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Masturbándome en la oficina
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Primero me presentaré, me llamo Elena, tengo 28 años y trabajo en un despacho de arquitectura; a veces estamos súper ajetreados con proyectos, otras tenemos algún tiempo libre para ser "creativos". Les cuento también que tengo novio, pero soy un poco traviesa y me gusta hacer "Sexting" con otras personas, tengo varios amiguitos y amiguitas.

En fin, tengo un amigo en particular bastante intenso, le gusta hablarme bastante sucio y nuestras pláticas se tornan un poco cerdas, este amigo, podríamos decir, es nuevo; tengo poco de jugar con él. Nos conocimos por Instagram, es alto y de tez morena, tiene tatuajes en todo el cuerpo (cosa que me encanta) y está en muy buena forma, además de que posee tremenda verga.

Un día estaba en la oficina en estos días donde no hay mucho que hacer y recibí su mensaje:

-¿Qué haces perrita?

Un video suyo con la verga en la mano, la acariciaba suavemente y le escupía para volverla a acariciar, ahora con más fuerza de arriba a abajo, Uff! tuve que cerrar el video rápido ya que mi escritorio está en una zona en la que mis colegas transitan constantemente, una sonrisa pícara se dibujó en mi rostro y escribí:

-Estoy aburrida, juguemos con lo que tienes ahí.

Nunca me había portado mal en el trabajo pero de tan solo pensarlo me estaba poniendo caliente, ahí toda rodeada de gente, sentada en mi silla, hablándole sucio a mi amiguito y el soltándome cosas como:

-"Te quiero poner una correa y jalarte para que me llenes con tu saliva los huevos cuando te meta toda mi verga por la garganta".

Después de algún tiempo intercambiando textos sucios, sentía mi coño escurriendo, me sentía estallar, así que fui al baño y le tomé una foto a mis nalgas abiertas, en ella se podía ver un poco del líquido que escurría de mi y le escribí:

-No aguanto más, mira como me tienes.

-Métete los dedos mi putita.

Dejé el teléfono de frente a mí y comencé por quitarme la blusa para verme en el espejo, dejé mis tetas al aire y comencé a pellizcarme los pezones con algo de furia para luego hacer círculos con la yema de mis dedos sobre ellos, bajé suavemente una de mis manos hasta llegar a mis labios hinchados por tanta excitación, jugué un poco con mi clítoris que para esto estaba taaan durito, gemí un poco con miedo de que afuera pudieran escucharme aunque eso también me ponía más caliente… llegué hasta el inicio de mi vagina que estaba tan mojadita e introduje primero un dedo, luego dos y después tres… para este momento estaba descontrolada y jadeaba como perra en el baño, arqué la espalda y recargué una de mis manos en el lavabo para comenzar a meter la mano por mi coñito caliente; adentro y afuera suave, después con fuerza, empecé a chorrear de tal manera, mis piernas temblaban, todo mi cuerpo temblaba y yo trataba de contener los suaves gemidos que salían de mi… me giré y me recargué contra la pared para tapar mi boca y estallar en un orgasmo riquísimo y húmedo, muuuy húmedo.

Me reincorporé, subí mis bragas y me puse la blusa, salí rápido del baño y regresé a mi lugar en mi aburrida oficina.

Le escribí a mi amiguito:

-Dejé mi chorro en el baño.

Él me contestó:

-Eres una cerda mi putita.

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