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Las aventuras con mi prima montada sobre mí
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Yo tenía 25 años y ella 29, es mi prima hermana, hija del hermano de mi mamá. Ambos somos profesionistas.

De niños y adolescentes nos llevamos muy poco, hasta cuando ella empezó a ir a la Ciudad de México en donde vivía, ahí empezamos a salir en plan de amistad y eso me llevó a tomarle cariño pues es una de las personas más interesantes que he conocido en mi vida. En nuestros primeros encuentros en la Ciudad de México yo ya quería algo, pero no se dieron las cosas. Un fin de año pasamos juntos y al final de la fiesta le toqué una nalga, ahí las cosas verdaderamente empezaban.

Fue hasta 2012 cuando llegué a vivir a Playa del Carmen, donde ella se acababa de mudar, que empezamos a salir, insisto, en plan de amigos y familia. Una tarde quedamos de vernos en su casa, donde cenamos y nos bebimos varias cervezas hasta que tomados nos quedamos dormidos, ella en una colchoneta, yo en el piso. Fue de madrugada cuando el frío me hizo despertar y traté de buscarla para calentar mi cuerpo, por supuesto que le pedí permiso de abrazarla, a lo que ella accedió. En ese abrazo de cucharita busqué tocarles sus pechos y lo logré, eran unos pechos bonitos, no grandes, tampoco chicos: ella me tomó mi mano y me lo puso en su vagina, entonces comprendí que la gloria de la vida la tenía en mis manos. Su vagina estaba muy húmeda, era una vagina chiquita, con pocos bellos, un hoyito poco profundo. Cuando la tocaba ella gemía de placer y se deslizaba entre mi cuerpo mientras le arrimaba mi verga que sólo tenía ganas de penetrarla por su rica vagina. Así estuvimos como dos horas, yo manoseándola y ella aceptando que mis manos recorrieran su cuerpo. Esa mañana no pasó nada más. Me desperté y me fui a trabajar, algo avergonzado por lo que había hecho. Recibí un mensaje de ella a media mañana buscando que no me pesara lo que había pasado. Apenas estaba a punto de comenzar la historia.

Ese día, un día de marzo, nos volvimos a ver por la noche, fuimos a la playa, una playa que se llama Shangri-la, mi prima es muy culta y a mí me agrada platicar con ella, independientemente de lo pasó, ella bien puede hablar de música, cine, literatura, política o la misma vida. Pues bien, estando en la playa, en los escalones de una torre de guardavidas y llevando un rato platicando, nos besamos por primera vez, con una pasión desenfrenada y un beso muy hermoso sintiendo el aliento de ella en mi boca como nunca, sus labios, su lengua, sus dientes. Abrazándonos mientras se precipitaba un meteorito en el lejano horizonte de Cozumel. Esa noche nos besamos varias veces mientras caminábamos en la playa, yo tenía muchas ganas de estar con ella, sin embargo al final nos despedimos, ella se fue a su casa y yo a la mía. El destino ya estaba marcado.

Días después nos vimos en su casa, sabía que era mi oportunidad, aunque no sabía como empezar porque al final era mi prima hermana, pero lo hice, la abracé por detrás y la empecé a besar, hasta que ella accedió y me llevó a su cuarto, pero antes me dijo que no íbamos a coger, que era mejor así, que el deseo continuara, yo le dije que no había problema, pero antes le quité su blusa y le bajé su calzoncito para ver en toda su extensión su bonita vagina (al momento que escribo esto me siento todavía excitado y no es para menos), ella tiene una vagina chiquita, con pocos pelitos y rasuradita, huele bien su vagina, huele a ella, sus labios vaginales son morenos, además tiene un lunar a un lado: no desaproveché el tiempo y la comencé a besar en su pequeña vulva, a mamarle los labios mientras le apachurraba sus chichis y ella gemía de placer casi gritando, apretándome con sus piernas y casi asfixiándome contra ese rico ponchito, inundado en su sabor, olor y textura y no me hubiera importado morir ahí en ese preciso momento.

Ella no se aguantó las ganas y me invitó a meterle la verga. He de confesar que pese a mi edad no era tan bueno en el sexo, pero ella me enseñaría… le metí mi verga en su deliciosa vagina, perdón por ser repetitivo, pero es que es su deliciosa vagina, pensé en los hombres con quienes ha estado y creo que son afortunados por haber tenido a una hembra de tal nivel. Cuando se la metía ella gemía hasta que me dijo entre alaridos, "a mí me gusta arriba" y, en efecto, sé que le gusta y procedió a montarme, a cabalgar como una hembra en celo, a crujir a gemir, me apretaba mis pechos y rasguñaba, de vez en cuando se acercaba a mi boca para besarme, a pasarme su lengua. Yo no podía creerlo, me estaba cogiendo a mi prima, le estaba metiendo mi reata con toda la fuerza hasta que ella se vino, no una, varias veces.

Pasaron los días, y no dejábamos de vernos, a veces me pedía ir a su casa y yo iba y terminábamos cogiendo, picándola, me la cogía varias veces, una noche me la cogí prácticamente toda la noche y me despertaba cogiendo con ella una vez más. Ella se veía radiante, le depilaba yo mismo su vagina y le daba besos siempre. Me sentía feliz. Cuando salíamos siempre la iba manoseando donde estuviéramos. Una vez fuimos a Xcaret y entre el monte del parque me invitó, se alzó el vestido y me paró su culo para que le metiera la verga. Hablando de su culo, a ella le he besado el culo en un sinfín de ocasiones, es un culo también bonito, sabe a base.

En fin, no me alargaré más, porque hay muchas cosas que contar…

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