Marlene es una chica a la que conozco desde hace más de 20 años, en aquellos tiempos éramos solo unos adolescentes y por la inexperiencia de la edad uno deja pasar muchas oportunidades.
Ella es una chica de tez morena, cabello largo que casi le llega a la cintura, en aquel tiempo me gustaba, aunque jamás le dije nada, ella comenzaba a desarrollarse y se notaba que sería una chica bastante atractiva. Las circunstancias de la vida hicieron que mi familia se mudará de estado y deje de verla.
Con el pasar de los años y la llegada de las redes sociales nos reencontramos, comenzamos a platicar como buenos amigos, se puede decir que nos estábamos conociendo nuevamente, le dije que yo ya me había casado y ella me contó que era madre soltera, conforme gane su confianza ella me confiaba sus deseos por tener un hombre en su cama, ella es absolutamente desinhibida, no tiene tabús en el sexo y dice exactamente lo que quiere, en ocasiones me pedía que le mandará mensajes que la excitaran y la ayudaran a masturbarse, yo lo hacía encantado, nos excitábamos mutuamente, y juntos nos masturbábamos, era un juego bastante delicioso.
Ella ponía en su perfil de WhatsApp fotografías bastante sensuales a lo que de inmediato yo le mandaba mensajes, jugábamos sexualmente todo el tiempo, ella me enviaba fotos y me pedía que yo le mandará fotos de mi pene, así paso alrededor de medio año, jamás hubo una proposición para pasar de los mensajes y fotografías. Cierto día mi esposa tuvo un dolor de muelas, recordé que en aquella colonia en la que viví de pequeño tenía su consultorio una extraordinaria dentista, le sugería a mi esposa que acudiéramos con ella y accedió. Llegamos al consultorio, nos registramos e ingresamos. Justo al entrar a la sala de espera me he quedado sin palabras, mi amiga Marlene estaba saliendo del consultorio, quede impresionado, llevaba puesto un vestido de una sola pieza completamente ajustado a su figura lo cual hacía lucir ese hermoso y grande trasero que tantas veces vi por fotografía, al verme ella me saludo amistosamente, jamás hubo algo que diera pie a nuestra complicidad erótica, le presente a mi esposa y como cualquier encuentro furtivo se despidió y se marchó.
Mi esposa me pregunto por ella, que quien era, de donde la conocía, etcétera, le dije que era una amiga de la infancia, y ella me dijo que mi amiga estaba muy nalgona ¿no?, le dije que no me había fijado, aunque creo que no me creyó, después de la consulta dental fuimos al centro comercial, para mi buena suerte nos encontramos a mis padres y les dije que había visto a Marlene, ellos la ubicaban perfectamente y eso le dio calma a los celos de mi esposa.
Marlene y yo tenemos un código secreto, a través del estado en el WhatsApp sabemos si es oportuno o no enviar mensajes, en cuanto puse el estado para que ella pudiera escribirme lo hizo, me dijo que le había encantado verme en persona después de tanto tiempo, le dije que yo igual estaba fascinado, no pude callar y le dije que quede enamorado de su culo, su respuesta fue provocativa, me dijo que el día que yo quisiera ese culo sería mío.
Nuestras charlas cada vez eran más cachondas, moríamos de ganas por estar en la cama, hasta que el día llego. Por cuestión de trabajo tenía que realizar un viaje a un estado vecino, aproximadamente 2 horas de camino. El trámite que tenía que hacer era muy sencillo, no me llevaría más de veinte minutos, así que pensé en pedirle que me acompañara y aprovechar la oportunidad. Le llamé y le hice la invitación, ella accedió al instante, así que quedamos de acuerdo y poder hacer realidad todas aquellas charlas que habíamos tenido los últimos meses.
Yo quería pasar por ella a su casa, sin embargo, me pidió que la viera en un centro comercial cercano a su domicilio, accedí a ello, llegué al punto acordado y ella me estaba esperando en su auto, me estacione a un costado y vi que estaba terminando de maquillarse, toque su ventanilla, desactivo los seguros e ingrese a su coche. Nos dimos un tierno beso en los labios, era la primera vez que lo hacíamos, me pidió disculpas por pedirme que nos viéramos en el centro comercial, me comentó que su hija estaba en casa y que su mamá está viviendo con ellas, que se molestaría si se enteraba que se fue de paseo sin su hija, incluso ella iba vestida con su uniforme de trabajo, ella es enfermera, sin embargo, aún uniformada se veía increíble, me dijo que traía ropa en una maleta y que en una oportunidad se cambiaría.
Una vez terminada de maquillarse, decidimos por irnos en mi camioneta, durante el camino platicamos de todo, con la buena química que nos unía era fácil tocar cualquier tema, era inevitable no voltear a ver su hermoso busto, el cinturón de seguridad quedo atrapado de tal manera entre sus senos que esto resaltaba aún más el tamaño de aquellos pechos, ella se daba cuenta de que no podía dejar de mirar con morbo su pecho y me dijo que le excitaba mucho saber que la estaba viendo con ganas de arrancarle la blusa y comerme sus senos, le respondí que moría por lamer sus pezones y hacerla mía, ella me respondió con un beso apasionado.
Mientras íbamos en la carretera seguíamos hablando de nuestras fantasías, ella quiso que escucháramos reggaetón, me dijo que esa música la ponía caliente, así que mientras platicábamos, ella se masturbaba por encima de su pantalón, en verdad que era algo sumamente excitante, buscaba la oportunidad para besarme, de pronto ella llevo su mano hacía mi pene, estaba erecto, deseoso de penetrarla, ella me dijo que la excitaba saber que en muy poco tiempo mi pene estaría dentro de ella, así que me estuvo masturbando por encima del pantalón, de pronto bajo mi cremallera y sacó mi pene ya con algunos fluidos que lo humedecían, mi glande se mostraba y ella me seguía masturbando, en verdad que esto parecía una escena sacada de una película porno, como mi camioneta es automática podía conducir con una sola mano, mientras que con la otra acariciaba sus enormes senos y también la masturbaba.
Justo cuando la excitación de ambos estaba llegando a un nivel impresionante, le pedí que se detuviera, que estábamos por llegar a la última caseta de peaje y la oficina a la que tenía que acudir estaba muy próxima, así lo hizo, guarde mi pene, y nos acomodamos rápidamente la ropa. Llegue al lugar al que iba, ella me dijo que se quedaría en la camioneta, que iba a aprovechar para cambiarse de ropa, accedí a ello y fui a realizar el trámite, demoré aproximadamente 25 minutos, cuando volví al auto me lleve una excitante sorpresa, ya se había cambiado, se puso un short diminuto, ese short cubría solo la mitad de su enorme culo, esas nalgas se veían deliciosas, eran la representación de la lujuria, adicional a ello se asomaba en la parte superior su tanga, una tanga verde riquísima, además de lo majestuoso de su trasero sus piernas se veían muy apetecibles, unas piernas bien formadas, se puso unas zapatillas digna de una zorra. En la parte superior usaba un top blanco que dejaba ver su cinturita y su ombligo, pero lo mejor eran sus tetas, no usaba brasier, así que se trasparentaban sus senos y esos hermosos pezones color chocolate obscuro, tenía erectos los pezones y eso era demasiada tentación.
Me preguntó si le gustaba, le dije que me encantaba y nos besamos apasionadamente, mis manos se perdían en sus senos y ella frotaba mi pene, el cual muy pronto volvió a ponerse complemente erecto, le dije que ya no aguantaba un minuto más sin poseerla, así que nos dirigimos a un motel cercano, de camino pasamos a comprar una botella de whiskey y hielo, llegamos al motel, pagué la habitación y nos dirigimos a ella. En mi mente pasaban las mil maneras en que quería hacerle el amor, se cerró la cortina del garaje y me dispuse a abrirle la puerta de la camioneta para que bajará, abrí y ella estando sentada se giró hacía mí, con las piernas abiertas, me atrajo hacía si, nos besamos muy delicioso, parecía que nuestras lenguas querían devorarse, estando aún en el estacionamiento ella sacó mi pene y se lo llevó a la boca, aún no subíamos a la habitación y ya estábamos dejando fluir nuestras fantasía, cual película porno tome su cabeza y la dirigía hacia mi pene, era una delicia, mi pene entero estaba en su boca, le pedí que subiéramos y ella aceptó.
Su culo se veía impresionante, ese short no dejaba absolutamente nada a la imaginación, sus tetas estaban a punto de romper el top que las cubrían, entramos a la habitación, en ella había un tubo para pool dance, ella me tendió en la cama, puso música, agarró la botella de whiskey y se puso a bailarme, en verdad que sabía lo que estaba haciendo, se tomó un trago de whiskey desde la botella dejando caer una cantidad sobre su blusa, sus pezones mojados por el whiskey eran mi mayor deseo, mientras bailaba para mí se arrancó el top y dejo a mi vista sus hermosos senos, ella los acariciaba con pasión e intentaba lamer sus pezones con la lengua, y estaba excitadísimo, ya me había quitado el pantalón y el bóxer, mientras la miraba bailar me masturbaba, ella seguía con su baile, se quitó el short, le costó trabajo bajarlo ya que su enorme trasero no le permitía bajar con rapidez, fue una escena exquisita, se quedó solo con esa hermosa tanga verde que se puso para mí, bajo del tubo y se comenzó a deslizar en la cama sobre mí.
Su lengua recorría cada centímetro de mi cuerpo, desde los dedos de los pies, subió por mis piernas hasta llegar a mi erecto pene, paso su lengua por mis testículos y después se llevó el pene a su boca, una vez más me estaba practicando el mejor sexo oral de mi vida, después puso mi pene entre sus riquísimos senos, no pude más y eyaculé sobre esos hermosos pechos, quedaron bañados de semen, ella lo retiraba con su mano y la lamía para tomar mi semen, mientras lamía su mano con mi semen con la otra mano se masturbaba, estaba muy excitado la recosté sobre la cama, me quería tragar sus pechos, y después le devolví el favor, le arranque la tanga y lleve mi lengua a su vagina, sus fluidos corrían en mi cara, ella estaba mojadísima, gemía de placer, me pidió que me la cogiera y así lo hice, lleve sus piernas a mis hombros y la embestí sin temor alguno, deje que mi pene con aquella hermosa erección entrará en ella, la embestía con fuerza, entraba y salía mientas ella gritaba de placer, así llegamos juntos a un orgasmo más, las sábanas estaban empapadas.
Nos fuimos al potro, en el potro ella se colocaba en muchas posiciones demasiado calientes y yo la penetraba, le lamía su concha, la penetré analmente, me corrí en ella muchas veces, ella tuvo muchos orgasmos, acabamos empapados de sudor y fluidos del placer, sin lugar a dudas ha sido la mejor experiencia sexual de mi vida.
Hemos tenido muchos encuentros más, en otras ocasiones les contaré más de Marlene, mi ardiente amiga de la infancia.