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Luis, a la mañana siguiente (2)
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Tiempo de lectura: 5 minutos

A la mañana siguiente me desperté en esa enorme cama de malvavisco, Luis no estaba en la cama, me levanté y vi una nota en el buró:

«Preciosa salí a entregar unos pendientes, la puerta de la derecha es el baño por si quieres ducharte, te dejé el desayuno en la cocina. Regreso a mediodía, no te vayas»

Me dirigí al baño, era un espacio muy grande tenía un lavabo de cerámica con un espejo enorme, al fondo estaba la regadera rodeada por una pared de cristal y a un lado un jacuzzi.

Me quité la camisa de Luis y entré a la regadera, el agua caliente cayó en mi cuerpo y empecé a fantasear con todo lo que había pasado la noche anterior, entre recuerdos me masturbé en la regadera, empecé acariciando mi clítoris haciendo círculos, pero me excité demasiado rápido, así que me metí dos dedos hasta donde alcancé y me generé tremendo placer que conseguí correrme en la ducha. Terminé de bañarme y tomé una bata de baño blanca que estaba guardada en los cajones del lavabo.

Salí a la sala a buscar mi ropa, pero no estaba, así que fui a la cocina y desayuné, estaba tomando una segunda taza de café cuando Luis entró al departamento, se sentó junto a mí, me besó y me pidió que cuando terminara con mi café fuera a su cuarto, que ahí me estaría esperando.

Se levantó y se dirigió a la habitación, tomé el resto de mi café lento, quería crear un poco de suspenso a la situación, pasados unos 10 minutos me levanté y fui directo a su habitación. Cuando entré él estaba recostado en la cama sin playera, acarició la cama en forma de decirme que me sentara junto a él, eso hice y pasó su brazo por encima de mis hombros y me sonrió, con su otra mano desamarró el nudo que había hecho en la bata y la abrió un poco de forma que ahora podía ver la mayor parte de mis pechos.

"¿Me puedes hacer un favor?" Me preguntó mientras empezaba a jugar con mi pecho, ya empezaba a sentir pulsaciones en mi vagina. Este hombre realmente lograba que me excitara muy rápido, asentí y lo besé apasionadamente. Al terminar el beso me dijo con una expresión muy seria "quiero que te sientes en mi cara", eso me desconcertó un poco, yo no era la clase de mujer experimentada, en realidad solo había tenido una pareja sexual antes de Luis y no era mucho de experimentar en el sexo. Pensé que sería una buena manera de aprender de alguien que obviamente sabía lo que hacía.

Me levanté un poco de la cama y le pregunté "¿Cómo quieres que me acomode?". Él sonrió con lujuria, se acostó por completo y me dijo que me sentara a la altura de su boca con las piernas bien abiertas y que él se encargaba de lo demás, eso hice y en la posición que estaba solo podía ver sus ojos, empezó lento recorriendo mi vagina con su lengua, después mordió levemente mis labios, yo sentía un hormigueo en el vientre y palpitaciones en la entrada de la vagina, después hizo círculos con su lengua en mi clítoris, continúo con pequeñas succiones, estaba demasiado excitada, recargue las manos y la frente en la pared, hasta que de pronto sucedió algo que nunca había pasado, solté una cantidad enorme de agua seguida de un orgasmo increíble, Luis succionó ese líquido y continúo lamiéndome hasta que me dejó seca.

Me sentí tan bien que quise devolverle el favor. Me levanté de la cama y me quité la bata de baño, después subí lentamente a la cama, casi gateando y llegué a su pelvis, le desabroché el pantalón y se lo bajé junto con su ropa interior, me acerqué a su pene lo tomé y me lo pasé por las mejillas, le di unos pequeños besos en la punta para asegurarme de que estaba bien excitado, después bajé los besos hacia sus testículos. Pude notar que eso le gustó, lamí de la base hasta la punta de su pene y llegando otra vez al glande me metí su pene a la boca, me lo comí como si de una paleta se tratara. Él se hizo un poco hacia adelante y me pidió que parara porque quería terminar en mis senos.

Yo lo dejé, incluso tomé mis pechos, los junté con mis manos y puse la punta de su pene en medio de ellos, se movió un poco metiendo más su pene hasta que chocó con mi pecho, "mueve esas hermosuras" ordenó, yo lo hice, primero lento, después más rápido a modo de rebote, él eyaculó en mí, un poco de su semen alcanzó a salpicarme en la cara, el resto resbaló por todo mi vientre, estaba tibio y eso me excitó, una vez más estaba chorreando, sentía como se deslizaba el líquido entre mis piernas.

"Vuelve a hacerme tuya" le dije en seco, volví a gatear hacia él hasta llegar a su boca lo besé apasionadamente, le mordí el labio inferior, él me tomó del cabello y me jaló hacia atrás, "ponte en cuatro" me ordenó, la excitación subió y empecé a respirar jadeando. Me acomodé dejándole todo mi trasero al descubierto, él se acomodó detrás de mí y me dio una nalgada a secas, sin quitar la mano me apretó la nalga y después hizo lo mismo con la otra, continúo amasándolas.

Yo estaba disfrutándolo, pero al mismo tiempo necesitaba que me penetrara, así que curvé la espalda aún más, levantando mis nalgas, separé más las piernas dejando un poco al descubierto mi vagina y empecé a moverme como si ya me estuviera cogiendo, quería provocarlo, volvió a nalguearme y metió sus dedos en mi vagina, empezó a masajearme por dentro. Tenía las manos bastante grandes, por lo que con los dos dedos que tenía dentro de mí me estaba complaciendo muy bien, solté un gemido y él hizo un sonido de gozo. Sacó los dedos de mi vagina y me dijo "me encanta como te mojas", se abalanzó sobre mí y sentí como empezó a meterme su pene, lo metía y sacaba rápido, después lento y luego rápido otra vez, yo gemía de placer y como a él le gustaba que fuera escandalosa le decía que me hiciera suya, que me cogiera más duro y que me encantaba su pene, eso hacía que él se prendiera más.

Me metía completo su pene con fuerza y todo mi cuerpo rebotaba, principalmente mis nalgas contra su pelvis y mis pechos que estaba colgando, volvió a cogerme rápido, pero ahora se sujetó de mis senos y mientras jugaba con ellos me pellizcaba los pezones y los jalaba, eso me generó más placer. Logré acomodarme con una sola mano y con la otra me empecé a acariciar el clítoris, Luis se dio cuenta y me dijo al oído "si así, córrete toda en mi pito", eso le pareció una orden a mi cuerpo porque en cuestión de segundos estaba teniendo un orgasmo y sentí como me escurría.

Luis no sacó su pene, pero se dejó de mover, "sígueme dando" le grité, él continuó dándome rápido y duro. El orgasmo me duró bastante tiempo no podía dejar de gemir, me hormigueaba todo el cuerpo, Luis aún no se venía, su pene seguía duro y delicioso.

Cambiamos de posición, está vez yo estaba arriba dándole la espalda, literalmente lo estaba montando, nuestros cuerpos se coordinaron y mientras yo rebotaba en él, él me jalaba el cabello, me nalgueaba y me arañaba la espalda, de pronto lo sentí, había hecho a mi hombre acabar una vez más sentí como me llenaba de su leche, no me levanté de su pene hasta que él me lo indicó.

Me levanté de la cama y me puse la bata.

-¿Dónde está mi ropa?

-No te la voy a dar hasta que terminemos.

Se levantó de la cama y se dirigió al baño, entró y dejó la puerta abierta, era obvio que quería que lo siguiera, espere un poco y entre al baño, él estaba de frente al espejo y lo abracé por la espalda. “¿Cómo te has sentido?” me pregunto con una voz muy amable, le di un beso en la espalda y contesté “genial, nunca había experimentado algo así”, pude ver a través del espejo como sonrió, se dio la vuelta y me besó, primero suavemente, después rápido y agresivamente, me recargó contra el lavabo de cerámica, lo sentí frio en mis nalgas y mis pezones se entumecieron.

Luis pasó sus manos por debajo de mis nalgas a modo que abrió mis piernas y al mismo tiempo me levantó para sentarme en el lavabo, quede a la altura de su cintura y abrí más las piernas, quería dejar en claro que necesitaba que me volviera a coger, se acercó a mí y metió su pene en mí, esta vez hizo movimientos lentos adelante y atrás, yo recargue mis manos en el lavabo y empuje mi espalda hacia enfrente, así cada vez que él se acercaba a mí rozaba mis senos con su pecho, se detuvo sin sacar su pene, posó sus nanos en mis nalgas y me cargó hasta la regadera, sin soltarme me recargo contra la pared y me cogió más rápido, me sujeté de su cuello para ayudarle con el equilibrio, me tuvo rebotando en su pene por varios minutos, el agua caliente nos caía lentamente, yo no podía dejar de gemir, nos detuvimos y dejó de cargarme, acto seguido me dio vuelta, se aprenso de mis senos y me pegó a su cuerpo, podía oír su respiración entrecortada y su corazón palpitando a toda velocidad, paso su mano a la parte alta de mi espalda y me reclino hacia enfrente, me tomo de la cadera con una mano y con la otra me empezó a masturbar, cuando estaba completamente mojada me metió en seco su pene y lo saco y lo metió con fuerza y así siguió hasta que termino, me tenía totalmente sometida y por alguna razón eso me encantaba.

Salimos de la ducha y sacó mi pequeño vestido rojo y mis zapatillas de su closet, me los dio y me dijo que se iba a quedar con mi ropa interior como recuerdo de una gran experiencia.

Me vestí y me fue a dejar a mi casa, nos despedimos con un beso apasionado en su coche.

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