Hola apreciados lectores y escritores, antes que nada, quiero agradecer el tiempo que van a tomarse para leer este relato, es el primer relato que escribo y está basado en un hecho real.
Soy Alberto y tengo 42 años vivo en la capital de México y si bien ya soy un hombre maduro, mi apariencia es de un hombre más joven; esto resultado de que hace ya algunos años decidí tener un estilo de vida más sano principalmente el dejar de beber alcohol y dejar de fumar. Además de ser una persona que le gusta hacer ejercicio, ir al gimnasio o simplemente dar largas caminatas por las tardes.
Les platicaré de Regina, ella es una chica de 26 años, de un rostro hermoso cara de niña ya que aparenta menor edad, un cuerpo esbelto; ya saben la típica chica que sin necesidad de hacer dietas o rutinas extenuantes de gimnasio tienen un cuerpo si no atlético si muy bien proporcionado, de unos 1.65 cm de altura, unas piernas largas y muslos generosos que hacían un juego armonioso con sus macizas nalgas, sin tener un trasero grande si lo tiene muy tonificado y parado; y vaya que ella lo sabía ya que siempre usaba jeans muy ajustados o leggings que casi parecían pintados en sus macizas piernas y nalgas.
Ella junto a una amiga tenían una tienda de Abarrotes el cual atendían en horarios alternados Regina por las mañanas principalmente y su amiga Coco por las tardes; si bien la amiga Coco no le pide nada en cuerpo a Regina si está muy por debajo a ella en rostro y sobre todo en carácter; si bien Coco es seria y de mal gesto, Regina es lo opuesto, siempre sonriendo y con disposición de atender muy bien a los clientes.
Si bien yo tenía una tienda más cercana a mi casa prefería ir a la tienda de Regina y Coco; vaya Don Manolo es un tipo viejo y amable pero no tiene nada para competir ante dos jóvenes bellas en sus 20s, obviamente iba por comprar cosas, pero no desperdiciaba la ocasión para poder saludar a Regina hacerle algo de platica y claro discretamente ver ese culo parado en jeans apretados o leggings.
Una ocasión llegué a la tienda y vi a Regina que tenía un partido de futbol en su celular recargado en el mostrador.
– Hola Regina ¿Te gusta el futbol?
-Siii, me encanta.
-Que sorpresa nunca imagine que te gustaría, como siempre te veo en bici pensé que tal vez te gustaba un deporte así individual como el ciclismo.
-No que va, me encanta el fútbol, pero sobre todo jugarlo.
-Vaya o sea que estás en un equipo.
-Si es un equipo de fut 7 y entrenamos 3 días entre semana y jugamos en una liga femenil los sábados o a veces los domingos.
-Wow que bien y dime ¿eres buena?
-Hmmm ¿Acaso lo dudas?, soy la capitana de mi equipo!
-Sólo bromeaba.
-Pues para que se te quiten tus bromitas tendrás que irme a ver a jugar un día.
-Disculpa y claro que me gustaría verte jugar si me invitas.
-No se diga más este sábado tengo juego a las 6 pm en el deportivo de la Alberca Olímpica.
-Bueno no se diga más pero el deportivo es muy grande y hay muchas canchas ¿Cómo sabré en cual juegas?
-Bueno eso si, mira eso lo sabemos justo pocos minutos antes de que juguemos, pero no importa ten mi número y te escribo y te digo que cancha es para que llegues, y no faltes ya que es un juego de cuartos de final.
Ese día la fortuna me sonrió, de un instante a otro ya tenía una invitación para verla jugar y lo más importante ya tenía su número telefónico.
Llegó el sábado y yo estaba como un adolescente súper emocionado de ir a ver a una chica tan bella que tantas veces he fantaseado con ella. Llegue con anticipación al deportivo y busque un lugar para dejar mi auto y escribí a Regina.
-Hola Regina soy Alberto ya llegué al deportivo.
-Ahhh, súper que viniste como ya no me confirmaste pensaba que lo habías olvidado o no te importó
-De ninguna manera Regina aparte soy un hombre de compromisos y aquí estoy como acordamos.
-Gracias, vamos a jugar en la cancha número 9.
Apresure mi paso para irme a la cancha mencionada y tener un buen lugar en la tribuna, cuál fue mi sorpresa que había mucha gente entre familiares y amigos de las jugadoras de ambos equipos entre otros aficionados o curiosos que decidieron pasar un rato viendo un partido de futbol. Empezaron a brincar al campo de juego las jugadoras y mi ánimo se prendió al ver a Regina al verla con su cabello recogido y su uniforme ceñido, la camisola era verde, era el uniforme de visita que usa Alemania, Camisola verde, pantaloncillo blanco y medias igual verdes a juego que la camisola. Yo estaba perdido en lo apretado que le quedaba el pantaloncillo y al ser blanco se veían unas generosas nalgas muy bien definidas y debajo de el traía unas licras un poco más largas que el pantaloncillo igual en color blanco.
Lo que me había dicho era cierto, ella portaba el brazalete de capitana y al verla jugar no cabía duda que era la de mejores cualidades técnicas además de ser la que motivaba a sus compañeras e increpaba al árbitro cuando era necesario. Sus compañeras parecían más jóvenes, entre los 18 y 22 años. Por lo mismo supuse que las demás chicas la veían con cierta autoridad por la diferencia de edad. Transcurrió el juego y tras dos medios tiempos de 30 minutos cada uno el árbitro dio el pitazo final con victoria del equipo de Regina 3-1 con dos anotaciones de ella.
Vi como festejaban y se empezaron a dirigir al interior de la alberca olímpica que es parte de ese complejo deportivo, que es donde están los vestuarios. No sabía si irme o esperar para intentar hacerle plática hasta ese entonces yo no sabía si había familiares o amigos de ella esperándola o peor aún paso por mi cabeza la idea de un novio.
Pero como la vida es de intentar siempre pues decidí esperar, vi que salían jugadoras con su uniforme y se iban rápido a ver a sus familias y se iban. Pasaron más de 20 minutos y Regina no salía por lo que supuse que ella si se estaría duchando y cambiando de ropa. Lo cual me generaba cierta excitación y emoción. Pasaron 10 minutos más y por fin la veo salir y venia junto con una amiga y veo que se despiden de abrazo y beso y Regina sigue su camino sola rumbo a la salida del complejo deportivo.
-Regina hola
-Alberto ¿Qué haces aún aquí?
-Vaya pues decidí esperarte para felicitarte por tus dos golazos y tu pase a semifinales.
-siii ya ves que si se jugar
-Si sin duda que juegas muy bien.
-Si ya en dos semanas es la semifinal estoy muy emocionada.
-¿Y traes auto para irte?
-No, generalmente mi amiga me lleva a casa después de los partidos, pero me dijo que su novio vino a verla y pues bueno ya hicieron su plan y pues me iré en un Uber.
-Bueno somos casi vecinos si gustas yo te puedo llevar a tu casa, aparte no tarda en empezar a llover y en lo que llega tu Uber puede pasar tiempo.
-Ok gracias acepto.
Nos dirigimos a mi auto y abrí el maletero para que guardara su mochila y nos dirigimos rumbo a casa que estaba como a unos 20 minutos de donde estábamos. En el camino platicamos de las incidencias del partido y de repente suena su teléfono y era su madre.
-Si mamá ya terminó mi juego.
-Regina necesito que vengas a casa de tu tía aquí estoy con una amiga de ella y te quiero presentar.
-Mamá ya voy en un Uber y estoy cansada no quiero ir a casa de tía Clara.
-No me importa señorita es una orden dile al Uber que te cambie de destino aquí te espero.
-Ok mamá!
Regina se mostraba molesta y me decía que tenía que ir a casa de su tía porque le iban a presentar a una señora; ahí es donde Regina me contó que ella era chef de carrera, pero por la crisis económica y la falta de empleos opto por la tienda con su amiga mientras mejoraba la situación del país y que esa amiga de su tía tenía un restaurante de comida internacional.
-¿Oye Regina pero por que la molestia? Suena una gran noticia.
-Lo sería si no fuera por el hijo de esa señora el cual es un tipo que siempre se me anda insinuando y me da asco, y no quiero tener como que esa necesidad de agradecimiento a esa señora, siendo amable o empática con el tipo además yo tengo novio.
Sentí en ese momento un balde agua fría, al saber que tenía un novio, pero bueno dije lo he intentado, pero ahí se me ocurrió preguntar:
-¿Y tu novio por qué no vino a verte en un partido tan importante?
-puf ese es otro tema.
-¿Me quieres contar?
-No disculpa, no estoy de humor y tengo que ver a esa vieja, no lo tomes a mal.
-No te preocupes no era mi intención incomodar o ser inoportuno.
-No para nada no pasa nada de hecho que pena contigo, pero pues me dejas aquí para que tome el Uber para casa de mi tía por favor.
-Ya está lloviendo como crees que te voy a bajar aquí, yo te llevo a casa de tu tía.
-Alberto eres súper amable te tomo la palabra.
La casa de la tía no estaba tan lejos hicimos aproximadamente unos 15 minutos y ella ponía música para que se le pasara el mal humor, mientas yo discretamente veía sus muslos en leggings que se veían exquisitos y hasta se le marcaba un poco el coño.
Llegamos a casa de la tía Clara y era una unidad por lo cual puede entrar y acercarla al edificio se despidió de mí y se bajó rápido para no mojarse. Salí del conjunto habitacional y me fui a casa, llegue y estacioné mi auto en la calle ya que no cuenta con garaje en el departamento que rento.
Decidí cenar algo y escuchar algo de música ya relajado y contento de que tenía tal vez cierta esperanza de algo con Regina, no tanto un noviazgo vaya yo tengo 42 años y ella 26 pero siempre como hombre es agradable conocer a una chica nueva y más si es joven y caray más si es un pedazo de mujer.
Terminé mi cena y me dispuse a irme a la cama, las notificaciones de Whatsapp las tengo deshabilitadas por lo que puedo ver los mensajes recibidos solo al abrir la App, me recuesto y abro la App y tenía un mensaje de Regina de hace una hora aproximadamente.
“Alberto que crees entre tanta conversación y música, al bajarme olvide que en tu maletero se quedó mi mochila, puedo verte mañana para que me la entregues, disculpa que latosa soy jejeje”
-Regina no te preocupes mañana te la llevo a la tienda.
-Ok muchas gracias y que pena, buenas noches.
Disponía a dormir cuando me dije mmm mi auto se queda en la calle, no vaya a tener mala suerte que algún ladronzuelo lo abra y se robe las cosas de Regina y que le diré. Muy a disgusto me volví a vestir y a tomar un paraguas ya que llovía copiosamente. Abrí el maletero saqué la mochila, subí a departamento y dejé la mochila en el sofá y me fui de nuevo a la cama. No podía dormir me sentía inquieto y me dije cara la suerte se pone de mi lado de nuevo, tengo la mochila de Regina a unos pasos ¿Qué tendrá en su interior? Parecía la más estúpida de las preguntas; que más podría tener más que sus llaves, cartera y ropa sucia, ropa sucia, ropa sucia… eso me hizo brincar como resorte de la cama y corrí a la mochila, la abrí y sentía una adrenalina indescriptible. En su interior estaban sus zapatos de soccer, el pantaloncillo y las licras blancas las tome, y el bra deportivo junto con la camiseta de Alemania. Las olía y solo olían a tela sintética, no había lo que yo esperaba, sus panties sucias que gran decepción sentía me senté en el sofá y me dije “demasiado bello para ser cierto” me quedé viendo la mochila con desilusión y en eso note que la mochila tenia a los laterales dos bolsas con cierre más pequeñas, la volví a tomar y abrí una y estaban sus calcetas sudadas eso empezó a acelerar mi corazón al tener la esperanza de lo que habría en la otra bolsita opuesta. La abro y cuál fue mi emoción ¡una tanga negra totalmente sudada! no dude en llevarla a mi nariz y tenía un olor a coño súper fuerte, delicioso que hizo que me pusiera bien empalmado. Tome con detenimiento la tanga y vi la parte del culito y tenía una ligera mancha larga color marrón, vaya ahora entendía porque Regina durante el partido se notaba un poco incomoda al correr y disimuladamente se sacaba el calzón durante el juego.
Yo estaba fascinado olían delicioso, a coño a culo, y tenía un par de vellos pegados. Esa noche me quedé vacío recuerdo que me vine cerca de cuatro veces antes de dormir.
A la mañana siguiente guarde sus cosas menos la tanga esa me la quedé, no sabía si hacerlo o no, pero decidí lo primero ya que me dije: seguro ella pensara que la perdió en los vestuarios.
¿O tal vez pensaría algo distinto?