Eran las 12 de mediodía, las campanas de la iglesia comenzaban a sonar para así comenzar la misa dominical, Marco y Fabiola eran integrantes del coro juvenil, jóvenes de entre 18 y 25 años lo conformaban y, a decir verdad, no le pedían nada a un coro experimentado, la voz de todos, el sonido de la guitarra y la melodía del piano hacían que los cantos llegaran al alma.
Fabiola siempre estuvo enamorada de Marco pues se conocían desde catecismo, hasta que un día ella tomó las riendas de la situación, esperando que Marco aceptará ser su novia, se acercó a él, le invitó a salir y durante la cita le declaro su amor, Marco no podía creer lo que estaba pasando pues él siempre había estado enamorado de ella, sin embargo, para no arruinar la amistad prefería guardar sus sentimientos en lo mas profundo de su corazón. He aquí el inicio de un bonito amor, amor del bueno, un amor real.
Al pasar los meses, ya sentían querer algo más, pero por ser parte de un grupo religioso, se aguantaban esas ganas humanas de reproducirse con su pareja, el pecado y la lujuria comenzaban a invadir sus cuerpos y mentes tornando esa linda relación en un puro deseo sexual, los valores y la moral estaban en juego pues juntar los cuerpos uno a uno solamente se podía si un contrato matrimonial los unía frente a los ojos de dios.
Era evidente la virginidad latente de nuestra pareja protagonista, pero un día Marco tomo la batuta de la situación y se dispuso a preparar todo para hacer el amor por primera vez con su amada, rentó una habitación de hotel, una muy lujosa, la lleno de pétalos de rosa y algunos regalos para Fabiola, aprovechando el festejo de su primer aniversario de novios, este joven enamorado pasó por ella en su coche y la llevo al lugar donde ocurriría la mas hermosa prueba de amor en la intimidad de la privacidad, estaban sentados al pie de la cama, Fabiola se mostraba un poco nerviosa pero al mismo tiempo emocionada por el gran detalle que le había hecho Marco, comenzaron a conversar y ver una película en el televisor, se acostaron juntos, abrazados de cucharita bajo la luz de las velas entre dos copas de champagne, era realmente mágico como dos enamorados se fundían cuerpo a cuerpo con el calor del verdadero amor, el destino tenía al preparado para ellos, algo que quedaría grabado en sus corazones por el resto de sus vidas.
Se pararon junto al buró, se abrazaron y comenzaron a darse unos apasionados besos, los brazos de Fabiola acogían a Marco en su espacio personal, él con mucha pasión le desabrochó ese hermoso vestido floreado muy primaveral con el que lucía fantástica, su piel morena quedó al descubierto y su ropa interior en conjunto nos avisaba que ella también esperaba el momento, Marco se quita la camisa mostrando el vello en pecho que un verdadero hombre debe tener, prosigue con su pantalón, al bajarlo se puede notar un gran bulto en su calzoncillo, pero era demasiado, tal vez traía algún calcetín para aparentar algo o querer impresionar a su dama, al despojarse de su ropa interior Fabiola notó que era mas que un pene normal, era un vergón enorme de unos 20 centímetros y muy grueso, ella sabía que eligió al hombre perfecto pues además de ser entregado al servicio de la iglesia, trabajador, ser un excelente ser humano y guapo, tenía un pene enorme por lo que las bragas de la señorita comenzaron a mojarse a un ritmo acelerado, se acostaron y acariciaron.
Cuando comenzaba la felación la enorme herramienta del caballero resbaló a través de la húmeda vagina de Fabiola por lo que inmediatamente algo de ella se rompió, él comenzó a darle duro sin importarle el dolor de su vulnerable pareja, los gemidos, lágrimas y llantos de dolor no cesaron, él solo quería penetrarla, su enorme pene entraba y salía con dificultad pues aunque Fabiola estuviera completamente mojada su cavidad vagina era estrecha y muy pequeña, su cuerpo virginal se corrompía con sus demonios internos.
Marco dejó de ser él mismo y se convirtió en una especie de semental donde su único objetivo era fecundar a su hembra, al momento de querer venirse lo saca y con un grito abrumador llena de leche todo ese cuerpo femenino, desde su pelvis hasta sus pechos y rostro, unas gotas del elixir tocaron los labios de Fabiola a lo que instintivamente procedió a degustar sacando la lengua y terminar de probar a su hombre, ya sabía todo de él, ya lo había probado por fuera, y ahora por dentro, simultáneamente a la leche, un chorro orgásmico baña a Marco dejándolo empapado, le dio un tremendo baño en el que prácticamente marcó su territorio como la hembra que es.
Esa misma noche, se consumaron en un amor eterno donde ellos sabían que nada ni nadie los separaría pues la prueba final de amor, había sido completada con éxito.