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La ultima vez
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Esta es la primera vez que relataré, espero sea de su agrado.

Hoy encontré en mi agenda (o diario) de una serie de salidas con una chica (que antes era escort y hacía sólo salidas). Su nombre, Lujan.

En fin una de esas salidas en la que ya era sólo una "chica buena onda" fue por la ciudad de Mariano Roque Alonso, me buscó en un taxi y nos fuimos a un motel llamado "Déjà vu", cuando subimos y llegamos a la puerta nos miramos, yo le sonreí y le dije que le traje un regalo a lo que saqué una cajita de cigarrillos del bolsillo y le gustó mucho porque "por fin le regalaron algo que en verdad esperaba de regalo".

Entramos, para mi en ese entonces hice una previa excelente, muchos besos, roces, era prácticamente sexo con ropa, ella demostraba y expresaba su excitación con gemidos y apretándome fuerte contra su cuerpo, cuando por fin después de tantas manos ir y venir pude llegar a sacarle toda la ropa (era invierno y si hubo mucha ropa apilonada en el piso) bajé de su boca dibujando con mi lengua a su mentón, su cuello, que tenía uno de los aromas que hasta hoy en día lo reconocería en cualquier parte y sería capaz de traerme inmediatamente a la mente esas escenas de placer.

Llegué a sus pechos y chupaba esos suaves pezones rosados y sin quedarme mucho ahí fui bajando en línea recta hasta la zona donde, sin contacto físico, ya se sentía todo más tibio, lamí suavemente alrededor de esos labios superiores y no había centímetro que se sintiera seco, entonces de sorpresa le lamo de en medio hasta el clítoris y suelta un gemido delicioso acompañado de una pequeña sacudida.

Le lamí la vagina hasta que me dolía la mandíbula, le chupe el clítoris, sentía sus fluidos tibios cuando metía mi lengua dentro de su cavidad vaginal y ella no paraba de gemir cada vez más y más fuerte, hacía intentos de apartarme y en otras me presionaba contra su entrepierna, temblaba respiraba muy agitadamente y ya en la tercera vez que me decía "por favor cógeme ya, me vas a volver loca" accedí y me puse el látex.

Ella me tomó del rostro, me lamió la boca y eso fue tan hot para mi, se puso la almohada debajo del cuerpo y acostada encima me quedaba justo en frente ese paraíso, por fin tenía ante mi una de mis mayores fantasías hecha realidad, cogerme a una pelirroja blanquita, bajita, con unas nalgas bien formadas y la cereza del pastel, ver que tenía ante mi una vagina rosadita de verdad como siempre quise, bien carnosita y mojadita.

Y con su explícito y claro pedido de "quiero que me cojas fuerte" empecé a darle con gusto quitándome en cada metida de pija esas ganas de años que tenía de comerme una vagina así, la cogí en varias posiciones, me la aguantaba todas, me motivaban sus gemidos, el sudor de su cuerpo y que expresaba cada vez que podía (y con lenguaje sucio a veces) que le encantaba como la cogía mientas de fondo se oía la batería suave de Charli Alberti y la voz de Gustavo Cerati entonando "un millón de años luz" de Soda Stereo.

Cuando tocaba en posición de perrito, pasó lo que prácticamente congeló casi todo, de tan elevada que estaba la temperatura uno se entrega por competo al placer, cuestión que cuando en una de esas miro como la penetraba y noté que el preservativo ya no lo tenía y por mi mente ya pasó lo peor.

El preservativo quedó dentro de ella, paramos, le digo y de inmediato cambia su rostro y va para el baño… vuelve en cinco minutos, le ofrezco disculpas y las acepta pero ve que yo aún estaba con una fuerte erección y me pide que me masturbe por que le gustaba ver, que le calentaba y que luego termine en su boca para así poder cerrar la noche de una forma excelente.

Pero… me pasó eso que de repente es tan extraño y que a más de uno le habrá pasado, algunos tienen el problema de la precocidad… pero hay otros que a veces ni se puede explicar el por qué (ya que hay una erección que parece no rendirse nunca y evidencia que uno está sumamente excitado y deseoso y no puede terminar)… y yo no pude terminar, y me frustró mucho porque si quería hacerlo en su boca y era la primera vez que me lo ofrecían y no pude… lo aceptamos, nos vestimos, la llevé a su casa y luego me vine yo a la mía ya entrando en conciencia de que me tomé un taxi de Mariano Roque Alonso hasta lambare y que ya eran como las 3 de la madrugada y que tenía que ir a trabajar en hora y media.

En fin, me disculpo si alargué mucho todo, pero era algo que quería contar, y esta fue solo una de unas cuantas más… Gracias por leerlo si llegaste hasta acá.

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