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Marcela: nacida para ser mi puta
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Son recurrentes las historias de parejas que luego de dar por terminado su vínculo amoroso, siguen encontrándose de vez en cuando, ya sea por necesidad, o quizás buscando esas sensaciones que no volvieron a sentir con otra persona.

Lo que me vincula a mí con Marcela es el increíble sexo que tenemos, fuera de eso, no congeniamos en nada más, y he ahí la explicación de nuestro rompimiento…

Cada cual rehízo su vida, de hecho actualmente estamos felizmente en pareja, aunque eso no es excusa para que nos escapemos al hotel del pueblo a comportarnos como animales.

A veces ella, a veces yo, siempre está el mensajito con la para nada disimulada invitación a coger, sí, así de crudo, cada uno sabe que cuando recibe un mensaje del otro, el sexo es inevitable, y nos encanta que así sea…

Pasarla a buscar por su casa, además de adrenalínico es saber que en las pocas cuadras de camino al hotel, me espera una hermosa chupada de pija mientras manejo, así de hija de puta es…

Mientras se llena la boca con mi pija tira comentarios tales como:

"Como extrañaba tu pija"

"Acelera, que quiero, que me cojas"

Y todo tipo de obscenidades que hacen el camino bastante largo, pero vienen muy bien para calentar el ambiente, aún más…

"Te extrañé papito" me tiró desde el asiento de acompañante, mientras me acariciaba la pija, ya empapada en su saliva…

La soltó, y acto seguido sé bajo la calza hasta las rodillas, dejando al descubierto su conchita completamente depilada para mí…

"Estás con hambre? Quiero que te la comas toda"

Así hasta llegar, insoportablemente puta…

Pedimos la habitación, y baja ella primero del auto, va hasta mi puerta, la abre, me toma de la pija y me hace salir del auto…

Me conduce a la habitación, pajeandome mientras camina, moviendo el hermoso ojete que la vida le dio…

Cierra la puerta, me tira en la cama, y comienza con su show…

Se abre el escote, dejando al descubierto sus divinas tetas, se mueve, menea como toda una diosa, sin dejar de mirarme…

Pajeate, dice sonriendo, es una morbosa, siempre le encantó que me pajee viéndola.

Poco a poco va desnudando sé por completo mientras yo me toco en su honor.

Se masajea las tetas, se aprieta los pezones, se las escupe, tan vulgar que enamora…

Se acerca lentamente, y va directamente a mi pija ya de sobras erecta, deja caer un hilo de saliva, la aprieta, sube sus dedos, y mientras se toca, me masturba suavemente…

Tiene absoluto control de la situación, está en llamas.

En un movimiento rápido, se sube encima de mi cara, me restriega su concha húmeda, un aroma dulce se desprende de ella…

"Cómeme bebe" articula entre jadeos, orden que no desobedezco y en un instante mi lengua comienza a recorrer su costado más femenino…

Me aprieta la cabeza, se menea como loca, siempre le encantó que le comiera la concha…

Gime como una puta, no se reprime nada, hasta que un temblequeo de sus piernas me anuncia que su miel va a derramarse en mi boca…

Grita como loca, me encanta sentir sus espasmos, me llena la boca con sus jugos, y sin dejar de gemir me mira desde arriba…

Uff, como extrañaba esa lengua hijo de puta…

Se gira, y aun con unas hermosas contracciones, está lista para un hermoso 69…

Su concha no se despegó de mi boca, y me hace sentir escalofríos notar que engulle mi verga entera de un solo bocado…

Siempre tan desesperada, de poder tragarse mis huevos, seguro que también lo haría, pero se conforma con masajear los apasionadamente…

Se aferra a mis piernas y sin dudarlo comienzo a cogerle la boca, los sonidos que hace son muy excitantes, mi dura verga en la prisión de su garganta, me muevo de su conchita para mirar el espejo, y verla mirándose, toda degenerada con su boquita llena me pone aún más caliente…

Gime como puede, mientras se menea, ya mi lengua no basta, así que el dedeo bien la conchita, está empapada, 2 dedos entrando y saliendo hasta hacerla explotar nuevamente…

Muerde mis piernas mientras se retuerce de placer… me insulta, me pide más, esta loquísima…

Se para de la cama, con las piernas temblorosas, se apoya en el espejo y me pide que la coja de parada…

Tira bien la colita para atrás, me abalanzo a sus espaldas, y en un santiamén entra entera dentro de ella…

La embisto fuertemente, nos miramos por el espejo, sus enormes pechos no dejan de rebotar, mientras la tengo del cuello sin dejar de empujar…

Ay papi, si, cogeme,dámela toda.

La habitación se ve invadida por el sonido de nuestros genitales chocando…

Me sigue mirando, bañada en sudor, se lleva mi mano a la boca, chupando apasionadamente los dedos…

Poseídos por el frenesí, así comienzan todos nuestros encuentros…

Se arrodilla frente a mí y comienza a pedirme la lechita…

Dámela amor, la primera, no cuenta, dame la lechita

Hincada ante mí, masajeando sus tetas, recibe mi primera carga, boca bien abierta, lengua afuera, feliz de ser lecheada.

Sonríe y gime al mismo tiempo,

Mientras mi semen caliente se desliza hacia sus tetas…

Que lindo verte amor, dice sonriendo muy perversa, mientras toma mi pija entre sus manos para limpiar lo poco que quedaba en mi glande…

¿Te parece bien un puchito y el siguiente round?

A lo que respondo que sí, nos tiramos en la cama, mirando al techo, hablamos trivialidades, nuestro encuentro no hizo más que empezar…

Tema va, tema viene, su mano empieza a acariciarme la pija…

Me mira, sonríe, y me dice:

"Creo que nací para ser tu puta…"

El puntapié perfecto para el segundo round…

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