Cansada de esta cuarentena, me levanté y salí a hacer algunas compras al supermercado. Mi nombre es Ana, y este encierro larguísimo, llevamos más de 100 días, me tiene loca, no dejo de pensar en él, hace meses que no lo veo, y no tengo sexo.
Volví de comprar y me di una ducha, salí envuelta en la toalla y me fui a la habitación, me preparé la ropa para ponerme, y allí lo vi a mi compañía de estos meses, un dildo con el que trato de calmar mi calor interior.
Aflojé la toalla que me envuelve y la deje caer, comencé a tocarme y acariciar mis pechos, los pezones ya los tenía duros, tomé el dildo y comencé a acariciarlo suavemente, lo coloqué al borde de la cama y me arrodillé, comencé a besarlo suavemente, mientras que con una mano tocaba mi conchita húmeda. Abrí la boca y me lo devoré, comencé a subir y bajar y a tragármelo hasta dar algunas arcadas, mientras que con la otra mano no dejaba de tocarme.
Cuando estaba a punto, me subí sobre él y me deje caer, pude sentir como se introducía en mi interior, con mis manos me apretaba las tetas y sin parar de jadear, mientras subía y bajaba y me imaginaba estar con mi novio, y balbuceaba “así mi amor, cógeme así que me gusta, aaahhh ahahah, dame así bebe, dámela toda”, pronto tuve un orgasmo, pero quería más.
Tomé el dildo y con la sopapa del lado de atrás lo pegué contra la pared, hice de cuenta que mi novio estaba parado, me arrodillé como a él le gusta y lo chupe, aún tenía el sabor de mis flujos internos, lo escupí un poco y me paré, le di la espalda y contoneé mi cintura, y apoyé mi trasero en el dildo, me froté sobre él, tomé el pote de crema y lo unté, apoyé mi ano hasta sentirlo en la entrada, y en un susurro dije, “anda hazme la cola, ya sabes que me gusta, y no doy más”, mientras decía esto, comencé a introducírmelo, con mis manos separé mis nalgas, y encorvé la espalda, de a poco fue entrando, siempre al principio doy un pequeño grito, y luego “aaaah, así papito, que rico”, me fui moviendo de adelante y hacia atrás, y me lo introduje todo lo que pude, con mis manos me toqué las tetas y me masturbé hasta tener un orgasmo.
Fui al baño, me lavé, y me puse mi ropa de encaje negro, una bata corta y así anduve por mi casa, era uno de esos días en que estaba algo excitada; por la tarde encendí la compu e ingresé a una sala de chat, y entablé conversación con un señor adulto. Hablamos de todo, pronto la charla fue derivando a lo erótico y sexual, me hice la difícil, él me mostró su pene por la cámara, y en verdad me estremecí, era más grande que mi dildo, mmmm se me hacía agua la boca.
Encendí mi cámara, y le hice un strep, quedé completamente desnuda, y me masturbé muy suavemente introduciéndome los dedos en mi vagina, el tipo desesperado comenzó a masturbarse, y mientras me decía “ay nena que lindo cuerpo que tienes, seguro que eres toda una perra en la cama”, yo me seguía masturbando y moviéndome hasta que me dijo, “me vengo no doy más” y comenzó a descargar buena cantidad de semen.
Así fue este día, espero que pronto termine esta cuarentena, deseo tener a mi hombre entre mis piernas y estar con él nuevamente.
Espero les haya gustado, si desean pueden escribir sus comentarios a: [email protected].