No termino de sorprenderme y aprender cosas nuevas relativas al sexo.
Nuestra nueva vida como “matrimonio” o pareja poliginia, viene resultando fantástica, tanto en lo cotidiano como en la parte sexual.
Generalmente los fines de semana son nuestros días de sexo entre los tres, luego entre semana, alternamos.
Esa noche, nos encontrábamos en la cama, Mari, con su suave mano tomo mi miembro a medio erguir, no hizo falta más para que alcanzara su mayor expresión, poniéndose duro y palpitante, mientras yo acariciaba ambos cuerpos a la vez, ellas, se besaban apasionadamente, (saben lo que me excita) me dedique a explorar cual vagina era la que estaba más húmeda, resultando la de Samantha, la receptora de mi masturbación, acariciando sus labios y deteniéndome específicamente en su clítoris, haciendo que se separen del beso, Mari ni lerda ni perezosa se abalanzo a mi pene, introduciéndolo casi por completo en su boca, cada día que pasaba iba mejorando su técnica “mamatoria”, mientras lo hacía introduje dos dedos en su vagina mientras con el pulgar estimulaba su botoncito ya duro de la excitación, como era habitual entramos en un verdadero caos de sexo, todo eran gritos y gemidos, hasta llegar al paroxismo y con este, los respectivos orgasmos, como de costumbre, se pasaban mi semen de boca a boca sin desperdiciar nada.
Me hicieron sentar en una silla a contemplar el espectáculo, como espectador privilegiado de primera fila.
Se besaban todo el cuerpo, y cada una respectivamente succionaba los fluidos vaginales de la otra, para terminar en un tremendo y explosivo orgasmo cuando con sus piernas cruzadas hacían rozar sus vaginas húmedas.
La mayoría de las sesiones sexuales eran muy similares, aunque habíamos incorporado algunos juguetes, tratamos de variar para no caer en la rutina.
Ya han pasado varios meses, Samantha ha puesto una empresa de venta por internet e Instagram, esta última es la que más resultados le brinda. Haciendo esto se mantiene ocupada y conoce gente, pues ella misma hace las entregas.
Cierto día, en la cena, Sami largo, podríamos decir, un bomba.
– Chicos tengo una propuesta para hacer, obvio como siempre, no es una imposición, solo para evaluar la posibilidad.
Con mi hermana nos miramos y Mari le respondió.
– A ver Sami, hasta ahora no le erraste con las cosas que has propuesto, ¿en relación a qué?
– Bueno, espero no lo tomen a mal, pero creo que es viable, desde ya les adelanto que la propuesta no es para que sea en forma definitiva, si no, totalmente esporádica si es que la pasamos bien, digamos que es una prueba.
– Bueno de una vez, soltalo.
– Estaba pensando en incorporar una cuarta persona, obvio como dije no en forma definitiva, somos una familia y debemos seguir funcionando como tal.
– ¿Otra mujer?
– No en este caso es otro varón, es un muchacho que conocí haciendo las ventas, parece agradable, muy culto y sobre todo lo percibí muy pulcro.
Nos miramos con mi hermana y los dos tuvimos la misma reacción, fue duda.
Yo pensaba que no podía ser tan egoísta, pues estaba con dos mujeres y ellas con un solo hombre, a lo que expuse mi razón ante las dos, quienes dijeron que en cierto aspecto tenía razón, mi hermana dijo que si yo estaba de acuerdo, podríamos probar a ver que resulta.
– Fantástico, ya mañana me pongo en contacto y le hago la propuesta, y el fin de semana que viene, si acepta, creo que sí, lo incorporamos.
Pasaron dos días y Samantha vino con la respuesta, había dicho que sí.
La expectativa hizo que la semana se hiciera larguísima, hablamos mucho de lo que se podía hacer y cómo, si íbamos a hacer intercambio de pareja, o cada uno iría con quien elija, la expectativa creo que nos carcomía a los tres. Pero bueno, como dijo Mari, hay que esperar el día para ver qué y cómo surge.
Mientras tanto, estábamos esperando la confirmación de la compra que habíamos realizado por una casa más grande, cosa que, dejaríamos de alquilar. La respuesta de la compra fue el día martes de esa semana, Samantha dedico todo ese día para hacer efectiva la compra. Mientras tanto, Mari y yo pediríamos las vacaciones para la otra semana y poder mudarnos.
Llego el día, estábamos los tres muy ansiosos, se veía y flotaba en el ambiente esa ansiedad. Anduvimos de compras haciendo el mercado para preparar una buena cena, que se encargaría Samantha de prepararla.
Como siempre, la cena estaba espectacular, la mesa preparada de una manera impecable y el ambiente de la casa increíble.
Estábamos sentados los tres en el sillón tomando un aperitivo para calmar la ansiedad, cuando sonó el timbre, mi corazón comenzó a latir a mil por hora. La miramos a Samantha y ella fue quien se levantó para abrir la puerta. La silueta se dibujaba en el marco de la entrada, era un muchacho alto, hombros anchos y cintura delgada (mucho gym) pelo corto y muy bien arreglado, saludó con un beso a Sami ingresando al departamento con pasos muy firmes y seguros, se acercó a nosotros y de la misma manera que a the girl, la saludo a Mari, con un fugaz beso en los labios, (sabía lo que hacía) yo me levante y le extendí la mano la tomo firme y fuertemente, me atrajo hacia él y me dio un fraternal abrazo.
– Buenas tardes, me llamo Atilio pero todo el mundo me dice Tito, calculo que Sami ya más o menos les ha contado sobre mí, digo para no aburrir con historias personales, es un placer compartir con ustedes.
Mari, embelesada con los ojos azules de Tito, le preparo un trago y se lo acerco. Muy agradable y sobre todo inspira confianza, muy de hacer chistes, su llegada trajo a la casa el momento de relajación por la tensión que teníamos por nuestra ansiedad.
Cenamos a ritmo cansino entre, como dije, chistes e historias personales, las que también incluyeron nuestra mala relación con Samantha antes de nuestra “huida” para Comodoro.
Al final de la cena, llevamos la vajilla a la cocina y quedamos en lavar luego.
Nos sentamos en el amplio sillón para continuar la sobremesa, con un vino dulce espectacular que amablemente trajo Tito, luces difusas y muy buena música de los años ochenta, Phil Collins, Erick Clapton, Modern Tolking, Michael Bolton entre otros.
Luego de habernos regado de alcohol, Tito, tomo de la mano a Mari, la atrajo hacia su cuerpo para comenzar bailando, hice lo mismo con Sami. Al rato de esa danza miramos con mi compañera de baile la otra pareja que se encontraban comiéndose la boca y metiendo mano por todo el cuerpo, hicimos lo propio con Samantha, quien al rato tomo la posta de la situación, separándose de mí, se acercó a Mari arrebatando la boca de ella para fundir su lengua.
Tito y yo nos hicimos un lado, trajimos dos sillas y nos sentamos a disfrutar del espectáculo.
Sin dejar de besarse y tocarse, al ritmo de la música se fueron desvistiendo para quedar totalmente desnudas, luciendo sus cuerpos esculturales. Algo le dijo Sami al oído de mi hermana, acercándose ambas hacia nosotros, con un andar de modelos y exagerando la actuación llegaron hasta nuestra ubicación, con sensual baile acercaban sus partes a nosotros para que probáramos sus jugos mientras nos iban sacando la poca ropa que nos quedaba hasta quedar los cuatro en misma la situación, todos en traje de piel humana.
Sin poder evitarlo, mire de soslayo el miembro de Tito que, sin ser descomunal, era un poco más grande que el mío, sin nada de envidia el mío ya estaba extremadamente duro.
Ambas chicas comenzaron un espectáculo lésbico en el sillón, digno de una película XXX, el que disfrutábamos, tanto ellas como nosotros.
Se besaron cada centímetro de su piel, sus tetas parecían hablar cuando cada una chupaba la de la otra, no se reprimían en lanzar gemidos, para continuar por sus vaginas brillantes de la cantidad de jugos que emanaban de ellas.
En el frenesí de su “sesenta y nueve” yo comencé a masturbarme lentamente, cuando siento que Tito toma mi mano para correrla y así poder agarrar mi verga y masturbarme el, mi primera reacción fue sacar su mano, a lo que me pidió que me relajara y tranquilizara, que lo dejara hacer y disfrute, cosa que hice.
Estaba en lo mejor de la masturbación, cuando, por instinto hice lo mismo, tome su pene y lo masturbe muy suavemente, lo mire y vi un pequeña sonrisa en sus labios, acercándose me beso, no me resistí, ya estaba en el juego.
Mientras tanto las chicas ya estaban gimiendo y habían avisado de su primer orgasmo.
Se sentaron en el sillón con caras asombradas a mirar lo que ocurría enfrente de ellas.
Tito, se arrodillo entre mis piernas, con sus fuertes manos tomo mi verga y acerco su cabeza a ella, lamiéndolo con suavidad desde los testículos hasta la cabeza palpitante para tragárselo todo, con su lengua pegada a la parte de abajo del pene la empujaba a su paladar con pequeñas chupadas metiendo y sacándola. Cuando ya estaba teniendo la sensación que iba a acabar, se dio cuenta, dejo de hacerlo y poniéndose de espaldas a mí me ofreció su culo para que lo chupara, cosa que ya en este punto no me resistí, con mi lengua dura rodeaba su ano y metía la punta dentro, pasaba por su parte baja y hasta le pase la lengua por sus duros testículos, para regresar a su agujero palpitante, en a posición en que estaba no lo dudo, se corrió un poco hacia adelante y fue bajando de a poco para sentarse en mi verga, le pidió a alguna de las chicas que trajera algo que había en su bolsillo, Mari presurosa le alcanzo un frasco pequeño de lubricante, Tito me lo paso, no hizo falta que me dijeran nada, supe lo que hacer. Pase el líquido por mi verga y luego por el agujero de su ano, introduciendo un dedo para lubricar bien. Debo reconocer que es mi primera relación con gente de mi mismo sexo, hasta ahora me viene gustando y me estoy cebando en demasía, no pudiendo controlar mis impulsos, luego de ese dedo que le introduje con facilidad, ingrese con dos dedos y luego con tres, arrancando un gran gemido por parte de Tito, el que abruptamente se levantó para que sacara mis dedos y se sentó nuevamente en mi verga para perderla de una sola vez dentro de sus entrañas cabalgando, literalmente, mi poronga. Tomo mi mano para que rodeara su cintura y agarre la suya, indicándome que lo masturbe a la vez que el saltaba sobre mi verga, no paso mucho tiempo en que sentí mi mano húmeda de algo tibio que salía de su verga, Tito había soltado todo su semen. Una vez que llego a ese orgasmo, se levantó y nuevamente comenzó a chupármela hasta hacerme llegar a mí, cosa que pensé iba a dejarla caer, pero no la trago toda sin desperdiciar absolutamente nada.
Hicimos un alto para descansar un poco y tomar un poco más de ese rico vino, en donde nos contó que era bisexual, pidiendo disculpas, en especial a mí, por no haberlo dicho. Nosotros tres le dijimos casi lo mismo, que no se haga problema, ya estábamos en el baile, entonces, ¡¡¡a bailar!!!
Nos dijo que en principio quería estar con mi hermana, cosa que no nos opusimos, y luego haríamos intercambio si no había problemas. Todos de acuerdo fuimos a la gran cama que había comprado Samantha.
Tal cual habíamos acordado, cada uno estaba con su pareja, básicamente no hicimos muchas locuras, lo más loco fue ver a mi hermana en posición de perrito y tito atrás de ella, intercambiando su miembro entre culo y vagina, dos o tres bombazos en su culo, dos o tres en su vagina, intercalando con unas palmadas en su nalga.
Al haber terminado, pero sin quedarnos satisfechos, intercambiamos parejas. Queriendo imitar a mi nuevo amigo, puse a mi hermana en cuatro para hacer lo mismo, vagina culo, culo vagina y así hasta acabar en un orgasmo espectacular.
Los cuatro caímos de espalda a la cama, me dijeron que vaya a traer algo de tomar, mientras los escuchaba hablar por lo bajo y reír, me sentía feliz porque la pasábamos espectacular, haciendo un recuento de como vivíamos hace mucho tiempo atrás.
Regreso con las copas llenas y nos sentamos a beber al borde de la cama, a charlar de lo bien que la estábamos pasando y las nuevas experiencias, sobre todo la mía, cosa que les dije, me había gustado, tal vez porque fue de sorpresa.
Luego de hablar por un largo rato, alguien dijo, la noche está en pañales y debemos aprovecharla.
Tito se paró, Mari y Sami fueron a la silla donde estábamos sentados al principio.
Sin entender nada de lo que pasaba, vi cómo se acercó a mí con su verga en erección.
– Hermanito querido, ahora nosotras queremos ser espectadoras de lujo, les toca a ustedes…
Acerco su miembro a mi boca, yo sin saber cómo reaccionar me quede paralizado, hasta que tomo mi cabeza por la nuca y acerco más mi boca a su pene, instintivamente la abrí y comencé chupar como si fuera un helado la cabeza de ese miembro que me observaba con su único ojo, la comencé a meter en mi boca tal cual me hubiera gustado que me lo hicieran a mí, haciendo que llegara hasta el fondo para sacarlo suavemente, pasaba la lengua desde el tronco hasta la punta para volver a meterlo, intente meterlo hasta bien al fondo para poder llegar con la lengua a sus huevos pero una pequeña arcada me detuvo.
Saco su poronga de mi boca poniéndome en cuatro, no me resistí, estábamos probando cosas nuevas y me deje llevar.
Estábamos muy excitados cuando empezó a tocarme las nalgas, siento su pene rozándolas, para de a poco ir tocando la boca de mi ano, nunca pensé sentir lo que estaba sintiendo en esta momento, se sentía rico, siento el frio del gel esparcirse en mi culo y un suave dedo ingresar, no me molesto por que en alguna oportunidad mi hermana y mi madrastra lo habían hecho, inclusive las dos juntas habían metido un dedo cada una, sabía bien que hasta dos dedos me aguantaba y me gustaba cundo tocaban mi punto P.
Pero esto era distinto, sabía lo que venía y no estaba seguro de ello.
– Osqui, te la quiero meter
Asentí tímidamente.
Coloco su pene en mi ano y tratando de meterlo sin lograrlo, estaba muy tenso. Al rescate llego Sami, quien se puso debajo de mi para chupar mi miembro y me pudiera relajar, mientras mi hermana ponía más lubricante e introducía uno, dos, tres dedos de a poco para dilatar bien y fuera más fácil meterlo, sentí como de a poco se dilataba, Tito volvió a la tarea de desvirgarme, a la vez que empujaba, mi hermana echaba lubricante y le pasaba la lengua al pene y a mi agujero.
Al momento de entrar, iba sintiendo como se dilataba, cundo ingreso la cabeza sentí una electricidad que se transformó en dolor, aguantable, pero dolor al fin, como un campeón se detuvo a esperar que pasara esa sensación. Cuando sentí que el dolor había cedido comencé yo a empujar hacia él, habilitándolo a que retome el movimiento. Una vez que estuvo todo dentro, sus movimientos se hicieron más rápidos, mis piernas temblaban y mi ano dolía, pero aguante, trate de relajarme más, mientras Sami seguía chupando mi pene, mi hermana se puso en cuatro delante mío para que haga lo propio con su vagina chorreante.
Mi pequeño dolor comenzó a transformarse en placer, las arremetidas que me daba Tito me estaban gustando, es más fue ganando en ritmo pero con una suavidad indescriptible.
Presiento que está por llegar al orgasmo pues acelero el ritmo y sus testículos comenzaron a pegar en los míos hasta que me pareció sentir que su pene se hinchaba más cuando descargo su semen dentro de mi recto su caliente semen, el sentir esa sensación hizo que también yo, llenara la boca de mi madrastra con mi simiente.
Al sacarla de mi dolorido ano, sentí como el semen chorreaba por mis piernas, líquido que mi hermana no desperdicio, lamiendo todo hasta llegar a mi ano abierto, en el cual metió su lengua haciéndome estremecer.
Con mi pequeño dolor y gran experiencia nos fuimos a bañar todos juntos.
Luego de la higiene, nos sentamos a conversar café de por medio.
– Oscar no era la intención, pero no me pude resistir, te pido disculpas.
– No hay problema, cuando hace tiempo comenzamos con esta relación nunca se planteó, pero si surgió era porque tenía que darse.
– ¿Te gusto? O que opinión tenés al respecto.
– La verdad por la tensión no sabría decirlo de forma muy certera, pero si llegue hasta el punto, calculo que inconscientemente si, pues lo disfrute, fue algo impensado, tan de improvisto que tal vez, si lo hubiéramos charlado no sé si la decisión sería hacerlo.
En realidad esta vida que elegimos vivir está superando toda expectativa que se podría haber generado.
En relación a mi experiencia homosexual, si bien estuvo como tal, experiencia, fue buena, luego de evaluarlo por largo tiempo, no me sentí cómodo en un rol pasivo, lo que no quita el hecho que me gusto bastante tener sexo con Tito, por eso como he dicho, de haber futuros encuentros entre los cuatro decidí adoptar solamente una postura de activo.
Ni que hablar de la relación de familia que hemos forjado gracias a nuestra escapada, Samantha es genial, y gracias a su dureza cuando vivíamos en la capital y como he dicho nuestra escapada, conocimos y estamos por conocer todos o la gran mayoría de los placeres de esta vida.
Nosotros tres, seguimos “matándonos” en forma habitual, y Tito aun no regreso a ningún encuentro, pues no lo hemos llamado, no lo hable con las chicas, pero creo que no les gusto lo que paso, así de repente y sin haberlo consultado o avisado antes que era bisexual, pero no importa, ya lo charlare con ellas, a mí no me importa hacerle el amor.
Este relato continuará, falta mucho por contar.