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Los placeres del sexo con mi vecina
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Tiempo de lectura: 11 minutos

Me llamo Steve y hoy vengo a relatarles algo que si no es porque me ocurrió y yo fui el protagonista no me lo creería. Este relato sucedió la semana pasada y aun me tiene con la boca abierta ja, ja, ja.

En estos días me encuentro en mi casa ya que como estoy en tiempo de exámenes finales de rotación nos dan un par de semanas para estudio y consolidar conocimientos lejos del ajetreo del hospital, y yo para no perder mi rutina hago ejercicios todas las tardes en el patio de mi casa, ahí no es un gimnasio profesional, pero un par de flexiones en barra fija y lagartijas puedo hacer, es solo para no perder la costumbre.

Era miércoles y como de costumbre yo empiezo a las 3 para terminar a las 5 más o menos y así ocurrió, de ahí siempre voy para el baño y al entrar al baño me doy cuenta que había dejado fuera el pomo termo de los ejercicios y mis muelles (aquí la delincuencia no es alta, pero por si acaso me dispuse a buscarlos).

Salí del baño ya desnudo y fui directo a la terraza, estaban justo donde los había dejado, pero en ese momento siento la extraña sensación de que alguien me observa. Al girarme no encuentro a nadie, y le echo la culpa al stress que en tiempo de pruebas es algo que me pasa a menudo, en fin que me regreso al baño.

Al día siguiente, concluyo mi rutina diaria de ejercicios y para que no ocurriera lo mismo, lo primero que recojo es el pomo y los muelles, y siento un “NO” confundido, me giro y pregunto:

Yo: ¿quién anda ahí?

Thalía: soy yo Thalía. De nada me vale esconderme si ya hablé. -Me dice, Thalía, vecina mía vivía en el edificio de al frente de mi casa.

La verdad solo la conocía de nombre o de intercambiar uno que otro saludo. Era una chica de estatura baja medía 155 cm como ven un Hobbit, de cara dulce y rasgos de niña, se veía realmente como una niña que no había crecido, y su cuerpo así lo expresaba tiene unos senos pequeños que se veían redonditos, pero parecían más ajustados que otra cosa, y tiene unas nalgas pequeñas aunque respingonas, las piernas eran delgadas, pero bien torneadas, tez clara, de esas pieles que te das cuenta que apenas cogen sol (lógico, la verdad es una chica de su casa que apenas sale), pelo trigueño oscuro y ojos negros que hacían contraste con su piel clara, unas pequitas sobre la nariz y pómulos que parecían dibujadas y unos labios rosaditos que en su cara lucían hermosos, no puedo decir que sea una mujer modelo, pero se ve muy bella la verdad.

Yo: ¿y por qué te escondes?

Thalía: es que esperaba ver un show como el de ayer.

Yo: ¿como el de ayer?

Thalía: si esperaba que olvidaras algo y salieras desnudo a buscarlo.

Yo: así que tú eras quien me espiaba ayer, sabes eso no me gusta.

Thalía: ni a ti, ni a nadie por eso se llama espiar, se supone lo hagas sin que el otro se dé cuenta, pero de esa manera puedo verte desnudo.

Yo: no me refiero a eso, a mí no me importa que me vean desnudo (como he dicho en otros relatos soy nudista) lo que no me gusta es que lo hagan a escondidas.

Thalía: en serio a nadie le gusta que lo vean desnudo.

Yo: pues yo no soy nadie, a mí me gusta el nudismo, por lo tanto, para mi mostrar mi cuerpo no es la gran cosa.

Thalía: en serio y por qué no me lo enseñas así puedo disfrutar de verte desnudo de nuevo, y me imagino cosas esta noche.

Yo: pues no señorita acaso usted no se ve muy chiquita para esas cosas. Además, llevo mucho tiempo sin afeitarme y en estos momentos no estoy presentable.

Thalía: perdón, una: no soy una niña, tengo 20 años, dos: ayer no te importó no estar presentable para salir.

Yo: si, pero ayer no sabía que me observaban.

Thalía: pues eso es fácil, aféitate y muéstrame. (Ahí me decidí a seguir el juego a ver qué pasaba)

Yo: así y que obtengo yo a cambio.

Thalía: pues nada, me acabas de decir que eres nudista que no te importa estar desnudo.

Yo: exacto soy nudista no exhibicionista, por lo tanto, no me importa estar desnudo, pero si me están vacilando ya es otra cosa.

Thalía: entonces quieres un pago a cambio, pues podría enseñarte mis senos.

Yo: los senos son todos iguales, quiero más ley del intercambio equivalente, mi sexo por el tuyo.

Thalía: ¿no y si se me antoja comerme el tuyo o que me lo metas? (en este momento la calentura ya me mataba tenía una erección que debía notárseme)

Yo: pos si se te antoja lo haces y más nada.

En ese momento se me acercó me estrechó la mano y me dijo “trato, ahora no puedes retractarte”. Y sorprendentemente nos quedamos hablando.

Ella es una de esos vecinos que a pesar de vivir a tu lado no lo conoces más que por el nombre, así que aprovechamos para ponernos al día. Me enteré que ella es nacida en una familia cristiana, y que sus padres la habían criado bajo esas doctrinas, pero como siempre pasa mientras más tratas de prohibirle cosas a tus hijos más ellos lo quieren hacer y cómo en su casa el sexo era un tema prohibido ella había pasado su adolescencia aprendiendo sobre eso, pero no tenía mucha practica según me dijo, solo había tenido un novio y llevaban un año separados. Su novio también cristiano apenas y tenían sexo y la posición siempre eran la misma el misionero, casi nunca hacían el oral y absolutamente nunca el anal.

La verdad sentí un poco de pena por ella verse privada de tales privilegios, pero bueno cada uno a su manera. Me contó que en este tiempo que llevaba sin novio que había aprendido a masturbarse y que eso lo disfrutaba mucho, y ya incluía algún objeto para hacerlo. Después de conversar tanto me pareció una chica muy agradable, y maja.

Cuando nos dimos cuenta ya eran las 6 pm, y decidió marcharse y yo entrar al baño, y antes de irse me pidió que esto quedara como un secreto, me dejó su número de móvil y se fue. Ese día en la noche, se comunicó conmigo vía Whatsapp y seguimos conversando ya está vez de cosas sin importancia. Pero seguíamos ahondando nuestra recién descubierta amistad. Aunque si me hizo preguntas sobre el nudismo y me pidió consejos puesto que le había gustado la idea. Yo quedé incluso de llevarla en algún momento a que disfrutara de una experiencia nudista conmigo. Y así concluyó nuestra noche se despidió de mi diciéndome que ya se había afeitado, su sexo que ella nunca se le había ocurrido hacerlo, pero al parecer a mí me gustaba y lo había hecho con esa intención.

Bueno llegó el día tan esperado, hacía tiempo no me sentía nervioso por algo así, pero en el fondo sabía que la cosa no quedaría solo en mostrarnos nuestros cuerpos.

Ese día hice ejercicios antes de mi horario habitual, y me di un baño ya saben después de los ejercicios nos quedamos hinchados un rato y quería dar esa impresión. Y a las 3 pm me llega su mensaje que rezaba: ya terminé mis clases voy directo para tu casa. Llegó 15 minutos después tocó a mi puerta le abrí y no pude disimular quedarme con la boca abierta, simplemente lucía hermosa, estaba maquillada, que normalmente no la veía así sus ojos lucían oscuros en su cara pálida, y sus labios pintados de rojo fuerte se me metían por mis ojos, recuerdo que lo primero que pensé fue: con esta mujer me caso, ja, ja, ja, entonces sus palabras me sacaron de mi ensimismamiento:

Thalía: que no piensas invitarme a entrar, si sigo aquí alguien nos va a ver.

Yo: eh si perdón, pasa, pasa, lo siento es que me quedé atónito ante tu belleza, estas impresionante, magnífica, de hecho, no encuentro palabras para expresarlo. (Se sonrojó ante mi comentario)

Thalía: gracias (dijo tímidamente).

Yo: siéntate, te puedo invitar algo, ¿agua, café, refresco, un vino?

Thalía: vino estaría bien, estoy algo nerviosa y supongo que el alcohol ayudaría.

Preparé dos copas (ante todo soy un caballero) y le llevé una, brindamos y comenzamos a charlar de cosas sin importancia, sobre su día y el mío. Y así pasó la primera hora y 3 copas, estábamos muy gratos en nuestra compañía, es como esas personas que conoces de toda la vida, a pesar que solo lleváramos un día hablando. Ya se le veían sus mejillas coloreadas por lo que supuse que el alcohol ya había hecho efecto, además que se mostraba más contenta, en eso me pregunta:

Thalía: ¿y bien cuando piensas mostrarme tu cuerpo?

Yo: estaba dándote un poco de confianza.

Thalía: pues ya me diste suficiente, vamos déjame verte desnudo.

Me desnudé, no había mucho que quitar solo un short y el bóxer, vi que se quedó mirándome fijamente la entrepierna, como si fuera la primera vez que veía un miembro, yo aún no la tenía dura, pero su expresión me excitó un poco, así que le dije:

Yo: bueno ahora es tu turno.

Sin protestar se desvistió se quitó el pescador que llevaba y el blúmer que para mi sorpresa era un hilo, y la verdad se veía espléndida, tenía unos labios mayores carnosos que cubrían en su totalidad a los menores, que se veían como una fina línea rosadita y en el pubis había, una pequeña línea de vello negro como su cabello y hecha a conciencia.

Vi que se sonrojó un poco, la verdad en ese momento tenía una mirada lujuriosa, y me preguntó:

Thalía: ¿te gusta? La verdad se me hacía difícil deshacerme de todo mi vello y decidí dejar un poco.

Le sujeté el mentón levantando su mirada y la miré a los ojos, y lo único que pude decir fue:

Yo: es hermoso, como tú.

Y me tomó por sorpresa cuando se me abalanzó y me besó, no fue un beso sencillo, sino fue un beso profundo, un beso que le das a la persona de la que estás enamorado, así estuvimos unos 5 minutos ella jugaba con mis labios los sorbía y los mordía y por ese momento le dejé llevar las riendas de la situación, y la verdad me besó como toda una profesional, hasta que se detuvo, la veía agitada, jadeando, estaba súper ruborizada, y se me abalanzó de nuevo pero esta vez no a mi boca sino a mi miembro que ya para este momento estaba súper duro, y empezó a mamarlo, comenzó chupando mi glande, y de vez en cuando chupaba un poquito más, mientras con una mano lo sujetaba, no puedo decir que me pajeara solo lo sujetaba, la verdad no era la mejor mamada del mundo solo era una mamada, pero me gustaba, supongo que la situación lo había condicionado, la dejé que me llevara al orgasmo, para darle confianza, pero no se la eché en la boca, no quiso, solo la cogí y la boté, me lavé un poco y cuando regresé ya se estaba poniendo el hilo de nuevo, la detuve y lo único que hice fue sentarla en el sofá y le dije:

Yo: ahora me toca a mí darte placer.

Intentó decir algo, pero la calle con un dedo, la miré a los ojos y le dije:

Yo: relájate, déjate llevar y disfruta.

Le retiré el hilo nuevamente, y le di un beso en su clítoris, rápidamente pasé mi lengua como me gusta hacerlo tratando de abarcar toda la rajita desde abajo hasta terminar en el clítoris, y rápidamente se lo agarré entre mis labios y lo succioné, aprovechando para jugar con él con mi lengua, haciéndola llegar a su primer orgasmo, la verdad me sorprendió que fuera tan rápido, pero ella me dijo, no pares es la falta sigue dame más orgasmos, y si la jefa quiere tu no preguntas solo sigues las ordenes, así que seguí comencé dando círculos con mi lengua alrededor de su clítoris, ella temblaba aún no se recuperaba del orgasmo, pero yo en lo mío seguía moviendo mi lengua, paré de hacer círculos, y entonces comencé a mover mi lengua de arriba abajo y alternaba moviéndola de un lado a otro, entonces atrapé su clítoris con mi labio superior haciéndoles fuerza con mis dientes y por debajo con mi lengua y comencé a restregar mi lengua sacándola y metiéndola en mi boca. Entonces llegó a su segundo orgasmo, sus jugos inundaban mi boca, pero no me detenía, y ella no hacía nada por detenerme.

Así que yo seguía entonces bajé un poquito y metí mi lengua en su vagina, la metía y sacaba rápidamente mientras con mi dedo pulgar jugaba con su clítoris, ella no paraba de temblar y con la otra mano mía tenía que sujetarla para que no se me alejara, pero como no hacía nada por detenerme yo seguía, y llegó el tercer orgasmo, y esta vez ya me separó con una mano, no paraba de jadear y respiraba entrecortadamente, no podía hablar casi, así que me acerque para besarla y quien me besó fue ella, se pegó a mis labios como una ventosa, y mordió mi labio inferior, bastante fuerte la verdad.

Yo aproveché ese momento y desabroché la blusa que llevaba puesta y se la quité y también le quite el sostén, dejando al descubierto unos bellos senos con areolas y pezones pequeños, y rosaditos, que la verdad se me antojaron pero ella no me soltaba los labios, así que seguimos con nuestro beso, y en eso ella me agarró con sus pies por mi cintura apretándome más contra ella lo que hizo que sintiera en mi polla su sexo todo húmedo y caliente sobre todo caliente, entonces llevé una mano me agarré mi miembro y lo restregué por toda la entrada, esto hizo que gimiera y me soltó entonces aproveché para comerme esos pezones, fui directo hasta ahí y me lo metí completo en la boca aprovechando para restregarlo con mi lengua, haciendo círculos, y seguí haciendo vibrar la punta de mi lengua, ella soltaba pequeños gemidos y me abrazó fuerte mi cabeza apretándola contra su pecho mientras yo seguía en los mío, hasta que sentí sus labios cerca de mi oreja y me dijo, métemela ya.

Me separé solo para ver su expresión, tenía una expresión, de no puedo más lo necesito, pero mis gustos por el BDSM siempre se me salen así que decidí torturarla un poquito más, así que volví con mi boca a buscar sus pezones esta vez fui para el otro, y con una mano puse glande en la entrada de su vagina de nuevo pero no lo metí solo lo restregué por la rajita, de arriba abajo y de abajo hacia arriba, la sentía desesperar mientras me comía su seno, entonces hizo algo que no esperé y cuando estaba pasando mi glande exactamente por encima de su rajita, echó su cadera hacia adelante, pero saqué rápido mi miembro y no pudo metérselo, entonces me miró con cara seria, y tratando de poner una expresión de enojo que no le salía por la calentura:

Thalía: pero ¿por qué? acaba de metérmela.

Yo: cálmate déjame actuar.

Le dije haciendo una sonrisa de burla a la vez que, de suficiencia, esto no la convenció del todo, pero yo no le di tiempo a explicaciones volví a devorar sus senos mientras volvía a restregar mi glande contra su conchita, sentía como iba creciendo de nuevo su excitación, pero no paraba, ni cedía, y ella solo atinaba a decirme:

Thalía: métemela, métemela no aguanto mas no me tortures, métemela.

Diría que le hice caso, pero no soy así, tenía la situación bajo mi control ella estaba gozando y a mí me encanta que me rueguen (hábitos de dominante) entonces ya cuando podía ver su excitación a flor de piel, que estaba erizada casi completa, me decidí la embestí de una y metiéndola completa, y la verdad fue espectacular, yo solo la metí y la dejé ahí sentía como las paredes de su vagina me apretaban la verga, y de repente se vino otra vez, pero no fue una venida como las anteriores, no sus contracciones y convulsiones eran enormes, no podía estar quieta en el sofá, se abrazó a mí y aun así los movimientos involuntarios no paraban, entonces aproveché que estábamos bien pegados y comencé un vaivén, al principio sus convulsiones aumentaron, pero se fue calmando hasta el punto que enroscó sus pies en mi cintura y me apretaba más cada vez que se la metía, entonces decidí levantarla del sofá así a horcajadas sobre mí la abracé fuerte, y la levanté de esta forma solo había una manera de metérsela y era hasta el fondo, mientras la sostenía con mis manos yo movía mis caderas para metérsela y ella seguía apretando con sus piernas para que fuera hasta el fondo, mientras a la vez nos fundíamos en un beso que aprovechó más para morder mis labios que otra cosa.

La verdad me dolía y con cada embestida mía me mordía más duro, pero el placer también era tremendo, así que no paraba entonces me clavó sus uñas en mi espalda ya esto si me dolió así que la embestí con toda la fuerza de la que fui capaz, no creo que le doliera pero la hizo gemir y me soltó mis labios entonces aproveché para cambiar mis manos de posición y la sujeté por las nalgas una mano en cada nalga así podía darle mejor aún, por lo que ella no paraba de gemir con mi vaivén, hasta que se volvió a venir al unísono conmigo, yo se la saqué rápido para no venirme adentro, y mi esperma cayó en el suelo, mientras sentía sus juguitos que embarraban mi verga y corrían también hacia el piso, le dije:

Yo: esto no puede desaprovecharse.

Me miró con cara de no comprender, pero sin darle tiempo a nada, la giré haciéndola quedar de cabeza (si algo bueno tienen las mujeres que son de estatura compacta es eso que las puedes manipular como si fueran muñecas) y que su sexo hinchado, caliente, ya no era rosa ahora estaba rojo y muy mojado chorreando de hecho, quedara frente a mi cara, y comencé a mamarlo de nuevo lamí hasta la última gota de jugo, que se derramó y después lo seguí lamiendo a él.

Al principio ella no podía controlarse aún, pero cuando pudo cogió mi verga y comenzó a mamarla también supongo que la excitación la hizo olvidar el semen, ella también la limpió hasta tragar hasta la última gota de semen que aún quedaba adherido en mi verga, esto hizo que no perdiera toda la erección, así que aproveché el momento y la puse en cuatro a mí me encanta la posición, y en vista que ella no la había probado había que enseñarle, presenté mi glande en la entrada de su cuevita, y le sujeté ambos senos entonces tiré de ellos y de esta manera se la clavé hasta lo último de nuevo, ya no era igual pues no tenía toda la erección pero la hizo gemir igual, entonces mientras jalaba por los senos fui cambiando mis manos para sujetar ambos pezones entonces con cada tirón era un pellizco en sus pezones esto la hizo gritar pero no intentó alejarme ni nada, por lo que seguí cada vez más duro, hasta que se soltó de mí y cayó al suelo dejando su culito levantado y en pompa, no lo niego al momento pensé en cogérselo, pero en vista que nunca lo había disfrutado decidí esperar, ella no se había venido pero jadeaba como si lo hubiese hecho, entonces, me acosté yo esta vez y le dije:

Yo: te permito cabalgarme un rato.

Sus ojos se iluminaron cuando escuchó estas palabras, y sin pensarlo subió encima de mí y con una sonrisa pícara me dijo:

Thalía: sabes esto nunca lo he hecho así que no te burles.

Ella misma dirigió mi verga hasta su agujerito, y una vez ahí fue dejándose caer lentamente, ya en este momento mi verga otra vez estaba al máximo, entonces torpemente, empezó a hacer sentadillas sobre mi verga, pero cada vez que se iba excitando las hacía más alto y rápido se salía, entonces, a la tercera va la vencida cuando iba a empezar nuevamente, la detuve, le bajé las piernas de manera que quedaran totalmente en el suelo y le moví la cadera de adelante hacia atrás, con mis manos a la vez que yo movía la mía para que entrara más aun mi miembro.

Ella enseguida entendió el propósito de lo que hacía y empezó a hacerlo por ella misma, cada vez más rápido, y más, y más hasta que se vino de nuevo, yo aún no me venía así que la sujeté fuerte haciéndole un abrazo con mis dos manos acomodé mis pies de manera que su culito quedara, en pompa de nuevo acomodé mi verga y empecé a embestirla entonces la tenía acostada sobre mí, sujeta por un abrazo mío, su culito paradito pues se encontraba de rodillas y yo embistiéndola y embistiéndola sin parar aceleré a todo lo que mis pies podían ayudados por mi cadera.

Ella cuando hice esto empezó a gemir como loca, soltando pequeños gemidos entre los gritos que pegaba, yo supongo que todos los vecinos nos hayan oído pero no paré, hasta que me vine, se la saqué rápido, y dejé esta vez que mi semen cayera sobre su culito, bueno casi no cayó nada ya era la tercera, y cuando dejé de soltar, entonces ella misma agarró mi verga y se la volvió a meter, diciéndome:

Thalía: déjala ahí que se siente bien.

Mi verga ya se iba relajando aun estando dentro de su vagina acariciada por esas paredes, envueltas en humedad y calor, y nosotros nos comíamos a besos, así estuvimos un rato, hasta que ella pudo levantarse, entonces nos bañamos juntos, ella con la excusa de que necesitaba ayuda con su espalda y yo la verdad no me iba a quejar yo también la necesitaba ja, ja, ja. Después, nos despedimos, y ella se marchó para su casa. En la noche nos comunicamos por el Whatsapp de nuevo, y me dijo que había sido genial que quería probar más cosas conmigo, claro si yo estaba de acuerdo, y como yo iba a decir no sexo fácil, y bueno. Entonces quedamos en encontrarnos al miércoles siguiente para no levantar sospecha, así que mañana me toca divertirme, además que me pidió que me lleve su virginidad anal, ya les contaré como me fue.

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