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MaryCarmen y la masturbación
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Hola. Mi nombre es marycarmen Flores, este es el tercer relato contando mis vivencias, y por el momento seguiré en orden cronológico. Si quieren saber mas de los detalles de mi vida pueden leer mi presentación y relato anterior, probablemente ahí aclare algunas dudas que les puedan surgir con la lectura de este relato, recuerden que durante mis relatos iré haciendo mención de algunos detalles pasados.

Después de la infidelidad de Saul, quien fue el primer hombre en mi vida, mi forma de ver a los hombres y al sexo había cambiado, Desde luego estaba furiosa por como habían terminado las cosas, y no había forma de solucionarlo, así que por un par de meses, me dedique en cuerpo y alma al deporte, después de que Sofia dejara la universidad, fui nombrada capitana del equipo voleibol, y la forma de sacar mis frustraciones, era desquitándome con la pelota, mis remates se volvieron brutales por un tiempo, aunque eso no siempre me llevo a que fueran efectivos, pero conseguí ganar cierto respeto en el equipo.

Mientras tanto, mi vida personal paso a ser oscura, concentrada en los estudios y sin nada de vida social, y de hombres, mejor ni hablamos, hasta llegue a pensar que mi santa madre tenía la razón en alguno de sus múltiples comentarios, “los hombres, hija mía, son la perdición de la mujer, ellos solo ven en ti un cuerpo bonito, pero el resto de ellos es pecado puro”, y con esos pensamientos deambulaba yo, de la uni a la casa, y viceversa, en la uni solo convivía con dos personas más, Andrea y Sergio, compañeros de salón con los cuales tenía química debido a su forma de pensar y sobre todo en la forma de estudiar.

Pero el pasar del tiempo hizo su efecto, aunque ya no extrañaba a Saul, si extrañaba el hecho de tener sexo con él, y entonces tenía que buscar una manera de aliviar mi presión, ya que el deporte ya no era suficiente, y fue cuando lo pensé, debía aprender a masturbarme, pero obviamente hacer esto con la madre teresa de Calcuta en casa, era cosa de cuidado, así que empecé a armar el plan del “proyecto masturbación”, primero que nada tendría que buscar un día en que no hubiera nadie en casa, lo cual podría suceder los miércoles, mi padre normalmente llevaba a mis hermanos a un partidos de futbol aunque debería ser a la hora adecuada, porque mi madre esos días va por un par de horas a la iglesia a recibir lo que para ese momento eran para mi frases vacías, había algo así como un sermón con predicadores diferentes cada semana, normalmente, me pedía que la acompañara pero últimamente entre la uni y el voleibol encontraba el pretexto perfecto para no hacerlo.

Se dio la oportunidad a la segunda semana, mi madre salía siempre puntual a las 5:45 pm yo me salí corriendo del deportivo de la uni después de entrenar, y alcance a ver a lo lejos a mi padre salir en su camioneta, junto con mis hermanos, tenia la casa para mi al menos una hora. Entre corriendo a la casa y subí de la misma manera a mi habitación, avente la maleta deportiva y de manera rápida me fui desnudando, temblando me mire al espejo completamente desnuda y sonreí, recordé lo que me excitaba cuando Saul me tocaba y comencé llevando mis manos a mis tetas, aun frente al espejo, el contacto de mis dedos frotando mis pezones me hizo temblar aún más, pellizcaba esos botoncitos rozados y me regocijaba con la sensación, lleve un par de mis dedos a mi boca y los chupe para mojarlos de saliva y después llevarlos nuevamente a mis pezones, la sensación fue aun mejor. Sin embargo aún faltaba más.

Entonces pase mi mano derecha sobre mi sexo, aun no estaba húmedo como cuando Saul me tocaba y no sabía el porqué, decidí recostarme en la cama doble las rodillas y abri las piernas y comencé a pasar mis dedos sobre mis labios vaginales y trate de hundirlos un poco, de manera gradual empecé a sentir excitación y poco a poco comencé a mojarme como ya sabía, cuando mis dedos se fueron humedeciendo comencé a hacer movimientos más largos y más rápidos. Y entonces, en uno de esos movimientos, llegue a rozar mi clítoris, la electricidad que recorrió mi cuerpo en ocasiones anteriores, apareció nuevamente, y entonces aparecieron los gemidos qué tanto extrañaba, lo que evidentemente significaba que el placer estaba en el aire, repetí mis movimientos, tratando de identificar qué era lo que había provocado que mi respiración se agitara, mis dedos intentaban encontrar pequeño botoncito, y cuando lo volvieron a encontrar, nuevamente la electricidad apareció, ¡era justo ese punto! Mis dedos se movieron alrededor de él, en cada movimiento, en cada roce, en cada toque, me sentía más excitada, y mis dedos volaban cada vez con más velocidad, y con más fuerza, hasta que de mi salió un grito ahogado por mi mano izquierda, Dios!! ¿cuánto tiempo tenía que no sentía eso? No necesitaba de un hombre para poder disfrutarlo.

Poco a poco fui recuperando el aliento, me sentía realmente bien y mis miedos, temores y remordimientos, desaparecieron en su totalidad esa tarde, entendí que había muchas formas de disfrutar el sexo, y decidí que las tendría que descubrir tarde o temprano, no había motivo por el cual detenerme, y definitivamente empezaba el día de hoy.

Con esto en mente, coloque nuevamente mi mano en mi sexo, mientras con la otra continuaba pellizcando mis pezones, esta vez nuevamente pase mi mano por el clítoris pero lo notaba demasiado sensible tras el último orgasmo, por lo que el contacto no era tan placentero como en la ocasión anterior, así que decidí introducir un dedo dentro de mí, la humedad en el interior era mucho mas abundante de lo que lo era en el exterior, mi dedo se deslizaba con una facilidad tremenda, y aunque lo disfrutaba algo no terminaba por cerrar, definitivamente, un dedo no sustituía a un miembro viril, así que introduje el segundo dedo, mientras este entraba, con la misma facilidad que lo hizo el primero, la sensación se fua haciendo mas placentera, me abandone al placer que provocaban mis dedos al entrar y salir de mi vagina, mientras mi otra mano trataba de medir la dureza de mis pezones cafés, la humedad en mi interior era fantástica, me había dado cuenta que esto no lo había sentido en las 3 veces que había estado con Saul, y por supuesto también me di cuenta que después de tener un orgasmo podía seguir teniendo más, no me di cuenta en que momento mi mano izquierda abandono mis pezones y se dirigió a mi entrepierna, mientras mi mano derecha aceleraba un poco el ritmo, los dedos de la mano izquierda mantenían abiertos mis labios vaginales y con el pulgar rozaban nuevamente mi clítoris, cuando sentía que esa corriente eléctrica, que ya se estaba haciendo amiga mía, empezaba a recorrer mi cuerpo bajaba un poco la velocidad, y es que quería sentirlo durante mas tiempo, mi dedo pulgar también se queda quieto hasta que mi respiración bajaba, no puedo decir que a ritmo normal pero si a un ritmo que podía controlar, y entonces mi mano derecha nuevamente cobraba autonomía.

Estuve así por un poco mas de 10 minutos, hasta que nuevamente empecé a sentirme fuera de control y en esta ocasión no pude, y no quise disminuir el ritmo, la explosión que se vino después fue la de un volcán haciendo erupción, la electricidad recorrió mi cuerpo de manera vertiginosa, y un grito de placer salió de mi garganta, que estoy casi segura de que se oyó hasta la calle, aun me pregunto si no lo escucho ninguno de mis vecinos, probablemente nunca lo sabre, aunque me hubiese gustado.

Permanecí ahí tendida un par de minutos más, mi mano derecha sin fuerza estaba sobre mi pecho y la mano izquierda aun sobre mi sexo, mi respiración se normalizaba poco a poco y mi ritmo cardiaco también, no lo notaba aun pero una sonrisa estaba dibujada en mi cara y yo estaba radiante, me levante lentamente y note todo esto cuando me mire nuevamente al espejo, así desnuda y feliz, era la primera vez que tenía un orgasmo doble y esto no había sido provocado por ningún hombre, ¡Bendita Masturbación! Así con mayúsculas. Tomé mi ropa sin dejar de sonreír y la puse en el cesto de ropa sucia, y decidí darme una ducha, lo cual necesitaba de manera urgente.

Mientras me duchaba, me di cuenta de varias cosas, la primera es que ya había superado a Saul, ciertamente él fue mi primera experiencia sexual, pero en definitiva no fue la mejor ya que la experiencia conmigo misma había sido superior por mucho, y entonces me di cuenta que nuca hubo nada especial entre nosotros salvo el hecho de ser mi primera vez.

La segunda cosa que me di cuenta es que mi instinto sexual estaba despierto, durante la masturbación mis manos tomaron autonomía y supieron darme placer sin que yo pensara claramente en lo que hacía, todo fue instinto y eso me encantaba porque ese instinto sexual me daría mucho placer en el futuro.

Y la tercera cosa y tal vez mas importante, es que había despertado en mi la mujer que me acompañaría los siguientes años, ya no aquella que había sido criada religiosamente, sino aquella que había descubierto en el sexo y en su cuerpo la verdadera bendición, y así lo fue, mientras pensaba en estas cosas con el chorro de agua caliente cayendo sobre mi cabeza, me sorprendí tocándome nuevamente, esta vez no lo hice con intención de tener otro orgasmo, pero aun así era placentero, termine de darme la ducha y me vestí.

Mi mal humor de semanas anteriores desapareció, lo cual agradecieron en mi familia y sobre todo Andrea y Sergio, con quienes pasaba gran parte del tiempo en la uni, mi cambio de humor y la química de una mujer dispuesta a disfrutar el sexo, fueron algo que definitivamente no pasaron de largo a los ojos de Sergio, quien poco a poco comenzó a tratarme de una manera mas personal, sin embargo creo que eso es tema para el próximo relato

Gracias a todos por leerme y saben que estoy abierta sus comentarios. Besos.

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