la quitó, le quite su vestido, casi me da un infarto al ver su liguero y su hermosa ropa interior de encaje color rojo, me desabrochó le pantalón y me lo quité, me quede en boxer, nos paramos y abrazados seguíamos besándonos, su respiración agitada y su cuerpo caliente evidenciaban su nivel de excitación.

– Quiero comerte todita. Le dije mientras le tocaba su vagina mojadita, ella soltó un pequeño gemido, un delicioso gemido y me dijo

– ¿Me vas a besar mi cosita?

– Siii, me la quiero comer, saborearle, besarla hasta que te vengas en mi boca

– Hace mucho que no me la besan no me hacen nada

La acosté en el amplió sillón de su sala y empecé a besarle, chuparle y acariciar con mi lengua sus pezones, ella me agarraba mi verga por arriba del pantalón, me fui bajando hasta que le quite sus bragas y se quedó con el liguero puesto, su vulva brillaba de empapada que estaba, empecé a besarle los muslos mientras le acariciaba los seños y pellizcaba sus pezones, yo seguía besándole sus muslos, su vientre, cerca de su panochita, le pasaba mi lengua por los lados de sus labios húmedos, cada vez se retorcía más, le soplaba su vagina con aire caliente, le agarraba con una mano sus nalgas y con otra sus pechos, en una de esas le toqué su culito con mis dedos y levantó sus caderas al tiempo que soltaba un rico gemido, yo seguí torturándola con mi lengua y mis dedos, cuando estaba a punto de empezar a mamarle su clítoris, se empezó a mover y a gemir

– Hay, me voy a venir, me voy a venir

Al escuchar eso, empecé a sobarle más fuerte con el dedo gordo de mi mano derecha su ano, al mismo tiempo que pasaba mi lengua más fuerte por un lado de sus labios vaginales, de pronto estalló en un intenso orgasmo sin siquiera tocarle su vagina. Mientras se estaba viniendo gemía de una manera tan sensual, como si fuera el primer orgasmo de su vida

– Hay que rico, que ricooo, me vine, ¿Qué me hiciste? Nunca me habían hecho venir así

Cuando se recuperó un poco se levantó, me bajó mi boxers y agarro mi verga en sus manos, cuando me bajó el boxer, y vio mi miembro, volteó a verme a los ojos, empezó a mamármela y al mismo tiempo a masturbarme

– Que rica verga tienes, ya no aguanto, quiero tenerla adentro, métemela por favor.

Me senté en el sillón y se montó, se la metió de un solo tirón y empezó a cabalgarme, al mismo tiempo que yo le agarraba sus senos, los besaba, le daba nalgadas, estaba muy excitada, gemía como una diosa, de pronto la agarré de las nalgas para ayudarla con su vaiven y empecé a acariciarle con un dedo su ano

– Ay sii, méteme el dedo, hazme lo que quieras, soy tuya, hazme lo que quieras… Dioos me estoy viniendo de nuevo…

Entre el momento y la calentura, se me olvido ponerme condón, cuando se vino le dije que me iba a venir, ella se bajó y empezó a chupármela, me chupaba y masturbaba mi verga y besaba mis huevos, me levantó mis piernas y empezó a besarme con su lengua mi culito al mismo tiempo que me masturbaba, luego se puso a chupar mi cabeza al tiempo que me metía un dedo en el culo…

Yo me deje hacer lo que ella quería, ella era la de la experiencia y no me pudo haber ido mejor, exploté con un chorro de semen en su boca, todavía me quedó suficiente para echárselos en sus tetas, cuando me hube venido, me tiré en el sillón y ella se montó, se metió mi verga y se recostó conmigo, me empezó a decir cosas sucias, calientes, me hablaba entre gimiendo y sollozando, me decía que sería su esclava sexual, que cada que yo quisiera me la cogiera, quería que me la cogiera en su oficina, en la calle, donde sea. Al estarme diciendo todo eso, mi verga se puso dura de inmediato y ella la sintió y me dijo

-Vamos a mi cuarto, allá tengo lubricante y condones, quiero que me partas en dos por mi culito, te deseo dentro de mi culo…

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