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La secretaria madura
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Aidé era la secretaria de los jefes de mi trabajo, una mujer madura de 47 años de edad, su cara ya mostraba el pasar del tiempo, pero en contraste su cuerpo aún era digno de admirar, una tetas grandes y firmes, una cintura deliciosa, unas nalgas grandes y duras y unas piernas de concurso!

Ella estaba frente a mi lugar, así que diario me daba mi taco de ojo, desde que al vi la verdad se me antojo mucho, intercambiábamos miradas y sonrisas, ella coqueta cruzaba sus piernas para que el viera sus ricos muslos, o se agachaba frente a mí para enseñarme las tetas, ¡el mayor tiempo la tenía parada gracias a la seducción de la madurita!

N viernes todos los compañeros quedaban de acuerdo para ir a bailar, ese día tuve una ligera discusión con Lety, así que no quería llegar temprano a casa, Aidé se acercó a mí para invitarme a su salida.

A: Hola Luis, oye fíjate que vamos a ir a bailar y por unas cervezas, ¿gustas ir?

L: ¿Por dónde van?

A: ¿Aquí a unas calles, hay un barcito con música sonidera para bailar, te animas?

L: ¡Si voy como tu pareja si, jajá!

A: Jajá, que muchachito, ¡pero todos vamos de solteros jajá!

L: Ah, entonces me apunto, ¡a ver si me concedes unas cuantas piezas!

A: ¡Sera un gusto guapo!

En el bar estaba ella y unas tres compañeras más, también un compañero con quien convivía mucho y un par más, en total éramos siete, pedimos unas cubetas de cerveza y comenzamos a brindar por una semana de trabajo exitosa, la salsa y la cumbia comenzaron a sonar, inmediatamente la elegí para bailar, su meneo era bueno, bailaba muy bien, pensamientos indecentes cruzaron mi mente “si así baila como a de coger”, ¡solo la miraba y sonreía!

L: ¡Qué bien bailas!

A: ¡Gracias, tú también sabes moverte!

L: ¿Imagino que así eres para todo?

A: ¡Jajá, pues algo así!

¡Continuamos con el baile, no solo baile con ella si no con las demás y eso solo para disimular mis ganas de parchármela!

Aidé sabe cómo seducir, ella traía un vestido entalladísimo con una abertura en la pierna que al sentarse me mostraba su buen torneado muslo, me giñaba el ojo y me acariciaba la pierna, ella también quería estar conmigo, lo notaba y lo sentía, poco a poco los demás se fueron del lugar quedando ella y yo solamente.

A: ¡Qué bien me la he pasado!

L: ¡Yo igual, eres una excelente bailarina y compañera!

A: Eres un amor, ¡qué lindo!

L: ¡Y tú eres un primor y una belleza!

A: Bueno, ¿me acompañas por un cigarro?

L: ¡Claro, yo también quiero uno!

Nos salimos a fumar, ya habíamos pagado todo y la verdad ambos estábamos esperando que alguien tomara la iniciativa, mientras fumábamos un silencio se apodero de ambos, eso me dio la señal para ser yo quien tomara la iniciativa.

L: Aidé, mira espero no lo tomes a mal, ¡pero quisiera estar contigo en la cama ahorita mismo!

A: Uf, que directo jajá, ¡pero soy casada!

L: ¡Yo también y lo sabes, por algo sigues aquí!

A: Como crees, ¡estoy esperando a que me marquen y vengan por mí!

L: Bueno entonces ya me voy, ¡no te quiero comprometer!

A: Oye espera, ¡caminemos hacia la avenida por favor!

Ella me tomo de la mano y caminamos a la avenida y de sorpresa ¡me planto un tremendo beso, yo lo acepte mientras acariciaba su cintura, su lengua entraba muy rico a mi boca, sus labios carnosos apretaban los míos muy rico!

A: ¡Perdón por ser grosera allá, pero es que me conocen!

L: Te entiendo, ¡que rico beso!

A: Vamos al hotel que está en la esquina, ¡claro si gustas!

L: ¡Sera un honor, vamos!!!

Al estar en la habitación ella me recostó en la cama y con un poco de música me comenzó a hacer un striptease, sus movimientos eran magníficos, su ropa caía por toda la habitación, yo me excitaba la ver como se desvestía, se acercó para que le quitara el brasear, el cual me aventó a la cara, yo como pero olfatee el olor de sus tetas que olían a dulce, ella sonrió y puso su trasero en una tanga frente a mí!, yo lo apreté y le di un par de besos a su ricas y duras nalgas, bajándole su tanga con mis dientes!

Ya una vez desnuda ella me quito mi camisa ay comenzó a besarme el pecho, me lamia los pezones y los mordía rico, ¡como pulpo apretaba desde sus ricos muslos a sus duras nalgas!

L: ¡Estas buenísima Aidé!

A: ¡Me gustas mucho cariño!

L: Que cuerpazo, que rica vagina, ¿me dejas comerla?

A: ¡Adelante, es tuya!

La acosté en la cama, ella abrió sus piernas dejándome su vaginita húmeda y depilada, empecé besándosela y aricándola con las yemas de mis dedos, luego le daba pequeñas lamidas desde sus entre piernas pasando por su pelvis y llegando a sus labios vaginales.

¡Enrole mi lengua y lamia su clítoris, los movimientos de mi boca levantaban su pelvis, su clítoris estaba infladísimo y líquidos de placer salían llenándome la boca!

L: ¡Aidé sabes riquísimo!

A: ¡Agh que buen mamador eres!

L: ¡Tienes una vagina apretada y jugosa!

A: Sigue, ¡menos habla y más chupadas!

La empecé a follar con mi lengua, le apretaba la cadera para empujarla hacia mi boca, también de vez en cuando lamia su culo, parecía una aspiradora tragándome la concha de la veterana, ¡pero no podía dejar de comerme su rico tesoro!

A: ¡Agh, cariño me voy a venir!

L: ¡Si, que rica!

Aidé se corrió riquísimo, se retorcía como lombriz, había logrado hacerla sentir un orgasmo solo con mi lengua, su vagina palpitaba en mi boca y la llenaba de su venida!

L: Que rico bebe, ¡pero ahora te toca mamármela!

A: ¿Ah, así de plano?

L: ¡Yo también quiero gozar!

A: A ver déjame verte, ¡dios mío!!!

L: ¿Que nena?

A: ¡La tienes enorme, uf, que verga, dios mío Luis, eso no me va a caber!

L: ¡Jajá veras que si amor, tu éntrale!

Aidé empezó a acariciarme con sus tetas y su mano, apretaba mi verga muy rica y la masturbaba delicioso, me apretaba los testículos y los pellizcaba, no dejaba de piropear lo grande de mi verga, hasta que comenzó a chuparme la cabecita, lo hacía maravilloso, la succionaba y la lamia, recorría desde mis testículos hasta la cabecita, juagaba con mi glande, lamía fuerte el tronco, lo hacía como si fuera una paleta, luego como aspiradora metía toda mi verga a su boca!

L: ¡Uff, Aidé que rico!

A: ¡Me encanta tu verga papi!

L: ¡Chúpala, chúpala rico!

A: ¡Es un rico manjar!

L: ¡No pare nena, no pares!!!

La tomé de la cabeza y comencé a follarle la boca, ¡no la dejaba respirar! ¡Me movía fuerte y bruto, mi verga ya estaba hasta sus anginas, pero Aidé en lugar de agitarse, más seguía saboreando mi verga! Continúe follándole la boca hasta que su silaba escurría, mi verga ya estaba toda babosa, sus pezones estaban durísimos, ¡era tiempo de penetra a la rica madura!

L: Ven mami acuéstate, ¡abre las piernitas!

A: ¡No uses condón, métela así!

L: ¡Es arriesgado pero lo hare!

Le comencé a meter la verga suave, su vagina era estrecha y apretaba riquísimo, me moví solo dándole la puntita, Aidé cerraba los ojos y movía su pelvis, poco a poco fui introduciendo mi verga acercándome a sus tetas para mamárselas al mismo tiempo.

Levante su pierna para cruzarla y que entrara así, se la besaba y le apretaba su muslo y sus nalgas, Aidé se movía también muy rico, luego levante sus dos piernas poniendo sus pies en mi cuello, la embestía con fuerza, ¡la madura solo gemía y se retorcía para apretar más rico mi verga!

L: ¡Nena muévete, que piernas, me encantan!

A: ¿Te gustan mucho?

L: ¡Siempre quise térnelas así!

A: ¡Agh, que rico!

L: Todos los días que las veo me excitan, ¡a veces me eh masturbado pensando en ti y en tu cuerpo uf!

A: ¡Dios mío, agh, pues déjame toda acabada!

Puse sus piernas junto a su cara, me puse de pie y se la clave fuerte, ella gemía fuerte y se apretaba las tetas, me apoyé de sus pies para dejársela caer con mucha fuerza, ¡el sonido generado me excitaba más y más dura se me ponía!

La puse boca abajo y abrí sus piernas un poco, luego abriendo sus nalgas puse mi cabecita en su vagina, me recosté encima de ella y abrazándola la ensarté de un solo golpe, me movía fuerte, ella apretaba sus nalgas y movía su pelvis, parecíamos lagartijas cogiendo, le besaba la espalda, y el cuello, la madura también me besaba y me tomaba de la mano, me excitaba ver lo dura que se ponían sus nalgas al apretarlas, seguí dándole en esa posición hasta que empoza a mojarse y gritar más.

La puse de perrito y ¡dios mío! Que culazo se le veía, la tome de las nalgas y la penetre despacio, me movía suave metiéndola y sacándosela por completo, sentía su clítoris como rozaba mi tronco, ella babeaba y me pedía más duro y más rápido, la obedecí y comencé a embestirla fuerte, ¡ella también movía sus nalgas lo que hacía una presión más rica en mi pene!

A: ¡Ags, así que rico, que rica verga!

L: Aprietas maravilloso, ¡sigue moviéndote corazón!

A: ¿Te gusta papi?

L: ¿Me encanta y a ti?

A: Me encanta también, ¡que rica verga y coges riquísimo!

En eso ella empezó a correrse por segunda ocasión, parecía lombriz moviendo sus nalgas en mi verga, yo disfrutaba cada movimiento de Aidé, ¡el verla si me la ponía más dura y más la penetraba!

A: ¡Bebe que rico, que rico siento!

L: ¡Eso chiquita, goza mami, goza!

A: ¡Ahora te voy a hacer venir cabrón!!!

L: ¡Uf, si mami, hazme tuyo!

Me acosté y Aidé subió en mí, comenzó a darse de ricos sentones mirándome fijamente y luego me cabalgo delicioso, su vagina se movía riquísimo, se inclinaba a besarme los pezones dándome unos buenos sentones en esa pose, movía muy bien su pelvis, ¡yo cerraba mis ojos y disfrutaba el momento apretando sus ricas tetas!

L.: Mamacita que rico, te mueves deliciosamente, ¡estas triturando mi pito!

A: ¿Te gusta mi amor? ¡Te dije que te haría venir!

L: ¡Sigue reinita, sigue!

A: ¡Agh, que dura, ah!!!

Aidé empezó a moverse más rápido, mi verga sentía un apretón maravilloso, yo gritaba y seguía apretando las tetas de Aidé, ella como licuadora trituraba mi verga, yo no aguante más y comencé a llenarla de leche!

L: ¡Mamacita que rico, uf!!!

A: ¡Agh, papi, dios que rico!

L: ¡Aidé me encantas, dios!!!

A: Mas leche, ¡quiero más!!

El orgasmo fue riquísimo, ella también se corrió una tercera vez, nos recostamos abrazados, nos besábamos y respirábamos controlando la aceleración.

Salimos del hotel ya casi a las 7 am, toda la madrugada no la pasamos cogiendo, la llevé a un taxi me despedí con un beso muy rico y me fui para mi casa, al llegar Aidé me mandó un mensaje que decía “que rico, quiero más de ti”

A partir de ahí nos volvimos amantes y aprovechábamos cada momento para coger, estuviera quien estuviera y fuera donde fuera, pero eso se los contaré después.

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