Luego de tener sexo por plata, ser mi puta personal, pasaron unas semanas donde todo volvió a la normalidad. Algunos cuidados extras a su figura me daban indicios de que se estaba tomando a pecho el nuevo trabajo de puta vip y eso incluía además de la peluquería uñas impecables, cremas anti age y algunas otras cosas, también vi que estaba manteniendo bien cortado el césped de su jardín, apenas una pelusa en el pubis.
Un sábado a mediodía, en esas tediosas mediodías de verano me dijo que necesitaba ir a la peluquería y le contesté que ella sabía cómo conseguir plata, a lo que me preguntó si yo estaba dispuesto a pagarle, porque si no tendría que salir a buscar alguien que le quisiera pagar.
Me dio mucho morbo su comentario, de imaginármela teniendo sexo por plata con un extraño, o no, mientras hablábamos si se animaría a coger con cualquiera por plata ella fue hasta el vestidor y volvió al living vistiendo un conjunto de lencería erótica y zapatos de tacos aguja rojos.
-Estas divina, le contesto, estás buscando guerra?
-No, estoy buscando plata, replicó.
La conversación se tornó mas comercial entonces, y menos sentimental.
-Que tienes para ofrecer? Le dije
A lo que contestó
-Te bailo, dejo que me hagas la cola, y después terminamos con una garganta profunda, todo por cincuenta, a lo que accedí.
Ella me hizo sentar en un sillón del living, oscureció con las cortinas, puso música suave y se dirigió a la heladera, preparó un vaso con agua y hielo y se paró delante de mi bailando sensualmente al ritmo de la música que era lenta, suavemente contorneaba sus caderas, las piernas ligeramente abiertas dejaban adivinar sus labios
Ella se quitó la ropa interior pero se quedó con el portaligas y los tacones, sacó un hielo del vaso y comenzó a pasarlo por sus pezones mientras bailaba, continuó descendiendo por su vientre con la mano que sostenía el hielo, se lo pasó por los labios vaginales y lo metió en su vagina mientras bailaba, de allí comenzó a chorrear agua a medida que se terminaba de derretir.
Se arrimó para que la tocara, apenas me dejó pasar la mano un par de veces por sus labios y cuando fui a meter un dedo me sacó la mano, pude percibir el frio de su vagina.
Ella bailaba sobre sus tacones, contorneaba sus caderas, bajaba en cuclillas todo lo que le permitían los tacones y antes de subir caía una gota de sus labios, mezcla de agua y de su lubricación natural, trajo una botella de la heladera que tenía algo de champagne, restos de las fiestas pasadas, le pasó la lengua sensualmente al pico y sirvió en una copa que previamente pasó por su vulva antes de dármela en la mano para que yo la tomara, la botella quedó en el suelo, ella fue bajando con el ritmo de la música hasta que el pico rozó sus labios.
Se, que cuando el pico rozó su vulva un escalofrío recorrió su cuerpo aunque ella trató de disimularlo, continuaba bailando, la siguiente vez que bajó apoyó la vulva en el pico, hizo una leve presión y penetró su vagina unos centímetros, como ella además movía sus caderas la botella cayó y rodó, pero ella la volvió a parar, giró sobre la punta de sus pies, su abundante trasero hacia mí, se agachó hacia adelante dejando expuesta toda su húmeda vulva y le pasó la lengua varias veces al pico de la botella, hasta que un hilo de saliva se cortó entre la punta de su lengua y el pico.
La siguiente vez que bajó bailando el pico completo desapareció en su vulva, que se estiró al llegar a la parte ancha de la botella y repitió esa escena un par de veces más. Bajando un centímetro más cada vez.
Mi pene estaba que explotaba, no la había visto nunca así, ella se dio cuenta me sacó la bermuda que tenía sin nada debajo y me invitó ir al dormitorio, y vaya sorpresa me llevé, ella lo tenía todo planeado, allí estaba todo a media luz, un sahumerio había perfumado el ambiente, el lubricante y uno de los consoladores medianamente grandes, por si acaso hiciera falta para el final.
Ella se me adelantó y quedé cerrando la puerta por si acaso, aunque en casa vivimos solos no es raro que nos visiten nuestros hijos que tienen llave, cuando me di vuelta hacia la cama que es de tamaño King situada más o menos en el centro de la habitación de cinco metros por tres ella gateaba en la cama con un plugo anal puesto que nunca había visto.
-Y ese plugo? pregunté
-Es para prepararme para vos. Contestó
Me pidió por favor que me quería coger ella montada arriba unos minutos antes de que yo continuara, accedí, porque al final esto es de a dos y nada mejor que coger con una puta perra caliente en lugar de una puta fría que piensa en cobrar lo antes posible. Me acosté y apunté mi pene al techo para que ella viniera y se sentara arriba de él clavándoselo todo hasta el fondo en un solo movimiento, claro ya estaba dilatada y lubricada por el baile de la botella. En unos minutos de galopar ella casi llega al orgasmo pero la pared a tiempo, y le dije.
-Hey, hey, hey, quien paga a quien?
Así como estábamos le saqué el plugo que quedó limpito a un costado de la cama, puse lubricante en la línea de su cola que se deslizó hacia abajo por el calor, le pasé el pene un par de veces por toda la línea del culo y a la tercera penetré ese ano que me estaba esperando, al entrar la cabeza ella se tensó, esperé que se aflojara y se empezara a mover y le pedí que se pusiera en cuclillas como con la botella, pero esta vez era mi pene, cada vez que bajó fue entrando un poco más, y después de la cuarta o quinta vez ya entraba todo, desaparecía por completo dentro de su ano, mientras su vulva se pegoteaba con mi pubis.
Debemos haber estado unos ocho o diez minutos así, yo intentaba aguantarme pensando en otra cosa, mientras disfrutaba de ese masaje que estaba recibiendo, ya no sentía que me apretara como al principio pero cuando miraba mi pene desaparecer todo engullido por ese agujero negro me ponía a mil hasta que exploté, cuando ella se dio cuenta que estaba eyaculando se sentó con todas las fuerzas, intentando que la descarga de semen fuera bien profunda, y allí quedamos unos instantes.
Ella me pidió quedar así y que le pusiera el dildo en la vagina, yo sabía que si se me salía del agujero donde estaba no volvería a entrar, por un costadito deslicé el dildo y lo fui metiendo en su vagina, mi pene iba disminuyendo firmeza y el tamaño de lo que estaba penetrando su vagina me iba desplazando pero continué. Con un movimiento de cadera lo terminó de meter todo, y yo continuaba atrás, ella en este momento estaba doblemente penetrada, y eso le encendía el morbo, galopó, cabalgó, se clavó todo lo que pudo el dildo, también se salió mi pene del culo y de éste comenzó a brotar semen, como lava de un volcán, que nos pegoteaba aún más a ambos mientras ella llegaba a un orgasmo muy intenso.
Nos cruzamos en el baño y nos tocamos como dos adolescentes de cincuenta, llegué al dormitorio y aún había olor a sexo, el aire acondicionado encendido por el calor, la cama bastante revuelta estuve acostado unos instantes , agarré el teléfono para distraerme unos minutos mientras ella llegaba y “Plan” mensaje.
-Mira como me has dejado, todo el culo abierto. Y una foto de su ano, dilatado, rosado, y con un tamaño que nunca había tenido.
-No vas a tener más problemas de estreñimiento. Le dije bromeando
-Cuando quieras vienes y te lo vuelvo a reventar. Insistí
-Pero solo por plata. Dijo ella
La imagen me puso de pene duro de nuevo, la miré una y otra vez y la comparaba mentalmente con la de actrices porno que había visto. Busqué en internet “Anal gape” y una foto de un culo bastante más abierto que el de ella la descargué y se la mandé.
-No es nada lo tuyo al lado de esto. Le dije
Al volver del baño, me confesó que el fotografiarse para mandarme la foto le calentó mucho, también al mirar la foto que yo le mandé y pensar que tal vez ella podía lograr eso. Me encontró de pene duro , me lo agarró fuerte, deslizó el cuero para atrás y me dijo que le daba la impresión de que yo también me había calentado.
Comenzaron las caricias, la saliva me mojaba todo el tronco, ella se metía de a poco el pene en la boca, cada vez un poco más hasta que hizo una arcada. Probamos en otras posiciones, como la última vez y en un punto siempre sentía ese reflejo, pero en el fondo quería superarlo, si ya lo había superado. Paramos un par de veces y lo conversamos, le recordé que la última vez, en un momento yo sentí como un escalón y entró toda, ella insistió unas veces más y esta vez no podía, se frustraba y cada vez menos.
Recordé que alguna vez había visto hacer una garganta profunda en un sesenta y nueve.
Le dije esto y nos colocamos uno arriba del otro en posición, yo disponía de toda su vulva para lamer y de su ano para meter los dedos, ella tenía un pedazo de carne para tragárselo entero sin masticarlo, y vaciarlo directamente a su estómago.
Comencé por los alrededores, labios mayores, menores, clítoris con mucho cuidado, meter la lengua hasta donde me daba, moverla dentro de su vagina y saborear los restos de lubricante y fluidos de ella, aún estaba dilatada, y a medida que yo insistía dilataba más, metí un dedo en su culo y a continuación otro, el pulgar en la vagina moviendo los tres ritmo, ella gemía y se olvidaba de la tarea que fue a hacer, le escuché escupir abundante saliva, abrió grande su boca sacó la lengua por debajo del pene y se lo metió de una hasta la garganta, metió y sacó tres o cuatro veces y dijo
-Pude, ahí
Volvió a metérselo hasta el fondo y yo escuchaba ruidos de saliva y sentía un placer enorme. Volvió a respirar, y lo volvió a tragar, tres o cuatro veces más hasta que le dije.
-Cuando me esté por venir te nalgueo y te lo quedas adentro de la garganta.
Se lo sacó de la boca y como pudo dijo
-Ajaba
Con otras metidas hasta el fondo, que cada vez entraba mejor, le di una nalgada y cuando se quedó unos instantes con los labios pegados a mi pubis, descargué un chorro que no pasó por su garganta, fue directo al esófago, ese espasmo le debe haber molestado porque sacó la boca y el siguiente chorro fue en su nariz, y la siguiente gota la lamió para que no cayera.
Ella se encargó de limpiarme a lengüetazo limpio cualquier resto de semen. Y se lo tragó hasta la última gota. Estábamos ambos jadeando, yo por la segunda eyaculación en poco rato, y ella porque en los últimos minutos había respirado muy mal y había contenido la respiración al final.
Pactamos el pago por transferencia bancaria.
Ella aún desnuda, fue a la cocina y volvió con un gran cuchillo, que puso al lado de mis bolas y me dijo, con una gran sonrisa.
O me transferís ahora, o te corto las bolas.
PIN 6969 y quedó hecha la transferencia.