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Las tetas de Belén
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Llevaba años sin pajearme y más de la manera en que lo hice, estaba tan excitado que al rato volví a meterme en el baño para pajearme nuevamente ya que no podía sacarme de la cabeza esas tremendas gomas que había manoseado hace unos instantes.

Mi hija durante su primer año en la facultad se hizo muy amiga de una chica llamada Belén que tenía la misma edad que ella o sea que tenía 18 años. Esta señorita era una rubia despampanante sacada de una película porno, tenía unas tetas que eran impresionantes de los grandes que eran, encima le gustaba mostrar así que cada vez que mi hija la llevaba a nuestra casa yo me volvía loco. Sus gomas eran hipnotizante para mi y es por eso que en más de una ocasión mi mujer me reto por estar mirándola.

Cada vez que mi hija la traía a nuestra casa se pasaban un rato estudiando y luego ella se quedaba a cenar. Luego de la cena yo con mi auto la llevaba a su casa y era un viaje de unos 20 minutos así que pasábamos un buen rato hablando juntos. Una de las charlas que tuvimos fue que ella me contó que quería aprender a conducir así que le pedía a su padre que le enseñe pero él no tenía tiempo para hacerlo, por lo tanto, yo me le ofrecí para enseñarle y ella acepto.

Entonces una noche la lleve a una calle que es como 200 metros recta en una zona que no hay nada, era como un descampado al aire libre. Allí hice que ella se sentara encima mío para poder explicarle de la mejor manera y terminaron pasando dos cosas debido a esto. Primero me costaba mirar hacia el frente ya que como tenía mi cabeza por encima de su hombro podía mirarle las tetas y era impresionante la vista que tenía desde allí, y segundo a ella le costó aprender a acelerar así que hubo momentos que ella desaceleraba de golpe, de tal manera que nos íbamos hacia delante y en una de esas yo la quise digamos agarrar para que no se golpeé y la termine agarrando de sus enormes tetas con toda la palma de mis manos.

Para no mentir digo que no fue un fallo mío sino que fue todo lo contrario, me moría de ganas de tocarla así que aproveche eso para poder hacerlo. También digo que saqué las manos rápidamente y que le pedí disculpas por haberlo hecho. Ella hizo como si no hubiera pasado nada así que simplemente me dijo que no pasa nada, por lo tanto, segui enseñandole esa noche. Luego al regresar a mi casa me metí en el baño y me hice una paja luego de millones de años.

Esa fue nuestra primera clase y luego vinieron varias más hasta que aprendió a conducir medianamente bien y lo destacable de todo esto fue que ella me empezó a dejar que yo le manoseara las tetas. Lo que ocurrió fue que en las siguientes clases yo seguía tocándole las tetas cuando frenaba o desaceleraba de golpe como en la primera clase, así que ella se dio cuenta de que lo hacía queriendo, por lo tanto, sucedió que ella luego de las clases que eran de entre 10 y 15 minutos me dejaba que yo la tocase debido a que no me pagaba nada para que yo le enseñase así que eso fue como su forma de pago.

Recuerdo mucho la primera vez que eso ocurrió porque cuando regrese a mi casa me meti rápidamente en el baño y me hice una paja tremenda, nunca había visto tanta leche junta. Luego de un rato y para mi sorpresa volví a meterme en el baño para pajearme nuevamente. Es que esa noche me habia sacado las ganas que había acumulado por semanas así que esas pajas fueron increíbles.

Esa primera vez ella me tomó de sorpresa porque no me dijo que lo hiciera sino que ella que se encontraba encima mio agarro mis manos sin mi permiso y las llevo hacia sus gomas. Luego de hacer eso me dijo lo siguiente.

– Te gustan ?

– Me encantan – dije yo.

Entonces ella que tenía mis manos agarradas las empezó a revolver por toda sus tetas y luego de unos instantes me las soltó para que yo mismo lo hiciera. Yo que se las tenia agarrada con las dos manos las empecé a apretar con todo, clavandole todas mis uñas sobre su remera. Debido a esto ella comenzó a mover su cuerpo con lo cual me dio a entender que le gusto que yo hiciera eso.

Yo tenia ganas de tocarla de verdad así que luego de un par de minutos le levante la remera por encima de sus gomas y como ella tenía puesto un corpiño de estos que le cubren hasta los pezones me fue fácil abrirlo, con lo cual hice que sus enormes pechos quedasen a mi merced. Entonces yo agarre sus tetas desde abajo y se las levantaba para luego dejarlas caer, luego volví a apretarselas de tal manera que hice que las puntas de mis dedos desaparecieran. Después de eso empecé a jugar con sus pezones los cuales apretaba con toda la fuerza de mis dedos para que ella diera un par de gemidos.

Esa noche tuvimos que detenernos de repente porque vi como se acercaban por detrás un par de personas, con lo cual me quedé con las ganas de poder chuparselas.

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