back to top
InicioAmor filalLos hijos de mami (1): La mejor madre del mundo (parte 1)

Los hijos de mami (1): La mejor madre del mundo (parte 1)
L

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 7 minutos

En este mundo, existen malas madres, buenas madres, y madres extraordinarias. Sin embargo, todas ellas palidecen ante la mujer de la que les voy a hablar hoy, la cual es, en opinión de este humilde servidor, la mejor madre de todo el mundo.

Para que entiendan lo que les digo, permítanme presentarles a una familia peculiar, la cual está conformada por:

-Dayana (40 años): es una mujer de gran estatura, piel blanca, pelo negro y rizado, tetas grandes, ojos verdes, y un culo gigantesco. Solía ser una actriz porno muy famosa, pero se retiró para convertirse en un ama de casa. Le gusta mucho pasar tiempo con sus hijos, y siempre busca cualquier excusa para lograrlo.

-Nacho (42 años): es el esposo de Dayana. Es un empresario muy adinerado y un padre cuestionable. También es un mujeriego sin cuidado que le ha sido infiel a su esposa con muchísimas mujeres, pero esta le deja hacer lo que quiera, siempre y cuando le deje pasar tiempo con sus hijos.

-Valen (22 años): es la hija mayor del matrimonio, tiene el pelo teñido de verde oscuro, varios pirsin en el rostro, y un cuerpo muy similar al de su madre (aunque no tan voluptuoso). Es una chica muy rebelde y, aunque diga que no le gusta pasar tiempo con su madre, en el fondo le encanta.

-Ale (19 años): es el hijo menor de la familia. Es un chico nerd, tímido, y amante de la ciencia. Al igual que su hermana, él ha dicho en varias ocasiones que no le gusta pasar tiempo con su madre pero, en el fondo, también le encanta estar con ella.

De seguro, muchos deben estar pensando que esta familia no tiene casi nada de raro, pero ahora les voy a narrar algunas situaciones para que se den cuenta de lo que realmente pasa dentro de aquel círculo familiar.

Una de estas situaciones se dio la madrugada de un día de semana, en la que Valen acababa de regresar a casa después de una fiesta, y fue recibida por sus padres, quienes la estaban esperando en la sala.

“¿Es que acaso estas son horas de llegar, señorita?” pregunto Nacho, molesto “dijiste que ibas a volver a las 9 y ya son más de las 3 de la mañana”

“No me di cuenta de cómo iba pasando el tiempo” respondió la hija, de forma muy altanera “además ¿Qué te importa a qué hora llegue? ¡No me molestes, perdedor!”

“¡Esa no es forma de tratar a tu padre, Valen!” exclamo Dayana “¡quiero que te disculpes!”

“¡Oblígame, perra! En fin, me voy a dormir ¡Paz!” exclamo la chica, y se fue subiendo las escaleras

“¿Sabes? Por un lado, me molesta que sea tan irrespetuosa con nosotros, pero por el otro, me excita su forma de ser” dice la milf, mientras hacia una lujuriosa sonrisa “¡hace las cosas más interesantes!”

“En fin, yo me voy a dormir” dice Nacho, mientras bosteza “diviértete con Valen, pero por favor, no hagan mucho ruido, que mañana tengo una reunión temprano”

Unos minutos después, Dayana irrumpe en el cuarto de su hija, vistiendo una lencería erótica que ayudaba a resaltar su físico espectacular, y con una cinturonga que poseía un pito de goma extremadamente largo y grueso.

“¿Me llamaste perra? Pues ahora veras lo perra que mami puede ser” exclamo Dayana, mientras se acercaba a Valen

“¡No, ni se te ocurra, mama!” exclamo la joven, con cierto temor, mientras que su madre le agarraba las manos “¡Aléjate!”

“¿Qué dijiste? No te entiendo” dice la milf, y le mete un beso apasionado a su hija “lo único que escucho es: “¡cógeme, mami! ¡Cógeme tan fuerte como puedas!””

Tras un breve forcejeo, la milf pudo desnudar a su hija, hacer que se agachara en frente de ella, y meterle todo el pene de goma dentro de la boca. Cuando se lo saco, Valen no pudo evitar toser un poco.

“¡Casi me ahogas!” exclamo molesta la chica.

“Tranquila, soy una profesional” dijo Dayana, mientras agarraba a Valen del cuello, y la hacía poner de pie “no he ahogado a ninguna zorra… a no ser que quiera hacerlo”

“¡Eres una puta asquerosa! ¿Cómo puedes hacerle esto a tu propia hija?”

“Porque a mi propia hija le gusta que su mami la fuerce” dice la milf, mientras le pasaba la mano por la entrepierna de su hija, la cual quedo manchada por jugos vaginales “¿lo ves? Esto es prueba de lo que digo”

“¡Eso… eso no quiere decir nada!” exclamo Valen, quien sentía una mezcla entra entre la impotencia, la vergüenza, y la excitación

“¡Solo cállate y deja que mami te aplique el castigo que te mereces!” exclamo la mujer, le metió la mano que tenía manchada con jugos vaginales a Valen en la boca.

Luego, Dayana obligo a que su hija le chupara las tetas y, aunque esta se negó en un principio, termina acatando la orden de su madre. Luego, la mujer madura puso en cuatro a la mujer joven y le empezó a coger el coño con su cinturonga, al tiempo que la nalgueaba y le mordía la oreja.

“¿Quién manda?” pregunto Dayana, mientras su consolador entraba y salía violentamente del coño de su hija

“¡No… no lo diré…!” exclamo Valen, quien hacia todo lo posible para evitar gemir pese al inmenso placer que sentía

“¡Dilo, puta de mierda!” grito la milf, mientras soltaba una potente nalgada sobre el culo de Valen “¿Quién manda?”

“¡Tu mandas, tu mandas!” grito de placer la joven

Tras conseguir la confesión que buscaba, Dayana se quitó la cinturonga, hizo que su hija se acostara boca abajo, se colocó sobre ella, y ambas comenzaron a hacer el 69. Al cabo de algunos minutos, madre e hija acabaron al unísono, y las dos se bebieron los fluidos corporales de la otra. Luego, la milf entrelazo sus piernas con las de su hija, y ambas empezaron a frotar sus coños uno contra el otro de manera muy salvaje.

“¿Quién es tu mami?” grito Dayana, entre gemidos de placer

“¡Tú eres mi mami, tu, y solo tú!” grito Valen, quien se sentía impotente al darse cuenta de que sus caderas se movían en contra de su propia voluntad

Finalmente, ambas mujeres volvieron a tener un orgasmo al unísono, y Valen se desplomo agotada sobre su cama.

“Bien… espero que hayas aprendido tu lección… aunque ambas sabemos que volveré pronto a esta habitación ¡descansa, querida!”

Tras darle a Valen el beso de las buenas noches (el cual fue en la boca y fue muy ensalivado) abandono el cuarto de su hija, dejando a esta con la cara cubierta de sus jugos vaginales, el coño estirado, las nalgas rojas, y tan casada que no fue capaz de decir de una sola palabra.

Un par de días después, Dayana salió a correr una tarde por el parque y, tras una dura sección de entrenamiento, regreso a su casa. Al ingresar a su hogar, la milf vio a todos los integrantes de su familia en la sala, cada quien haciendo lo suyo: Nacho estaba viendo la televisión, Valen estaba escuchando música por sus auriculares, y Ale estaba estudiando en la mesa de la sala.

“¡Buenas, familia!” exclamo la mujer “¡ya regresé!”

“¡Hola, mama!” exclamo contento Ale “¿Cómo te fue?”

“Genial como siempre. Adoro ejercitarme, no solo porque le hace bien a mi cuerpo, sino porque me gusta atraer todas las miradas ¡me recuerda a mi época dorada en el cine para adultos!”

“¿Y cómo no vas a atraer todas las miradas con ese conjunto? ¡Pareces ramera!” exclamo la hija, molesta “¡Papa, dile algo!”

“Ella puede vestir como quiera y, aun así, los hombres están en la obligación de respetarla” dice Nacho “¡me sorprende ese pensamiento tan retrograda viniendo de ti, hija! Te falta tener una mentalidad más flexible”

“Hablando de flexibilidad, olvide hacer mis estiramientos” dice Dayana “¡los hare aquí!”

Dayana se puso a estirar de espaldas a la mesa de la sala, por lo que termino dándole a su hijo una visión perfecta su inmenso culo. La ropa que la ex actriz porno usaba para entrenar era súper ajustada y reveladora, al punto de que parecía más un bikini diminuto que un conjunto deportivo y, para el colmo, la milf se encontraba bañada en su propio sudor. Por lo tanto, era completamente normal que Ale se haya quedado embobado por algunos momentos, viendo aquel gigantesco par de nalgas que a duras penas podían ser retenidas por aquella diminuta tanga, y por las cuales fluían gotas de sudor.

“¿Disfrutando la vista, hijo?” pregunto Nacho, quien se percató de la situación

“¡No… papa… no es lo que piensas…!” exclamo nervioso Ale

“¡Vaya, parece que tenemos un pequeño pervertido aquí!” exclamo Dayana, con una lujuriosa sonrisa, mientras se acercaba a su hijo menor.

“Perdóname… mamá…”

“¿Sabes? Me acabo de dar cuenta de que la razón por la cual estoy tan sudorosa es porque olvidé mi toalla, pero por suerte, encontré otra cosa para secarme” dijo la milf, quien agarro con fuerza a su hijo de los pelos, y presiono la cara de este contra su culo.

Dayana atrapo la cara de su hijo entre sus enormes y sudorosas nalgas, y luego las agito con fuerza, haciendo que la cabeza de Ale revotara de una nalga a la otra como si fuese una pelotita de ping pong.

“¡Qué asco!” exclamo Valen “¡están salpicando sudor por toda la mesa!”

“¡Es cierto! Mejor voy a terminar de secarme en el baño” dice Dayana, quien agarra a su hijo de la mano y se lo lleva consigo “¡no nos esperen para merendar!”

Una vez en el baño de la casa, Dayana se desvistió y, luego de forcejear un poco, pudo desnudar a Ale también.

“¡Mamá… esto debe parar…!” exclamo el joven, quien se sentía excitado a la par de nervioso “¡ya te dije la última vez que a mi… no me gustan este tipo de cosas!”

“Y si no te gusta ¿Por qué estás así?” pregunto ella, mientras le agarraba su pene completamente erecto “además, yo no te obligue a que me vieras el trasero”

“Si, pero… ninguna madre hace con sus hijos lo que tú haces con nosotros”

“¡Porque esas son unas señoras aburridas y mojigatas!” exclamo Dayana, y luego beso apasionadamente a su hijo en la boca “deberías sentirte afortunado de tener a una madre tan cariñosa como yo, que hace que tu vida sea muchísimo más divertida. Pero basta de charlas ¡quiero que seques mi cuerpo con tu lengua!”

Ale, a diferencia de su hermana mayor, termino acatando las órdenes de su madre sin resistencia, y le fue chupando la transpiración entre besos y lengüetazos. Al cabo de unos minutos, el cuerpo de Dayana quedo completamente seco.

“¡Buen chico! Habré la boca para tu recompensa” dijo la milf, y escupió dentro de la boca de su hijo

Luego, ambos se metieron a la ducha, abrieron el agua, y se comenzaron a enjabonar los cuerpos mutuamente.

“Ahora que me doy cuenta… aun te falta limpiar un sector de mi cuerpo” dice Dayana, mientras abría sus nalgas y dejaba al descubierto su ano “¡ser un buen niño de mami y lame aquí!”

Ale acato la orden de su madre, y le dio un poderoso beso negro, el cual hizo que todo el cuerpo de la milf se estremeciera.

“¡Has mejorado! Se ve que, de tanto amor materno que te he dado, has aprendido algo” dice Dayana, mientras agitaba sus nalgas

Tras recibir un beso negro durante varios minutos, Dayana le permitió a su hijo sacar la lengua se su culo, y luego se arrodillo frente a él.

“¡No sería justo que solo tú me limpiaras a mí!” exclamo la milf, y comenzó a chuparle la verga Ale

Durante varios minutos, Dayana saboreo y se deleitó con la verga de su hijo menor, y este último no pudo hacer otra cosa más que gemir de placer (aunque, en parte, se sentía culpable de estar disfrutando dicha situación). Al cabo de un rato, Dayana se sacó la verga de su hijo de la boca, y se colocó encima de él.

“La última vez, penetraste mi coño ¡así que hoy tocara anal!” exclamo la mujer, mientras se metía la verga por el culo

La milf comenzó a cabalgar la verga de su hijo como si no hubiera un mañana, al tiempo que ambos gemían y gritaban de placer. Finalmente, Ale no pudo aguantar más, y termino eyaculando dentro del culo de su madre. El joven estaba tan agotado que no tenían fuerzas ni para pararse ni para hablar.

“¡Uf, se nota que estoy mejorando mi estado físico! Antes jama hubiera podido entrenar y coger un mismo día” exclamo Dayana, mientras se secaba “¡y también fue un gran trabajo de parte tuya, Ale! Se nota que has tenido a una gran maestra que te ha entrenado día y noche. En fin, puedes descansar aquí hasta que te recuperes ¡nos vemos en la sala!”

La milf salió del baño y, a los pocos minutos, Nacho y Valen ayudaron a Ale a salir de la tina, pues el joven había quedado tan exhausto que no tenía fuerzas ni para moverse.

Compartir relato
Relato anterior
Relato siguiente
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.