Estaba en las ferias de mi pueblo, el cual queda ubicado en el Norte del Valle en Colombia. Ese día fui en compañía de mi mejor amigo, el cual es gay. Nos encontramos en su casa para salir a las fiestas y me dijo que nos iban a acompañar dos amigos suyos. Al rato llegaron, me parecieron agradables, rápidamente rompimos el hielo y empezamos a charlar. Llegamos al coliseo de ferias, hicimos la larga cola, mientras hablábamos y ganábamos confianza entre risa y risa.
Una vez en el coliseo de ferias había muchas personas y nosotros nos ubicamos cerca de la tarima para ver mejor a los cantantes. Bailábamos, tomábamos licor y reíamos. Entre baile y baile íbamos tomando cada vez más confianza. Los dos chicos no dejaban de mirar mis grandes tetas las cuales se asomaban por mi escote. Uno de ellos me hizo un comentario sobre ellas y simplemente me reí.
La conversación se iba haciendo cada vez más caliente. Uno de ellos se lanzó y me dijo que fuéramos a un sitio donde pudiéramos estar solos. Le dije que sí, y nos abrimos camino con mucha dificultad en medio del tumulto. Salimos a un lugar más despoblado donde estaban las caballerizas, nos escurrimos en una de ella sin que nadie nos viera. El chico empezó a besarme apasionado y a tocar mis tetas. Me desabrochó el pantalón y me lo bajó, empezó a meterme los dedos en la vagina y yo estaba ya mojada. Me bajó el pantalón a la rodilla, me pidió que me volteara. Entonces lo hice y me agaché, vi que se puso un condón y me introdujo su dura verga dentro de mí. Me gustó mucho la forma apasionada en que lo sacaba y lo metía. Después de unos minutos se vino, a mí me encantó la aventura de hacerlo en un sitio donde había el peligro de ser descubierta. Me abroché el pantalón y regresamos a la fiesta.
Estaba bailando, cuando el otro chico me dijo que si íbamos a un sitio donde pudiéramos estar solos (seguramente el otro ya le había contado). Le dije que sí, y nuevamente me dirigí a las caballerizas. De nuevo besos apasionados y me empieza a sacar las tetas y chuparlas. Entonces le mando la mano a su verga y estaba dura. Con su ayuda desabroché su pantalón y la saqué, estaba muy húmeda. Me antojé a darle una buena chupada así que lo hice por un rato. Cuando me cansé de estar agachada, me levanté y él lo entendió como una señal. Así que sacó su condón, mientras se lo ponía yo me bajé mi pantalón, le di la espalda y puse mis manos en la pared. Apenas estaba haciendo esto sentí que el tipo escupió en su verga y me la metió toda. De nuevo experimenté un delicioso mete y saca hasta que se vino. Nos vestimos y salimos rápido antes de que nos descubrieran.
Seguimos bailando, ambos se miraban y se reían sabiendo que se habían comido a esta perra que se dejó culear de dos desconocidos. Nunca en mi vida los volví a ver, pero sí me di cuenta lo rico que era disfrutar del sexo con desconocidos. Este apenas era el comienzo de lo que vendría después.