Nos sentamos y de inmediato pega su pierna a la mía, frotándose suavemente en ella. Me sirve otra copa y le digo que ya no, que ya fue suficiente, estoy algo tomada. Le comento que ya son cerca de las doce y que ya me tengo que ir.
– Ya es tarde licenciado, ya son más de las doce, es hora de irme.
– Esta bien, nos tomamos la última y nos vamos, ¿le parece?
– Ok, pero es la última, me siento muy mareada. Ya llevamos más de media botella más lo que tomamos en la oficina. Me llena la copa y brindamos. No me la tomo toda, sólo le doy un sorbo.
– Oiga, me gusta su forma de ser: abierta, liberada, sensual, de buena figura, madura, ufff, como para robársela, ¿O no?
– Hahaha… que cosas dice licenciado, ¿cómo cree? Ya estoy aquí y tarde, no se puede pedir más ¿o sí? Sugerente le pregunto ¿A dónde me robaría? Poniendo su mano en mi pierna me dice…
– A donde pudiera admirar la lencería que trae puesta, se ve interesante.
– ¡Licenciado, quite su mano de ahí! Súbala por favor; Gracias por sus palabras. Sin hacerme caso, aprieta suavemente mi pierna con su mano y la acaricia con sus dedos. ¿qué hace licenciado?
– Trato de averiguar lo delicado de la lencería de sus medias. Qué rico se siente, mmm, qué suavecitas están. Si supiera cómo me tiene, ufff…
– No siga licenciado, por favor quite su mano, lo pueden ver, no se confunda por favor, suelte mi pierna. Mmmm, Mejor brindemos. Sin quitar su mano de mi pierna, con la otra mano toma su copa y chocamos las copas, ¡Salud!
– Perdón, pero se siente muy suavecita su pierna con esas medias, mmmm; además, no me confundo, simplemente disfruto el momento con usted, en la adultes de nuestros actos, nada más. Es un privilegio estar con usted disfrutando la noche.
– Agradezco el comentario y haciéndome la tonta, resuelta a algo más le pregunto: Oiga, ¿por qué me dice que cómo lo tengo? ¿A qué se refiere? Sorprendida por su atrevimiento, siento como mete su mano por debajo de mi falda sin dejar de acariciar, por lo que cierro mis piernas y dejo escapar un ligero gemido, hummm… No licenciado, nooo, por favor no, saque su mano, no me comprometa, mmmm…
– Quiere ver cómo me tiene, ¿Le gustaría ver?
– Hahaha lo estoy viendo, normal, Mmm ¿no?.
– No, me refiero a otra cosa. Se separa de la mesa y me muestra el gran bulto que se le ha formado. Mire, así me tiene.
– Aayyy, mmmm, ¿Qué es eso? ¡Qué bárbaro licenciado! Siéntese, sea discreto, por favor.
– Bueno perdón, pero ¡Así me tiene, permítame! Me toma la mano y la pone sobre su bulto. Sienta como está. Con su mano hace que se la apriete por unos segundos.
– Aahhh ¡Qué bárbaro, cómo está! Quito la mano rápidamente y le digo: mejor ya vámonos licenciado.
– Bailemos esta y nos vamos, voy pidiendo la cuenta.
Me sacó a bailar otra calmada. De inmediato me abrazó por la cintura y me pegó a él; intentando mantener un poco de pudor, trato de separarme y le digo que por favor guarde las apariencias. Sin hacerme caso, se mueve cadenciosamente pegado a mí, frotándose provocadoramente.
– No licenciado, por favor no, no está bien, mmm sepárese un poco, no sea tan evidente.
– ¿No disfruta lo que siente? ¿Le gusta? Siente rico?
– Pero no se pegue tanto, no sea goloso…
Mi resistencia resulta vana, caliente como está insiste, se pega fogosamente a mi, no lo puedo detener. Para ese momento las circunstancias me atrapan y termino por ceder ante sus intenciones. Sumida en mi calentura, paso mis brazos por su cuello pegando mi cuerpo al suyo. Entregada, me dejo ir y comienzo a frotarme yo también, sentía muy duro y caliente su miembro, mis senos también se frotaban en su pecho. Me sentía muy excitada, caliente.
Nuestras mejillas estaban casi juntas y eso permitía escuchar nuestra respiración entrecortada, nuestras bocas están cercanas y de manera repentina me da un beso en la comisura de mis labios, lo que me hace suspirar. Siento que baja sus manos a mis caderas, agarra mis nalgas y me pega con ansiedad a él, restregándose con intensidad en mi vagina, yo correspondo y lo dejo que se faje rico conmigo. La pista llena de gente bailando y la tenue luz de neón hacía difícil ver lo que hacíamos. Acerca su boca a mi oído y me dice:
– ¿Se va dejar robar?
– Hahaha no, ¿cómo creé? ya es tarde licenciado y no sería correcto.
– ¿Me va a dejar así? pega su cuerpo al mío para sentir la dureza de su miembro
– Aayyy licenciado, mmmm nooo, hummm no se pegue tanto, mmmm…
– ¿No lo está disfrutando? ¿No te gusta lo que sientes?
– Hahaha si, pero no está bien, no es correcto mmmm, ¿qué va a pensar de mí?
Con la cadencia de la canción que bailamos pega su mejilla a la mía y repentinamente me planta un beso, su lengua busca la mía, sorprendida me resisto un momento pero termino por corresponder y sumisa también ofrezco mi lengua buscando la suya. Me besa frenéticamente y sus manos me aprietan más mis nalgas. Estuvimos cachondeándonos así hasta que acabó la canción. Me estaba comportando como una descarada, caliente y sumisa. Regresamos a la mesa, tomamos de un jalón el resto de nuestras copas, pagó la cuenta, se trae la botella y salimos del lugar, eran pasadas de la una de la mañana. Antes de salir me vuelve a preguntar:
– Entonces ¿Si me la robo un rato más?
– Ay licenciado, qué cosas dice, ya es tarde y no es correcto que ande a estas horas fuera y así de tomada, arrastrando la palabras le pido, por favor lléveme a casa.
– No me deje así, no se va a arrepentir, le aseguro que le va a gustar.
– Hahaha, no, le repito que ya es tarde, mejor para otra ocasión, ya me tengo que ir licenciado.
– No lo deje así, no sea mala. Me toma la mano y la pone en su bulto. Mire como está.
– Aayyy sea discreto, nooo mmmm qué cosa trae ahí, mmm no se ¿Y a dónde me quiere llevar?
– Ya le dije, a donde pueda apreciar mejor su outfit, eso que realza su figura, a un lugar más íntimo ¿Sí, nos vamos?
– Mmmm, híjole, no sé; mmmm qué va pensar de mi, no licenciado, no creo que sea correcto.
– Lo correcto es dejarnos llevar por el deseo, por nuestras emociones. Me vuelve a besar lascivamente, con voracidad me introduce su lengua, no hay ternura en él.
– Mmmm ok está bien licenciado, pero sólo un rato, por favor.
– Yuju, qué bien, la vamos a pasar bien.
Subimos al coche y cuadras adelante se estaciona en una calle oscura. Sin decir nada, me voltea a ver, me abraza y me besa intensamente. Baja su mano y la mete bajo mi falda buscando mi entrepierna, gimo al sentir sus dedos hurgando en mi vagina, se da cuenta que tengo puestas unas bragas abiertas, a lo que expresa, uummm qué rico, qué rico. Abro las piernas para facilitarle la labor. La puta infiel que soy a veces se deja ser, sin culpas ni prejuicios, decidí tener una gran noche de sexo. Dejo que se atasque acariciando mi cuerpo, no me resisto. Me pone mi mano en su bulto, me pide se lo acaricie, le busco su miembro, se lo aprieto sobre el pantalón; tiene una verga grande y gorda.
Con ansiedad le bajo el cierre, meto la mano para sacársela y la encuentro muy húmeda, babosa y caliente. Con el palo afuera lo empiezo a masturbar. Mis piernas están totalmente abiertas, me introduce dos dedos en mi vagina, metiéndolos y sacándolos, arrancándome gemidos intensos. En un intento de cordura, miro a mi alrededor para checar que no haya problemas. Baja su cabeza y besa mis senos, lame mis pezones y succiona haciéndome un chupetón.
– No licenciado, no me deje marcas, no me haga chupetones, no por favor, no me comprometa, ya me hizo uno muy grande. Pero en lugar de detenerse me hace otro y dos más. No, hummm no me los haga aahhh…
– Perdón, pero me tienes muy caliente; además, te gusta que te los hagan, ¿verdad?, disfrutas cuando te los hacen.
– Seee, pero ya no me haga, si se da cuenta mi marido me mata. Se separa y deja de hacérmelos. Suspirando me dice: qué rico me masturbas, me la jalas muy rico aahhh.
– Apretándosela con fuerza y acelerando el movimiento de mi mano, le pregunto ¿Le gusta, le gusta licenciado cómo se la jalo? Qué rica la tiene, qué rica mmm… gruesa, larga, cabezona, qué vergotaaa, mmm…
– Seee, si me gusta. ¿Qué tengo rico, dime qué tengo rico?
– Mmm… su verga licenciado, tiene una verga muy rica aahh, grande, cabezona y gruesa aahhh, ¡Qué rica vergaaa! Su secretaria la ha disfrutar rico ¿no? También se la anda cogiendo ¿verdad? con esta vergota.
– Pues disfrutala, disfrutala como quieras, es toda tuya. ¿Te gustaría mamármela? Chúpamela.
– No se, no me siento segura que tal si nos ven, si pasa una patrulla, nos metemos en problemas.
– No nos ven, está muy oscuro, anda chúpamela, mámamela rico.
– Bueno, pero cuide. Me inclino y empiezo a lamer su cabeza con mi lengua, le chupo sus jugos los cuales despiden un olor almizclero y me da un poco de asco, pero mi calentura me impulsa y me la meto toda en mi boca, no me cabe glup, glup, ooaakc, siento que me ahogo. Mmm, que rica verga hummm, glup, glup, ooaakc, ooaakc aahhh… Él agarra mi cabeza y empuja tratando de meterla toda. Ooaakkcc, no me cabe, la tiene muy grande ooaakc, me ahoga glup, glup, ooaakc… Por unos cinco minutos le estuve mamando la verga. Un poco cansada por la posición, me levanto y le pido que mejor nos vayamos.
– ¿Nos vamos a otro lugar a terminar esto?
– ¿A otro lugar? pensé que solo quería esto ¿A qué otro lugar quiere ir?
– A un hotel, vamos a un hotel, ahí dsifrutas esto como quieras.
– Pero, ya es muy tarde; además, que va a pensar de mi. Soy una mujer casada, decente y seria, no vaya pensar mal.
– Para nada, pienso que eres una mujer respetable, pero que también una mujer que le gusta disfrutar el momento de manera plena, sin inhibiciones; una mujer sensual y sexual, abierta y fogosa. Vamos, te va a gustar, te lo aseguro.
– Reflexiono unos momentos y no me reconocía, me conflictuaba mi actitud lujuriosa, mi comportamiento ligero, tan fácil me dejaba usar por alguien que apenas conocía; pero lo tomada que estaba y la excitación por hacer lo prohibido, me hicieron seguir el juego. Está bien vamos, pero ¿a qué hotel iríamos? ¿A donde le gustaría llevarme?
– Conozco uno en la Doctores, es un hotel swinger ¿Te gustaría ir?
– ¿Swinger? ¿Quiere intercambiarme?
– No, si no quieres no, lo disfrutamos sólo nosotros.
– Mmm, esta bien vamos.
– Muy bien, no esta lejos. Mientras, me la puedes ir mamando.
– Ok, pero cuide que no nos vean. Me inclino y se la empiezo a chupar ansiosa, con mucho deseo. Estoy excitada, el alcohol hizo su papel y estoy muy caliente. Sin más, me devoro esa verga con mi boca.
De repente, siento que detiene el coche. Recupero la posición y le pregunto ¿qué pasa? Veo a mi alrededor y observo que hay un Oxxo a unos metros de distancia. Hay gente esperando comprar cosas.
– ¿Podrías comprar un refresco de toronja en el Oxxo, por favor?
– ¿Yo? Pero, estoy desaliñada y con la ropa arrugada.
– Arreglate; te ves bien, coqueta, sexy. Es rápido.
– Esta bien. Me arreglo y salgo en dirección al Oxxo.
Intuyo que el licenciado me quiere lucir. Me dirijo a la tienda acomodándome la ropa. Decido subirme un poco la falda y dejo desabotonada mi blusa provocativamente. Hay fila para comprar y gente alrededor, por la hora la mayoría son hombres y siento su mirada lasiva sobre de mi, escucho algunos comentarios. Tratando de guardar la vertical y no tambalear por lo tomada y caliente que estoy, espero. No dejo de sentir la mirada de los demás sobre de mi. Escucho decir “esta guapa esa puta, se ve rica…”.
Me atienden, tardan unos minutos mientras doy la espalda a los demás mostrando mis nalgas paradas enfundadas en la falda corta. Recibo el refresco y el cambio, tambaleante regreso al carro, pero se me cae una moneda. Me inclino para recogerla y muestro plenas mis piernas, se ven mis medias de liguero. Alguien me chifla y otro me dice ¡mamacita! Apresuro el paso y me subo al coche. El licenciado me dice “¡Qué rica escena!”, seguimos hacia el hotel, llegamos pronto, estaba cerca. El licenciado acomodó el coche y fuimos a la recepción, pidió un cuarto. Vi a varias parejas, como seis, en el hall del hotel, las mujeres vestían provocadoras, muy eróticas, con ropas de colores brillantes, entalladas, algunos vestidos transparentes, faldas muy cortas. Tomamos el elevador para ir al cuarto, una pareja nos alcanza y sube con nosotros, nos preguntan el número de la habitación que tenemos, el licenciado les dice el 309. Llegamos al piso, salimos y la pareja nos dice que ellos estarán en el 408 y se despiden. Nos encontramos a dos parejas platicando en el pasillo, las mujeres lucían igual, muy provocativas.
Nos saludan cordialmente. Entramos al cuarto y él toma unos vasos desechables para servir el tequila. De un trago lo bebemos todo. De inmediato el licenciado me abraza por la cintura y me besa con ansiedad. Su lengua orada mi boca con delirio, buscando la mia, baja sus manos a mis nalgas y me pega a su miembro y se empieza a frotar. Me levanta la falda, baja su mirada y al ver mi ropa interior exclama:
– Guauuu mamacita, que rica te vez, muy sensual, muy erótica, muy, muy…
– ¿Muy que licenciado, muy qué? dígame.
– Te vez… muy puta, te vez muy puta mamacita.
– ¿Sí, le parece? ¿Así me ve?
– Con todo respeto, así te imagino.
– Pero, no lo… mmmm, ¿le gusta la idea de que lo fuera?
– Si, me gustaría que lo fueras.
– Pues tráteme así licenciado, tráteme así, para eso me trajo aquí, para hacerme lo que quiera, para tratarme como su puta aahhh…
– Si putita, te voy a tratar así, vas ha ser mi puta de hoy en adelante, te voy a coger como una golfa.
– Seee, cójame así, métame su verga ya licenciado, métamela ya.
Se separa de mi, se desabrocha el pantalón y cae al piso junto con su boxer. Su verga luce totalmente parada, grande, gruesa, cabezona, babosa. Me pega a la pared, cerca de la puerta del cuarto, me voltea y coloca su verga en la entrada de mi vagina. De un solo golpe me la deja ir hasta el fondo, haciéndome gemir de placer.
– Haaa, que rico se siente, que rica la tiene, métamela duro hasta el fondo, la quiero sentir toda, así, aahhh, que rico me la está metiendo aahhh, hummm, aayyy qué rico.
– ¿Te gusta que te la meta así, te gusta como te la meto?
– Seee, deme duro por atrás, deme duro con su vergota, así licenciado, así, aahhgg, seee cójame así. Deme de nalgadas, deme de nalgadas, gócelas como quiera, gócelas hahaha…
– Si puta, te nalgueo como una puta, toma, toma, aahh… plaf, plaf, plaf…
– Seee, aauuch, Aahhh que rico me nalguea, que rico me esta cogiendo licenciado… soy su puta, cójame como una puta. Me gusta que me metan la verga así, métamela como a una puta, aahhgg…
En eso estaba, cuando de pronto suena mi celular, era mi marido, había olvidado avisarle. Eran pasadas las dos de la mañana, dos y media, no contesto. Vuelve a sonar el celular y el licenciado me pide contestar, pero le digo que no. Sin dejar de bombearme me insiste que conteste, a lo cual accedo:
– Hola mi vida, si ya es tarde. Perdón, es que se me olvidó avisarte aahhh; si, vine con unas amigas a bailar por un cumpleaños de ellas; si, me invitaron y vine auchhh; es que estoy en el baño y me empujaron; si, todo bien, me la estoy pasando muuuy bien, hummm, no todo muuuy bien mmm, ya me cansé de bailar. Sin dejarme de bombear, el licenciado me da un par de nalgadas que mi marido escucha: alguien aplaudió por eso; si, no te preocupes, me la estoy pasando bien, hummm, si llego un poco más tarde, si me llevan, aahhh es que voy bajando unas escaleras; hablo así porque me tomé unos tequilas y estoy algo tomada, huummm, si pero todo bién; si, te digo que llego más tarde, no te preocupes, aahhh yo también te quiero mi vida, si besos amor aayyy, bye.
– Eres una cabrona, eres una puta, sin problema le pones los cuernos a tu marido, toma cabrona, toma, así me gustas, así… Cachonda y cogelona, eres toda una puta, aahhh, qué ricas nalgas tienes putita…
– Seee, me gusta ponerle los cuernos a mi marido, aayyy seee me gusta dar las nalgas, me gusta que me cojan, me gusta andar de puta aahhgg deme fuerte así deme duro plaf, plaf, plaf aayyy. Deme duro, deme duro con su vergota licenciado, plaf, plaf, plaf, así nalguéeme, así, que rica vergaaa, haaa… Ante la intensidad de la cogida que me estaban dando, seguramente mis gemidos y lo que decía se escuchan por el pasillo del hotel.
– Quieres más verga, quieres más verga, La quieres sentir toda puta, ¿Si? ¿Quieres sentirla de verdad, toda?
– Seee licenciado, deme más verga, deme su vergota, démela toda, todaaa aayyy, aahhgg. De pronto, me saca su palo y lo coloca en la entrada de mi ano, empuja duro y entra la cabeza. Quise zafarme, pero me tenía bien sujeta de mi cintura, no pude. Aayyy no licenciado, por ahí nooo, aayyy no, sáquela, sáquela nooo, me duele aayyy nooo, por ahí no, me duele aauuu, aayyy nooo.
– Déjate putita, la querías sentir toda ¿no? Aflójate, plaf, plaf, plaf, te va gustar por tu culito ¡qué rico lo tienes, apretadito puta, qué rico! Te voy a meter toda la verga por tu culo cabrona…
– No licenciado, la tiene muy grande, nooo aayyy, me duele aahhgg, sáquela por favor sáquela, la tiene muy guresa no me cabe aayyy nooo, no la meta, no la meta aahhgg, por favor no me cabe, aahhgg. Mis súplicas eran inútiles, empujó más y entró la mitad de su verga, me hizo gritar de dolor, aayyy nooo, no me cabe su verga, la tiene muy grande aahhgg, aayyy no la meta más.
Empezó a meter y sacar su verga, primero suave y luego más rápido, me hacía gemir de dolor. Por unos minutos estuvo nalgueándome y bombeándome por el culo, de repente empujó más queriendo meterla toda; entró un tanto más. Grité diciendo que no, pero eso lo excitaba más, aceleró sus movimientos, metía su verga con fuerza.
– Aayyy no por favor, no la meta más licenciado, gritaba pidiéndole que no me la metiera más aayyy ya no, sáquela, tiene muy grande su verga no me cabe, por favor ya no.
– Cómo no puta, ya te entró más de la mitad toma plaf, plaf, plaf… si la aguantas cabrona. Venías a esto, para que te diera una buena cogida, venías a que te rompiera el culo no puta, aahhh que rico culo tienes puta, plaf, plaf, plaf.
A pesar del dolor que sentía, empecé a responder a sus embestidas, a sentir un cierto placer, instintivamente paré más mis nalgas para facilitarle su penetración, gemía de dolor pero también de placer. El licenciado empezó a bufar, parecía que iba a terminar.
– Aagghhh, hummm aayyy, me duele, seee, aahhh, seee me duele nooo, aayyy seee, aahhh qué vergota, es usted un cabrón licenciado un cabrón aahhh, aagghh gritaba de placer, me estaba viniendo, aayyy que verga, que vergota tiene, aahhh, seee cabrón ya me hizo venir aayyy
– Te dije que te iba a gustar puta, aahhh hummm que rico culo tienes, que ricas nalgas tienes cabrona, aahhh te voy a echar los mocos en tu culo, tómalos puta aahhh, ahí te van aahhhh…
– Seee, aayyy que ricos mocos me echa aahhgg hummm, que rica verga que rica, aahhh es un cabrón, es un cabrón licenciado aagghhh… mocos calientes, me está echando muchos mocos aahhgg, ¡Qué rico! Aahhh qué cabrón…
Siguió metiéndola unos segundos más, bramaba de la excitación, bombeaba queriendo metérmela toda. Sentí muchos mocos calientes. Se recargó en mi reposando, yo seguía gimiendo de placer. Me la sacó y permanecí con las nalgas paradas unos momentos para recuperarme. Se metió al baño, sacó papel para limpiarse su miembro que permanecía erecto. Me lo pasa y me limpio los mocos que me empezaban a escurrir por mis piernas. Camino hacia la cama temblorosa, adolorida para descansar.
Él va a las ventanas para abrirlas y corrió las cortinas. Pude ver que el cuarto daba al interior, se veían los cuartos de los otros pisos (supongo que desde ahí nuestro cuarto se podía ver hasta el interior) y también tenía vista a la calle. El licenciado seguía caliente con la verga parada. Se acerca a mi, me toma de la mano y me lleva a una de las ventanas que da al interior. Me coloca de frente, el se pone atrás y me empieza a fajar. Se restriega en mis nalgas y desabotona mi blusa para sobarme mis tetas. Yo veo hacia afuera y observo las ventanas de los otros cuartos, no hay nadie en ellas.
Continúa fajándome y momentos después aparecen dos parejas que desde sus cuartos nos observan. Trato de meterme, pero él me dice que permanezca así. Después, nos colocamos de lado y comienza a besarme las tetas, vuelve a hacerme chupetones. Yo no protesto y observo como nos ven las personas desde sus cuartos. Me baja las copas de mi brasier y mis senos se exponen moreteados, me abre la blusa sin sacarla de la falda y vuelve a poner de frente a la ventana Me dice que me quede así, mostrando mis tetas en la ventana.
Continuará.