Esta es la segunda parte de mi ardiente experiencia con mi masajista, como les comenté en mi relato anterior, regresé a servicio 15 días después, la verdad es que en los días posteriores a no podía sacar de mi cabeza todas aquellas imágenes, andaba erecto casi todo el día y en varias ocasiones tuve que masturbarme en el baño de la oficina para aplacar mis ganas de volver a estar con Eduardo. Al día siguiente de aquel ardiente masaje, me despertó un WhatsApp de Eduardo, dándome los buenos días y para decirme que cuando nos volvíamos a ver, yo le dije que andaría un poco ocupado pero pronto volvería, él me dijo que ya estaba ansioso de que volviera, que le había caído muy bien y que hombres como yo, eran su tipo, así estuvo varios días mandándome mensajes candentes a toda hora, a veces me mandaba fotos de su verga parada, diciéndome que, ahí estaba su verga esperando ser mamada por mi.
Un día me mando mensaje preguntándome si no me gustaría un servicio de masaje a 4 manos, yo le contesté que si me encantaría pero que en ese momento estaba corto de recursos, que en cuanto me saldría dicho servicio. El me contestó que había platicado de mi con un colega y que su colega se interesó en hacer un servicio conjunto, Eduardo me dijo que ya me decidiera y que por el dinero, no me preocupara que está vez la casa invitaba. La verdad un servicio de masaje erótico no es barato y más cuando el masajista es guapo y tiene buen cuerpo, realmente en ese momento no entraba en mi presupuesto darme ese lujo. Yo le contesté que al día siguiente tendría día libre, era un sábado.
Yo estaba nervioso, sabía lo que me esperaba, no iba a haber masaje ni pura chingada, iba a hacer un trio de puro sexo desenfrenado, me preguntaba si el otro wey iba a estar igual de chulo que Eduardo o iba a hacer un esperpento y ya estando ahí tendría que cogermelo o dejar que me cogiera.
El día se llegó y yo me fui bien galán, ropa chida, una camisa que dejara ver mis brazos marcados y medio abierta dejando ver la línea de mis pectorales, me puse una loción que mucha gente me ha elogiado y por fin llegué a la casita antigua del centro que después me enteré que la rentaban entre varias personas para dar servicio de masajes, al llegar me sudaban las manos, Eduardo me abrió la puerta y me saludó muy amable con una hermosa sonrisa, me pasó, cerró la puerta y me dijo "Como has estado chiquito" me dio un beso en la boca y me abrazó repegando su cuerpo al mío.
Pasamos a la sala que les había contado tenía muchos espejos, cómo de gimnasio y me presento a su colega Flavio; un hombre también maduro como de unos 48 años, altísimo, más alto que yo, parecía luchador musculoso, más que Eduardo, blanco y cabello castaño, ojos negros, sus brazos llenos de venas saltadas, su cabello con corte militar y muy masculino, me saludó de mano y me dijo "Pásale bebé, ponte cómodo, Lalo me ha hablado mucho de ti". Me di cuenta en ese momento que habían pasado la camilla y la cama de la habitación donde había tenido mi ardiente masaje la vez anterior, a la sala de espejo. Eduardo me dijo que ahora ahí tendríamos nuestra sesión.
Flavio se me acercó por atrás y me dijo
Yo te ayudo con la camisa – mientras la desabrochaba desde atrás y me la quitaba.
Yo me comencé a quitar el cinturón y desabrochar el pantalón cuando Flavio ya lo bajaba mientras besaba mis nalgas y me quitaba los zapatos junto a los calcetines. En un segundo ya estaba desnudo. Flavio dijo en tono burlón
Lalo, si estás bien sabroso tu amigo y después se dirigió a mí diciendo – lo vas a disfrutar hermoso y yo sonreí tímida y nerviosamente
Yo me recosté boca abajo en la camilla mientras mis masajistas se desnudaban, yo torcía la cabeza para ver el impresionante cuerpo de Flavio, cuando se bajó el boxer pude ver una vergota en semiereccion. Flavio se puso a la cabeza y Eduardo en los pies, pusieron aceite sobre mi cuerpo y comenzaron con el masaje; Eduardo masajeaba mis pies y piernas de abajo hacia arriba y cuando llegaba a mis muslos y nalgas acariciaba mis huevos y entremetida sus dedos en mi culo.
Flavio masajeaba mi espalda y cuello, su pene lo tenía en mi cabeza y despedía un olor a hombre, a macho, Flavio recostó sobre la camilla su enorme pene a un lado de mi cara, era como de 22 o 23 cm, el mío mide 20 cm y me considero bien dotado pero junto al Flavio, el mío y el de Eduardo son pequeños, yo lo comencé a acariciar y después lo lleve a mi boca, comencé a mamar ese manjar, rosado, grueso del cuerpo y con forma de fecha en la punta. Flavio me decía un montón de cochinadas como que era una putita hambrienta de verga y que iba a quedar más agujerada que una coladera, al principio me ofendí pero después me excité, en ese momento Eduardo me metía los dedos, dandome un masaje prostático.
Entre los dos me cargaron y peso 93 kg y voltearon boca arriba y mientras yo le mamaba la verga a Flavio, Eduardo me besaba los pezones y me lamía las axilas, me decía que olía delicioso, jajaja esa loción no falla me dije. Después bajo por mi abdomen y pubis para degustar mi verga que estaba al 1000 de erectada mientras acariciaba mis testículos y me metía los dedos por el ano, yo emitía gemidos y sollozos, realmente me creí eso que era una putita, nunca me había sentido así, siempre guardaba mi postura de macho aunque la hiciera de pasivo pero nunca había estado con dos machos musculosos de 45 y 48 años y yo de 36, me sentía a merced de ellos.
Me pasaron a la cama, estaba boca arriba mientras Flavio de manera brusca me abre mis musculosas y carnosas piernas, lleva mi pene a su boca y comienza a darme unas mamadas deliciosas, puedo sentir su lengua masajeando mi erecto miembro mientras Eduardo mete su verga a mi boca. Flavio lame mis testículos, sube mis piernas para llegar a mi ano, dando lengüetazos de placer mientras yo estímulo oralmente a Lalo. Flavio se pone en posición para embestirme con su enorme falo y lo detengo de forma tajante.
Sin globos no hay fiesta amigo, todo con condón ok? Le dije y él solo se sonrió, sacaron condones y lubricante que el me puso en mi culo, introduciendo primero uno y después dos dedos para dilatar. Flavio me llevo las piernas el pecho y colocó su pene en mi ano, presionaba de forma firme y yo sentía como mi culo se abría, me dolía y yo gritaba y Flavio reía burlonamente y de un trancazo, me metió la verga hasta el fondo, y comienza a follarme, yo sentía dolor en el culo y en la parte baja del abdomen, Eduardo insiste en meterme la verga en la boca pero ese momento no estaba para mamar, Flavio me empieza a masturbar yo ya había perdido la ereccion del dolor, en poco tiempo comencé a sentir placer y estimulaba de nuevo oralmente a Lalo, ya estaba envarillado por los dos lados.
Después de un rato me pusieron en 4, Flavio me cogía brutalmente por culo con una fuerza que parecía que me cargaba, me tenía tomado de las caderas y me movía bruscamente hacia él y yo mamaba a Lalo mientras el gemía y sollozaba, y por primera vez me vi en el espejo siendo vejado por dos machos de forma brutal y eso me puso re hot tanto que eyaculé con tremendo orgasmo de las puras embestidas que me daba Favio y ni siquiera me habían masturbado, solo de la estimulación anal; después Eduardo le dijo a Flavio que cambiarán, que el también me quería embodegar el quiote y así lo hicieron, ya ni siquiera sentí cuando entró Lalo en mi de tan dilatado que me había dejado Flavio, después yo seguía satisfaciendo a Flavio mientras Lalo me penetraba, los tres sudabamos mucho, esa habitación olía a puro macho y sexo. Flavio terminó en mi boca y cara, una cantidad enorme de leche mientras yo lo felaba y Eduardo unos minutos después mientras me penetraba. Nuestras voces masculinas hacían eco en la casita, todo era una sinfonía se gemidos aquello.
Descansamos un par de horas platicando y tomando algunas cervezas y botanas para volver a la faena, dos horas después me tenían tumbado en la cama con las piernas al hombro turnándose para penetrarme de varias maneras, yo buscaba ver por cuál espejo se veía mejor aquella película pornográfica que yo protagonizada en ese momento mientras ellos no dejaban de decirme putita y zorrita. Terminamos con tremendos orgasmos, nuestros músculos se contraían cada vez que teníamos esos vigorosos y espasmosos orgasmos y cuando ya no pudimos más y estábamos exhaustos, nos metimos a bañar los tres, nos enjabonamos nuestros cuerpos, platicamos un poco más y me despedí de ellos.
Eduardo me siguió buscando por WhatsApp invitandome a salir, quería que fuera su pareja y noté que se estaba clavando conmigo y yo no tenía intención de tener una relación seria con nadie en ese momento así que me ausenté y así termina esta candente experiencia con mis amigos masajistas, espero les haya gustado.