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Lara Croft: Aventura en la jungla
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Tiempo de lectura: 32 minutos

Durante varias semanas Lara se dedicó a leer el diario que obtuvo en la India y de esta forma planifica su expedición la cual comienza en una polvorienta pista en un rincón olvidado del sudeste de Asia. Está determinada a visitar la zona y comprobar la existencia de las ruinas descritas no solo por el explorador europeo, sino que también por otros visitantes a la zona que dejaron registro en olvidados textos que Lara encontró durante su investigación.

Al descender del avión recoge su bolso y cruza unas palabras con el piloto a quien le cancela una parte por el viaje, “¡cuando esté lista te contactare y te daré el resto!” le dice por encima del ruido del motor del avión, “¡trato hecho!” le responde el piloto que despega raudamente una vez que Lara desembarca sus pertenencias. A la distancia nota a varias personas que la observan con atención y con cara de pocos amigos. Antes de viajar recolecto información sobre la zona y se enteró de la presencia de bandas criminales, por lo mismo vino armada en esta ocasión.

“¡Bienvenida a este abandonado rincón del mundo preciosa!” le dice un sujeto que con bastante desplante se le acerca, “gracias” responde Lara mientras inspecciona su equipo, “me llamo Joe y ofrezco mis servicios”, “¿y qué clase de servicios ofreces?”, “pues lo que quieras, te puedo llevar a cualquier lugar, conozco esta jungla como la palma de mi mano y también conozco algunos sitios bastante paradisiacos si quieres relajarte un poco”, “gracias por la oferta, pero no vengo de turista”, “¿en serio y de que vienes entonces?”, “soy arqueóloga” responde Lara insertando un cargador en una de sus pistolas. “¿Y de cuando los arqueólogos portan pistolas de grueso calibre?”, “pues es necesario protegerse, una nunca sabe con qué clase de peligros se puede encontrar” agrega Lara cargando la segunda pistola.

“Bueno te aseguro que la gente de la zona no tiene mucho amor por los extranjeros y menos aún con los arqueólogos o científicos, ya nos han dado bastantes problemas” Lara se sorprende al escuchar ese comentario, “¿Qué clase de problemas?”, “pues esa información tiene su precio” dice Joe mientras observa de manera bastante poco disimulada el cuerpo de Lara que se da cuenta en el acto, pero decide ignorarlo. “Bueno hagamos un trato, llévame donde quiero ir, dime lo que sabes y ganaras dinero” y Lara le enseña algunos dólares, pero solo le entrega la mitad, “el resto al final”, “bueno tal vez la otra mitad me la podrías pagar de otra manera” y se le acerca de manera bastante provocadora, pero Lara le da una fría mirada y lo hace retroceder. “Era broma, está bien, trato hecho” y ambos se dan la mano. “Lo primero es salir de aquí rápidamente, tu presencia no creo que sea muy bienvenida” y le hace un gesto a Lara indicándole unos tipos que los observan atentamente. Lara se sube al todoterreno y le enseña un mapa indicándole donde quiere ir, “preciosa, te vas a meter en una zona de guerra” le dice Joe con una expresión bastante grave en su rostro, “vamos, hablaremos en un lugar seguro” y rápidamente se pone en marcha.

Lara se muestra sospechosa cuando Joe la lleva a un villorrio cercano y no al pueblo como ella quería, “ese sitio está lleno de criminales, a estas alturas ya deben saber de tu llegada” le responde y le intriga lo que está pasando. Al llegar a su destino ambos van a un pequeño puesto de comida donde beben algo y Joe le explica la situación. “Hace unos meses atrás una gran expedición llego a la zona y montaron un campamento aquí, en este sitio a la orilla del rio” Lara se percata que ese sitio era precisamente uno de los que pretende visitar. “¿Quien envió dicha expedición?”, Joe se encoge de hombros, “ni idea, solo sabemos que llegaron como una veintena de científicos junto a una compañía de mercenarios por seguridad debido a que hay grupos criminales. Apenas llegaron montaron un gran campamento y comenzaron a contratar a los habitantes de algunos pueblos cercanos para trabajar en las excavaciones”, “¿Qué encontraron?”, “honestamente no lo sé, pero dicen que son cosas muy valiosas, tan valiosas que los mercenarios se hicieron del control de la excavación y comenzaron a explotar a la gente”, “genial” dice Lara. “Se sabe que encontraron una red de ruinas subterráneas en ese lugar desde donde recuperaron varios objetos, pero antes que pudieran sacar algo más hubo un enorme derrumbe y mucha gente murió atrapada, como ya otros trabajadores huyeron estos mercenarios atacaron varios poblados de nativos y los usan como si fuesen esclavos para seguir excavando”, “que asco, y las autoridades no hacen nada”. “Aquí no hay autoridades. Desde entonces es una zona de guerra, hay una tribu de nativos que está dando la pelea contra los mercenarios, usan la jungla para tender emboscadas cuando pueden y además son cazadores de cabezas, ¿segura que quieres ir?”. Lara lo piensa un instante, “si segura, ya llegue demasiado lejos como para rendirme ahora”.

Joe le indica a Lara el único punto de acceso no vigilado ya que el rio separa la zona en dos grandes aéreas, “hay un puente de cuerdas aquí, nadie lo usa por lo peligroso, pero es la única ruta de entrada”. Lara se da cuenta que esto la dejaría más lejos de su objetivo, pero no hay otra opción, “muy bien llévame hasta ese lugar” y nuevamente salen en el vehículo de Joe que la conduce hasta el puente en un recorrido de un par de horas por escabrosos caminos. “Esto es lo más cerca que puedo llegar, espero que sepas lo que estás haciendo”, “gracias por tu preocupación”, “si bueno, no quiero que te pase nada antes que me pagues preciosa, contáctame cuando salgas de la jungla y buena suerte la vas a necesitar” y él se retira rápidamente. Lara chequea su equipo por última vez y cruza el puente mientras el caudaloso rio corre varias decenas de metros más abajo y se interna en la jungla.

El plan en un comienzo consistía en explorar algunos lugares marcados en el mapa que elaboro antes de salir, son áreas donde el explorador reporto que había ruinas de antiguas construcciones, pero por desgracia justo establecieron un campamento encima de uno de los sitios que Lara pretendía visitar. Al principio había decido evitarlo, sin embargo en el trayecto se topó con una patrulla de soldados y tras espiarlos durante un instante estos mencionaron que se había descubierto una serie de artefactos de gran valor así que tras pensarlo bastante decide visitar dicho campamento.

Lara llega al perímetro cuando ya está comenzando a oscurecer y a la distancia, usando binoculares, lo observa notando el despliegue de guardias, torres de vigilancia y también ve a los trabajadores llevar una serie de piezas a una construcción que sirve de depósito o bodega. Hace una nota mental de todo. Se mueve alrededor buscando algún punto débil y en eso encuentra un cadáver empalado en el pecho por una estaca. Busca la radio y pese a lo dañada consigue hacerla funcionar un instante escuchando algunas transmisiones donde se habla de problemas con el generador y además de un número de trabajadores muertos, por lo que decide ayudarlos también, no está dispuesta a dejar que los sigan usando como esclavos.

Al caer la noche Lara se infiltra al campamento. Distrayendo a uno de los guardias se acerca al generador y lo sabotea apagando todas las luces dejando solo las de emergencia. Varios guardias armados se despliegan con linternas a patrullar mientras comienzan a revisar que fallo en esta ocasión. A la distancia observa las celdas donde tienen a los nativos encerrados. De inmediato se escabulle y con un rápido movimiento deja inconsciente a los dos guardias y les quita las llaves dándoselas a un hombre que la observa, sorprendido, en su jaula. Lara le hace un gesto de silencio y él asiente con la cabeza, discretamente comienzan a salir de la celda para internarse en la jungla donde se ponen a salvo mientras ella vuelve a desaparecer en la oscuridad.

Con un fuerte golpe en la cabeza Lara reduce a otro guardia y entra a la bodega donde comienza a revisar lo que han encontrado. “¿Quién eres tú?” escucha una voz detrás y Lara voltea con su arco listo. Una mujer levanta las manos de inmediato y cae al suelo del susto, “no es asunto tuyo, ¿Quién eres tú?”, “¡Ilsa, mi nombre es Ilsa, era parte de un equipo arqueológico, pero Víctor mato al resto cuando se negaron a cooperar y ahora estoy obligada a trabajar con él!” responde asustada. Lara baja el arco, “soy Lara Croft” y la ayuda a levantarse, “¿viniste a rescatarnos?”, “podría decirse, pero ¿qué sucedió aquí?”, "era parte de una expedición privada, nos enviaron a esta zona a buscar un artefacto que se encuentra en alguno de los complejos de ruinas que están ocultas en la jungla, primero buscamos una especie de mapa de la zona, lo cual encontramos, pero aún no he podido descifrarlo” y le muestra a Lara una especie de medallón de relativamente gran tamaño con una serie de marcas en ambas caras. “¿Es un relieve?” dice Lara, “un relieve de una zona en específico, estas son montañas, un rio y esta parece ser una constelación en el cielo”.

“Excelente, veo que vamos avanzando” dice una voz grave y Lara se voltea con arco en mano, “¿Quién rayos eres tú?”, “mi nombre es Víctor Tartakov, ex fuerzas especiales rusas ahora mercenario y también arqueólogo capitalista a su servicio”, es un sujeto bastante corpulento y con cara de pocos amigos, “da un paso más y te pondré una flecha en la cabeza” le advierte Lara, pero Víctor sonríe, “eso lo dudo” le responde y en ese momento ella recibe una puñalada en el costado y cae al suelo. “Ella sabe como leer el medallón” dice Ilsa sujetando un cuchillo ensangrentado”, “¡maldita perra, trabajas para él!”, “así es, negocios Lara, cuando nos percatamos que todo esto vale una fortuna les dije a mis colegas que nos podríamos hacer millonarios, ellos se negaron así que con Víctor somos socios”, “hare que la lleven mi tienda, ahí le hare unas preguntas” dice Víctor, pero Lara no está vencida.

Tomándola por sorpresa Lara patea a Ilsa lanzándola sobre Víctor. Ilsa no se fijo que Lara iba armada con pistolas que desenfunda rápidamente y dispara sobre ambos obligándolos a cubrirse. Luego apunta a un estante donde tienen unos solventes provocando una explosión y fuego en la bodega. Aprovechando el caos recoge todo lo que encuentra y sale corriendo del lugar mientras se oyen gritos de todos lados. Lara intercambia disparos con los mercenarios mientras se abre paso entre ellos aprovechando la confusión reinante y la oscuridad, nadie entiende lo que sucede y corre hacia la jungla, “¡maldita se llevó todo!” dice Ilsa y Víctor se pone de pie, pero con una horrible herida en su rostro, “¡no llegara lejos!”.

Va saliendo del campamento buscando la seguridad de la jungla cuando observa un helicóptero. De inmediato dispara a los tanques de combustible con que lo abastecían y lo destruye. Se ve envuelta en una pelea con dos guardias, pero consigue liquidarlos aunque recibe un par de cortes algo profundos. En ese instante hay disparos hacia ella y se lanzan entre la vegetación a cubrirse, pero una bala le roza un brazo. Trata de escapar hacia la jungla, pero un disparo en una pierna la deja cojeando y consigue ponerse a cubierto tras un vehículo. Sabe que esta acorralada y solo tiene una ruta de escape.

Efectúa una serie de disparos obligando a los soldados a ponerse a cubierto y usa la oportunidad para dirigirse hacia el borde del risco. El rio con su enorme caudal corre al fondo y sin otra opción salta a sus torrentosas aguas ante el asombro de los soldados. “¿La tienen?” pregunta Víctor, “¡no señor, está muerta!” responde uno de sus hombres, “¿muerta?” replica con incredulidad, “¡salto al rio, nadie sobrevive esa caída!”, pero Víctor no luce convencido, “¡van a buscar cada centímetro de ese rio, la quiero viva o muerta, está claro!”, “¡si señor!” y sus hombres comienzan organizarse para seguir la persecución. Víctor mira por el borde del risco y desliza un dedo sobre su herida sangrante, “este round es suyo, señorita Croft” y arroja un costoso habano al rio.

Varios kilómetros más abajo Lara se aferra a un tronco que va en la corriente como balsa y lo usa para alejarse tanto como puede del campamento. Tras unas horas de viaje por el rio nada hacia la orilla y se tiende al sol de la mañana que va cobrando fuerza. Esta exhausta, ha perdido mucha sangre y el dolor de sus heridas y golpes, le pasa la cuenta. Arrastrándose consigue ponerse a cubierto y de su bolso saca algunos implementos para tratar sus heridas. Se da algo de tiempo para beber un poco de agua y recuperar el aliento. Ahora debe ponerse en marcha y tratar de alejarse tanto como sea posible antes que lleguen por ella.

Durante buena parte del día Lara se adentra en la jungla, su intención es volver hacia la ruta principal y ponerse a salvo antes de revisar con calma todo lo que se llevo del campamento. Sin embargo el cansancio y su disminuido estado físico la hacen detenerse con frecuencia, así que busca donde pasar la noche cuando unas rocas con una extraña forma le llaman la atención. Se acerca cojeando a observarlas y nota que sus bordes son completamente rectos y que otras ahí tienen perfectas formas geométricas. “Es increíble” dice asombrada. Como puede examina las ruinas notando unos extraños símbolos, iguales a los que aparecen en el diario del explorador. “¿Quién pudo construir algo así?” se pregunta cuando un piquete en su cuello la hace sobresaltarse. Lara se pasa la mano y remueve un pequeño dardo, “oh no” alcanza a decir antes de caer al suelo inconsciente. Rápidamente un grupo de aborígenes la recoge y se la llevan a lo profundo de la jungla.

Con un fuerte dolor de cabeza Lara comienza a despertar, esta desorientada y su visión nublada, pero poco a poco comienza a aclarar. “¿Donde, donde estoy?” pregunta una y otra vez hasta que sus sentidos vuelven por completo y se percata que está atada de manos, sentada en el suelo de lo que parece una especie de refugio. Cuando ya puede enfocar bien observa a cinco hombres a su alrededor. Todos de piel oscura, cabello negro y de aspecto macizo para su estatura. Fácilmente Lara es más alta que ellos. Todos están armados, arcos, flechas, cerbatanas, lanzas y una especie de machete hecho de piedra muy filosa. Las manchas rojas de los machetes no son alentadoras en absoluto ni tampoco las cabezas reducidas que llevan a la cintura como trofeos.

Uno de ellos habla en una lengua que Lara no comprende mientras otros revisan su mochila. “Deja eso” habla ella y de respuesta recibe una violenta bofetada, “hablaras solo cuando se te pida hacerlo” le dice un hombre ya mayor, con canas en su cabello y que usa un vistoso tocado en su cabeza como si fuese chaman. “¿Quién eres ladrona?”, “mi nombre es Lara y no soy una ladrona”, entonces uno de ellos habla y le entrega una pieza que Lara tomo del campamento, “mientes, esto es parte de nuestros ancestros” le responden, “¡lo recupere en el campamento no sé que es!”, “al igual que ellos, que han matado y esclavizado nuestra gente, blancos como tú solo vienen a robar y matar, pero hoy pagaras por tus crímenes”. Esas palabras sonaron a sentencia de muerte, Lara trata de convencerlos que no vino a robar y que ayudo a escapar a los prisioneros del campamento, pero no le creen.

Viendo su suerte sellada Lara es obligada a ponerse de pie y llevada al exterior del refugio donde hay un tronco manchado de sangre. Cuando quien la llevaba se distrae Lara lanza un brutal codazo hacia atrás y se lanza sobre el resto haciéndolos caer uno sobre otro después usa una lanza que cae y corta sus amarras y va por sus armas cuando una daga aparece junto a su cuello, “nada mal ladrona, eres fuerte” le dice el chaman. En ese instante el resto de los aborígenes entra al refugio y se abalanzan sobre Lara dándole una tremenda golpiza en el suelo, ella trata de cubrirse, pero la sujetan y la sigue golpeando brutalmente, solo la intervención del chaman los detiene y luego habla en su voz nativa. Ella no sabe lo que dice, pero por la sonrisa en el rostro de los presentes, no es nada bueno.

Con bastante rudeza la hacen ponerse de pie y la amarran al poste con sus manos por encima de su cabeza y sus pies bien atados. Su rostro esta ensangrentado y queda aun más maltratada que antes. El chaman pone a los pies de Lara una serie de hierbas secas y luego un carbón ardiendo encima produciendo un humo muy espeso. Lara trata de contener la respiración, pero recibe un golpe en el estomago que la deja sin aire y eso la obliga a inhalar profundamente el humo. Después que la hierba se quema ellos solo la observan.

Lara comienza a sentirse desorientada y siente su cuerpo extraño, suda de una manera increíble, su respiración se hace entrecortada y jadea de forma notoria. La observan con malévolas sonrisas mientras notan su reacción y esperan. Pronto Lara siente un ardor que se va haciendo cada vez más evidente. Siente como sus senos y en especial sus pezones se vuelven cada vez más sensibles y también se marcan de manera evidente en su peto. Cada vez que respira hondo sus grandes pechos se levantan notablemente llamando la atención de los presentes. Lara presiona con fuerza sus muslos. Nunca había sentido su sexo tan ardiente como ahora, pronto se observan los jugos de su vagina impregnar su ropa y correr por sus piernas. “¡Que me hicieron bastardos!” reclama mientras trata de controlarse sin éxito. Lara siente su libido encenderse de una manera tremenda.

El chaman se acerca hacia Lara, le pasa su mano por su cuerpo y ella no puede evitar dejar escapar un profundo suspiro, le sube el peto dejando sus impresionantes pechos al descubierto y desliza una pluma sobre sus pezones haciéndola gemir sin poder controlarse. Le introduce un dedo en la boca y Lara comienza a chuparlo, le pasa la lengua y él después lo desliza entre sus muslos y se lo vuelve acercar a la boca, ahora con el sabor de su coño y ella lo saborea ansiosamente y pide más, “¡quiero más, dame más!” dice con una voz cargada de lujuria.

Con un gesto el chaman ordena cortar las amarras y Lara cae de rodillas al suelo. Se retuerce y acaricia su cuerpo, es una sensación abrumadora, se siente tan terriblemente excitada que comienza a masturbarse ahí mismo, sin pudor alguno. Se frota sus pechos y desliza una mano con fuerza entre sus muslos frotando su entrepierna y saboreando los jugos de su coño, Lara no tiene control alguno de sus acciones y presiona sus dedos en su vagina, tan adentro como puede. El dolor de sus heridas simplemente desaparece y una lujuria salvaje e incontrolable recorre todo su cuerpo.

Los cinco hombres presentes se quitan sus vestimentas y Lara pronto tiene ante sus ojos cinco vergas, todas de muy generoso tamaño considerando la baja estatura de los aborígenes. Los cinco comienzan a frotar sus miembros ante los ojos de Lara, que los observa como un perro hambriento observa un bocado de carne. Juega con sus labios, se saborea, en sus ojos se observa una lujuria desatada. Su instinto sexual el cual se encuentra por encima de las nubes y pronto se lanza sobre los miembros que tiene a su disposición.

Sin pensarlo, sin dudarlo, sin siquiera resistirse Lara comienza a chuparlos, a lamerlos a saborearlos. Se muestra ansiosa e insaciable, se traga las vergas hasta el fondo de su garganta e incluso pone dos a la vez entre sus labios mientras les hace una paja a los demás. Las heridas que ha sufrido no le duelen en absoluto y pese a que estaba exhausta hace unos instantes ahora su cuerpo reboza de energía sexual. Solo quiere que la follen, que la violen, que la ultrajen, quiere que la cojan tan duro como sea posible. El gran tamaño de los miembros solo la pone más ardiente aun y ahora los disfruta como si fuese un niño al que le permiten comer todos los caramelos del mundo.

Uno a uno ellos la follan en la boca, Lara siente esas vergas presionando contra su garganta y eso le encanta. La tratan con rudeza, pero no le importa. Esta rendida a sus instintos sexuales y quiere gozar y quiere ser follada por lo mismo no opone resistencia cuando la desnudan por completo. Su peto se lo sacan a tirones revelando sus majestuosos senos de gran forma e impecable tamaño y rápidamente le quitan sus shorts. La ponen de espaldas en el suelo. Uno se monta encima y desliza su miembro entre sus pechos y se hace una paja con ellos mientras se encarga de frotar y lamer las demás vergas. Siente como alguien la toma de las piernas y la penetra de una vez. Lara deja un profundo gemido al sentir un grueso miembro bien hundido en su coño que se encuentra tan mojado, que no tiene problema alguno en ser penetrada, para después recibir furiosas acometidas. "¡Oh si, oh si, vamos bien duro, bien adentro!". El grueso miembro frotando su coño la hace delirar, recorriéndola y esa sensación la deja totalmente abrumada y pidiendo por más, algo que sus acompañantes están más que dispuestos a darle.

“¡Más, quiero más!” se le escucha decir mientras la follan. Recibe una embestida tras otra mientras en su boca acoge uno y otro miembro. Toma dos a la vez y los acerca a sus labios para pasar su lengua y saborear el líquido que comienza a escapar. Se pone en cuatro sobre el suelo recibiendo de a dos vergas a la vez, en su boca y en su sexo, Lara lo quiero todo y lo hace saber a cada momento y ellos mantienen el paso a fin de gozar de su esplendido cuerpo y satisfacerse ellos mismos y a la, ahora, insaciable Lara Croft que se traga todo lo que recibe en su boca.

Bien montada sobre una verga Lara la cabalga con todo. Sus senos se agitan vigorosamente mientras ella mueve sus caderas sintiendo el miembro bien hundido en su coño. Con su boca recibe otro y ellos se turnan para recibir una mamada de su parte. Lara va de verga en verga, montándose sobre una y otra, no quiere perder detalle alguno, gota alguna, "¡me tiene que dejar bien llena!" les dice como si se tratara de una orden. Lo quiere todo y por lo mismo lo disfruta aun más cuando un miembro comienza a hundirse entre sus nalgas, “¡dos a la vez si más, más!” dice sin poder controlarse. En su boca Lara recibe una descarga de espeso semen que devora con ansias mientras la penetran entre dos. Ellos se van turnando para romperle el culo y eso le encanta a Lara que busca como satisfacer su increíble calentura de cualquier manera, entre más adentro y con más fuerza mejor aun.

Dándole la espalda se monta sobre el chaman que le hunde su verga entre sus nalgas. Ella se recuesta sobre él y de inmediato recibe no una, sino que dos vergas en su coño. Sus gemidos solo se ven ahogados cuando recibe una verga en su boca y Lara se asegura que así sea, lo quiere todo y con todo, su cuerpo actúa por cuenta propia, no es capaz de pensar ni razonar, solo quiere que la follen tan duro como sea posible y disfruta al sentir su boca inundada de espeso semen que ella se esmera en tragar.

“¡Vamos, bien adentro, demonios!” dice con sus dientes apretados al sentir como le abren su trasero con dos vergas al mismo tiempo. Lara se siente cerca del clímax mientras ellos ya se han corrido varias veces sobre su cuerpo sudado e impregnado con semen. Solo quiere sexo y nada más. Quiere que la penetren, quiere sentir esos miembros tan profundos como puedan darle y saborear aquellas vergas en su boca y sentirlas bien metidas en su cuerpo.

Habiendo perdido la noción del tiempo Lara finalmente alcanza una serie de profundos orgasmos, sus gemidos llenan el refugio. Una sensación que la recorre desde la punta del cabello hasta la punta de sus pies mientras ellos se corren de forma abundante. Todos demuestran tener un vigor tremendo, considerando el estado de Lara que parece absolutamente insaciable. Ella se revuelca en el suelo, desliza sus manos sobre su cuerpo y las pasa sobre su boca sintiendo la mezcla entre su sudor y el semen que la cubre. Solo entonces se va calmando hasta que debido al cansancio ella cierra sus ojos y se duerme.

Ya es de noche cuando Lara despierta. Se encuentra sobre una especie de tapado y parcialmente cubierta con una piel de animal. Mira a su alrededor y poco a poco los recuerdos vuelven a su mente, todos los recuerdos. Lara no se explica que sucedió, o porqué está viva aun. El chaman ingresa al refugio y le deja un pellejo con agua, “cuando termines, ven a comer con nosotros” y luego sale. Lara no se explica este cambio, la atraparon, la golpearon, quisieron ejecutarla, la drogaron y luego ella, fuera de sí, tuvo sexo salvaje por el efecto de las drogas y ahora la invitan a comer.

Sin hacer una sola pregunta Lara procede a asearse y a vestirse. Luego otro de los nativos se le acerca y revisa sus heridas aplicando una especie de aceite sobre las mismas para luego hacerle un gesto que venga a comer. Al salir observa que hay seis hombres, no cinco como antes y ellos la miran y le sonríen. Lara siente una enorme vergüenza tras lo sucedido en ese lugar y se sonroja visiblemente. “No te preocupes, los hombres de nuestra tribu son muy reservados con los asuntos personales, nadie más lo sabrá” le dice el chaman que invita a Lara a sentarse junto a ellos alrededor de la fogata.

Lara prefiere no preguntar con que la drogaron, siente demasiada vergüenza por ello, pero le pregunta porque la ayudan ahora si antes querían matarla. “Ayudaste a nuestra gente” le responde y apunto con el dedo al sexto hombre, ese que llego cuando la estaban follando y del cual Lara no se percato en ese momento con su lujuria desatada, pero ahora lo reconoce como a quien le entrego las llaves de las celdas. “Nos dijo que tú los liberaste de la prisión y mataste a varios criminales”, “me parece que dije eso antes de todo este, lio”, “lo siento, pero no teníamos como creerte”. Sin decir nada más Lara come lo que le ofrecen, un animal pequeño bien cocido, tiene buen sabor al menos. Luego los escucha hablar entre ellos, no entiende lo que dice, pero nota cierta urgencia en sus palabras.

“Vendrás con nosotros, te llevaremos a nuestra aldea” le dice el chaman, “¿Qué ocurre?”, “hay mercenarios moviéndose por toda la jungla, tus acciones al parecer provocaron algo”, “deben ser los objetos que tome del campamento, Víctor debe estarlos buscando”. Lara se siente algo responsable por todo esto, sin embargo no oye reproche alguno en las palabras del chaman y en medio de la noche se ponen en marcha, aunque Lara ya no está en las mejores condiciones físicas.

Si de día el terreno es complicado de noche es aun peor. En condiciones normales Lara podría moverse sin grandes dificultades, pero está muy debilitada por todos los esfuerzos que ha realizado y sus heridas. Para empeorar las cosas Lara sufre un par de fuertes caídas que la debilitan aun más, pero entre todos la ayudan a avanzar y se detienen ocasionalmente para permitirle recuperar el aliento. Sin embargo es imperioso volver a la aldea antes de que amanezca.

Tras caminar por horas llegan a una caída de agua y con cuidado se mueven tras la misma. Las rocas están resbalosas y Lara casi cae de nuevo, “estoy bien, estoy bien” les dice. Pisando con cuidado Lara se abre paso por un estrecho sendero hasta finalmente llegar a la aldea que se enclava en una formación rocosa. Lara mira al cielo, pero no ve las estrellas, solo vegetación muy espesa. Hay antorchas encendidas y algunas personas se acercan a mirar, en ese momento Lara finalmente colapsa y cae al suelo, totalmente exhausta, su cuerpo simplemente no puede más. La llevan a una choza y varias mujeres la atienden y le quitan sus ropas, “bebe esto, te hará dormir y despertaras mejor” le dicen, y le dan de beber una especie de infusión muy aromática que le provoca un sueño muy pesado y se duerme profundamente.

Al despertar Lara se siente un poco mejor, aun débil, pero mejor. Nota que sus heridas recibieron atención y se sorprende al percatarse que esta desnuda, aunque cubierta con algunas pieles y tejidos. Como puede se pone de pie y se cubre con lo que encuentra. Mira a su alrededor y ve que está dentro una choza, modesta, pero acogedora con una fogata encendida. Se acerca a una ventana y mira discretamente por la cortina de hojas que la cubre notando que afuera hay varias personas que miran con curiosidad hacia donde se encuentra.

“Qué bueno verte en pie” escucha Lara a sus espaldas y ve que una mujer entro a la choza y la saluda con una amable sonrisa. Se sorprende al verla ya que por sus rasgos no parece que perteneciera a la tribu y también porque habla su idioma sin problema. “¿Quién eres?” pregunta Lara algo desconcertada, “soy Mila, hija del chaman, ¿te sorprende que hable tu idioma?”, “si un poco, tu padre debió enseñarte”, “en realidad mi madre nos enseño a ambos, mi padre es él chaman y ella una mujer europea que llego a nuestra jungla, me enseño su idioma y también herede sus rasgos, por eso me veo diferente al resto de las mujeres de la tribu” le explica con calma.

Mila le ofrece a Lara algo de comer y revisa sus heridas. Las limpia y les aplica un ungüento a base de hierbas y las cubre con hojas a modo de vendaje. “Estabas bastante golpeada cuando llegaste”, “ha sido una expedición más dura de lo que tenía pensado”. Ambas conversan un instante, Mila cuenta que su madre era científica, una botánica, que estaba estudiando las plantas en la zona. Y por casualidad se encontró con su padre, el chaman, que la trajo a la aldea de la cual nunca se fue. “Yo soy el producto de dicha relación” dice Mila, “y donde esta ella, me gustaría conocerla”, “falleció hace unos años” Lara se disculpa en el acto, pero Mila no se hace mayor problema, “la vida y la muerte son cosas normales en la jungla”.

Ambas conversan cuando una mujer entra a la choza y habla en su lengua nativa con Mila. De reojo observa a Lara y se retira. “Debes vestirte, hay una reunión del consejo de ancianos y debes estar presente”, “¿es sobre mi esta reunión?”, “así es”. Mila le ofrece a Lara una de sus tradicionales “vestimentas”, pero Lara no se siente muy cómoda paseándose con sus grandes pechos casi al descubierto y Mila improvisa una especie de vestido usando las pieles con las que se cubrió en la noche, “vamos se hace tarde”.

Al cruzar la aldea Lara observa con detalle el lugar. Está enclavado en una especie de cráter, en el fondo del mismo rodeado por altas paredes de roca desde los cuales brotan manantiales en abundancia. El techo de la aldea está cubierto por la espesa vegetación, por lo que aun si el sol alumbra con fuerza su luz llega reducida hasta la aldea protegiendo a sus habitantes del intenso calor y de ojos indiscretos, es un refugio ideal. Se ven chozas construidas en las paredes de roca y otras en cuevas naturales. Lara por su parte llama bastante la atención, hombres y mujeres la observan con desconfianza y ciertamente no los culpa. Con extranjeros como Víctor e Ilsa, no ve porque deberían confiar en ella.

“Por aquí” dice Mila ayudando a Lara, que usa una vara como bastón, a entrar a una gran choza que sirve como centro comunitario donde hay mucha gente reunida. Sentados en una serie de cojines de piel y luciendo diversos tocados esta el chaman junto a otros siete hombres. “El del centro, es el anciano mayor, líder de la aldea” le explica Mila que le señala que hay algunos que hablan en contra de la presencia de Lara y la quiere fuera o muerta. Sin embargo el chaman habla a favor de Lara y luego no uno, sino que varios de los prisioneros en la excavación hablan a favor de ella también señalando que escaparon gracias a que los libero antes de ir por los objetos y que la vieron matar a varios ladrones. Otro señala que Lara destruyo la maquina voladora, el helicóptero, con el cual habían realizado varios ataques en la zona. Al final a Lara se le permite quedarse, pero sujeta a las reglas de la tribu. Además no podrá salir de la aldea hasta que los ladrones se retiren y sea seguro otra vez para no comprometer a los aldeanos y sus pertenencias quedaran retenidas de momento. No es precisamente lo que quería, hubiera preferido seguir explorando, pero al menos podrá recuperarse y mantenerse a salvo. “Muchas gracias” dice.

La presencia de Lara en la aldea causa bastante curiosidad en especial entre los jóvenes que nunca habían visto antes a un extranjero. Tras escuchar los testimonios ante el consejo de ancianos Lara ya es vista con mejores ojos. Ocasionalmente sale de la choza que ocupa a caminar por la aldea acompaña de Mila que le explica la vida de la gente y lo que ha sucedido desde que Víctor llego a la zona, además le sirve para ir estirando sus músculos. “Antes las mujeres salían a recolectar frutos e incluso a cazar animales, ahora todo lo hacen los guerreros que se mantiene alerta por si esos criminales se acercan a nuestra aldea”. Lara incluso aprende a cocinar a y a preparar algunos alimentos, cosa que nunca aprendió en casa, “realmente soy un desastre en la cocina” dice sonriendo. Las demás mujeres se sorprenden que no sepa preparar la comida, “en mi casa hay un mayordomo que se encargaba de esas cosas” explica Lara y Mila lo encuentra algo fascinante que un hombre haga las labores de la casa.

A medida que va recuperándose Lara comienza a entrenar de nuevo, quiere ponerse en forma y sus heridas ya han sanado bastante gracias a los cuidados de los aldeanos. Ellos se impresionan al verla entrenar y en especial cuando hace algo de practica con arco y flecha. Algunos aldeanos que Lara ayudo a escapar describen haberla visto pelear mano a mano con algunos de los mercenarios, "una mujer que pelea como un guerrero" dice uno y no faltan quienes buscan retarla, pero Mila se opone diciendo que ella no está en condiciones aun. Para Lara el mayor problema es el lenguaje, su lengua es bastante compleja de aprender y aunque ya ha aprendido lo básico todavía le cuesta comprender sentencias más largas, por suerte Mila la acompaña en todo momento. "Sé que se ríen de mi, pero quisiera saber porque" dice Lara sobre un grupo de mujeres, "les resulta difícil creer que una mujer con esos, atributos, sea capaz de pelear" responde Mila haciendo un gesto al generoso busto de Lara, "pues con mucha practica" responde.

Ya es de noche en la aldea cuando Mila va a visitar a Lara, "ven conmigo, te voy a mostrar algo" le dice y Lara la sigue. La luna apenas es visible en medio del denso follaje y la aldea se ilumina solo con algunas antorchas y fogatas. Mientras el patio de la misma Lara observa un grupo de mujeres acompañando a uno de los jóvenes. "¿Adonde lo llevan?" pregunta, "es el rito de madurez, ahora se va a convertir en todo un hombre" responde Mila, Lara luce algo sorprendida, "¿con todas las mujeres a la vez?" pregunta incrédula, "oh no, no con todas, solo con su madre, las demás solo observan", "¿y si es una mujer entonces…?", "Es el padre el responsable en convertirla en una mujer adulta".

Mila conduce a Lara hasta una caverna cuya entrada está adornada con una serie de inscripciones. "Esto era una especie de templo es un espacio que solo las mujeres pueden usar". Tras internarse unos metros llegan a una enorme piscina termal con aguas que fluyen naturalmente desde la montaña, "vaya esto es increíble" comenta Lara. "Vamos, quítate la ropa, esto te va a ayudar" y Mila se desviste y se mete al agua, Lara el cuerpo de la joven, la mezcla de su ascendencia nativa y europea le da una belleza única y exótica. Algo dubitativa Lara la sigue dejando sus ropas a un lado y se sumerge sintiendo el efecto relajante en su cuerpo, "realmente necesitaba algo así" comenta y luego respira profundamente. Cerca hay otras mujeres de la aldea que observan a Lara con mucho interés, apreciando el atlético y curvilíneo cuerpo que posee.

De una extraña fruta que Mila exprime obtiene un espeso y aromático aceite que unta en la piel de Lara, "tranquila" dice al notar su reacción, "esto ayudara a tus músculos" y comienza a deslizar sus manos sobre el cuerpo de la aventurera que luce algo sorprendida por la situación. Mila continua pasando sus manos sobre su espalda, sus caderas y Lara hace comienza a hacer lo mismo sobre el cuerpo de la joven. "A veces el trabajo de la aldea es muy duro, aquí vienen las mujeres a relajarse". Pronto incluso las otras mujeres que estaban mirando se acercan y Lara siente varias manos encima algo que la desconcierta un poco.

Las mujeres a su alrededor hablan y comentan, se ríen mientras acarician su atlético cuerpo untándolo con ese aromático ungüento. Esta visiblemente sonrojada y sus pezones se ponen duros y erectos llamando la atención de las presentes. "Tienes un cuerpo muy hermoso" le habla Mila al oído y Lara deja escapar un profundo suspiro cuando le acarician su trasero, "solo déjate llevar" le susurra al tiempo que presiona un dedo entre sus nalgas haciéndola sobresaltarse. Poco a poco las caricias se van haciendo más intensas, Lara se va dejando llevar mientras sus pechos son gentilmente acariciados, se le hace imposible ocultar su excitación, la forma en que respira y los suspiros que deja escapar la delatan. Mila comienza a besarla en el cuello al tiempo que su dedo presiona con más fuerza mientras se hunde entre las nalgas de Lara, "así, más adentro" susurra débilmente. Las demás mujeres comienzan a besar sus grandes pechos y a frotar su entrepierna, presionando sobre su clítoris. Cierra sus ojos y comienza a gemir con fuerza, totalmente invadida por la excitación y dejando que aquellas mujeres se deleiten con su cuerpo.

Delicadamente recuestan a Lara sobre el borde la piscina que de inmediato intercambia besos con todas las mujeres ahí presentes las cuales no dejan de acariciar su figura. Mila se ubica entre las piernas de Lara y le hunde su lengua tan profundo como puede haciéndola gemir de una manera salvaje. Las mujeres también descienden sobre su cuerpo deslizando sus lenguas sobre sus curvas devorando sus pechos y buscando sus labios también. El contraste entre la orgia que tuvo con los hombres de la aldea cuando la encontraron y las mujeres es evidente, aunque ellos la drogaron con un poderoso afrodisiaco. Con los hombres fue sexo duro y salvaje, aunque Lara no estaba en control de sí misma recuerda y sabe perfectamente lo que hizo. Con ellas es algo más delicado y se toman su tiempo en acariciar y degustar su cuerpo haciéndola disfrutar y disfrutando ellas mismas de las generosas curvas de Lara.

"Si, no pares por favor" murmura al sentir como le devoran su coño, una de las mujeres se monta sobre Lara y de inmediato le hace sexo oral pasando su lengua sobre los labios de su vagina y luego hundiéndola en la misma. Se besan y acarician entre ellas. Frotan sus cuerpos entre si y se esmeran en follar a Lara chupando ansiosamente sus senos mientras le hunden sus lenguas y sus dedos en su coño. Juegan con el lo estimulan, acarician su clítoris y le pasan la punta de la lengua haciéndola estremecerse por completo. Los gemidos de Lara se ven ahogados cuando una a una se montan sobre ella haciéndola que les devore el coño, restregándoselo en la cara y Lara responde con gusto moviendo hábilmente su lengua y degustando ese sabor tan particular.

"¡Oh si, oh si!" exclama Lara cuando siente que le meten varios dedos en su culo. Ella se pone en cuatro sobre una manta exhibiendo su trasero y su coño. Mueve su cuerpo adelante y atrás al ritmo de las acometidas que le dan. Una mujer la toma del pelo y la obliga a que le de sexo oral, lo que Lara hace de inmediato mientras la follan. Mila la toma de las caderas y la jala hacia atrás como si la estuviera penetrando, algo que a Lara le encanta. La besan y la manosean, frotan sus cuerpos entre untados como en ese aromático aceite. Le separan las nalgas y siente como presionan ahí con la punta de la lengua y deja escapar unos ardientes gemidos, le enloquece que se lo hagan así.

Entre todas se besan y acarician. A Lara la voltean sobre la manta disfruta de sus cuerpos y nota la variedad de los mismos. Mila teniendo una mezcla de rasgos europeos y nativos mientras las demás mujeres más bajas y algo rellenitas en sus figuras. Sus senos caídos, ya que nunca usan sostén, pero hermosos a la vez. "Aquí vamos" dice Mila y Lara deja escapar un ardiente quejido. Mila comienza a presionar con toda su mano en el coño de Lara, poco a poco esta se hunde mientras las demás mujeres le separan ampliamente sus piernas y otras se dedican a acariciar y chupar sus senos. Mila presiona hasta meter por completo su mano en ese ardiente coño. Lara nunca había experimentado algo así antes en todas las ocasiones que había tenido sexo con otras mujeres. "Vamos, te gusta, admítelo" dice Mila y Lara se mueve vigorosamente mientras es follada de esta manera, sus palabras apenas se entienden entre sus gemidos.

Durante varios minutos el coño de Lara es follada de esa manera no solo por Mila, también por las demás mujeres y Lara se entrega por completo. Mila le pasa los dedos en la boca, "tu sexo sabe delicioso" le dice mientras Lara apenas puede hablar por los gemidos que deja escapar mientras la cogen. La hacen ponerse en cuatro y entre varias de las mujeres le van metiendo sus dedos en el culo en medio de los estremecedores gemidos de Lara que resuenan en la caverna, "¡si, oh si, más, más!" dice a cada momento. Mila se pone frente a Lara y esta le devuelve el favor lamiendo su sexo y pasando su lengua entre los labios de su vagina como solo ella sabe hacerlo

Cambiando de pose Mila y Lara cruzan sus piernas entre sí frotando directamente sus coños. Presionan con fuerza sujetándose la una a la otra sintiendo sus ardientes coños en contacto. Ambas intercambian besos y lamidas con las demás mujeres que se acarician entre ellas también. Pierden totalmente la noción del tiempo y en el caso de Lara pierde la cuenta de cuantos orgasmos ha alcanzado. "Vaya eso fue increíble" dice exhausta, "me alegra que lo hayas disfrutado" replica Mila y ambas se quedan en la piscina un rato disfrutando de las aguas termales junto al resto de las mujeres.

En el campamento de Víctor hay una actividad ferviente. Patrullas salen a intervalos regulares peinando la jungla, pero sin resultados. "5 hombres perdidos y no hay rastro de nada, ni de los objetos que se llevo, ni de la perra esa, ni de los malditos indios, a estas alturas o la mataron o", "la protegen" dice Ilsa al segundo al mando de Víctor que la observa con cara de pocos amigos. Víctor recibe atención médica a la herida que tiene en el rostro, no dice nada mientras un doctor le realiza otra curación. "Tal vez debimos contratar a esta arqueóloga inglesa y haber liquidado a esta puta" señala Nicolai e Ilsa reacciona de inmediato, "¿Qué dijiste?, ¡no es culpa mía que tus hombres sean una manga de imbéciles!" señala furiosa, "¡al menos hacen su trabajo, tú fuiste incapaz de encontrar una sola pista y esa tal Croft no tardo ni 30 segundos en percatarse de lo que había en esa cosa!". "El problema es que hemos subestimado a nuestra adversaria" señala Víctor y deja sobre la mesa una serie de correos electrónicos que le llegaron hace poco. En ellos se detalla las aventuras de Lara en Yamatai, Siberia y Perú. "Esta mujer más parece un comando que una arqueóloga" dice Ilsa, "si se aliado con los aldeanos jamás la vamos a encontrar, no se van a exponer hasta que nos vayamos" agrega con evidente frustración. "Entonces debemos irnos" dice Víctor poniéndose de pie y luciendo una enorme cicatriz en su cara.

En la aldea Lara sigue recuperando sus fuerzas. Tras unos días ya se siente mejor que nunca y está ansiosa por poder retomar su investigación, pero se comprometió a respetar las leyes de la aldea y por lo mismo, aun no puede salir. "¿Por qué esa cara?" le pregunta Lara y Mila le explica lo que ocurre, "bueno, tal vez esto te anime un poco, los exploradores de la aldea reportaron que el campamento mercenario está siendo desmantelado, han visto vehículos salir cargados con soldados y parte de las cabañas han sido desarmadas, al parecer se han dado por vencidos" dice Mila con una sonrisa, pero Lara no está segura, "no tiene sentido, si vinieron a buscar riquezas no se van a dar por vencidos tan fácil, dile a tu padre que tenga cuidado, hay algo raro en todo esto", "¿crees que puede ser una trampa?", "es posible".

La inactividad pone nerviosa a Lara, no se haya sentada sin hacer nada. Se ejercita, practica con arco y hace lo que puede por mantenerse ocupada, sin embargo desea retomar su trabajo y le pregunta a Mila si puede interceder por ella. "Lara, no puedo, tu ya hablas nuestra lengua, ve tu misma y habla con él", haciendo referencia al jefe de la aldea. Tras pensarlo un rato Lara decide ir y hacer el intento.

Se dirige a la choza que sirve de centro comunitario donde se encuentra el jefe de la aldea. Siguiendo las costumbres de los nativos ingresa y se arrodilla frente al altar donde tiene su asiento. En ese momento él habla con otros aldeanos y nota su presencia, pero no le dice nada y ella tampoco. Debe esperar a que él le dirija la palabra.

Durante un buen tiempo espera, pronto comienza a creer que la está poniendo a prueba de manera intencional. Habla con varios aldeanos e incluso el padre de Mila está presente, pero no interviene. Tras largos minutos se acerca a Lara deteniéndose enfrente. "¿Qué quieres?" le pregunta y solo en ese momento Lara levanta la vista. Es un hombre ya mayor, incluso es más viejo que el chaman, es un poco más alto que el resto de los hombres de la aldea y su aspecto ciertamente es atemorizante. Las cicatrices en su cuerpo delatan que ha participado en un buen número de batallas contra otras tribus así como ha cazado peligrosos animales de la jungla. A su cintura lleva amarradas varias cabezas reducidas como trofeos y si bien tiene un solo ojo, el derecho, Lara tiene la impresión que pudiese ver a través de ella sin problemas.

"Quiero recuperar parte de mi equipo" dice Lara con tono respetuoso y manteniéndose de rodillas, "¿parte de tu equipo?" responde él, "solo necesito mi material académico y los artículos para estudiarlos, para seguir investigando", "¿investigando que cosa?", "investigar qué es lo que estos tipos están buscando", "¿Y tú no sabes?", "no, aun no". "¿A qué te dedicas realmente?", "soy una arqueóloga, en mi trabajo nos dedicamos a investigar el pasado, desentrañar sus misterios y enseñar ese conocimientos a las generaciones futuras", "¿y todos los arqueólogos van armados como tú?", Lara sonríe brevemente, "a veces es necesario protegerse" responde.

"¿Por qué viniste a nuestra jungla?" le pregunta él mientras se sienta. "Encontré información que recopilo mi padre, él también fue arqueólogo y en su momento quiso visitar la jungla para explorar", "¿sigues lo pasos de tu padre?", "así es", "¿y qué hay de tu madre?", "ella era una artista y murió en un accidente cuando yo era niña", "¿y por que tu padre no vino?", "porque lo mataron antes que él pudiese visitar la jungla", aquí el jefe luce intrigado ante la respuesta de Lara. "¿Quiénes lo mataron?", "unas personas que querían un trabajo importante que estaba haciendo", "¿y tú qué hiciste?", "cuando supe la verdad, busque venganza contra estas personas, ahora ellos están muertos". Lara responde con firmeza en su voz y en su mirada, ambos se miran a los ojos fijamente y la respuesta parece satisfacer al hombre que después le pide a una muchacha que traiga las pertenencias de Lara.

"Toma lo que necesitas" le dice y Lara de inmediato busca los artefactos que se llevo del campamento, así como el cuaderno con apuntes, el mapa que ella elaboro y otros implementos. Cuidadosamente deja las armas ahí y se inclina en señal de agradecimiento. "Considéralo un gesto de buena voluntad" le dice el anciano y Lara se retira en silencio.

Raudamente regresa a su choza y se pone a trabajar ante una atónita Mila que no entiende mucho lo que Lara está haciendo. Menos aun cuando despliega toda clase de papeles y documentos de los cuales no comprende nada mientras la observa. Lara lee el cuaderno, los artefactos y el mapa mientras hace una serie de traducciones e incluso algunos cálculos matemáticos. Lara se sorprende al notar que ellos tenían información bastante precisa de que buscar, un artefacto se menciona e incluso encuentra un dibujo del mismo. “¿De dónde obtuvieron esta información?” se pregunta. Se le va casi todo el día en ello. Mila le trae algo de comer, pero Lara apenas nota su presencia debido a lo concentrada que esta.

"¡Demonios!" se queja en voz y Mila casi salta del susto, "¿Qué ocurre?", "este medallón, está dañado y faltan unos símbolos, sin los cuales no es posible determinar la ubicación de las otras ruinas" y mueve su cabeza en señal de frustración. Mila lo recoge y lo observa detenidamente, "he visto algo como esto antes" y Lara la observa perpleja, "¿Dónde?", "en la montaña que rodea la aldea hay todo un sistema de cuevas y túneles, la gran mayoría están cerrados por ser muy peligrosos, cuando era niña con varios amigos entramos en ellos y recuerdo haber visto esto en un grabado en la pared". "¿Podrías llevarme a ese lugar?", "claro, vamos de inmediato".

Lara recoge su linterna y una cámara digital. Mila la guía hacia un sector lejano de la aldea donde hay una cueva señalada con indicaciones de peligro. "Recuerdo que cuando salimos de este lugar y mi padre me sorprendió, no me pude sentar en varios días, estaba furioso" señala Mila. Ambas se toman de la mano mientras caminan, Lara con su linterna y Mila con una antorcha. Van lentamente moviéndose sobre el resbaladizo suelo de piedra. Tras andar unos minutos se ven unos símbolos grabados en la roca y Lara les toma unas fotos, "es más adelante, no pierdas de vista la pared, es la referencia para salir de aquí" señala Mila.

Siguen avanzando en la oscuridad, la antorcha y la linterna parecen ser incapaces de proveer suficiente luz, Lara nunca experimentado algo así antes, una oscuridad total como ahora. "¿Oye, escuchaste eso?" señala Lara, "si, pero puede ser una corriente de aire" responde Mila algo nerviosa. A medida que se mueven es obvio que hay algo más en la cueva. El sonido de rocas moviéndose las hace detenerse, "¿segura que no hay mitos de monstruos o algo así?" pregunta Lara ya visiblemente nerviosa, "pues no que yo recuerde" responde Mila angustiada. Lara mira en todas direcciones, pero la oscuridad de la cueva parece tragarse la luz de su linterna, "debí traer un arma" dice Lara.

En ese momento Mila siente que alguien le toma la espalda, el grito es tal que Lara al asustarse, pierde el equilibrio y deja caer su linterna y Mila la antorcha. Siguen unos segundos de una confusión terrible donde Lara no pueden encontrarla y Mila grita desaforada. "¡Estas bien que paso!" le pregunta y al alumbrar con la linterna ve a Mila sujetando del cuello a alguien con una mano y con la otra tiene a alguien del pelo. "¡Malditos mocosos mal nacidos pagaran por esto!" les grita furiosa, al menos es lo que Lara puede traducir. Lara esta atónita mirando como ella los golpea a ambos que tratan de librarse hasta que finalmente pueden salir corriendo. "¡Debí saberlo malditos enanos!" dice furiosa, "¿Quiénes son ellos?", "¡un par de chicos de la aldea, hermanos y son unos traviesos por decirlo menos, no obedecen a nadie, excepto al jefe y siempre están causando problemas, pero esta me las van a pagar!".

Lara se esfuerza en contener la risa, Mila esta que hierve de rabia al tiempo que trata de calmarse, "par de rufianes" murmura. Tras bajar los humos un poco siguen caminando hasta llegar a la cámara de la que Mila le hablo. Encienden varias antorchas y de esta manera Lara puede apreciar mejor lo que hay. Los relieves que se aprecian la intrigan profundamente, Lara toma fotos por todos lados y se da cuenta de algo, hay dos lenguajes grabados en piedra. Uno de ellos cree que puede traducir y de ese se deriva el lenguaje usado por los aldeanos. El otro es imposible de traducir, son símbolos que Lara jamás había visto antes. También encuentra el grabado del que Mila le hablo. Lara toma varias fotografías del mismo y tras darse por satisfecha salen de las cuevas.

De vuelta en su choza Lara se pone a trabajar y consigue descifrar la ubicación de lo que Ilsa y Víctor andan buscando. “En esta zona hay otro complejo de ruinas es una formación llamada las cuatro caras”, “recuerdo haber escuchado algo una vez, está ubicada en la intersección de varios ríos”. “Ahora solo falta esperar que me dejen salir” agrega Lara, “paciencia, con algo de suerte ya falta poco”.

Sale a caminar por la aldea y ayuda en lo que puede a fin de mantenerse ocupada y poder sobrellevar esta inacción. Sus heridas ya han sanado y por lo mismo se entrena de manera muy intensa a fin de ponerse en forma, algo que llama bastante la atención de los aldeanos que nunca había visto a una mujer tan fuerte como Lara.

Ya está oscureciendo cuando regresa a su choza. En el camino se topa con un grupo de aldeanos. Si bien la mayor parte de la tribu la ve con buenos ojos por ayudar a los que estaban enjaulados en el campamento, todavía hay algunos que la miran con recelo e incluso con cierta hostilidad. Antes la presencia de Mila los mantenía a raya, pero como ella no se encuentra deciden abordarla. En un comienzo Lara decide evitarlos, sin embargo la siguen y la insultan en su lengua nativa. Se arma de paciencia mientras trata de alejarse, pero los insultos van escalando a cada momento al punto en que les responde con bastante dureza. En ese momento uno de ellos la ataca con un palo y Lara se ve obligada de a defenderse azotándolo con violencia en el suelo. Pronto los otros también la atacan y en medio de una gran conmoción entre los aldeanos Lara se defiende y les propina una dura golpiza a sus atacantes.

La llegada del anciano jefe de la aldea calma las cosas de inmediato, por la reacción de los presentes es evidente el nivel de autoridad y respeto que él tiene entre su gente. Todos se ponen de pie y Lara se limpia la nariz que le sangra bastante, también recibió unos golpes, pero se mantuvo de pie al finalizar la pelea. Ellos la acusan ante el anciano que permanece inmóvil mientras los escucha hasta que al levantar una mano los hace callar. Lara quiere defenderse y explicar lo sucedido, pero él le hace un gesto para que se retire y ella apretando los puños obedece, “¡lo único que faltaba!” murmura con los dientes apretados.

Como una leona enjaulada se pasea por su choza. Está furiosa por lo sucedido. En ese momento el jefe entra a su choza y la mira fijamente con su único ojos bueno, una mirada de lo más penetrante. Lara de nuevo trata de explicar lo sucedido, pero él la interrumpe. “Vi todo lo que paso” le dice de manera solemne, “ellos serán castigados por haberte atacado de manera tan cobarde, hiciste lo correcto al defenderte” agrega y Lara se calma un poco, “gracias” dice aliviada. “Una mujer que pelea de igual a igual con un hombre, quien lo diría” dice después y le entrega a Lara un cuchillo, con un mango artesanal, pero la hoja es de un metal que ella jamás había visto. “La hoja fue encontrada en una de estas ruinas” le dice él, “tómalo, un regalo, de un guerrero a otro” agrega de manera respetuosa y Lara lo recibe haciendo una pequeña reverencia y él luego se retira.

“Espera” dice Lara y él se voltea hacia ella mirándola a los ojos. “No tengo nada que pueda darle como guerrero” le dice mientras camina hacia él, “pero tal vez pueda darle algo como mujer” y en ese momento deja caer su ropa quedando completamente desnuda mostrando su espectacular y atlético cuerpo. Él la observa sin duda atraído por su voluptuosa figura que ya había notado antes. No hay en la aldea otra mujer con ese cuerpo y Lara se muestra dispuesta a todo esta noche.

Se para junto a él marcando la diferencia de estatura. Lara lo invita a que acaricie su piel. Está ansiosa por comprobar si todos los hombres de la tribu están tan bien dotados, no solo por lo que sucedió cuando la capturaron, sino que Mila y otras mujeres le han dicho lo mismo. El anciano pasa sus ásperas y firmes manos sobre la suave piel de Lara, se deleita acariciando ese cuerpo y notando la firmeza de los músculos que ella posee, un cuerpo como nunca ha acariciado antes. Lara cierra los ojos y suspira profundamente cuando le toman sus pechos y sus pezones con esas manos ásperas y callosas debido a la jungla y al trabajo duro. Ella no pierde el tiempo y le frota el miembro bajo su faldón, se impresiona al notar lo grande que es, por lo visto no mentían cuando le dijo que era una característica de los hombres de la tribu.

Ambos se abrazan y él hunde su rostro entre los pechos de Lara que siente las manos del venerable guerrero sobre su espalda y descendiendo hasta tomar sus nalgas. También siente su gruesa y larga verga presionando entre sus piernas y deslizándose entre sus muslos con los cuales la atrapa y la presiona delicadamente. Ella siente los gruesos labios envolviendo sus pezones y lo empuja contra sus grandes pechos que le chupa y lame con muchas ganas.

“Quiero probarla” le dice hincándose frente al anciano que se quita su ropa mostrando su impresionante verga. De gran tamaño y grosor, Lara la encuentra algo impropia en él considerando su baja estatura y contextura delgada, pero parece ser una característica genética en esta tribu. Con ambas manos la toma y comienza a estrujarla y masajearla lentamente. La siente palpitar entre sus manos mientras la frota. Parece volverse más dura y tiesa con cada masaje que le da.

Lara lo mira a los ojos mientras pasa la punta de su lengua sobre el miembro, lo recorre de arriba abajo tomándose su tiempo, ninguno de los dos tiene apuro alguno. Poco a poco comienza a envolverla con sus labios y se mueve de arriba abajo. El anciano la observa fijamente, se mantiene firme sin expresar demasiado, pero ella nota lo excitado que esta mientras le hace una mamada. Le chupa todo el miembro, lo pone en su boca y lo traga tanto como puede, pero por sus dimensiones se le hace difícil de manejar. Le chupa desde sus testículos hacia arriba, no pierde detalle y usa hábilmente su boca y su lengua.

Se pone de espaldas sobre unas pieles que usa como cama, Lara separa sus piernas y lo invita a venir y poner su verga entre sus grandes y suaves pechos. “Se siente tan bien” comenta ella mientras la gran verga se desliza entre sus senos con los cuales la exprime y la frota. El anciano le toma los pechos y los usa a su antojo en medio de los gemidos de Lara que se mueve y usa la punta de su lengua sobre la verga. Con fuerza la toma de las piernas y se las separa aun más mientras ella juega con su coño. Le acerca la punta de su verga y le roza el clítoris y los labios de su vagina haciéndola gemir. Juega con Lara por un instante manteniéndola en ascuas a cada momento hasta que comienza a penetrarla de una vez. Lara deja escapar un ardiente e intenso gemido cuando el anciano jefe de la aldea la hunde toda su verga que la recorre por dentro.

Sobre las pieles que usa como cama Lara yace con sus piernas separadas y él penetrándola con fuerza. Para su edad demuestra bastante vigor y fuerza haciéndoselo sentir hundiendo su grueso miembro y haciéndola gemir de una manera increíble. Sus pechos se agitan y ella se frota su clítoris, “¡se siente tan bien, tan profunda!” dice Lara en medio de sus gemidos y él sigue dándole verga sin parar disfrutando del juvenil y atlético cuerpo de Lara que se entrega por completo.

Con sus piernas Lara lo envuelve y lo presiona sobre su cuerpo, ambos se besan y él hunde su rostro entre sus pechos mientras la penetra. Lara lo carga con sus piernas haciendo que la penetre aun más profundo. El anciano responde tomando las piernas de Lara y apoyándolas en sus hombros, la sujeta con fuerza y comienza a darle con todo. Los gemidos de Lara se hacen más fuertes que nunca mientras comprueba el vigor del hombre que pese a su edad, muestra una vitalidad más que envidiable.

“Vamos, quiero montarme encima” le pide ella que le hace una buena mamada para luego ponerse sobre él. Lara toma la verga hacia su coño donde se va dejando caer lentamente. Le gusta sentirla toda dentro, lentamente se la va metiendo hasta el fondo. Ella cierra los ojos y suspira, se yergue sobre el anciano y juega con su cabello mientras mueve sus caderas haciendo que el miembro se frote contra su vagina. Él le toma sus pechos y se los masajea mientras Lara comienza a cabalgarle. Se mueve en medio de sus gemidos y sus pechos se agitan vigorosamente. “¡Tu verga se siente tan bien, tan profunda!” exclama terriblemente excitada mientras él le chupa sus pechos cuando Lara se los pasa por la cara. Los cuerpos de ambos se frotan intensamente. La suave y tersa piel de Lara, con su cuerpo atlético y joven contrasta con la áspera piel del viejo guerrero, llena de cicatrices y marcas de tatuajes que son testigos de la dura vida en la jungla.

Ambos se recuestan sobre las pieles que sirven de cama. Se besan y se acarician mutuamente. Lara se ofrece entera y delira al sentir ese miembro dentro, simplemente le encanta y el anciano demuestra un vigor notable disfrutando de Lara que se muestra inhibida y salvaje. Lara toma el miembro y lo guía hasta su trasero, “la quiero aquí ahora” le dice mirándolo fijamente y él la satisface. Se acomoda tras ella y le toma una pierna mientras Lara le guía el grueso miembro hasta su trasero, el roce de la gruesa cabeza con su culo la excita bastante, “ahora sí, presiona” le dice ella y él empuja hundiendo el miembro entre sus nalgas que comienza a perderse poco a poco. “¡Oh si, oh si, vamos, adentro, adentro!” exclama y el anciano siente como el culo de Lara, bien apretado, le exprime su verga hasta tras unas cuantas acometidas la tiene toda adentro.

Con fuerza la abraza y la jala hacia él, Lara se mueve también y los follan salvajemente. Sus gemidos se hacen más fuertes que nunca, simplemente enloquece con una verga así bien enterrada en su trasero. Él por su parte también disfruta de Lara y de su salvaje manera de follar. La abraza y la toma de sus caderas mientras le da por el culo, la penetra con todo y a ella eso le encanta. Cambian de pose y Lara se le monta encima dándole la espalda, con la verga bien metida en su culo. Lara sube y baja por la verga, se levanta hasta casi tenerla afuera para luego descender y meterla toda de nuevo.

“¡Me voy a correr, me voy a correr!” exclama Lara que siente los espasmos en el miembro que tiene bien enterrado entre sus nalgas. En ese momento la gran verga parece que explota en su culo por la tremenda descarga que recibe. Ella suspira profundamente y respira hondo. Se levanta de la verga y el semen le brota de su culo de forma abundante. Lara lo frota con su coño para después comenzar a darle una mamada saboreando ansiosamente el miembro que aun se muestra bastante duro. Se esmera en sus caricias orales y este se corre de nuevo en su boca. “Vaya que sabe follar, tiene mucho vigor para sus años” comenta Lara que se encuentra rendida sobre la cama. El anciano se viste tranquilamente, sin decir una palabra y se dirige hacia la puerta donde se detiene y mira a Lara fijamente. “Una fiera combatiendo y una fiera como mujer, realmente eres única” y se retira. Lara sonríe de manera coqueta.

Continuará…

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