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Las aventuras de mi esposa (VII)
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Bueno voy a continuar contando las aventuras de mi esposa y de cómo me gusta verla tener relaciones con otros para después unirme a ellos.

Era una tarde en nuestra casa como siempre y yo le llamo a mi esposa que, si puede venir a mi lugar de trabajo que es una fábrica, ella llega y me saluda y yo la abrazo y la beso le dije es que se me ha olvidado algo y lo ocupo gracias por traerlo, ella me entrega lo que le pedí y se va.

Un compañero me dice: “tu esposa es la más linda quisiera una así”, y yo le contesto: “si bueno podemos hacer algo al respecto”. Le comento acerca de nuestra vida sexual y de cómo me gusta verla con otros hombres, entonces él me dice que estaría encantado de estar con ella.

En la noche le comento a mi esposa sobre eso y me pregunta que, si le gustaría estar con él pero que, si no habla problema porque era compañero del trabajo, le digo que no que él estaba de acuerdo en mantener el secreto.

Unos días después mi esposa llegó a la fábrica era la hora del descanso y en eso la vimos mi compañero y yo, los presenté y los tres nos fuimos a unos baños que a esa hora están solos, mi esposa comenzó a desnudarse y mi compañero se puso muy excitado, sacó su pene y ella empezó a chuparlo, él no lo podía creer, él terminó muy rápido y ella se tragó hasta la última gota.

Después mi esposa se puso contra la pared y yo le di la protección a él, se la puso y empezó a penetrar a mi esposa por detrás mientras ella solo gemía como siempre, después el me pregunto que, si se podía correr dentro yo le die que sí que no había problema, entonces él se corrió y ella soltó un gemido. Después yo le pasé otra protección y él se puso y entonces tomo a mi esposa, la sentó en el suelo y empezó a penetrarla otra vez, pero esta vez más salvaje y lo mejor es que podía ver como la penetraba si compasión y escuchar los gemidos de ella, después se volvió a correr dentro y mi esposa grito: estoy muy satisfecha.

Entonces la campana sonó y los dos se pusieron la ropa muy rápido los tres salimos de ahí y mi esposa se despidió de nosotros.

Al día siguiente mi compañero me dijo que no podía dejar de pensar en ella que incluso se había masturbado pensando en ella y que estaría encantado de hacerlo de nuevo.

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