¡Que increíble, que emoción! Todavía la cabeza me da vueltas y no pienso en nada más, a pesar de intentar distraerme, pasó lo que tenía que pasar y que tanto había postergado, por el temor al qué dirán y guardar las apariencias. Soy un hombre mayor, ya cumplí los 50 años, Ingeniero civil, de posición económica estable y vivo en la ciudad de Valencia, Venezuela. Desde joven tuve una fantasía de saber qué se sentiría al ser penetrado por otro hombre y todo eso vino a raíz de una experiencia inconclusa con un primo.
Resulta que un día estábamos en una finca propiedad de este primo, un hombre alto, fornido y emprendedor, estaba también mi tío y otros muchachos a quienes había contratado para realizar labores de recolección de frutas en una finca de su propiedad y como estaba de vacaciones me animé a ir. Ya tarde en la noche me había quedado dormido y de repente siento como un palo o un hierro duro que trataba de penetrar mi culo, me desperté sobresaltado y me di cuenta que era mi primo que estaba detrás de mí, me tenía bien sujetado, me había bajado el short y trataba de meterme su guebo en mi culo, hice un movimiento para zafarme y aprovechó para hundirme la cabeza de su guebo, sentí un dolor intenso y lo amenacé con gritar y decirle a mi tío; entonces me dijo que me relajara, que me lo iba a meter despacio y que sentiría mucho placer, pero yo me molesté mucho y le dije que no era marica y si no me soltaba gritaba, y entonces aflojó la presión sobre mí y sentí que retiraba la cabeza de su guebo de mi culo, que me quedó ardiendo. No pasó nada más, pero siempre recordaba esa escena y me preguntaba que si me hubiese relajado y aguantado un poco, quizás hubiese tenido mi primera penetración completa.
Posteriormente me casé, tuve 3 hijos con mi primera esposa, luego me divorcié y me volví a casar con mi actual esposa, con la cual tenemos 2 hijos y mantenemos relaciones sexuales frecuentes y placenteras. Con mi esposa siempre hemos tenido confianza y fantaseamos con tríos sexuales, con hombres y mujeres. También mi esposa me penetraba con uno y dos dedos en el culo mientras hacíamos el amor, pero quería más, quería experimentar con un guebo de verdad, pero no me decidía y ya casi se me había olvidado el tema, hasta que lo conocí y todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos.
Resulta que ayer 15-03-2021, fui a la Alcaldía de mi ciudad a solicitar unos permisos de construcción sobre una obra de ingeniería que estaba realizando. Allí fui atendido amablemente por un joven como de unos 30 años, de nombre Williams, quien recibió nuestro proyecto e intercambiamos números celulares para informarme sobre los permisos; esa misma tarde recibo un mensaje de Williams, quien me dijo que había revisado el proyecto y tenía algunas preguntas que hacerme y me invitó a tomarnos un café para conversar, le respondí que tenía la tarde ocupada pero que al día siguiente podríamos reunirnos, entonces me dijo que el café lo podríamos tomar en su apartamento y allí podríamos hablar con más privacidad y confianza. De inmediato tuve una corazonada y sentí un escalofrío en el cuerpo, pues acababa de recibir una invitación de un hombre para conversar a solas en su apartamento. Por supuesto que le dije que sí, aunque me puse muy nervioso.
Esa noche me dormí muy tarde, pensando en lo que podría pasar y ante cualquier eventualidad me rasuré mis partes íntimas y cené y luego desayuné solo una pequeña ración de frutas. Como a las 10 de la mañana recibí un mensaje de Williams diciéndome que me estaba esperando, me dio su dirección y en media hora estaba parado frente a su apartamento, indeciso todavía a entrar, pero me di valor y decidí tocar la puerta; enseguida salió con un short tipo licra que le marcaba todo su paquete y una camiseta ajustada; entramos y empezamos a hablar sobre el proyecto, después me contó que estaba estudiando ingeniería y que era de otra ciudad.
Destapó dos cervezas y luego otra y otra, mientras conversábamos amenamente, ya por la quinta cerveza me estaba sintiendo un poco mareado y fue cuando me dijo que sentía un dolor en la espalda y que le gustaría que le diera unos golpecitos en la parte alta de su espalda, me paré y me puse detrás de él y empecé a darle los golpecitos cuando siento que inclina la cabeza y echa las nalgas hacia atrás, quedando pegado a mi paquete, frotando su culo contra mi guebo, que reaccionó de inmediato y tuve una tremenda erección.
Él se percató de mi erección y se giró de frente y trató de besarme, pero le dije que nunca había besado ni estado con ningún hombre y que estaba allí solo por curiosidad. Entonces me dijo: que rico, si es así entonces relájate y déjame hacer todo a mí, te prometo que te voy a hacer disfrutar de lo lindo; luego me desvistió con mucha paciencia dejándome en bóxer y él hizo lo mismo, me dio la vuelta y empezó a frutar su guebo entre mis nalgas, se notaba su dureza, mientras tanto me frotaba las tetillas y ya me estaba calentando; después me quitó el bóxer y empezó a frotarme su guebo de manera directa entre la raja de mi culo, en ocasiones lo ponía en toda la entrada de mi culo y lo restregaba en círculos y a veces empujaba y retrocedía, punteándolo y midiendo la diana.
Al mismo tiempo, me puso mi mano sobre su tranca para que lo masturbara y me frotaba las tetillas, lo cual me excitaba sobremanera, después agarró mi cabeza y la llevó a sus tetillas para que las chupara, luego me la bajó más y comprendí que quería le chupara el guebo, le dije que nunca lo había hecho y me dijo que lo hiciera suave, abriendo la boca y chupándolo como a un helado.
Eso hice, empezando a lamer su cabezota, luego abrí la boca y lo empecé a succionar, lo fui metiendo poco a poco hasta casi la mitad, no me pasaba más pues lo tenía muy grueso y me daban arcadas, entonces me tomó por la parte de atrás de la cabeza y me empezó a follar la boca con mucha velocidad, sentía que me ahogaba, me salían lágrimas pero no paraba, así estuvimos como 5 minutos hasta que me dijo: ahora vas a saber lo que es un guebo de verdad, te voy a coger y te convertiré en mi puta personal, te voy a convertir en mi hembra.
Luego me puso en cuatro patas, en posición de perito, me empezó a acariciar el culo con sus dedos, metió uno y lo sacó, luego acercó su cara y me metió la lengua, sentí una sensación de placer increíble, me metía la lengua y la sacaba a gran velocidad, estaba súper excitado y casi le ruego que me lo metiera de una vez-
En lugar de penetrarme, me hizo sentar en el sofá y se arrodilló en frente mío y me empezó a mamar el guebo como nunca antes me lo habían mamado, era un experto, se lo introducía todo y quería como tragarse hasta los huevos, luego subía y me lo succionaba como ordeñándome, era todo surreal; después se paró y me puso de nuevo en posición de perrito, me metió 2 dedos y me dijo: ya estás listo para recibir mi tranca, aguanta que te voy a hacer disfrutar como nunca, entonces se untó crema en su guebo y lo puso en la entrada de mi culo, trató de meterlo pero no entraba, estaba muy cerrado y su tranca era muy gruesa, me dijo: relájate y trata de pujar, lo hice y entonces empujó con más determinación y sentí que hizo: Ploss! y ya estaba toda la cabeza adentro, sentí un dolor indescriptible…
No sabía qué hacer, si salirme de allí, gritar, zafarme, las piernas me temblaban como una gelatina pero él me tranquilizó al decirme que me quedara quieto, que ya lo tenía adentro, que eso era lo más complicado y doloroso, que lo dejara así un rato para que mi culo se acostumbrara al intruso y que luego sentiría sólo placer. Así estuvo como 2 minutos que me parecieron eternos pues el dolor no disminuía, sin embargo empezó a moverse poco a poco, sintiendo como iba entrando despacio pero firme; cuando ya estaba la mitad adentro paro y luego retrocedió, como agarrando impulso, pues de inmediato se afinco y me lo metió todo hasta el fondo, quedé cimbrado y arqueado con los ojos en blanco, la penetración había sido profunda y brutal, sentía que me partía en 2, pero aguanté de manera estoica y resignada.
Fue entonces cuando me dijo: Así te imaginaba cuando te vi, clavado por mi estaca y estando a mi merced, ahora ya eres toda mía, ya te convertí en mi mujercita, desde ahora serás mi puta y te voy a coger cuando yo quiera, entonces empezó a sacarlo de a poco y lo metía todo nuevamente y sin pensarlo empecé a moverme despacio, cuando se dio cuenta que me había sodomizado y que ya se me había ido el dolor, empezó a sacarlo casi por completo y lo volvía a meter de una, con movimientos más veloces, empecé a gemir y me sentía como una puta, me decía de todo: que rico culo te gastes putita, es el culo más apretado y caliente que me he cogido, sabía que serías mío y me lleve el premio mayor al desvirgarte el culo. Me daba vértigo el cumulo de sensaciones placenteras que estaba teniendo, fue realmente maravilloso sentirme poseído por un guebo de esas dimensiones: unos 19 cm de pura verga joven, dura, gruesa y larga.
Estaba admirado de mí mismo y de mi culo al soportar, sin quejarme, semejante tranca, pensaba en que todo tiene su tiempo y este era el mío, me dispuse a disfrutar el momento sin pensar en el mañana y sin prejuicios de ningún tipo, el mundo se reducía a lo que estaba sintiendo a través de mi culo, producto de una cogida de campeonato que me estaban dando; me dijo que me iba a llenar el culo de leche y le dije que todavía no, pues quería experimentar otra posición: la de sentarme encima de él; así lo hizo, sin sacármelo, se dio la vuelta y quedó sentado en el sofá y yo encima de él, me apretaba las tetillas y me excitaba más; allí comencé yo mismo a elevarme y dejarme caer, me estaba ensartando en esa gran tranca y sentía que me llegaba hasta el fondo, mientras tanto él se había apoderado de mi guebo y me estaba masturbando, sentí que explotaba y él también, me dijo que me iba echar un litro de leche en el culo, que me iba a preñar, que yo sería su puta por siempre, que tenía el culo más caliente y apretado que todos los que se había cogido, eso me calentaba al extremo y me volvía loco de placer; entonces empecé a sentir como se ensanchaba su guebo y cómo se contraría dentro de mi culo, soltando chorros de leche caliente, al mismo tiempo y ante esa sensación increíble, empecé a tener un gran orgasmo salvaje, me salían chorros de leche como nunca antes.
Luego me quedé inmóvil, todavía ensartado y sentí como su guebo empezó a perder su dureza y así me levanté poco a poco, sintiendo que me chorreaba semen desde mi culo y me llegaba hasta los pies; luego lo saque por completo y en agradecimiento por haberme desvirgado y hacerlo de una manera suave y salvaje a la vez, le limpié su guebo con restos de sangre y de caca con una toallita húmeda, y luego me lo metí nuevamente a la boca para dejarlo completamente limpio; ambos fuimos al baño, nos bañamos juntos, nos vestimos y quedamos en repetir la experiencia, pues me encantó.