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Tiempo de lectura: 3 minutos

Te habían hablado muy bien del masajista con el que tenías cita, tus amigas, que te lo recomendaron decían que sus manos eran un prodigio de la naturaleza, tenías debido al estrés, contracturas musculares en la espalda, aparte que estabas pasando un periodo de sequía sexual que te tenía irritable y nerviosa. Tus amigas cuando te recomendaron el fisio alababan su capacidad pero también lo buenorro que estaba y lo cachondas que se ponían fantaseando mientras las masajeaba.

– eso, eso es lo que necesito, un buen polvo, decías bromeando.

– creo que le voy a pedir una cita, a ver si por un lado me relaja y por otro me desatranca.

El masajista buenorro también, con un suplemento a su tarifa trabajaba a domicilio y a ti te dio morbo la idea que viniera a tu casa, esa tarde, antes de su llegada te duchaste con esmero para quedar, relimpia, oliendo a gloria bendita, sin duda querías estar impecable y deseable, y de pensar en ello, mientras te duchabas te hiciste un pajote, que solo te relajó un momento porque ya no hubo manera de apaciguar tu coño caliente y húmedo.

Para la ocasión, te pusiste tú mejor conjunto de lencería, un tanga y sostén de encaje rojo y una minibata de seda que quedaba al límite de tus hermosos muslos y que apenas cubría tus exuberantes tetas.

Suena el timbre, es él, puntual…

Me recibe una preciosa sonrisa erótica y sensual, de tal modo que tardé un momento en percatarme que su sonrisa hacía juego con el resto de su cuerpo, voluptuoso, con curvas de infarto, vestida o semivestida con la intención clara de atraer al macho.

-Buenas tardes, ¿Alicia?

-Si, encantada.

Alicia se abalanza sobre mi cara y nos damos dos besos, ¡ummm que bien huele!

-¿Donde instalo la camilla?

– Si aquí en la sala

Mientras monto la camilla ella está tras de mí y siento que me observa y no puedo evitar pensar en guarradas.

-Bueno ya está, me salgo un momento, te quitas toda la ropa y te tumbas boca abajo…

Bufff como me gusta el cabrón este, ha salido pero se que me está espiando, voy a montarle un pequeño espectáculo…

Joderrr, creo que la so guarrona se ha dado cuenta que la estoy mirando, ¡Que manera de dejar caer la batita y quitarse el sujetador, ¡Dios que hermosura de cuerpo! ¡Que tetazas!…

-Ya estoy

Me tumbo en la camilla pero me dejo puesta la tanga.

-Bien te dije que te quitaras toda la ropa, sería una pena que te estropeara una prenda tan linda con mis potingues, pero no importa si no quieres.

– Ah no, ahora mismo me lo quito

– No quédate tumbada, ya te lo quito yo

Bufff eso no me lo esperaba, con delicadeza me agarra el tanga, el primer contacto de sus dedos hace subir mi temperatura, ya de por sí alta,

-Ahueca un poquito,

Subo exageradamente el culo y me contoneo un poquito. Noto sus dedos como se deslizan por mis nalgas y mis muslos, nadie me había encendido tanto quitándome las bragas…

Joder con la pava, cada movimiento suyo se ve que pide guerra, está caliente y yo estoy que echo chispas. Bueno a ver, que soy un profesional.

-Bien veo que tienes contracturada la espalda, te quitaré las tensiones en cuello, espalda y lumbares.

Sus manos son prodigiosas, con manoseos, cacheteos y la presión de sus dedos me deja como una malva, pero también cachonda pérdida, luego se pone con mis pies y mis piernas, ¡que gusto, por Dios!, pero el muy cabrón sube tanto sus manos por mis muslos que rozan ligeramente mi chumino unas cuantas veces, se me escapa algún gemido y me tiene tan cachonda que me corro, procuro disimularlo y le oigo decir que me de la vuelta…

-Alicia date la vuelta, que te tengo que trabajar por delante, si quieres te doy una toalla para que te tapes.

-Ah no, no hay problema

Joder, pensaba, intentaré terminar el masaje, pero inevitablemente me la voy a follar. Se da la vuelta, madre mía, el volcán de La Palma en plena erupción, cuerpazo de infarto, tetas grandes y firmes y pezones duros y tiesos, Bach y el chocho depilado brilla por su humedad, abierto y sonrosado. Comienzo por sus hombros y cuello para continuar por las costillas que las alivio de contracciones a la vez que mis brazos rozan sus pezones y la escucho un gemido de puro gustito…

¡Quijoputa! solo con el roce de su piel en mis pezones ha hecho que me vuelva a correr…

Continuo con su tripa y su pelvis, continúan los gemidos, también jadeos, ya no disimula, por fin trabajo sus piernas, mis manos por fin tocan y manosean ese chocho caliente y húmedo sin vergüenza ninguna, me abalanzó a comerme sus tetas que mamo con fruición y glotonería…

Ahhh, por fin se ha lanzado, el muy cabrón me estaba torturando, joder como mama va a hacer que me vuelva a correr, me da una tregua mientras se quita la ropa, se queda en gayumbos y se acerca a mi que continuó boca arriba en la camilla, se quita los calzones delante de mi cara viendo como su enorme polla salta como un resorte al verse liberada, no aguanto mas y me la llevo a la boca, ummm que rica…

Joder como chupa la tía, como no la saque me voy a correr, se la quito de la boca, me unto las manos de aceite y la unto la entrada de su ojete, no espero y la incrusto mi polla, entra bien y ella gime con desespero, ahueco un poco y le meto dos dedos en el chumino, noto como se corre pero sigo el metesaca presionando las paredes de su vulva y su ano, que provoca que, en medio de alaridos y gemidos, se corra eyaculando como si fuera un volcán en erupción sobre mi tripa y yo ante tal explosión de gozo, no aguanto más y me corro en su culo.

Unos minutos después:

-Que te debo?

-Si me compras un bono de diez, la primera sesión es cortesía de la casa.

Fin.

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