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Me enamoré de un hombre en Madrid (II)
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Iker es un hombre de alrededor 1.73 m de altura y rasgos vascos: cuerpo robusto; cara de contorno triangular; con ojos verdes; nariz alta y barbilla puntiaguda. Bastante atractivo, con cuerpo moldeado por años de gimnasio y una verga algo grande, gruesa y una cabecita bastante brillante. Un culo bastante abultado y un cuerpo lampiño.

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Esa noche, después de tener sexo, me quede en la habitación de invitado en el piso de Iker. A la mañana siguiente, después de levantarme, me acerqué a donde él le cambiaba a paños a su hijo, pidiéndole conversar por lo ocurrido durante la noche. Me interesaba enfrentar la situación desde un inicio con él, para no perderlo ni a él ni a su hijo, y ver que iba a pasar ahora en el futuro entre los dos. Nos sentamos a tomar desayuno y conversamos lo sucedido, Iker reafirmaba que no era homosexual y que le gustaban las mujeres, si bien su argumentación no me pareció (no creo que una copa haga homosexual a alguien, más bien rebela gustos "vergonzosos" para algunos) se los acepte y establecimos que mantendríamos la relación que siempre hemos tenido. Lo ocurrido quedo como una experiencia que iba a ser un secreto de ambos.

Nuestra vida continuó de ahí en adelante, a pesar de que con lo ocurrido nuestra relación no era igual y estaban muy marcadas las distancias, nuestra relación a la vez se hizo más estrecha y unida en nuestra vida cotidiana. Nos turnábamos para cuidar a Iñaki (el hijo de Iker), realizábamos compras, íbamos al estadio a ver futbol juntos y recurríamos el uno al otro cuando necesitábamos algo. Paralelamente yo seguía con la folladura, chicas iban y venían a mi piso, algunas veces eran más de una e incluso conocí a un tipo con quien hicimos, junto a una guapa muchacha, un trio varias veces. Por su parte Iker también empezó a llevar chicas, me pedía que le cuidara a Iñaki cuando iba a follar con alguien, yo feliz lo hacía. Ya el sexo había dejado de ser uno de los tantos temas de nuestras conversaciones, como en un momento lo fue y de lo que más hablábamos era de su hijo, de cómo crecía y lo feliz que nos hacía a ambos poder ver ese proceso. Pronto Iñaki se convertiría en una personita muy importante en mi vida, formábamos un equipo, éramos los "I", ya que nuestros tres nombres por coincidencia de la vida comenzaban con la tercera vocal.

Así paso el tiempo, meses hasta que un día Iker me pide que me quede (como muchas otras veces) con el pequeñito, él iba a una comida del trabajo en un local importante de la ciudad. Me acomode, como siempre lo hacía con el niño en la cama, me dispuse a ver una película (siempre me han gustado las películas de niño) y al poco rato llego Iker. La comida se había suspendido por un accidente en la empresa en la que trabajaba, él se enteró en el trayecto así que volvió de inmediato y se fue directo a mi piso donde estaba su hijo. Andaba cansado y me comentó que le dolía un poco la cabeza. Le invite que se acomodara en la cama a ver la película, Iñaki dormía lo más placentero y él ya casi no paraba, entre el trabajo y las responsabilidades de padre. Se rio y se extendió a mi costado, encima de la cama (yo claramente estaba acostado debajo de las cobijas solo en bóxer) y estuvimos viendo la película ambos hasta que nos quedamos dormidos. Ya en la madrugada desperté y me fije que Iker estaba dormido y algo incómodo, le hable y le dije que porque no se acostaba debajo de las cobijas, a lo que el acepto sin problema algunos, cosa que me llamo la atención.

En la cama los tres, yo al medio del padre y su pequeño hijo, me dispuse a dormir. Me acomode de tal manera de no pasar a llevar al niño y tratar de no incomodar a Iker. Como acostumbraba a dormir solo, me costaba conciliar el sueño y me movía, buscando una postura más cómoda para dormir. Es así como en un momento me asomo y quedo algo muy parecido a lo que sería la postura de cucharitas con Iker, nos quedamos así un momento. Al poco rato intento cambiar de postura, pero en ese momento Iker acerca su cuerpo al mío, impidiendo moverme. Lentamente mueve su cuerpo hacia el mío, hasta que su culo toca mi verga que en ese momento empezaba tomar vida.

Sin saber que hacer me quede quieto esperando que señal me entregaba, pensé que podría ser inconscientemente que buscaba comodidad para dormir, como yo lo hacía. De un momento a otro Iker comienza unos movimientos raros, para luego tomar mi mano y llevarla hasta su pene que estaba al cien por ciento, acomodando su cabeza junto a la mía, quedando mi respiración por sobre su rostro jadeante, lo que me calentó muchísimo. Le pregunto si está seguro, el me responde con un quiero que lo hagamos y mete mi mano debajo de su bóxer. Le digo que nos movamos, que esta su hijo, por lo que nos fuimos a la habitación de al lado, que solo constaba de una colchoneta. Le digo que ya no tiene motivos para echarse para atrás y que sucederá lo que tiene que pasar.

Él ríe, mientras yo me acerco y lo tomo de la cintura, lo beso apasionadamente en los labios y él lo corresponde. Comienzan las caricias por parte de ambos, bajo hasta su pija y se la saco, me parece deliciosa por lo que no dudo en meterla en mi boca, nunca había tenido una pija en mi boca y me sabía rica. Iker gemía del placer, mientras yo con mi manito comenzaba a escarbar su ano, pero me dice que él me quiere follar esta vez. Vuelvo a mi habitación a buscar un frasco de lubricante que le esparzo por la tula, la que aprovechó de meterme a la boca las veces que puedo (me gusto bastante), para luego comenzar a preparar mi ano. Iker comienza a jugar con su lengua en mi culo, lo escupe e introduce sus dedos, luego de un buen rato de ese juego está preparado, lo cubre con lubricante para luego levantarme, besarme y ponerme en cuanto para con su pene penetrar mi culito hasta en ese entonces virgen.

Sentía que me rompían el culo, un ardor impresionante, hasta que siento su cuerpo sobre el mío. Me pide que me relaje, luego de un rato comienza con un meneo suave, que por cada movimiento era fuerte el dolor. Tras un rato, el dolor fue pasando y comencé a sentir placer, un leve cosquilleo que me hacía pedir que acelerara el movimiento, mientras nos besábamos (o intentábamos besarnos). Después de un rato Iker me pide cambiar de posición, es así como él se extiende en la cama con la pichula hacia arriba y yo me siento sobre ella.

Al introducirla siento un leve dolor, pero pasa rápido y comienza nuevamente el placer. Esta vez el ritmo lo llevo yo, quien cabalga sobre él, ambos transpiramos y yo gimo como toda una perra. Iker me besa el cuerpo mientras me hace suyo, el ambiente lleno de olor a sexo. Ahora le pido yo que cambiemos de postura, me extiendo en la colchoneta y tomo mis pies por los tobillos y expongo mi ano en su esplendor, Iker introduce toda su verga sin problema y comienza el mete y saca. Ambos gemimos de placer, entre besos y caricia, mi hombre me dice que se va a ir, a lo que le digo que no vayamos junto. Comienzo a tocarme la verga, que ya casi está listo para disparar, por lo que a la señal de Iker, esta suelta toda tres chorros de leche caliente, a misma que siento en el interior de mi cuerpo.

Extendidos en la colchoneta, ambos desnudos y con nuestros cuerpos mojados por la transpiración, nos besamos y acariciamos. Nos metimos bajo la ducha, donde no terminamos de manosear nuestros cuerpos. Ya es tarde, al día siguiente nos tenemos que levantar, por lo que nos metemos a la cama, esta vez desnudos y nos abrazamos para dormir. Es en ese momento en que Iker se acerca a mi oído y susurra un "Ignacio, te amo".

Continuará…

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