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La Toña, golosa insaciable
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Cuando yo tenía unos 30 años trabajaba en una empresa donde contrataron una secretaria muy guapa, era rubia deliciosa y no tenía mucho trasero levantado pero si a lo ancho, se veía de frente muy rica y apetecible, pero como se vestía bien sexi se veía bien deliciosa y sus senos eso si eran bien levantados y firmes, aun sin sostén, no se pegaban al cuerpo, a pesar de haber sido madre y de buen volumen, además usaba sostenes que le juntaba los pechos para notar más volumen, se vestía muy atractiva, ojos verdes, blanca, despampanante, que a todos nos dejaba boca abiertos.

Esa vez fue como inicio la aventura era mi cumpleaños, cuando fuimos a celebrar con los compañeros a un café y después la lleve a su casa y platicamos un poco de sexo, al platicar de eso ella se interesaba más y cuando le ofrecí si le gustaría conocer mi miembro, ya erecto, accedió como regalo de cumpleaños en el auto me hizo sexo oral y termine en su boca y ella quería seguir y llevarla al hotel pero ya era muy tarde, debía volver a casa y quedamos de seguir al día siguiente.

Esa vez ella se quedó con ganas, pues me invitaba ir al hotel pero ya era muy tarde, como dije, al día siguiente en la oficina no se dieron cuanta aun ella seguía prendida, pocos días después nos fuimos al hotel y nos dimos una tremenda revolcada de historia, faltamos al trabajo y comenzamos como a las 9 de la mañana, fuimos a comprar lo necesario para una especie de picnic hotelero y cuarto nudista.

No salimos hasta las seis de la tarde para cumplir con el horario de trabajo, lo hicimos en la mesa, en el baño, en la cama, frente a la ventana, en el piso, tenía multi orgasmos que explotaba a cada ratito, era muy blanca muy guapa y monumental y media pecosita, pero muy bonita la muchacha de unos 25 o 27 años, con un cuerpo exquisito, sus pezones rosados, su pelos güeros hasta en su monte de Venus, y sus labios vaginales y pezones rosados, y así terminamos con mi miembro y sus labios más rosados de ardor de tanto meter y sacar todo el día.

Practicamos todas las posiciones inimaginables, el Kama Sutra de ida y vuelta, después algunas veces solo teníamos encuentros en el auto, entre la palanca del freno y la mía terminaba yo derramado en su interior, pero eso era también otro show que ya habíamos practicado bastante bien mis penetradas que le daba en el auto, además de las orales, pues estaba buenísima que le hice de todo así duramos casi 4 años haciéndolo, ella según era mi secretaria y teníamos sexo 3 o 4 veces a la semana.

Yo estaba ya empalagado con tanto sexo, pues ella no tenía forma de complacerla totalmente además y pedía dinero, cosas, ropa, la renta de su casa, más le daba y más quería y mas era las ansias de hacerlo donde fuera, en la misma oficina cuando se habían ido a comer todos, se empinaba sobre el escritorio y le daba sus muy buenas entradas.

Llevaba minifalda y a veces sin pantaletas me mostraba abriendo sus piernas todo su lindísimo sexo abierto y jugoso, a la que no podía faltar mi erección y satisfacer nuestros deseos frenéticamente, una vez fuimos a una expo donde ella llevaba una falda larga y una blusa como suéter, pero no traía ropa interior solo se ponía ligueros con medias que le compre y sus senos firmes no necesitaba sostén, en el estacionamiento la desnude junto al auto con la puerta abierta y ahí mismo nos dimos una atascada sabrosa.

Eran como las seis de la tarde y el estacionamiento estaba un poco oscuro era el tercer piso y comenzamos yo solo con los pantalones abajo, se quitó su blusa por delante pues tenía botones y su falda cayó al piso, y era una escena hermosa, me aleje un poco para apreciarla era como una pintura artística, en la poca claridad, se veía como una diosa griega, erótica, sensual, bella, pero ansiosa de ser poseída y penetrada.

La comencé a besar suavemente y acariciar su cuerpo desnudo ella estaba de pie y me ofrecía un espectáculo maravilloso, al besar todo su cuerpo pasaba más por sus zonas eróticas y me detenía a darle chupadas más tiempo, ella estaba que se escurría de ganas y mientras yo llegaba a ese hermoso vello púbico y comenzaba a mamarle su deliciosos labios inferiores y meter mi lengua hasta donde podía en su vagina empapada y mi cara llena de líquido vaginal que me dejaba la cara muy suavecita, fue muy agradable esa sensación de tersura y suavidad que deja su liquido vaginal en mis mejillas cuando explotaba en sus orgasmos.

Ella levantaba la pierna para ofrecerme su cavidad caliente y jugosa lista para ser ensartada, se abrazaba con sus piernas a mi cuello y a mi cintura al poseerla y brincaba sobre mi mientras sus brazos en mi cuello y mi miembro al máximo era clavada y gemía y gemía de placer, tenía orgasmos seguidos y sentía como se contraía su vagina sobre mi pene erecto y sin parar más que para que ella reanudara su acción, sentía la contracción de su cavidad vaginal cada vez que llegaba al clímax y eso me excitaba y me hacía derramar mi semen dentro de ella y lo sacaba escurriendo, para que ella lo lamiera exprimiéndome hasta la última gota de mi semen en sus labios.

Hincada lo colocaba sobre sus senos lamiéndolo suavemente de abajo arriba, lograba que se le levantara mientras lo ponía entre sus pechos, y lo masturbaba, se sentó sobre el cofre y me ofreció su húmeda vagina abierta para volver a dar mis embestidas y terminar de nuevo, entramos al auto y descansamos sudorosos y desnudos de tanta actividad sexual mientras nos besábamos diciendo cosas amorosas, pues no era vulgar me decía que estaba yo desperdiciado por mi mujer pues ella es muy fría y si me va bien una vez al mes tenemos relaciones (ahora menos).

Mientras con ella más de tres veces al día, en la mañana cuando iba por ella a su casa, a medio día cuando salíamos a comer y en la noche cuando la regresaba sin contar con los ratos en que estábamos solos en la oficina.

Fueron así 4 años de placer sexual bien aprovechados ahora yo sigo desperdiciado pues eso fue hace muchos años… por eso escribo esto para dejar memoria antes que me muera a mi tantos años… El desperdiciado… pero no tanto pues supe aprovechar esa experiencia maravillosa del sexo prohibido. Esas son otras historias…

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