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Lo que sucede en el metro de la CDMX (3)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

06/07/2020

Hoy para iniciar mi día, mi Amo me ha dicho que se siente muy caliente porque he cumplido con mi tarea, por lo que ha tenido que atenderse. El saberlo me hace que recorra por mi cuerpo, un calor que se centra en el lugar entre mis piernas y hace que se contraiga mi panochita, siento de inmediato como me humedezco, al saberlo satisfecho con su gatita, reacciono tocándome mis senos y acariciando mis labios por encima de mis bragas, pienso entonces que me atenderé al ducharme.

Más no deja que me relaje y confié, el siguiente mensaje es una pregunta que para mi es una instrucción “que harás para mantenerme así”, han sido días muy intensos, en los que mi Amo me pide mantenerlo caliente, lo hago con gusto ya que sé que mi premio será una cogida memorable. Con ello en mente no logro decidir qué hacer.

Sigue la conversación siempre con palabras que me hacen sentirme suya, le digo cómo vestiré, ya que debe saber cómo ven a su puta los demás, bragas y bra de encaje café y un vestido café a cuadros, medias con zapatillas de igual color son mi atuendo de este día, formal pero dejando ver mis pierna.

La instrucción, cómo los días anteriores es subir al vagón masculino, para seguir dejando que los hombres se propasen.

El vestido facilitará las cosas y aun así siento que no es suficiente. Antes de salir recuerdo que tengo un vestido café con los hombros descubiertos y muy corto, pienso que a la oficina no puedo estar así, pero en el trayecto si. Me cambio, el vestido deja ver el encaje de las medias, las acomodó desde la base acariciándolas y salgo para subir al taxi que me lleva al metro; me acomodo en el asiento con las piernas ligeramente abiertas, me siento muy inquieta y excitada, coloco mi mano entre ellas y comienzo a tocarme por encima de las bragas, las cruzo aprisionando mi mano, y contrayendo las nalgas y mi panochita hasta que logró venirme. No es la primera vez que me atiendo en el taxi, así que se cómo hacer para que no se den cuenta y si lo hacen, lo disimulan. Ya al bajar siento que mis piernas me tiemblan, estoy realmente excitada, deseo ser tocada y que mi Amo siga estando satisfecho.

Desde que voy caminando hacia el metro noto como los que pasan se quedan viendo, se dirigen algunos con palabras vulgares, opinando sobre mi culo y mis piernas, (que culo tan rico, que bonitas piernas, tengo un pedazo para ti etc. etc.); bajo las escaleras y subo al metro que va ligeramente lleno, me ubico al lado de la puerta junto al asiento que es único, en donde está sentado un señor Maduro. Desde que subí ha estado viendo mis piernas y sus manos al principio están agarrando su mochila que tiene puesta entre las piernas, baja la mano derecha y siento cómo toca primero la rodilla y retira su mano; yo decidí no hacer movimiento alguno, y vuelve a tocar subiendo su mano un poco más y rodea con ella mi pierna, al acomodarme entiende como apruebo lo que está haciendo y su mano llega recorre mis piernas hasta mis nalgas.

Me recorro más hacía el filo del pasamanos dejando mis nalgas para que tenga oportunidad de tocarlas bien para mientras su mochila tapa al frente y a los lados para que no se vea; hay demasiada gente muy juntos y él empieza a desplazar su mano un poco torpe por la ubicación. Mete bien su mano y acaricia mis nalgas hasta el centro y toca mi tanga y la hace hacía un lado, mis piernas están semiabiertas para no caerme, lo que facilita que acaricie de atrás para adelante.

Voy sintiendo como mi rostro se torna rojo, no puedo creer que esté pasando todo esto y que lo esté permitiendo; introduce uno de sus dedos despacio en mi panochita y luego dos dedos y con el movimiento lateral del metro se deja llevar hasta adentro; siento como me humedece mi panocha la cual se contrae una y otra vez al sentirlo; veo a mi alrededor discretamente, parece que nadie se da cuenta, mis piernas tiemblan de la emoción y la excitación y me muevo un poco para que pueda seguir; estoy muy mojada y siento nuevamente el calor que empieza a recorrerme, me siento tan puta ahora y me encanta sentirme así, Dejando que alguien más sienta mis jugos, él saca sus dedos y hace el ademán de olerlos a pesar de traer el cubre bocas. Me ve y me dice que si gusto sentarme, le digo que si, aunque solo falta una estación para bajarme, necesito recuperarme y él se baja en auditorio,

Al subir por las escaleras sé que el vestido hace que puedan verse no solo las medía sino también las bragas, más no me importa. Me siento muy puta y me gusta vivirme así y más cuando mi amo me lo dice. Entro al Superama y me cambio de vestido y mientras lo hago pienso en mi Amo, y que nadie puede imaginarse en mi trabajo el cómo logra transformarme.

07/07/2020

Como otros días me subí al vagón de los hombres y me coloqué cerca de la puerta, iban subiendo y con el roce y el movimiento sabía que en algún momento los botones de mi blusa cederían; ya ha pasado antes por lo que en otras ocasiones voy muy atenta para abotonarlos en cuanto sucede, ahora no sería así.

Uno de los que subieron se fue moviendo hasta colocarse enfrente de mi, la blusa cedió; tres botones se abrieron en un movimiento brusco que dio el metro y acompañado con el roce del hombre que iba enfrente, quedó mi bra al descubierto más del lado derecho donde me estaba sosteniendo y por cierto que mi bra era completamente transparente por lo que vi que mi pezón se veía, lo mire y levanté los ojos para ver al sujeto que estaba ahí, que desde antes ya había acariciado con su mano toda mi cintura a través de mi blusa; observe que estaba viendo todas mis nenas y no hice nada por cerrar la blusa o acomodarla.

El con su mano que estaba libre la metió por debajo de la blusa y sentí el roce de su piel con mi piel; subió hasta la nena del otro lado aprovechando que la tapaba un poco su brazo y un poco el mío; estuvo manoseando mi nena, primero una y la otra después, no con mucha destreza por la posición en que se encontraba. Como vio que yo lo permitía tomo con sus dedos pulgar e índice uno de mis pezones y giraba los dedos y luego los apretaba, para mientras yo sentía que la emoción me invadía, me excitaba mucho y me mojaba por saber que mis pechos estaban al descubierto y manoseados, toda yo expuesta.

Conforme querían bajar me empujaban quedando más pegada a él, en una posición no tan cómoda, y eso hizo que no me permitiera tocar su verga. Casi al llegar le pedí permiso para bajar; mi blusa toda se abrió y no me importo que me vieran así y ya fuera del vagón, me abotone mi blusa, y me dirigí a las escaleras para seguir mi camino.

Les gustan mis relatos? Díganme que más les gustaría que hiciera; coméntenme cómo sería algo tan excitante como esto que he hecho y quizás si alguno me da una buena idea, le diré a qué hora y en qué metro y vagón me subo, como iré vestida para que ustedes puedan disfrutar como disfruto yo. Mi amo sabe todo lo que hago y lo puta que soy y él está feliz. Besitos.

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