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Ledy y sus ojos color miel
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Tiempo de lectura: 11 minutos

La universidad se ha vuelto tan pesada para mi hermana, que hace algunos días mientras desayunábamos me pidió ayuda para editar un vídeo, ella deseaba apoyarse de mis conocimientos sobre producción audiovisual, ya que en una de sus materias debía elaborar algo similar a un anuncio de publicidad. Ella estudia mercadotecnia, yo estudié una licenciatura en artes gráficas, pero ahora me encuentro estudiando una especialidad en relaciones públicas, ambos vivimos con nuestra madre, y con nuestro padre "supuestamente", bueno, quizá lo correcto sea decir que él nos visita cada que su trabajo le permite.

Mi hermana Ledy o "Ly" para sus amigos y familiares, es una hermosa chica de 22 años, alegre y complaciente, con una constelación de lunares que acogen su blanca piel como la luna, sus ojos atentos aportan tranquilidad al alma, y su cuerpo que cita pensamientos provenientes del lívido, accidentan los paradigmas de la percepción familiar. Ella tiene un par de chispas color miel debajo de sus párpados vivaces, esas luces estrujen la calma dentro del pecho, no lo sé, no sabría decir desde que momento me percaté de tales cosas, pero sé que he dedicado muchas horas en reflexionar a cerca de ella, de lo que provoca, tampoco había averiguado si ella era consciente de todo esto… Hasta ayer.

Ayer comenzamos con la idea del comercial, trataba de solucionar problemas de transporte y movilidad, y debía establecer una campaña de marketing basada en eso, y para ello, comenzamos a charlar de eso y aquello, de esto y lo otro, en fin, el comercial fluía, al parecer la campaña sería todo un éxito.

Después de algunas horas, nuestros estómagos establecerían su propia campaña de comunicación, teníamos tanta hambre, que escuchábamos nuestros gruñidos el uno del otro, nuestro estómago reclamaba alimento. Ly propuso llamar para encargar una pizza, yo prefería algo casero, pero bueno, aprovecharíamos la tardanza con una amena plática que distrajera del proyecto universitario por un rato.

Cerré la pantalla de la portátil y me acomodé en el sofá, ella acomodó su cuerpo de manera que la piel de sus piernas rebasaban el nivel de la costura de su short, y sus curvas se hacían presentes en mis pupilas como algo que estalla, con esos contrastes que generan el juego de luces y sombras en su rostro fino, en las clavículas, en su cuello. Se puso frente a mí, colocó su codo en el respaldo de sofá, y apoyó su cabeza en la palma de su mano, la delgada esclava que lleva luce ese huesito que se asoma de su muñeca. Me encanta como la piel suave de su axila dibuja un surco redondo que recorre su costado e infiere el comienzo y la circunferencia de sus senos.

-Ayer llamó papá -me dice con una sonrisa que cita a la luna en el punto de su cuarto menguante.- un mes más, eso dijo, mencionó algo sobre compradores renuentes -decía mientras acaricia su cabello marrón.

Nuestro padre es algo así como un vendedor de acciones de sociedades anónimas dentro del mercado bursátil, y muy pocas veces ha estado cerca de nosotros. Las vacaciones más largas que recordamos haber pasado con él, fueron las de diciembre de hace tres años, y no fue muy bueno, es decir, todo fue genial, familia, regalos, intercambio de anécdotas y lo acostumbrado, pero él estuvo ausente casi por completo, jamás suelta el maldito teléfono.

La pizza llegó, algo temprano de hecho, eso me alivió en una medida.

-Mi mamá la pasará muy bien un mes más, supongo -le dije a Ly mientras daba un bocado de mi rebanada de pizza.- lo dices por Antonio? -pregunta Ly, en un modo pícaro.

Nuestra madre había pasado tanto tiempo ahogando los impulsos sexuales que no eran atendidos, sus poros deseaban expedir el agotamiento derivado de los ejercicios cupulantes, su psique la empujó a montar un sistema de atracción en su figura y su imagen, para sentirse deseada. Hace un año comenzó a ir al gimnasio después de la oficina, su cuerpo de por sí hermoso se había transformado ya en el mejor momento de una fruta madura y dulce, es una mujer tan hermosa como el sol, con las caderas de un abrazo y los senos que exuberaban a los límites de sus blusas.

En el gimnasio conoció a Antonio, un tipo que en lo particular, no me agrada del todo, pero las mujeres parecen derretirse por él. Hay veces en las que me pregunto *como es que las personas consiguen esa chispa? Mi madre se ha tomado la libertad de tener una aventura y encuentros sexuales con Antonio, en realidad, a Ly y a mí no nos importa, no vemos a nuestros padres mantener un matrimonio activo ni funcional, *a quien engañamos? En nuestra casa estamos seguros de que mi padre sale con alguien más, sospechamos de una tal Rosaura, a nuestra madre ni si quiera le provoca inquietud al respecto.

La pizza se terminó, pero no volveríamos tan pronto al trabajo, Ly y yo nos tomamos un tiempo para reposar y platicar. Ella aprovechó para preguntar a cerca de Laura, una chica que había sido mi novia durante casi dos años, hasta hace dos semanas. Me preguntó a cerca de como seguía después de la ruptura, le conté que en realidad no me sentía mal del todo, ella dijo:

-creo que era afortunada de tenerte -mi reacción inmediata fue preguntar el porque de esa opinión.- no seas modesto, cualquier chica sería feliz contigo, ya quisiera que Javier hubiera sido como tú -cabe mencionar que Ly había quedado soltera desde hace unos cuantos meses, creo que Javier se fue a el extranjero a terminar sus estudios.

-Te ha contado mamá que yo le decía que cuando creciéramos, tu serías mi novio? -me dijo mientras tocaba mi rodilla cuando reía por recordarlo como algo cómico.

-tu decías eso? -le pregunté riendo.

-si! y no solo eso!, hubo más cosas -trasladó su cabello detrás de su oreja derecha mientras encogía los hombros.

-Que más hubo?

-Olvídalo! no te lo diré

-Vamos Ly! Cuéntame

-Prometes no burlarte de mi?

-Cuenta con ello

-Bien, yo dejé de contarle estas cosas a mamá después de un sueño

-Un sueño? que clase de sueño?

-Ay ya! Mejor no te digo nada Marco!

-Dime Ly!

-Vas a pensar que es raro, y lo sé, pero a los 12 soñé que tú y yo nos dimos un beso, y cuando soñé eso, me estremecí demasiado que desperté, y me sentí muy culpable por haber tenido un sueño así.

-En serio?

-Sí, así que desde entonces me dio pena conmigo misma, pero cuanto más pasaba el tiempo, se fue poniendo más interesante…

-Quieres contarme?

-No! debes estar pensando que estoy enferma, qué vergüenza!

-De hecho no Ly, creo que incluso me alivia.

-Por qué te alivia Marco?

-Tú no has sido la única que ha soñado algo así, de hecho… Desde que entré a la pubertad, había tenido sueños húmedos en los que aparecías.

-Es en serio? De verdad? Y ahora? Los sigues teniendo?

-Tu aun los tienes conmigo Ly?

-La verdad si, a veces son tan intensos, que quiero buscarte en tu habitación, pero obvio, no se puede, tú y yo somos hermanos.

-Yo no sólo tengo sueños contigo Ly, a veces, me toco y pienso en ti

-Que?

-Sabía! Sabía que no debía decirte!

-Ja ja ja! Tranquilo, no me espanta, de hecho, yo también me toco, y desde que Javier no está, se ha vuelto más fuerte mi recurrencia a masturbarme pensando en ti.

-Y que es lo que piensas?

-Ya! Mejor ya no hablemos de esto! Es difícil para mi! Y no tienes idea!

-Difícil? Explica.

-Te digo que es difícil para mi contenerme, a veces quiero buscarte y pedirte que me toques, y justo ahora estoy sintiendo eso con fuerza.

-Ly, yo también he estado a punto de irte a buscar, pero me da miedo sólo de pensar lo mal que te puedo hacer sentir.

-No lo vayas a hacer Marco! Oíste? No me busques cuando te sientas así!

-Lo sé, es enfermo

-No Marco, no es eso, es que estoy segura que yo te aceptaría, y terminaríamos cometiendo algo que es prohibido, no sabes las ganas que tengo de que me toques, tanto que ahora mismo estoy húmeda, solo por ésta plática.

-Ly, crees que sea tan malo?

-Al menos no creo que sea normal Marco, además, no sé qué va a pasar después de que tú y yo tengamos relaciones, no sé cómo podría siquiera mirarte a los ojos, o convivir contigo igual.

-Lo sé…

Tomé la mano de Ly, y acaricié su mejilla, ella inclinó su cabeza hacia mi mano, para intensificar la sensación del roce de mi palma en su piel, en mi sexo hubo un impulso, un estallido que me humedeció.

Después de todo el tiempo que había deseado a mi hermana, no podría dejar pasar la oportunidad de demostrarle el amor que siento por ella.

Ella se percató a través de mis ojos sobre mis intenciones, y retiró mi mano de su rostro.

-No Marco! No me toques! No lo hagas por favor!

Yo me acerqué y la abracé, le dije que toso estaría bien.

-Ly, te amo

Ella se incorporó para mirar mis ojos, yo la miré, y su mirada había cambiado, sus luces alegres estaban hechos un fuego que la consumía -te amo Marco- yo tomé su cabeza con ternura y aproximé mis labios a los suyos, ella respondió de igual manera, y por primera vez, nuestros labios estaban juntos en interacción. De su nariz salió una exhalación de alivio tan fuerte como la fuerza de sus manos presionando mis brazos.

Por fin, todos esos momentos en los que tan sólo imaginaba como sería besar sus labios, se unificaban en la realización del sueño acariciado de tener esa aproximación con ella.

Nos besábamos con la misma pasión de la primera vez, aquello que nunca se repetiría estaba pasando, nos besamos tanto que ella comenzó a gemir y el sonido de nuestra respiración ineficiente nos encendía cada vez más. Yo la besaba con una mano sosteniendo su espalda abrazando su cadera y mi mano derecha acariciaba su mejilla, pero nuestra pasión eran tal, que no esperé más y bajé mi mano recorriendo la piel de su cuello, acariciando su clavícula, rozando el pecho busqué uno de sus senos.

Ella contorsionaba su espalda mientras trascendía mi búsqueda casi desesperante, pero una de sus manos me detuvo, y tras tomar una gran bocanada de aire al separar sus labios de los míos, me pidió que detuviera mis avances.

-Marco por favor! Detente!

-Ledy, tu sabes lo que te deseo

-Tú y yo somos hermanos Marco, no podemos hacer esto. Es prohibido!

-Y cuál es la diferencia? Si tantas veces me has deseado y tantas otras veces más yo!

Su respuesta entonces fue un beso más apasionado aun, su boca se desvío hacia mi izquierda ofreciendo su cuello, para que yo comenzara el avance que en mis sueños ya era un ritual, morder y saborear su cuello. Ella pasó sus manos de mis brazos a mi espalda ancha mientras besaba y mordía mi pecho. Yo, me devoraba su blanca y suave piel, mientras que mi mano derecha acariciaba su seno izquierdo, y adivinando la ubicación de su pezón por encima de su blusa, estimulé absurdamente.

Ella se alejó a penas lo suficiente para retirar su blusa, miré desde esa perspectiva la piel de esa zona, y la piel de sus axilas sensuales e íntimas. Mientras yo desabrochaba mi camisa, ella desabrochaba su sostén, y miré los tirantes resbalar desde sus hombros hasta sus brazos, descubriendo ese hermoso par de senos medianos, endulzados con una areola de un café claro acentuado por un pequeño pezón que apuntaba hacia arriba, tan duros y editados como mi sexo.

-Te gustan?

-Podría comerlos todo el día hermanita

A penas dije eso, cuando me tomó del cuello y dejándose caer hacia el descansador de brazos del sofá, me invitó a acurrucar mi cadera entre sus piernas, mientras nos comíamos las bocas.

-Deberíamos pasarnos a tu habitación Ly

-Mamá no llegara amor, salió con Tony. Quiero que me hagas tuya aquí Marco

-Ly, cualquiera puede vernos aquí mi amor

-Qué más da? Ya estamos pecando hermanito!

Ly tomó mi nuca y dirigió mi cabeza hacia sus pechos, mis labios dejaban húmeda su piel de vainilla, y para cuando la tenía sujeta de su cadera, mis labios se encontraron con la temperatura ligeramente elevada de sus areolas y después, Coincidí con la firmeza de sus pezones jóvenes. Ella expidió un gemido de placer al tiempo que arqueaba su espalda levantando su cadera hacia mí.

Mientras masajeaba sus caderas y sus nalgas, mi lengua lamía sus pezones, mordisqueaba de vez en cuando, cuando no succionaba sus senos deliciosos, suaves pero firmes. Su piel enchinada confesaba el placer por el que pasaba su ser.

Lentamente fui emigrando con un rumbo hacia el sur de su cuerpo, no por no haber encontrado algo bueno, si no, para integrar todo aquello que siga, en algo complementario y exquisito. Besé por todo su abdomen, besé su ombligo haciendo una reverencia. Seguí con esa cadencia el avance hasta que llegué al borde de su short, aquel que quité descubriendo su pantaleta de primavera empapada, mi hermana Ly, es el tipo de mujer que expide ríos y ríos de su dulce y delicioso lubricante adictivo. Su pantaleta mostraba un poco de las orillas de sus labios mayores, el panorama era hermoso, mi hermana me estaba permitiendo mirar su cuerpo hasta puntos prohibidos, mientras en mi sexo, el lubricante mojaba mi bóxer.

Tiernamente besé su vagina por encima de la pantaleta empapada, Lamí aquel lubricante que ya atravesaba la tela, y fue lo más delicioso que había probado en toda mi vida. Después discriminé su pantaleta a un lado, y comencé mi acercamiento a la piel de su vagina con besos tiernos en sus labios, aquellos que empaparon a los míos.

Comencé a lamer todo indicio de fluido vaginal que salía de mi hermana Ly, ella no dejaba de gemir y repetir lo mucho que me ama, yo lamia todo, hasta que comencé a introducir mi lengua entre sus labios, cálidos y empapados. Su sabor es dulce, con algo cítrico y muy hormonal. Con mi lengua saludaba de vez en cuando su clítoris hermoso, rosa, delicioso, pero lo que hizo estallar a mi hermana, fue el masaje que con mi lengua daba en la entrada se su vagina, ese era un lugar importante para ella.

Mordisqueaba sus labios, lamía toda su vagina, y levanté sus piernas para alcanzar su hermoso y punzante ano, que esperaba también caricias de mi parte, yo lamía desde su ano hasta su clítoris y mi hermana se volvía cada vez más loca, dejó de gemir para gritar y llorar de placer.

-Cuanto te amo Marco! Te amo hermano! Te deseaba desde hace tanto tiempo y ahora te tengo! Sigue así mi amor

-Te amo Ly, no me iré de ti jamás amor

-Lo prometes hermanito?

-Lo juro hermanita.

Después de decir mi promesa, me levanté y halé a mi hermana hacia mí, para que quedara frente a mi pelvis, frente a mi sexo, duro, firme, caliente y punzante. Ella desabrochó mi pantalón y bajó todo, mi pene saltó, casi goteando lubricante, ella tomó mi pene con una mano y mis testículos con la otra, comenzó besando mi abdomen mientras masturbaba mi pene y jugaba con mis testículos. Sembrando besos fue bajando hasta la base de mi pene y rodeando llegó hasta mis bolas, después se hincó para tener mejor acceso y comenzó besando, después succionaba la piel se mis testículos, acurrucaba entre sus labios una de mis bolas, y las saboreaba, llenaba de saliva mis bolas y después lo succionaba todo y no dejaba rastro alguno de su baba.

Dio un beso tierno en mi glande después de recorrer mi piel y ponerlo al descubierto. Se aproximó y engulló mi pene, al grado de desaparecerlo casi por completo. Ly Lamía, succionaba, mordisqueaba, y saboreaba el pene erecto de su hermano. De vez en cuando azotaba su rostro con la envergadura de mi sexo.

Ly se volvió al sofá, y acomodándose de nuevo en el descansa brazo me invitó a acudir mi humanidad entre sus piernas, abriéndose tiernamente hasta mostrar el límite en el que sus labios internos permanecen juntos.

Lo primero que hice fue acercarme y acariciarla tiernamente, besaba sus labios con tanto amor.

-Te amo Ly

-Te amo Marco

Con delicadeza apunté mi pene hacia la entrada de su vagina, y con tanta humedad de aquel oasis, penetré con relativa facilidad su sexo caliente. Mi hermana Ly comenzó el gemir característico de un estado de éxtasis mientras yo no podía dar crédito de lo que sucedía, de un día para otro mi fantasía de hacer mía a mi hermana, se había cumplido, me encontraba penetrando a mi propia hermana, ella gemía por mí, gemía porque yo, su propio hermano, la estaba haciendo suya.

Mi pene sentía la textura interna de mi hermana, aquella textura que mi lengua no alcanzó. Mientras yo bombeaba con cada vez más fuerza, los gemidos de mi hermana me llenaban de éxtasis, sentía la excitación recorrer todo mi cuerpo, por toda mi piel.

Ly contraía constantemente su vagina para que yo sintiera cada vez más. Estábamos haciéndolo, estábamos teniendo sexo pese a nuestro parentesco sanguíneo tan cercano, tan inmediato.

Yo miraba los ojos extasiados de mi hermana mientras sus pechos respondían al bombeo de mi cadera, cuando miré su sexo, de la vagina de mi hermana salía una crema blanca, producto de la interacción de sus fluidos con los míos, le estaba haciendo un cream pie a mi propia hermana.

De ella fue la idea de cambiar la posición de su cuerpo, se levantó y se apoyó del respaldo del sofá, direccionando su hermoso trasero hacia mí, desde mi lugar podía ver su hermosa vagina un poco irritada y muy mojada, su ano café claro era hermoso y me invitaba a lamerlo. Fue lo que hice, propiné un par de azotes a las nalgas de mi hermana, para después lamer desde su vagina hasta su ano, entreteniéndome un tiempo considerable en su ano, ella se retorcía, contorsionaba su cuerpo y su abdomen sufría espasmos derivados del nivel de excitación.

-Ay hermanito cuanto te amo!

Respondí penetrando su vagina hecha ríos, de ella escurrían ríos de miel, aquel lo ricabte cristalino que emanaba de su vagina mojaba mis bolas cada vez que le impactaba al bombear la, fue hermoso ver sus nalgas responder a mis embestidas. Sus gemidos me estaban volviendo loco, ella no paraba de gemir, éramos dos locos gritando en medio de la sala de la casa solitaria.

Mientras yo bombeaba su vagina jugaba con su ano, escupí directo a su esfínter y masajeaba mientras la penetraba.

-Hermanito, rómpeme, rómpeme el culo, deseo que lo hagas, rómpeme mi amor!- Gritaba desesperada deseando que le introdujera el dedo en el ano. Yo decidí aceptar esa invitación, aceleré cada vez más mi bombeo, y gradualmente introducía mi dedo pulgar en su ano.

Ya estábamos rompiendo con la tranquilidad de la noche en casa, ella contraía cada vez más su vagina en señal de la culminación de su entrega.

-Amor! Así! Vengo! Amor estoy por venir! Papi! Ay papi! Ay! Me vengo hermanito! Ay hermano! Me vengo!

Ella gritaba como loca mientras yo la penetraba por ambos lados, por su vagina y por el ano, hasta que llegó el punto en que sufrió los espasmos característicos del orgasmo, lo cual me calentó a mí al máximo, ya era inevitable, nos estábamos viniendo, mi hermana y yo nos regalaríamos nuestros orgasmos uno al otro.

Preparé mi cuerpo para vaciar toda mi esperma dentro de la vagina de mi hermana, mataría por ver escurrir mi leche de entre los labios vaginales de mi hermana. Por fin llegó el momento, ella se soltó del respaldo del sofá para sujetar mis manos, arrojando su cuerpo al respaldo, con todo su culo entregado completamente hacía mí, clavó sus uñas hasta romper mi epidermis y desgarrar pequeños vasos sanguíneos, y mientras ella se venía, mi sangre entraba en sus uñas, y mis manos quedaban grabadas en sus caderas. Ella se vino tan efusivamente, que expulsó aquellos líquidos con tanta presión que empapó el borde del sofá y la alfombra del piso, sus líquidos se escurrían entre sus piernas mojando por completo el sofá.

-Ay Marco! Cuanto te amo mi amor, mi hermano, mi hombre.

-Te amo Ly, te adoro. Me estoy viniendo!

-Si amor! Vente! Termina dentro de mí! Termina dentro de tu hermana! Déjame toda tu leche dentro de mi vagina!

Sostuve a mi hermana con tanta fuerza que ella gritó, bombeé tan rápido que reuní todo mi ser en un solo punto, y era mi sexo, me estaba viniendo, continué hasta que me vine, descargué toda mi esperma dentro de la vagina de mi propia hermana, ella, se vino junto conmigo por segunda ocasión, estallando los dos en un orgasmo único y efusivo, el mejor de muestras vidas.

Dejé mi pene dentro de mi hermana hasta que sus espasmos terminaran por haber tenido un orgasmo más, después retiré mi pene de la vagina de mi hermana y observé como mi esperma brotaba de su vagina deliciosa, sus labios despedían toda la leche que inyecté dentro de mi hermana Ly.

Ella tomó un poco de mi esperma y se la llevo a la boca, después limpió todo el restante de la mezcla de nuestros fluidos que quedaban en mi pene, y que escurrían por mis bolas. Nos besamos tan apasionadamente por haber cumplido aquellas fantasías que teníamos del otro.

-Te amo Ly

-Te amo Marco

Después de ese momento efusivo, sólo quedaba pensar en cuál sería la excusa con nuestra madre de mandar a lavar el sofá.

Continuará…

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